Jdississ que estoy actualizando, PRONTO estoy emocionada ('つヮ⊂) lo normal es que tarde entre dos y tres semanas, esto es un récord (ง ˙ω˙)ว Me merezco un comentario del capítulo aunque no os guste...

Si no os gusta, me mentís y me decís que sí que es bueno xDDD

Veeeeenga ya me callo (☞ﾟ∀ﾟ)☞

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No fue fácil, pero tras la insistencia de los magos y las largas palizas finalmente consiguieron sacarle la información y encaminarse hacia el gremio de su enemigo.

Con las manos en el interior de sus bolsillos y concentrado en su objetivo final Gray caminaba, sin hablar y concentrado en la conversación de sus compañeros. Él iba delante, junto a Layla y tras ellos les acompañaban Natsu y Erza ya que, como Erza ordenó, Gajeel y Wendy llevaron al Evil King del presente al gremio, donde lo harían su prisionero.

—Tenemos que entrar por arriba, derribamos el techo y hundimos su gremio, todo al mismo tiempo.

—Natsu, no insistas más, no vamos a derribar el gremio, vamos a intentar entrar disimuladamente y salvarla sin que nos vean.

—Los dos sabemos que voy a destruirlo todo, no soy Salamander por nada.

Aunque guardaba silencio no podía concebir la tranquilidad de sus amigos, normalmente Natsu estaría loco de ira y él y Erza serían quienes tendrían que frenarle pero por algún motivo esta vez era distinto.

A su derecha estaba Layla, con su vista en el suelo y al igual que él, incapaz de levantar la cabeza, también se sentía culpable.

—Anima...—Iba a colocar su mano en el hombro de la chica pero se detuvo, recordó lo que pasó esa misma mañana, cuando sin avisar él le puso la mano encima y ella reaccionó como si la atacasen— Anímate ¿Vale? Salvaremos a Lucy.

Por la espalda de la chica apareció Natsu, quien sin avisar, ni pedir ningún tipo de permiso se abrazó a ella.

—Si tú te pones triste ¿Con quién discuto yo? —Preguntó Natsu mostrándo su típica sonrisa.

—No estoy triste y siempre estoy dispuesta a discutir contigo.

El Fullbuster no les quitaba ojo, de nuevo tenía esos sentimientos encontrados hacía su amigo, esa chica podía ser su hija y a diferencia de a él, Natsu la tocaba y ella no le apartaba y tampoco se asustaba.

—Chicos —Les llamó Erza quien se encontraba mirando el ya oscuro cielo— Es tarde, deberíamos parar a descansar.

Si Layla no les hubiese acompañado ellos probablemente ya habrían llegado a su destino o no se detendrían a descansar, pero aunque había estado todos estos días tratando de recuperarse su estado de salud aún no era del todo bueno.

—Puedo continuar —Insistió Layla, aunque sus temblorosas piernas, cargadas de cansancio no decían lo mismo.

—Siéntate y come —Le dijo Natsu cuando este le quitó la mochila de la espalda—. Lucy a traído un montón de cosas para ti.

Tras preparar sus cosas y una gran fogata creada por Natsu, los cuatro comenzaron a comer, no tenían hambre, pero necesitaban poder y no conocían la magia de aquel hombre, debían estar preparados para todo.

Aprovechando aquel silencio Gray dejó salir una pregunta que le ardía en la garganta.

—¿Por qué no quieres hablarnos de tu padre?

Layla quien estaba concentrada en las llamas alzó su mirada, oscurecida, no solo parecía un tema que no le gustaba, también la ponía de mal humor.

—Porque... —Los tres magos prestaron atención, iba a hablar de su padre, por primera vez— no me gusta hablar de la gente a la que odio, del hombre que me abandonó.

Gray tragó saliva, si él fuera el padre de la chica ese podía ser el motivo por el cual no dejaba que él la tocase. El silencio se volvió algo incomodo, Layla no dijo nada más y los tres magos simplemente no sabían que decirle, si preguntaban los motivos ella no respondería y si intentaban sacarle información ella les ignoraría.

—Hay un lago muy cerca de aquí —Comentó Erza tratando de aliviar la tensión— ¿Quieres que vayamos a darnos un baño? —Layla negó con la cabeza— Entonces mejor que vayamos a dormir.

La morena se tumbó, seguramente tampoco tendría ganas de dormir, al igual que ellos, pero al menos ella lo estaba intentando. Se quedaron los tres, al rededor del fuego, en completo silencio, ninguno quería molestar a la pequeña. Finalmente sus respiraciones se volvieron más profundas, se había quedado dormida.

—¿Como lo hacéis? —Gray no pudo resistir más, tenía que preguntarles— los dos estáis tan calmados, tan tranquilos ¡Han secuestrado a Lucy!

—Gray —Le riñó Erza cuando empezó a levantar la voz.

—Mirala —Le pidió Natsu—, es una niña asustada, por muy dura que quiera parecer.

—Si nos ve asustados a nosotros o locos de ira, sabrá que el peligro es real, tenemos que fingir lo mejor que podamos para que ella pueda estar tranquila, alterarla es lo último que querría Lucy.

Gray dejó escapar un suspiro, estaba claro que él no estaba preparado para ser padre, por eso aquella chica debía odiarle. Sin embargo, Erza y Natsu habían demostrado una increíble consideración hacia ella.

¿Cómo era posible que hasta al imbecil de Natsu Dragneel se le dieran mejor los niños que a él? No daba crédito a lo que sucedía.

Iban a proseguir su conversación cuando un sollozo les llamó la atención, en sueños, Layla había comenzado a moverse, aún dormida lagrimas caían de sus ojos y pequeños sollozos acompañados de murmuros salían de entre sus labios. Erza pidió que guardasen silencio, quería escuchar que decía ella, sin embargo eran tan débiles los murmuros que solo alcanzaban a escuchar cosas como "No me toques" o "No te acerques"

—¡DEJAME! —Gritó cuando, temblando, se despertó de aquella pesadilla.

Su respiración era agitada y sus lagrimas aún continuaban cayendo, cuando se dio cuenta las limpió y entre murmuros se disculpó con los magos.

—¿Son constantes las pesadillas? —Erza trataba de ser delicada, no quería que a ella le sentara mal su pregunta.

—Si...

—Estos días cuando dormias con Lucy no las tenías, te sentías segura ¿Verdad? —Layla no respondió— Puedes dormir conmigo si quieres —Se ofreció Natsu.

—¡Natsu! —Le riñó Gray, como si fuese un padre protector.

—Iré a darme una vuelta.

La morena se levantó, necesitaba salir de allí, alejarse de ellos, del mundo y olvidarse de aquella pesadilla, quería caminar y olvidar aquellos pensamientos que la atormentaban.

Los tres magos se quedaron en aquel lugar, Natsu avivó la llama para que le fuese más facil localizarles. Tras un rato, comenzarón a preocuparse por su ausencia, ahora comprendían como se sentía Lucy ya que, mientras ella estaba, ninguno se sintió responsable de ella y ahora tenían que cuidarla hasta que rescatasen a su madre.

—Iré a bucarla —Gray y Erza asintieron y dejaron que el mago de fuego se encargase de la chica.

Ambos se quedaron callados, lo cual Gray agradeció ya que al fin podría poner en orden sus pensamientos. Ya poco importaba si era o no él el padre, lo importante era rescatar a Lucy, su amiga, su ¿Futura esposa? No lo tenía claro, él nunca había visto a Lucy como algo más que una amiga, ni se lo había planteado, debía reconocer que si se había planteado tener una relación con Erza o Juvia ¿Pero con Lucy? No, eso nunca había pasado por su cabeza.

¿Qué podría cambiar para que aquello pasara?

Por su cabeza pasaban tantas situaciones con las que llegar hasta el punto de formar una familia con ella y para ser sincero, ninguna de aquellas situaciones le desagradaba.

—¿En que piensas?

—En el futuro, no puedo quitármelo de la cabeza.

—La llegada de esta niña a puesto nuestro mundo patas arriba...

Interrumpiendo su conversación Natsu apareció, solo y con una mueca de enfado que no era natural en él, se sentó en su sitio, sin hablar con nadie, sin articular palabra. Ambos magos se vieron preocupados por la actitud de su compañero por lo que comenzaron a preguntarle, aunque él no abría la boca.

—¿La has encontrado? —Asintió.

—¿Te has peleado con Layla? —Negó con la cabeza.

—Entonces ¿Que te pasa?

No respondió a esa pregunta, ni ninguna más después de aquella, silenció era lo único que pedía, silencio era lo único que quería, ya que, después de aquella noche, comenzó la cuenta atrás hasta que Natsu Dragneel explotase.