Capítulo XIII
El sonido de las gotas de agua al chocar contra el pavimento era el único sonido que se escuchaba en aquel pequeño zulo en el que se encontraba encerrada.
Atada de pies y manos por unas cadenas Lucy despertó en aquel solitario y estrecho lugar, trató de levantarse cuando una fuerte punzada golpeó su abdomen impiediendo tal acción.
—Ahhh... —Dejó escapar un gemido de dolor y llevó sus manos a aquella herida que no había detenido su sangrado, era pequeña, afortunadamente, pero la perdida de sangre era cada vez mayor.
Sentía su cuerpo helado a pesar de que en aquella sala se respiraba aire caliente, sus manos y pies cada vez los sentía más débiles y debido al frío era capaz de notar su pulso en ellos.
Al no poder ponerse de pie se arrastró hasta quedar sentada y apoyada sobre la pared a la que estaba encadenada. A pesar de su dolor de cabeza inspeccionó la sala, estaba completamente vacía a excepción de si misma, en la pared que tenía a su derecha había una escalera por la cual se podía subir hacía puede que el interior del gremio y en la pared de su izquierda una ventana tan minúscula que ni siquiera un niño podría entrar por ella, al estar ella en un sótano aquella ventana que estaba en la padre arriba, desde fuera estaba a ras del suelo y además solo servía para que el aire y un poco de luz entrasen.
—Buenos días, preciosa.
Debido al mareo y la desorientación, no notó cuando aquél hombre entró en la sala.
—¿Qué quieres de mí? —Lucy rompió un trozo de su camiseta y lo llevó a su herida, tratando de cortar la hemorragia, pero no dio resultado.
—Uff, esa herida es horrible, yo podría curarla y no te dejaría cicatriz.
Ella jamás había tenido una conversación con él, no le conocía, pero podría jurar que tenerla ahí lo hacía inmensamente feliz.
—No quiero tu ayuda.
—Deberías ser más agradecida y tomar la ayuda cuando se te ofrece después de todo, para mí, ya has cumplido tú misión, no me eres útil.
—Si no te soy útil ¿Para que me retienes? No te sirvo para nada ¿verdad?
Cada vez le era más difícil articular palabra, se sentía cansada, agotada y luchaba por poder seguir despierta.
—Eres el cebo, querida, necesito a Natsu Dragneel y es obvio que él vendrá a salvarte, traerá a sus amigos lo cual si que es un inconveniente para mi, pero bueno...tengo un as bajo la manga.
Aquellas palabras consiguieron enfurecerla, especialmente porque no sabía a que tendrían que enfrentarse sus amigos. Conocía a Natsu y sabía que derrotar a este hombre sería cosa fácil para él, pero estaba asustada ¿Qué As podría tener este hombre para permanecer tan despreocupado ante Gray y Erza?
—¿Qué As? ¿En que estás pensando? —No tenía la esperanza de obtener ninguna respuesta pero no perdía nada por preguntarle.
—¿Este es el momento en el que te cuento mi malvado plan? —Preguntó irónico.
Aquella conversación cada vez la agotaba más a ella, le molestaba su presencia, solo quería librarse de él y que la dejara tranquila, no quería mostrarse débil ante él pero el dolor era demasiado.
—Creo que lo que tendrías que decir es "Lo siento, curame, por favor" —Soltó una sonora carcajada sarcástica.
—Prefiero morir antes que suplicarte ayuda.
—Bonita...morir es lo que vas a conseguir si no me pides ayuda y si mueres...¿No crees que nuestra hija se pondrá muy triste?
El dolor que sentía desapareció de golpe, había entrado en shock, sin saber como reaccionar, no podía creerlo, no quería creerlo, aquello debía ser simplemente imposible o eso pensaba, no obstante su acelerado corazón no decía lo mismo, se había asustado demasiado, se sentía estúpida y humillada ¿En que estaba pensando su yo del futuro? Los sentimientos comenzaban a acumularse, vergüenza, ira, frustración y unas inmensas ganas de llorar, incapaz de comprender porque haría aquello ¿Por qué él?
—N-no puede ser —Fue lo único que pudo articular, estaba asustada ¿Realmente este sería su futuro? ¿Unirse a un gremio oscuro? A este...señor mayor por el resto de su vida.
—Chica era una broma, comparada conmigo eres una niña, seré malvado, pero no pedófilo.
Finalmente la rubia pudo soltar todo el aire contenido, los nervios habían desaperecido y sentía como su cuerpo volvia a relajarse, se había asustado, demasiado, daba igual quien fuera el padre ella quería a su hija, pero no quería un futuro junto a él.
—Bueno, estaré arriba hasta que lleguen tus amigos, intenta no morir desangrada —Se acercó hacia la escalera—, si te mueres tampoco pasa nada.
Antes de desaparecer de su vista aquel hombre esbozó una sonrisa y se detuvo.
—¿Sabes qué? —Se giró para mirala desde la escalera— Te lo diré, mi As... —Lucy ladeó su cabeza incapaz de concebir las acciones de aquel hombre— está acompañando a tus amigos, alguien que los destruirá desde dentro, alguien a quienes ellos no pueden tocar por temor a hacerle algún daño, pero que tiene poder suficiente para matarlos a todos...
—No... —Murmuró Lucy, llevó sus manos a su boca para ocultar su sorpresa.
—Dilo.
—Mi hija...
—¿De verdad crees que la traje conmigo por casualidad? —Elevó las comisuras de sus labios para mostrarle una sonrisa sincera— No, pequeña no, la traje conmigo porque sería ella quien acabaría con vosotros, con sus amigos, con su padre, con su madre y todo ¿Por qué?
—Porque lo único que quiere...es morir, matarnos a mi o a su padre solo la ayudaría a cumplir su deseo...
—Y por ese motivo, desde que llegó, destruir el pasado ha sido su objetivo.
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Me he quedado sin cosas que decir...
Rayos xD
Bueno si, ME REVIENTA MUCHO QUE ME CAMBIE LOS RENGLONES LARGOS POR CORTOS
AHHHH
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