Capítulo 31 ''Hogar, dulce hogar''
Qué decir de este capítulo... la primera parte del capítulo me causó diabetes (?) de lo asfjkl que es y la última... temo por mi vida(?) por ciertos lectores que iran a mi casa con hachas por dejarlo en la parte más intrigante.
Pero ha merecido la pena puedo decir :D
Es también el capítulo más largo de AP, creo... son como 4000+ palabras .-. lol
Sin más espero que os guste ^^ y disfruten de la foto de Uriel vestido de doctor *--*
Secretito: El de la portada de Atracción peligrosa no es Uriel si no Levi de 18-19 años xD está para hacerle 100 hijos *--*
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ALEXIS
Me desperté cómo a las 12 de la noche sin ningún motivo aparente.
La razón no había sido una pesadilla ni tampoco porque tenía ganas de ir al baño, sin embargo, a la vez que pensaba en porqué me había despertado tan de repente y lo molesto que me había resultado, me percaté al girar mi mirada a la cama de Rick, que este, no se encontraba en ella.
¿Dónde podía estar aquel idiota a estas horas de la noche?
Suponiendo que podría estar en el baño, me levanté de la cama cogiendo cualquier chaqueta que pillase antes y me dirigí al baño, con la aterrorizante posibilidad presente de que Rick estuviese en el bosque en vez del baño.
—Ese maldito idiota… mira lo que me obliga a hacer —murmuré para mi mismo a regañadientes —, parezco su jodido niñero o algo parecido.
No molestándome si lo pillaba en pleno acto, encendí la luz al llegar y abrí todas las puertas de los cubículos del baño. Rick no estaba en ninguno de ellos.
Sin pensarlo más, me retiré del baño y salí corriendo hacia el bosque.
Por favor que no le haya pasado nada…
Para mi sorpresa lo que me encontré en el bosque fue muy diferente a lo que había llegado a pensar.
En un lugar que quedaba cerca del pozo del bosque, estaban Rick y unos estudiantes más del internado bebiendo alcohol y fumando.
Había toda clase de basuras, botellas de vidrio y colillas esparcidas por toda aquella zona del suelo del bosque.
¿Pero qué mierda…?
En seguida mi miedo y preocupación por él desapareció y se convirtió en rabia.
Realmente no esperaba que Rick fuera el tipo de personas que hiciese estas cosas.
Pero más importante aún… tenía que sacarlo de aquí cuanto antes, Ya que después de todo él no sabía nada sobre las muertes y desapariciones de los que se adentraban a este bosque.
—Rick —me dirigí a él con el semblante serio —. Es muy tarde ya, volvamos a nuestras habitaciones.
Rick, al escuchar mi voz, dejó de hablar con sus nuevos ‘amigos’ o compañeros de botellón mejor dicho y se giró a verme un tanto sorprendido.
—¿Qué eres? ¿Mi madre? —replicó con burla —. Me iré cuando me dé la gana —terminó por decir, esta vez más seriamente.
—Sí. La madre más sexy que todo hijo e hija desearía tener —rodé los ojos —. Ahora vamos.
Era tonto. No, espera lo era, pero de todas formas… era tonto si creía que lo iba a dejar aquí por las buenas.
L o agarré del brazo y lo obligué a caminar de regreso al internado.
—¡Ey! ¿¡Pero qué crees que estás haciendo?! —me reclamó cabreado.
—No sabía que fumaras… —solté inconscientemente con la mirada perdida.
Dejó de gritar, logrando calmarse un poco también.
—Es lo que hay —empezó —. Cuando tu vida es una mierda… —hizo media sonrisa dolida.
—No sé ni de tu vida ni de tu pasado, Rick, pero eso no es excu--
—Alexis —me nombró mirándome mal —. Tú no sabes una mierda sobre mi vida. No deberías decir esas cosas tan a la ligera… No sabes lo que se siente…
—¿No sabes lo que se siente? No, en eso te equivocas, Rick. Entiendo perfectamente cómo se siente el que te rompan el corazón —respondí por él mandándole la misma mirada —. Y no por eso me ves fumando, bebiendo y siendo un cabrón con todo el mundo.
—Es cierto que en parte es eso… pero lo mío va más allá de un simple mal de amores… tengo también otros problemas que obviamente no son asunto tuyo—espetó —. Y bien, es cierto que no haces ninguna de esas cosas… Pero te has acostado con media institución femenina y masculina de este internado —contraatacó con una sonrisa de suficiencia.
No supe que contestarle. Me había quedado sin argumento alguno.
Chasqueé los dientes de la rabia por el insulto indirecto que me había lanzado.
—Pues seré muy ‘puto’ o lo que quieras pero sí que quieres follarme —le recordé en un tono insinuante y con una sonrisa burlona.
—Es cierto —no lo negó.
¡Agh! ¿¡Cómo se supone que podía responderle de vuelta con semejante respuesta!?
Este chico era demasiado honesto…
Chasqueé la lengua esta vez y caminamos de vuelta al internado, sin ninguna queja por su parte.
Íbamos de camino a las escaleras que conducían al piso superior y al dormitorio masculino, hasta que de pronto, los dos escuchamos un ruido que hizo detener nuestro paso y paralizarnos completamente.
¡Que jodidamente oportuno! Nótese la ironía…
Dimos marcha atrás y corrimos hacia el baño escapando de la idea de que podía ser un profesor o peor aún… El director.
Ugh, tan solo pensar en él y su gélida mirada me producía escalofríos.
Qué curiosamente se me hacía parecida a la de Levi. Cuando Levi no estaba cabreado, claro.
Ambos nos metimos en un cubículo del baño y cerramos la puerta logrando escapar de aquella figura misteriosa.
Me limité a calmar mi respiración y luego alcé la vista para encontrarme a la mirada de Rick clavada en mí, mientras nuestros cuerpos se apretujaban por el pequeño espacio que proporcionaba el cubículo del baño.
Mierda… esta situación se me hacía muy incómoda.
Estábamos cerca. Demasiado cerca.
No es que esta situación me hubiese importado… pero con Rick ya era otro tema.
—¿No podrías alejarte aunque sea un poco? —le pedí en un susurro y algo ruborizado.
—Shhh —me atrajo aún más hacia él y me silenció poniendo un dedo sobre mis labios —. Creo que está aquí.
Tragué saliva.
—¿Tenía que venir precisamente aquí? —me quejé casi gritando.
—Te dije que estuvieses en silencio, joder. Que boca más molesta tienes—me lanzó una mirada asesina y sin previo aviso atrapó mis labios entre los suyos.
¿¡Pero qué cojones!? ¡Ya era el segundo beso que este pervertido me robaba!
Suponiendo que el beso había sido una forma de hacerme callar, me aguanté las ganas de reclamarle y golpearlo y cedí al beso, dejándome llevar y rodeando su cuello con mis brazos.
Llevó sus manos a mi cintura y acercó su pelvis para luego descaradamente introducir su lengua en mi boca, logrando encenderme por completo. No pude evitar dejar escapar un gemido ahogado en su boca.
Joder. ¿¡Qué diablos había sido ese puto gemido?! ¡Yo tenía que hacerle gemir!
Justo en ese momento alguien abrió la puerta sorprendiéndonos a ambos en pleno besuqueo o más bien folleteo.
—No me pagan lo suficiente para esto —abrió la puerta de pronto, Levi, con rostro inexpresivo y un leve tic en la ceja derecha para cerrarla en nuestras narices inmediatamente después.
… ¿Sorpresa?
Rick en seguida se separó de mí y fue corriendo tras Levi.
Eso me había dejado perplejo por completo. Esa cara de pánico al haber visto que era Levi…
¿Acaso estos dos se conocían?
No tardé mucho en dejar el lugar e irme corriendo a seguirlos, escondido claro está.
Parecía que estaba conversando desde hace un rato.
—Levi… lo que has visto allí antes… —se intentó explicar.
—Rick, no tienes por qué darme explicaciones —sonrió frívolamente —. No es cómo si tú y yo tuviésemos algo.
¿Qué?
¿Levi era la persona que había rechazado a Rick? Aunque… ¿Qué era esa actitud? Levi estaba siendo un jodido insensible.
—Eso ya lo sé —volteó la mirada dolida y apretó los puños—. Es sólo que no quiero que te creas que soy de esos chicos que lo superan tan rápido y se lían con cualquiera. Alexis… me gusta. No es como lo que siento hacia ti, pero me gusta.
Mordí el labio inferior con fuerza.
De repente, un dolor punzante se formó en mi pecho.
Estaba claro que a mí no me quería de esa forma, es más debería al menos estar agradecido que a Rick al menos le gustase y no solo buscara sexo… Pero… Entonces, ¿Por qué me sentía de esta manera? ¿Po rqué me había dolido tanto su respuesta?
¿No era yo el que iba a acabar derritiendo su frío corazón?
Cierto. No podía permitirme llorar como un idiota y mucho menos sin saber la causa. Me volví a morder el labio para impedir que cualquier lágrima cayese y me obligué a sonreír.
Caminé hasta ellos dos y puse mi brazo alrededor de su hombro, con una sonrisa despreocupada.
Cómo si nada hubiese pasado.
—Hey, Levi.
—Hey… Alexis —me miró de una manera indescifrable —. Rick, nuestra conversación ya ha terminado, no hay nada más de que hablar. Ahora lo que quiero es hablar con Alexis, ¿Podrías irte ya a tu habitación?
¿Levi quería hablar conmigo a solas? ¿Por qué? ¿De qué?
Al irse finalmente Rick, Levi lanzó un suspiro.
—A ver… Alexis… ¿Tú no querías a Hayden?
—Lo quiero, claro que aún lo quiero —me apresuré a decir con la mirada decidida —, creo…
—Tsk —chasqueó la lengua —. Mira solo voy a decirte una cosa, cuida a Rick. Si le haces daño no estoy muy seguro de lo que pueda llegar a hacerte —amenazó con una sonrisa siniestra —. Sé que te gusta Rick pero también sé que no puedes dejar en tus pantalones a tu amiguito —señaló mi entrepierna.
Allí me había pillado.
—Ni siquiera estoy seguro de sí me gusta… —me encogí de hombros.
Levi puso los ojos en blanco.
—No lo has negado. Eso ya es un signo de que te gusta —hizo una sonrisa ladeada —. Quería ir al baño pero después de aquella sorpresita… se me quitaron las ganas. Nos vemos mañana Alexis—se despidió con la mano.
—Nos vemos… Levi —musité para después regresar a mi habitación dónde me encontré a Rick ya metido en su cama.
Estaba claro que este idiota no se había dormido tan rápido.
Simplemente estaba haciéndose el dormido para no hablar conmigo.
Y quizá era la mejor decisión. Para ambos.
Mas no pude evitar sentirme lleno de impotencia y molestia al ver lo tanto que estaba pasando de mí.
Enfurruñado, salí de mi cama y me monté encima de Rick con una media sonrisa provocativa.
Rick se giró a mirarme con el ceño fruncido.
—¿Qué quieres Alexis?
—Continuar con lo de antes —amplié mi sonrisa comenzando a desabotonar su camisa.
—Sí claro —puso los ojos en blanco apartando mi mano —. Dime, que es lo que te pasa en realidad.
¿Cómo lo había sabido?
Joder… A veces Rick era la única persona que parecía conocerme de verdad…
Mordí mi labio. Esto parecía estar haciéndose una costumbre.
—Dímelo o te violo —me miró amenazadoramente.
Solté una especie de gritito y me alejé de él a lo que él se rió levemente.
—Es broma —aclaró —. Aunque es cierto que hace una hora no me habría importado…
—¿Y ahora? ¿Por qué te importa? —pregunté sin darme cuenta.
El se quedó callado. Callado y sorprendido.
Parecía que la pregunta lo había cogido desprevenido
—¿Me estas provocando? —cuestionó con una sonrisa juguetona.
—P-Para nada —negué con la cabeza —. Es sólo… que desde que te encontraste con Levi, te veo desanimado. ¿Es Levi, no? Del que estás enamorado…
—Sí —afirmó confirmando mis sospechas —. Es él, aunque cómo puedes ver, es claramente imposible lo nuestro —lanzó un suspiro.
—¿Porqué? ¿Qué te hace estar tan seguro?
—Porque es mi mejor amigo de la infancia y porqué él ya está con alguien —sonrió dolido.
¿Levi estaba con alguien? ¿Quién?
—Ya veo… —le devolví la sonrisa —. Lo mismo me pasa con Hayden.
—¿Hayden? —repitió sorprendido — ¿El novio de Felicia?
—Lo quería mucho antes de que fuese el novio de Felicia… Lo he querido desde siempre… antes de que ella apareciese y me lo arrebatará de mi lado —escondí mi rostro en los brazos que tenía sobre mis piernas.
Después de eso solo hubo silencio. Un silencio que duró segundos pero pareció haber sido minutos, en los que me dediqué a mirar de reojo a Rick con los ojos cristalinos, hasta que Rick finalmente decidió hablar.
—Alexis, ven aquí —me invitó a meterme en la cama con él, dejándome un espacio vacío en su cama.
Hice como me pidió y me acurruqué a su lado, entrelazando mi pierna con la suya y hundiendo mi rostro en su pecho a la vez que dejaba caer lágrimas de mis ojos.
Rick se quedó abrazándome y acariciando mí cabello cobrizo toda la noche hasta que dejé de llorar y me caí rendido del sueño.
Era la primera vez que había compartido cama con alguien con el que no me había acostado y también…
Era la primera vez que me había sentido tan a salvo… tan a gusto con alguien que no era Hayden.
ALISTAIR
—Levi —comencé a llamarlo para que se despertara —Levi, despierta ya es tarde —volví a mirar mi reloj de mano en el que ponía que eran las 3 de la tarde.
Joder… ¿Cómo podía ser que yo fuera el que se molestaba en despertarlo? Cuando fue él el muy maldito que me metió su… ¡Agh! ¡No quiero ni recordarlo! Me di unos 3 cabezazos contra la pared completamente sonrojado para quitar esas imágenes de mi mente.
—¿Qué coño estás haciendo? —preguntó de malas ganas, mandándome una mirada asesina.
Oh mierda.
No espera… ¿esto es lo que quería… despertarlo, no? Aunque no de esta forma…
Tragué saliva.
—N-Nada —negué con una risa nerviosa y me aparté de la pared —. Ya era hora de que despertaras, enano —terminé por decir con una sonrisa.
—Ya… a ver si para la próxima yo puedo decir lo mismo de tus neuronas cuando yo te despierte—hizo una sonrisa ladeada —. Algo como… ‘’Ya era hora de que recuperaras tus neuronas, idiota descerebrado’’, aunque para que engañarnos… eso nunca pasara —lanzó un suspiro.
Se me vino un tic en la ceja izquierda y apreté los puños con fuerza.
¡Maldito enano…!
—Cómo sea —chasqueé la lengua —. Levi, quiero que me acompañes a la biblioteca.
—¿A la biblioteca? ¿Por qué? —se cruzó de brazos.
—Quiero buscar sobre Paul Meyer, tu padre.
Vi como en ese momento su rostro se tensó al escuchar que había nombrado a Paul.
—Mi padre adoptivo —corrigió —. Mi verdadero padre es Leviathan Blackwell… el primer estudiante desparecido y asesinado. En todo caso… ¿Por qué quieres buscar sobre él?
Recuerdo el día en el que me había enseñado el diario. Ni yo mismo había podido creerlo… pero así era, Leviathan Blackwell era padre de Leviathan Le Strange.
—Por que tus preguntas del otro día me hicieron dudar… me hicieron plantearme dudas que nunca antes se me habían ocurrido. ¿Quiénes son mis padres? ¿Por qué no los recuerdo? ¿Por qué no recuerdo mayor parte de mi infancia? ¿Por qué mi padre precisamente tenía que llamarse Paul como el tuyo? ¿Por qué desde que has llegado aquí no dejas de tener sueños con nosotros dos de pequeños?
—Bueno… en realidad en cuánto la última parte… el primer sueño que tuve contigo fue completamente diferente —se le dibujó una sonrisa perversa.
—¿Diferente en qué sentido? —cuestioné arqueando una ceja.
—Mejor que no lo sepas —finalizo con una media sonrisa —. En cuanto a todo lo demás… es cierto que no vendría mal buscar sobre Paul. Y de paso también sobre su muerte… la muerte de él y mi madre… hay algo en eso que no me cuadra. No sé porque pero no me creo que haya sido un asesinato común y corriente.
¿Qué no había sido uno normal y corriente? ¿Pero qué podría haber sido si no?
—Leviathan. Si descubres quién ha sido el asesino de tus padres… ¿Qué vas a hacer? —le pregunté con el semblante serio.
—Lo mataré —se giro a verme con una mirada sedienta de sangre —. Lo mataré con mis propias manos al igual que al que asesinó a mi verdadero padre.
¿Pretendía matar al asesino del bosque? ¿¡Acaso estaba loco?!
—Levi… no vayas a hacer una locura —me puse nervioso al escucharle decir eso.
—Bueno, no es algo que pueda evitar, ¿no? La locura corre en mi familia después de todo —puntualizó— Ahora vamos.
* * *
Todo lo que pudimos encontrar en los registros y en las páginas dadas por Google, era que Paul Meyers había muerto a la edad de 32 años junto a su esposa Katrina de 30 años quién en realidad era Katherine junto a otra información que era irrelevante a lo que buscábamos.
Levi me quitó el ratón de las manos y decidió buscar otra cosa.
‘’Leviathan Blackwell’’.
No dije nada al respecto y me quedé observando lo que hacía.
Tampoco salió mucho.
Era lo mismo que ya sabíamos. Leviathan un estudiante de 19 años del internado St. Mary había sido encontrado descuartizado en el bosque que quedaba alrededor del internado.
Por lo que si Leviathan Blackwell aún siguiese con vida tendría unos entre 30 o entre 35 años.
—Mierda. ¡No hay nada que ya no sepamos sobre estos dos! —bufé mordiéndome una uña de los nervios.
—No te alteres Alistair. Es domingo
—No jodas —le respondí incrédulo.
Él en cambio soltó un resoplido de fastidio.
—Es domingo por lo que podemos regresar hasta casa si queremos, a eso me refería —aclaró con una expresión de exasperación en su rostro—. Con eso te quiero decir que podemos ir a mi antigua casa. Dónde vivía con Paul y mi madre. El ordenador de Paul o cualquier documento en su oficina nos podría ser de gran ayuda.
—¿Sigue todo allí? Es decir… ¿Tras la muerte de tus padres no moviste ni tiraste nada? —quise asegurarme.
—Sí —asintió con seguridad —. A menos que la vieja momia de mi abuela no se haya llevado algo además del diario.
Esa era otra posibilidad.
Por nuestro bien… y por el de todos esperemos que todo siguiese en su sitio.
Regresamos cada uno a nuestra habitación y nos cambiamos de ropa para seguidamente ir a dónde estaba la secretaria Anna y solicitar una salida.
Una vez que se nos fue concedida no tardamos más tiempo y cogimos el bus que nos iba a llevar a la ciudad.
* * *
La casa de Levi quedaba en uno de los apartamentos más ‘’pobres’’ por así decirlo del centro de la ciudad. No era de los peores, pero ya que quedaban en la ciudad era extraño que se viera tan desaliñado.
Me sorprendí al ver que Levi aún conservaba las llaves cuando abrió el portal.
Si yo fuese él… probablemente las habría tirado hace tiempo.
—Toma —me entregó unos guantes abiertos de cuero negros —. Que sé que un riquillo y niño de mamá como tú le da asco hasta pisar el suelo de este edificio —sonrió burlón.
—¡Oye! ¡Tampoco es para tanto! No es cómo si crecieran champiñones o algo del moho… ¿no?—inflé los mofletes irritado —. ¿Y qué son estos? ¿Guantes de mendigo? ¿Por qué están abiertos? —los inspeccioné con el ceño fruncido.
—Si no los quieres dilo y ya está —me miró cabreado.
—No espera… sí que los quiero —me los acabé poniendo —. Gracias —sonreí tiernamente.
Sí. Solo eran unos guantes que además no me gustaban su diseño. Demasiado macarra para mí gusto.
Pero… ¿Podía tomarme esto como el primer regalo de Levi, no?
Pensando en aquella posibilidad, no pude evitar acercar mis dos manos ahora con los guantes a mi rostro con una sonrisa y un tenue rubor en las mejillas.
Dios, parecía un perro con esta actitud.
—Sólo son unos guantes —le restó importancia rodando los ojos con un tenue rubor en las mejillas el también. Pulsó el ascensor que nos iba a llevar hasta la planta 3.
Sin previo aviso, Levi se acercó a mí y me robó un beso —el cual correspondí de inmediato y rompimos de inmediato ya que finalmente habíamos llegado—. Salimos del ascensor y Levi caminó hasta la puerta número 4. Metió las llaves y las giró al otro lado. Fue entonces cuando me fijé que el rostro sin inmutar de Leviathan había cambiado a uno de perplejidad.
—Levi… ¿Qué ocurre? —pregunté confundido.
—Alguien ha entrado. No sé cuándo ni quién y ni siquiera sé si se ha marchado aún o no, pero el caso es que alguien además de nosotros ha estado aquí —explicó con voz temblante y procedió a mover la manilla de la puerta con sumo cuidado y sin hacer ruido.
Al abrirse la puerta, con extremo sigilo y cautela, entramos.
Acto seguido, fuimos hacia la habitación de Paul con la esperanza —al menos de mi parte— de que se hubiese ido ya la persona que había entrado antes que nosotros dos.
Pero la suerte como siempre… casi nunca estaba de mi parte.
Y hoy había sido el día en el que justamente no había tenido suerte para nada.
En esa misma habitación aparte de nosotros, se encontraba una figura masculina alta con el cabello azabache revuelto y con un traje. Al que solo se le podía ver por sus espaldas porque estaba viendo los libros de las estanterías. Parecía estar en busca de algo.
—Suponía que ibas a regresar algún día aquí… pero no hoy —empezó a hablar el hombre con una voz que ambos nos había resultado extrañamente familiar —. Es como si estuvieses empecinado en fastidiar mis planes… Leviathan.
Esa voz… esa voz no podía pertenecerle a nadie más que a…
—Vaya pero si es nuestro amigo y director Uriel Blackwell —contestó en un tono sarcástico Levi —. Tú como si estuvieses en tu puta casa… ¿Te preparo un té y unas galletitas? ¿O prefieres decirme qué coño haces en mi casa?
Bueno. Era una manera de decirlo…
Uriel soltó una risa retenida y se giró a mirarnos.
—Veo que también estás acompañado —me dirigió una sonrisa siniestra que hizo que tragase saliva. Recordé brevemente las palabras del director de aquel día. —. ¿Y bien? ¿Qué os trae por aquí?
—No te atrevas a cambiar el tema —espetó Levi acercándose a él sin pizca de miedo —. Dime que cojones haces aquí. Ahora. No me vengas con mierdas como que porque eras el ‘’amigo’’ de Paul, que con ese tono más bien parecía que eras su folla amigo. ¿Qué? ¿Acaso habías decidido hoy ir a visitar su frasco de cenizas?.
—Está bien. Me habéis pillado —dio un suspiro —. Estoy aquí por otras razones que no son visitar el frasco de cenizas de tu padre… y también por distintas razones que no son la amistad hacia tu padre.
—¿Cuál era tu relación con Paul? —pregunté yo esta vez.
Uriel clavó su mirada en mí y sonrió siniestramente.
—Ninguna —contestó finalmente—. Es curioso porque yo no tengo ni he tenido relación alguna ni con Paul ni con Katrina o mejor dicho… Katherine Le Strange. Sólo y únicamente había oído hablar de ellos. Esa es la verdad. Esta vez la real.
—Digamos… que te creo —habló hipotéticamente Levi —. Digamos que te creo y que está bien, no les conoces. Pero… este asunto va más allá de eso, ¿no? ¿Cómo es que en primer lugar has hablado de ellos? No es como si fueran famosos. Mi padre era un detective de poca monta. Además… si no tenías relación alguna con ellos ¿Por qué estás aquí? ¿Cómo has entrado siquiera?
—Cómo has formulado tantas preguntas… me limitaré a responderte una sola —dijo con un tono y rostro inexpresivo —. Yo no conocía a tus padres, Leviathan. Pero ellos…—de pronto, comenzó a reírse como un loco. Risa que erizó todos y cada uno de los vellos de mi piel —. Ellos sí que conocían a los míos. Es más… me atrevería a decir que los conocían demasiado bien. Sobre todo… tu madre. Tu madre era una loca psicópata hermana de otra demente psicópata y tu padre adoptivo, era un enfermo con síndrome de Estocolmo. No merecen tu perdón… ni tu compasión Levi. Ninguno de ellos.
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Ese fue el final... del CAPÍTULO (NO de la historia ._. Menudo lío se estaban montando deoh meoh Dx) No me maten(?) paz y amorsh :D
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