¡Hola! :D
Aquí por fin les traigo el capítulo 30 de AP, dios, ni yo me lo puedo creer... ¡el capítulo 30! Increíble, increíble... para alguien que antes no avanzaba ni 5 páginas con una historia y la dejaba abandonada en alguna carpeta oculta para que mi madre no
supiese que escribía yaoi xD(?) Por eso, es algo muy importante para mí y asdfjkl todo os lo tengo que agradecer a vosotros, gracias ;-; porque sois vosotros los que me animáis para seguir.
Y ahora dejando de lado el drama *se quita una lágrimilla de purpurina morada* (?) El capítulo es muy corto, lo siento Dx se supone que esto iba a estar en el capítulo 29 y no estar en el 30 pero... no tuve tiempo de escribirlo para aquel día así que D;
En fin, de todas formas espero que os guste ^^

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~~DARK~~

¿Qué me estaba pasando?

Desde la última vez que me encontré con Leviathan… en estos últimos días, ni en un solo día he dejado de tener sueños con él.
Sueños con esos ojos rojos que tanto me aterran y a la vez me cautivan… Sueños que más bien parecían una pesadilla. Sí, todo lo que tenía que ver con aquel hombre no era más que una pesadilla.

Tenía que despejar mi mente, dormirme aparentemente me hacía mal.

Me levanté de mi cama y me puse mi chaqueta que recuperé al final de camino al internado ese día y me puse a deambular por los oscuros y solitarios pasillos.

No caminaba con alguna dirección determinada. No, ni siquiera notaba si caminaba o no, de lo tan concentrado que estaba divagando en mis pensamientos.
Pensando en él, las desapariciones, en Anabelle y en las posibles consecuencias que podrían ocurrir si llegaba a sentir algo más que odio por ese asesino. Algo que no era temor…algo que era un sentimiento tan intenso y profundo como el odio.

El tan solo pensar en la palabra me daba pánico. Eso, es lo que verdaderamente me daba miedo y no Leviathan.

Sin embargo, estos mismos pensamientos fueron interrumpidos y mi ‘caminata’ incluido
debido a que había chocado con alguien.

¿Pero quién?

Levanté la vista y mi rostro adoptó una expresión horrorizada.

—L-Leviathan… —mencioné su nombre en un hilo de voz.

—Gatito perdido… — Recibí una sonrisa arrogante de su parte —. ¿Me estabas buscando?

—No —me apresuré a decir sin saber ni yo mismo que tan ciertas eran sus palabras  —. ¿Qué haces tú aquí? —Mi expresión se tornó seria.

¡¿Qué hacía él aquí?! ¡Se supone que él nunca salía de aquel maldito bosque!
¿Esto significaba que ya no se podía estar a salvo ni dentro del internado?

—Tú mismo te has respondido…. cómo tú no lo hacías yo vine a buscarte —soltó lleno de cinismo.

—¿Pretendes matarme dentro del internado? —pregunté con desconfianza y una sonrisa incrédula.

No, el no era tan estúpido…  Había venido por otra distinta razón… ¿Pero cuál?

—Créeme que pretendo hacerte de todo… menos matarte —se le esbozó una sonrisa siniestra. En ese momento un escalofrío recorrió mi espina dorsal —. Además… deberías ser lo suficientemente inteligente para saber que no soy un suicida. No he venido para asesinarte ni a ti ni a nadie, si fuese así lo habría hecho antes, en vez de haber vivido años ocultado en el bosque ¿no?

—No. Quizá si seas un suicida. Estás en mi territorio, en el internado, dónde todos podemos estar a salvo de ti… podría delatarte en cualquier momento y sería lo mejor… habría paz en este lugar y las muertes y desapariciones finalmente se detendrían…

—Pero no lo vas a hacer ¿cierto? —me interrumpió y agarrándome de las dos muñecas, alzándolas, me aprisionó contra la fría pared del pasillo.

—¿Qué te hace estar tan seguro? —le reté con la mirada.

¿Qué no le iba a delatar? Quizá tuviese razón… no me atrevía.
Podría hacerlo. En cualquier momento gritar por ayuda, vendrían en seguida, lo atraparían y todo se acabaría. ¿Por qué entonces no me veía capaz?

—Por qué lo sé Dark. Sé lo que sientes por mí, sé lo mucho que me deseas —acercó su rostro al mío.

Podía sentir su respiración sobre mis labios.

—Suéltame —demandé algo jadeante. Empezaba a sentirme nervioso y por ello comencé a forcejear.

—No forcejees. Estate quieto —amenazó susurrándome al oído — ¿No entiendes que te estoy diciendo que te estés quieto? —levantó la voz.

No dije nada, tan solo temblaba del miedo no pudiendo pensar en otra cosa más que en…

¿Qué estaba haciendo? ¿Qué iba a hacer conmigo? Y sobretodo ¿Por qué mi cuerpo no se resistía del todo a él?

—¿Por qué estás tan asustado? —interrogó con una sonrisa afectada —. Puedo llegar a ser un hombre muy bueno, Dark. Míralo por ti mismo —concluyó y ahogó mis próximas palabras con un beso brusco. Nuestros dientes chocaron, quise apartarme todavía más, pero sus manos me apretaron más contra él. Metió su lengua en mi boca a la fuerza y la movió salvajemente alrededor de la mía.

En poco tiempo se empezaron a escuchar gemidos, gemidos ahogados míos.
Entonces de repente rompió el beso mordiendo mi labio inferior con fuerza arrancándome otro jadeo y gemido.

—Baja tu voz un poco —ordenó hacienda media sonrisa y me lamió y mordió suavemente el lóbulo de la oreja mientras sentía su mano apretar mi trasero—. No nos conviene que alguien nos escuche, si alguien nos encuentra, podrían matarnos a los dos. ¿O acaso te es más excitante poder ser descubiertos por otra persona? Me gusta… Querría hacer esto por siempre. Te destruiré Dark. Te destruiré de la manera más bonita…. Me llegarás a desear hasta tal punto que serás incapaz de vivir sin mí.

Me quedé sin habla. No sabía que decir. Estaba en un estado parecido al shock y tan solo me estremecía y jadeaba ante sus caricias, mordidas y lamidas.
Y no sabía si estaba así porque Leviathan me había besado o porque yo me había dejado llevar completamente.

—Estás temblando… Me gusta esa expresión en tu rostro —me tomó del mentón obligando a que lo mirara a los ojos —. He querido ver tu cara de este modo desde la primera vez que nos vimos en el bosque. Te ves asustado, estás tenso y tan lleno de desesperación….. Me encanta —se relamió los labios y me observó con una mirada penetrante que me hacía sentir desnudo en aquel momento.

—¿Q-Qué vas a hacer? —pregunté una vez que reaccioné.

—Hmm…¿Me estás preguntando qué voy a hacer? Me pregunto… —sonrió sádico sin intención de darme ningún detalle —Pero por hoy… te dejaré descansar. Se te nota cansado, gatito perdido—me soltó finalmente y puntualizó tomando una expresión más seria.

¿Cómo se había dado cuenta?
Con esos malditos sueños sacados de una pesadilla peor o iguales que ‘’Pesadilla en Elm Street’’ pero la versión porno, no había podido dormir casi nada.

Justo cuando iba a comenzar a caminar de vuelta a mi habitación ya que había dado a entender que eso último había sido de una forma una ‘despedida’, Leviathan me agarró de la muñeca derecha por detrás.

—Buenas noches —me robó nuevamente otro beso. Un beso que se diferenciaba al de hace unos minutos. Este había sido uno más... 'suave' y tierno. Luego comenzó alejarse en la oscuridad del pasillo hasta que su figura poco a poco desapareció por completo.

Después de todo aquello… ¿Me decía buenas noches, como si nada?
Leviathan… sin duda eras único. Y yo un estúpido.
El notable rubor que se me había formado en las mejillas rato después me lo había confirmado.

Me había confirmado lo loco que estaba y lo estúpido que era por la posibilidad de que estuviera o me estuviese enamorando de él.

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Asdfjkl ;-; esta pareja definitivamente es mi favorita, llamadme loca o lo que queráis jajaja x'D
Ha habido medio-salseo ( ͡° ͜ʖ ͡°) pero no completo, aunque no iréis a matar por ello, ¿no? :D