Capítulo 34 ''Inquietud''
¡Hola y siento la tardanza! Dx Capítulo corto, lo sé, pero... es mejor que nada, ¿No? :)
Había dicho que quedaba poco para el final, ¿no? Pues creo que está aún más cerca que nunca con este capítulo.
Pronto las cosas se pondrán muy 'intensas' por así decirlo c:
Espero que os guste ^^
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~~DARK~~
—Me alegra que lo entiendas —se forzó a sonreír Leviathan, levantándose de la cama para volver a envainar su katana.
—¿Porqué me trajiste aquí, Leviathan? —pregunté intrigado, tumbándome boca abajo y tapándome con el pequeño y poco cuidado enredón blanquecino que había sobre la cama.
Se oyó una risita contenida de su parte.
—¿Acaso no es obvio? —repuso en un tono insinuante.
—Aparte de eso… Leviathan. Me has traído por otra razón, ¿no?
Leviathan se quedó callado y volteó su mirada a la katana.
Lo sabía.
—No creía que alguien como tú se podría poner celoso —reí levemente sin poder creerlo aún.
—¿Alguien como yo? ¿Cómo es que me definirías, Dark? —sonrió divertido.
—Alguien incapaz de sentir sentimiento alguno que no sea odio, venganza o sed de sangre. Alguien incapaz de amar… alguien… sin corazón —solté directo y con el rostro inexpresivo.
—¿Sin corazón, eh? —me dirigió una media sonrisa y se fue a sentar a mi lado —. Tienes razón, Dark. Yo no tengo corazón… pero es porque hace tiempo se lo he dado a otra persona —entrecerró los ojos.
En ese momento sentí un dolor punzante en mi pecho.
Sabía de qué persona estaba hablando… y eso inesperadamente me dolía demasiado.
El saber que esa persona no era yo.
—¿A Anabelle, ¿Cierto? —sonreí dolido.
Leviathan ignoró mi comentario y me dirigió una mirada seria.
—A ti Dark —habló finalmente —. Anabelle fue mi primer amor y hasta ahora aún no la he olvidado y para ser sinceros, no creo que lo haga nunca, pero eso era antes. Ahora tú eres mi presente y futuro, y también la única persona que amo. Mi corazón y todo mi ser te pertenece como tú igualmente me perteneces a mí.
Decir que estaba sorprendido era poco.
Nunca esperé que Leviathan me llegara a decir algo semejante o que en primer lugar me amase o me quisiese si quiera.
¿Esto no era un sueño, no?
—Leviathan… —musité su nombre con la mirada perdida y lo abracé —. Por favor… cuéntame todo. Cuéntame que os pasó a ti y a Anabelle. Ambos habéis sido y sois las personas más importantes de mi vida y quiero saber que os sucedió. No sólo tú puedes cargar con todo eso, dejándotelo sólo a ti. Créeme que sé lo que se siente.
Tras pensárselo durante varios segundos, Leviathan decidió hablar acabando con ese silencio tan espectral.
—Está bien —accedió —. Todo se remonta a cuando conocí a tu hermana que estudiaba en el mismo centro educativo, El St Mary, este mismo.
Empezamos siendo amigos pero poco a poco comenzamos a darnos cuenta que había mucho más que amistad entre nosotros así que decidimos ser pareja. Cómo éramos jóvenes cometimos unos que otros errores pero hubo uno del cual aún no me puedo olvidar.
Yo y Anabelle tuvimos un hijo a los 16 años que no tuvimos de otra que dar en adopción por circunstancias muy obvias, pero eso no acaba allí. Verás… había una chica de menor grado que estaba obsesionada conmigo y su obsesión era tal que en más de una ocasión intentó agredir a Anabelle para tenerme para ella sola. Por suerte nunca lo consiguió, bueno, eso hasta unos años más tarde, qué fue cuando Katrina Le Strange asesinó a sangre fría a tu hermana delante de mí y más tarde terminó violándome a mí.
Un nudo en el estómago se me había formado al escuchar todo eso. Sin que faltase que había quedado boquiabierto.
Eran tantas cosas las qué tenía que procesar y todas ellas eran indigestas, pero de todas, la que no superaba, la que más me había impactado, era el haber oído que el verdadero asesino de mi hermana y la persona que convirtió en lo que es hoy, Leviathan, era nada más ni nada menos que Katrina Le Strange. La madre de Levi.
¿Cómo era eso posible? ¿Leviathan acaso lo sabía? ¿Y Levi?
¿Era posible que sospechara al menos un poco que el chico del que se celó hace unas horas en el bosque fuese su propio hijo?
—L-Levi —balbuceé llevando mi mano temblorosa a la boca.
—¿Qué ocurre? ¿Por qué me has apodado así tan de repente, gatito perdido? —preguntó notándoselo un tanto preocupado.
—L-Levi… él… él es tu hijo —seguí mascullando sin darme cuenta de lo que acababa de decir.
—¿Qué has dicho? —cuestionó en un tono severo.
—N-nada. No dije nada —evité tanto su pregunta como su mirada.
—No te hagas el tonto —me tomó por el hombros obligándome a enfrentarlo—.Lo escuché perfectamente. ¿Quién dices que es mi hijo? ¿Lo conoces? ¿Sabes dónde está?
Mordí mi labio inferior con fuerza.
—Esas son muchas preguntas… Leviathan —reí nervioso sintiendo que el corazón se me salía del sitio.
¿Porqué mierda tuve que soltar eso delante suya?
—No me agotes la paciencia, Dark. No quiero enojarme contigo —adoptó un brillo peligroso en sus dos ojos tan rojos como la misma sangre. Tragué saliva.
—Levi. Levi, es tu hijo. Leviathan Le Strange. El chico con el que me viste antes en el bosque —confesé angustiado.
A Leviathan se le suavizaron las facciones del rostro. Adoptó una expresión de sorpresa y retiró sus manos temblorosas de mis hombros.
—Le Strange… el mismo apellido de aquella mujer… el hijo de esa mujer… y el mío —murmuró para sí mismo horrorizado.
~~ALEXIS~~
¿Porqué había huído de esa manera?
Era un estúpido.
Aunque esos dos tampoco se quedaban atrás. ¿Con qué derecho venía Hayden a hablarme como si nada hubiese pasado y con qué derecho Rick se metía en la conversación?
Por otra parte, por culpa de mis estúpidos impulsos me había quedado con una duda.
¿Qué era lo que me iba a decir Hayden?
Suspiré y tras estar un rato fuera decidí entrar de vuelta al internado.
No tenía las ideas muy claras del todo, pero más que antes, definitivamente.
Aún guardaba a Hayden en un rincón de mi corazón, pero ya no lo quería, al menos no de esa manera.
Sin darme cuenta cómo ni cuando, Rick había ocupado todo aquel espacio y por completo.
¿Cómo diablos podía gustarme ese imbécil de Rick? ¿Y por qué me gustaba en primer lugar?
No había nada bueno en él...
Excepto… quizá sólo quizá su sonrisa…. Y sus preciosos ojos verdes que parecían de color ámbar bajo la luz del sol, su capacidad para entenderme, que siempre esté a mi lado ya sea en las buenas y en las malas… ¡No! ¡Suficiente! ¿Qué era acaso? ¿Una quinceañera enamorada? ¡Tsk!
De pronto escuché la voz de Rick llamándome desde la distancia.
—Por fin te encuentro —sonrió aliviado —. ¿Porqué te fuiste de esa manera?
—Porque mi mente estaba hecha un maldito lío. ¿Te parece poco? —repuse incrédulo.
—¿Lío? —repitió con el ceño fruncido —. ¿Porqué?
Aparentemente estaba diciendo la verdad.
Realmente era tan lento para no darse cuenta de lo que andaba rondando en mi cabeza.
—Porque hace tan solo una semana estaba enamorado de Hayden pero trataba de olvidarlo liándome con cualquier chico y chica del internado y de pronto viniste tú… y… ¡Lo cambiaste todo! ¡Por tu culpa es que estoy tan confundido, Rick! —estallé.
Rick se quedó con los ojos abiertos y sin habla al escucharme decir eso.
—¿Debería tomarme eso como una confesión? —insinuó con una sonrisa ladeada.
—Tómatelo como quieras —respondí con soltura.
—No sabes que tan feliz estoy de escucharte decir eso —me envolvió entre sus brazos por detrás.
—No necesariamente te dije que me gustaras, eh —puntualicé avergonzándome por lo que acababa de decir.
—Claro, claro —contestó irónico y apoyo su mentón sobre mi hombro —. Aunque tú no me quieras de la misma manera, con que me quieras al menos un poquito me basta. Porqué sé qué algún día llegaré a ser él único en tú corazón.
Idiota…
Desde hace mucho tiempo que ya lo eres.
Solo que nunca me dí cuenta de ello hasta ahora.
Reservándome aquellas palabras para mí mismo, giré mi cabeza para el otro lado y deposité un beso en su mequilla, causando que se sonrojara.
Agh. Realmente es demasiado lindo…
¿Cómo no pude darme cuenta hasta ahora?
—Bueno, vámonos ya —lo tomé de la mano y lo obligué a caminar de vuelta a la habitación.
—¿Tanta prisa tienes por ir a nuestra habitación? —volvió a insinuar con una sonrisa pícara.
—Quizá —le devolví la sonrisa.
—Espera. Antes quiero hacer algo.
—¿El qué? —fruncí el ceño.
Sin darme cuenta en ningún momento sacó su móvil y puso sus labios sobre mi mejilla, tomándo una foto del momento.
¿Pero qué…?
—¿No crees que lo ideal sería sacar una foto de este tipo para conmemorar nuestra nueva relación? —hizo media sonrisa. Rick parecía realmente entusiasmado con la foto que acababa de capturar.
Suspiré y agarré el móvil de sus manos con un tenue rubor en mis mejillas.
—Menuda estupidez —rodé los ojos.
—Lo sé —bajó la cabeza ruborizado él también.
—En serio que eres un idiota, pero eres mi idiota —se esbozó una sonrisa en mis labios y seguidamente le robé un beso al cogerle desprevenido —, y de nadie más —murmuré sobre sus labios.
Rick volvió a sonrojarse.
—Eso es jugar sucio —indicó con una sonrisa prepotente intentando disimular su notable sonrojo e inesperada timidez.
—Tan solo espera a ver qué tan sucio puedo jugar —aludí con la misma sonrisa y lo obligué a retomar el camino a la habitación.
~~LEVI~~
—No sabes cuánto tiempo me he pasado buscándote, enano —se escuchó una voz con la respiración entrecortada desde la lejanía del gimnasio —. Quién hubiese dicho que te encontraría justamente aquí y practicando baloncesto… Aparte de que me hace gracia por tu… ya sabes… lamentable condición de centímetros de altura, también me trae viejos recuerdos. Desde el incidente de George nunca volvimos a jugar un partido de baloncesto.
Dejé la pelota caer tras encestarla con éxito nuevamente y me giré a ver quién era el dueño de esa voz tan molesta. Aun sabiendo verdaderamente a quién le pertenecía.
Alistair.
—¿A qué centímetros te refieres exactamente? —cuestioné con una sonrisa divertida a lo que él se sonrojó.
—¡T-Tú ya sabes a lo que me refiero, enano! —volteó la mirada apenado y caminó hasta a mí.
—Cómo tú digas idiota descerebrado —volteé para la canasta y volví a encestar la pelota —. ¿Para qué viniste?
—Que desconfiado Levi —se hizo el dolido —. ¿Cómo puedes creer que tengo una intención oculta? Tan solo quería pasar mi tiempo con mi prince---
—Termina esa frase y te juro que te dejaré sin caminar por un mes —amenacé fulminándolo con la mirada.
Alistair tragó saliva y decidió seguir mi consejo.
—Está bien —suspiró resignado —. Vine porque el director Uriel o mejor dicho tu hermano te ha llamado —informó —. Aunque por mí se puede ir a la mierda, no tienes por qué ir.
¿Qué querría ese ahora?
—¿Te olvidas que además de mi hermano es el director? Tengo que ir.
Alistair me miró juzgadoramente y su vez con otra mirada como la de un perrito abandonado.
Mierda, sí seguía con esa mirada iba a acabar cediendo.
—De acuerdo, pero yo iré contigo —se ofreció segundos después.
—Cómo gustes —solté la pelota y ambos salimos del gimnasio encaminándonos hacia el despacho del director.
Por lo poco que me había llegado a contar Alistair, A Uriel se le encontraba un tanto inquieto. Lo cual viniendo de su parte era algo desconcertante. Nunca se me cruzaría por la mente que alguien como él pudiese estar así.
Me pregunto qué es lo tan importante que tenía que contarme…
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Una vez leído este capítulo estaréis sospechando que va a haber un reencuentro entre Levi padre y Levi hijo... la cuestión es... ¿Cómo acabará todo eso?
Otro misterio más c:
Por otra parte, asfjkld Rick y Alexis por fin estan juntos *--* ya era hora(?) aunque me pregunto que pasará cuando Hayden se entere(?)
Leviathan después de todo tiene su corazoncito :') y esperemos que lo tenga con su otro hijo (Levi) también xD
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