38.- Serie de malas decisiones.
¡Tendremos doble capítulo hoy! Justo a las 6 pm (hora México), es decir en 2 horitas.
______________________________________________________________________
"El punto central de la vida es aprender a vivir con las consecuencias de las malas decisiones que hemos tomado".
—Sherrilyn Kenyon.
No pude hablar con Luke, a pesar de que lo intenté el parecía tener asuntos más importantes de los cuales hacerse cargo. Less me dio las llaves de la moto tal y como dijo la noche anterior y apenas alcancé a hablar con ella antes de tener que marcharme.
—No lo sé, Dereck —Colton parece preocupado—. Dijiste que lo dejarías.
—Sí, eso fue antes de que esos hijos de perra le apuntaran a la hija de Luke con un arma —le recuerdo—. Ellos volverán si no hago esto.
—¿Y qué te garantiza que te dejarán en paz luego de que hagas eso? —cuestiona—. Peor aún, ¿qué tal si algo sale mal y te atrapan?
—¿Qué se supone que haga entonces?
—Hablar con Luke. ¿La casa no tiene cámaras?
—No por dentro —expreso—. Solo verán que les abrí la puerta y entraron. Además, Luke no parece tener tiempo de hablar conmigo ahora, parece estar preocupado por algo.
—¿Por su nueva pelea? —inquiere—. Hay rumores de que se enfrentará contra alguien importante.
—No tengo idea, te digo, no parecen querer hablar conmigo. No son mis asuntos así que intento no molestarlos.
—Tienes que resolverlo. Pero haciendo esa entrega, no es la solución.
La conversación pasa a segundo plano cuando las chicas llegan, me abstengo de mencionarle a Halley lo que había ocurrido porque sabía que inevitablemente se preocuparía. Y no necesitaba eso.
Mientras más ajena se mantuviera, mejor.
No soy capaz de pensar en otra cosa, aun cuando Halley dice que tendrá que irse por una semana a un curso de pintura que le ayudará para la universidad.
—Siento que últimamente no estamos pasando demasiado tiempo juntos —expresa—. ¿El castigo sigue? Tal vez puedas venir a casa esta noche, antes de que me vaya.
—Me temo que sí. O en realidad, no lo sé —confieso—. Dijeron hasta nuevo aviso, pero ahora parecen estar con cosas más importantes que eso.
—Sí, entiendo. Bueno, ¿al menos te veré antes de irme?
—Claro que sí, te vas mañana ¿no? Bueno, iré a despedirte—respondo—. Ahí están tus padres.
Nos acercamos al auto, la madre de Halley me saluda con una sonrisa al tiempo que baja la ventanilla.
—Dereck, ¿Cuándo vienes a la casa a cenar? —inquiere—. No, mejor, ¿por qué no vienes mañana en la noche? Haremos una pequeña cena, celebrando que Halley va a ese curso, luego puedes ir con nosotros a dejarla al aeropuerto.
—Sí, ya me ha dado la noticia —admito—. Me encantaría, gracias señora Williams, ahí estaré.
—A las siete —informa—. Te esperamos.
Halley lanza un beso cuando el auto comienza a avanzar, y permanezco un par de instantes en la acera antes de ir por la motocicleta, antes de esa cena, tenía asuntos que resolver.
Solo Lili está en casa cuando llego.
—¿Dónde está Luke? —inquiero.
—Tiene reuniones con su promotor. Seguramente no lo verás seguido —expresa—. Cuando hay una pelea en puerta, suele desaparecer entre reuniones y entrenamientos.
—¿Crees que esté en el club? Necesito hablar con él.
—No, está con su promotor, acabo de decirte —dice incorporándose—. ¿Qué es ese asunto tan importante?
—Algo que tengo que hablar con él —expreso en un suspiro—. Aunque parece que no podré hacerlo.
—Volverá en la noche, al igual que Less. —dice—. Debe de ser importante porque Alessia se quedó con la niñera.
—Bien —subo hasta la habitación, tomo el teléfono desechable para encenderlo, apenas lo hago, varios mensajes entran.
Voy hasta el último, que ha sido recibido apenas una hora antes.
"Sabes que cumplo mis advertencias, Jones. No me hagas volver a esa casa"
Si la amenaza fuese para mí, o incluso para Patrick, no me hubiese preocupado. Pero Luke y su familia estaban de por medio, y tenía menos de seis horas para encontrar una solución, que no sea volver a Sellwood. Aun cuando todo pintaba que esa sería mi única salida.
No puedo estar tranquilo, he perdido la cuenta de las veces que he llamado a Luke, pero su celular me envía directo al buzón de voz. Y Less solo toma una de las llamadas, y la respuesta es la misma:
—No lo molestes ahora, Dereck.
No lo molestaría si no fuese importante, joder. Pero ninguno me daba la oportunidad de siquiera intentar hablar.
Para cuando dan las siete, y no hay respuesta de ninguno, lo decido, tomo el celular desechable y respondo el mensaje de Flyn.
"Te veo en donde siempre"
Bajo a la sala, Lili está en la cocina cuando me ve salir.
—¡Sigues castigado! —me recuerda, pero no le doy una respuesta.
Cuando estoy afuera, me coloco la chaqueta y saco la moto del garaje, tomo una larga inhalación antes de ponerme el casco y encender el motor.
—Vas a arruinar todo —susurro cerrando los ojos—. ¿Qué coño haces, Dereck?
Saco el celular, marcando el número de Luke en un último intento. Esta vez, si responde.
—Luke, antes de que digas algo...
—Dereck, estoy en medio de una junta ahora, ¿qué quieres?
—Pasó algo, Flyn...
—Escucha, no sé quién diablos es Flyn y no tengo tiempo para esto.
—Luke, es sobre Sell...
—Tengo que colgar. Volveré a casa tarde, no nos esperen despiertos. —Y cuelga.
—¡Maldita sea! —grito golpeando el frente de la moto. Si no hacía esto, para cuando Luke volviera encontraría su casa hecha un desastre. Volteo, observando la casa frente a mí. Flyn no hacía advertencias en vano, lo sabía bien.
Pero, ¿Cómo vería a la cara a Luke después de esto? ¿Después de que le prometí que no volvería a hacerlo? Si todo salía bien y no se enteraba, tal vez nada pasaría. Pero sabía que la buena suerte y yo no somos precisamente los mejores amigos.
Son las ocho en punto cuando me detengo frente a la bodega de Flyn. Cuando ingreso, solo hay tres personas. Flyn y un par de chicos más que no conozco.
—Al final te decidiste —dice con suficiencia—. Buena elección.
No respondo.
—Bien, son tres entregas y ya que Dereck ha llegado, puedo dárselas. Es arriesgado enviarla todo en un solo paquete, así que ustedes tres lo harán. Seguirán el mismo camino juntos hasta la entrada de Northwest y luego se separan.
Flyn continúa explicando, y me mantengo en silencio. Cuando me entrega el paquete que me correspondo, es cuando hablo.
—Esta y me dejas en paz.
—Tienes mi palabra. —sonríe—. Solo vuelve con mi dinero.
Nos entrega una mochila negra a cada uno, y dice que debe ser entregado todo en una hora. No conozco a los otros dos chicos, y tampoco me importa. Solo quería terminar con esto de una maldita vez y volver a casa.
Debíamos llegar a un vecindario que estaba a las afueras de Portland, debíamos atravesar Northwest y continuar por caminos diferentes, sería sencillo.
O eso quería pensar.
Uno de los chicos se adelanta, no vamos precisamente juntos, pero a una distancia considerable. Intento alejar de mi mente la cuestión de Luke, quería mantenerme positivo y pensar que nunca lo sabría, que no habría necesidad de decirle lo que había ocurrido.
Si revisaba las cámaras, tal vez solo contarle sobre la visita de Flyn, pero nada más.
He aumentado la velocidad sin darme cuenta y me obligo a mantener la atención en el camino porque no quería tener ningún accidente, justo eso es lo que menos necesitaba ahora.
Las calles de Sellwood se caracterizan por ser oscuras, por algo era uno de los barrios más inseguros, todo el camino ocurre como debería, hasta que llegamos a Northwest.
Es sabido que los accidentes pasan en fracciones de segundo, en espacios de tiempo tan pequeños que muchas personas dicen no recordar cómo es que terminaron estrellándose.
Eso es justamente lo que ocurre.
Cuando atravesamos la avenida para ingresar a Northwest, un auto parece haberse pasado el alto. El sonido de la motocicleta del chico que iba adelante estrellándose contra el auto es todo lo que se escucha. Un segundo auto aparece, las luces intensas me ciegan y apenas consigo esquivarlo para no estrellarme contra él.
Sin embargo, voy a alta velocidad y no consigo mantener el control de la motocicleta, así que es inevitable. Siento mi cuerpo impactar contra el concreto, mis costados se golpean con brusquedad mientras ruedo y la mente se me aturde por los bruscos movimientos. Ruedo por la calle, un gemido adolorido brota de mis labios mientras permanezco sobre el concreto.
Escucho la puerta de los autos abrirse, permanezco sobre la calle cerrando los ojos con fuerza mientras intento apagar el dolor. Antes de que pueda hacer siquiera el intento de incorporarme, alguien me libera del casco.
Siento un peso colocarse sobre mi cuerpo y parpadeo con rapidez eliminando la visión borrosa ocasionada por el golpe.
—¿En dónde está? —siento algo frío contra mi cuello y solo en ese instante me percato de que sostiene una maldita navaja contra mi cuello.
—¿Qué?
—La mercancía —de reojo, soy capaz de ver el cuerpo el primer chico a un costado de la carretera. Y el sonido de los golpes se adueña de la solitaria calle—. Escucha, niño, si no quieres que te corte el cuello aquí mismo, dime en donde está.
Jodida mierda.
—La mochila —digo entre dientes.
Me la arrebata, no dice nada más y se aparta para comprobar el interior, cuando se asegura de que tiene lo que busca, se marchan casi tan rápido como aparecieron.
Estoy adolorido, el auto acelera tan cerca de mi cuerpo que me estremezco. El ardor en las manos es intenso, y el dolor persistente en cada zona posible, sin embargo, solo puedo pensar en una cosa.
Se han llevado la jodida mercancía.
—Levántate —el otro chico que nos acompaña se acerca, envuelve uno de sus brazos contra el mío—. Tenemos que irnos.
Un par de luces se reconocen, maldición, la policía estará aquí pronto.
—Vamos, si no quieres acabar preso, tenemos que irnos —exige.
Aún estoy aturdido por lo que acaba de pasar, mi cuerpo duele y apenas consigo ponerme de pie. El casco está a un par de pasos de distancia, y la moto a algunos metros. Me obligo a mí mismo a tolerar el dolor y caminar hacia ahí.
El daño en la motocicleta es más que visible, pero gracias al cielo el motor enciende sin problemas.
—La mercancía....
—Olvida la jodida mercancía —espeta el chico colocándose el casco—. Tenemos que irnos, luego puedes preocuparte por eso.
Así que eso hacemos, en el momento justo en el que las luces de los carros de policía iluminan la callen, nosotros ya estamos lo suficientemente lejos.
Para mi mala suerte, Less ya se encuentra en casa cuando vuelvo.
—Pero, ¿qué fue lo que te pasó? —inquiere con preocupación.
—Tuve un accidente —respondo con una mueca—. Estoy bien.
—¿Estás bien? Es evidente que no —reprocha ayudándome a ingresar. Toma mis manos, examinando los nudillos y luego centra la atención en mi rostro. Una de sus manos viaja hasta el costado izquierdo y pasa las yemas de sus dedos suavemente.
—Llevaba el casco, estoy bien, Less.
—Si te devolvimos las llaves de la motocicleta fue para que vayas a la escuela —dice con molestia—. Llamaré a Louis para que venga a revisarte.
—Estoy bien.
—No te estoy preguntando —responde con firmeza—. ¿Puedes subir a tu habitación?
Asiento. Ella no dice nada más, conforme subo las escaleras me repito que tengo que decirles lo que ocurrió. Maldición, si antes las cosas con Flyn eran complicadas, ahora que no tenía su dinero, ni su mercancía, era mucho peor.
Estoy ingresando a la habitación cuando el teléfono suena, suelto una maldición cuando leo el nombre de Flyn.
—Ya sé lo que ocurrió —dice con seriedad al otro lado de la línea—. Esperaba que contigo no fuese el caso.
—Flyn...
—Veinticuatro horas, Jones —dice interrumpiéndome—. Quiero mi dinero dentro de veinticuatro horas, o iré por el yo mismo.
—Es poco tiempo, yo no...
—Vives con un maldito millonario y, ¿esperas que crea que no puedes darme mi dinero? Quiero mis malditos tres mil dólares, Jones. Y los quiero en veinticuatro horas.
No dice nada más, y la llamada se cuelga.
No te equivocaste, Dereck. Lo arruinaste todo.
Less, además de estar preocupada, está enojada. Solo parece más aliviada cuando Louis dice que el golpe en el rostro ocasionado por el casco no es más que un moretón, y un par de contusiones en el cuerpo que no son de importancia. Sin embargo, su molestia parece volver cuando Louis se marcha, y cuando Luke llega, nada está cerca de mejorar.
—¿Crees que tengo tiempo para esto? —inquiere Luke—. Estoy en medio de una reunión, y me llaman porque te accidentaste.
—Luke...
—¿Cómo ocurrió? Y quiero la verdad.
—Fue un descuido. No miré que había un auto cruzando.
—¿Y el auto no se detuvo? —niego, él resopla—. Así que derrapaste y el auto solo siguió su camino, ¿eso me estás diciendo?
—En realidad...
—¿Sabes algo, Dereck? Tengo asuntos más importantes que tratar ahora que tus irresponsabilidades —reprende.
—Sí, bueno, yo no le pedí que casi me arrollara —espeto con molestia—. ¿Por qué te enojas conmigo?
—En primer lugar, no tenías permitido usar la motocicleta.
—Less me devolvió las llaves, yo supuse...
—Bien, ¿sabes qué? Tengo asuntos realmente importantes que atender ahora como que hay un idiota pidiendo una pelea que no merece —masculla—. No tengo la cabeza para luchar con un adolescente rebelde.
—¿Qué?
Cuando se da la vuelta para salir, me incorporo de la cama con rapidez.
—Luke, ¡Necesito hablar contigo! —grito cuando él ya se encuentra en las escaleras—. ¡Es sobre Sellwood!
Se detiene, creo que va a volver para que hablemos, pero no lo hace.
—¡Por primera vez arregla solo tus malditos problemas, Dereck! —grita, no vuelve a mirarme, sale dando un portazo y eso es todo lo que obtengo.
—¿Qué fue lo que le hiciste? —inquiere Lili arqueando una de sus cejas.
—No tengo idea —miento, porque sé exactamente qué fue lo que hice.
Ingreso de nuevo a la habitación, cerrando la puerta con un portazo y me lanzo contra la cama, ignorando la molestia en mi cuerpo.
Todo amenazaba con irse a la mierda, y yo soy el único culpable.
—Amigo, te prestaría el dinero si pudiera, pero no hay forma de que retire tres mil dólares y que mis padres no se den cuenta —Colton dibuja una mueca en sus labios—. Es demasiado dinero.
—¿Crees que no lo sé? —inquiero.
—¿Intentaste hablar con Halley? Tal vez...
—No, no voy a decirle que me preste dinero, lo que menos quiero es involucrarla en todo esto. Además, esta noche se va a Montana, no planeo molestarla —mascullo—. Sé que la única solución es hablar con Luke, pero ahora parece estar en modo "ignorar a Dereck"
Colton ríe y eso me molesta más de lo que debería.
—No es gracioso —reprocho.
—Lo siento, es solo que creo que estás exagerando. Si le dices claramente lo que pasa, no creo que te ignoren.
—Sí, seguramente lo que harán es echarme a la calle —echo el cuerpo con ligereza hacia atrás. Mi amigo observa el reloj en su muñeca.
—Tienes hasta las diez de hoy, ¿no es cierto? —inquiere. Emito un sonido parecido a una afirmación.
—Tal vez pueda decirles a mis padres que quiero ese bonito reloj de la nueva colección de Montblanc. No lo notarán. Él problema, es que seguramente me darán tarjeta, y no el efectivo. ¿Flyn no aceptará un reloj?
Pese al nivel de ansiedad que me cargo, sonrío.
—No lo creo. Pero gracias.
—Te dije que era mala idea hacer esa entrega —expresa.
—Lo sé —mascullo—. De una u otra forma, siempre termino por arruinarlo todo.
—Hey, no. Habla con Luke, dile lo que ocurre sin rodeos, o a la señora Lewis, a cualquiera, Dereck. No intentes resolverlo solo porque no llegarás a ningún sitio.
Era plenamente consciente de que intentar resolverlo solo no me traería nada bueno. En primer lugar, no tenía tres mil dólares para pagarle a Flyn. Segundo, era consciente de que Luke debía saber las cosas que involucraban a su familia.
Pero también sabía perfectamente que algo como eso, no lo dejaría pasar. Y no quería averiguar cuáles serían las consecuencias de la serie de malas decisiones que tomé.
Porque una cosa es segura, Luke no pondría en riesgo a su familia de ningún modo, y si alejarse de alguien le proporcionaba esa seguridad, lo haría.
Y no estaba preparado para eso, para alejarme. No estaba preparado para perder el único sitio al que podía llamar hogar.
Llevo más de diez minutos de pie frente al estudio de Luke. Sé que debería de atreverme a entrar, pero no estaba listo para lo que sucedería después de cruzar el umbral.
Al final, como el cobarde que soy, termino por volver a mi habitación. He intentado llamar a Flyn, explicarle que no hay manera de que obtenga los tres mil dólares hoy, pero el hombre no entiende razones.
—Ahora si vas a decirme que ocurre contigo —dice Lili ingresando a mi habitación—. Te vi frente al estudio de Luke, diez minutos con cincuenta y tres segundos de pie frente a la puerta.
—¿Tomaste el tiempo? —Se encoge de hombros.
—¿Qué ibas a decirle? —cuestiona—. O lo que es más importante, ¿en qué lío te has metido?
Cuando hago el ademán de responder, ella me interrumpe.
—Antes de que consideres mentirme, tengo que decirte que me vi todas las temporadas de CSI y sé distinguir perfectamente cuando alguien está mintiendo. Así que si quieres ayuda, debes decirme la verdad.
—Le debo dinero a alguien —admito—. Mucho.
Lili arruga la frente.
—¿A qué clase de persona?
—A la clase de persona que puede venir y darle problemas a Luke. A la clase de personas que no les importa nada el entrar a una propiedad privada, y hacerla pedazos.
—¿Cuánto?
—Tres mil —suspiro con pesadez—. Y debo pagarlos antes de las diez de la noche. Como verás, es un gran lío.
Lili no dice nada, se mantiene mirándome por un par de minutos y luego, solo sale. Bien, si va a decirle a Luke o a Less, tal vez deba prepararme.
Pasan alrededor de diez minutos, hasta que vuelve.
—Los quiero de vuelta —dice extendiendo una especie de caja en mi dirección—. Y puedo considerar cobrarte intereses.
—Lili...
—No preguntes como es que tengo tres mil dólares —advierte—. Los necesitas ahora, y te los estoy prestando.
Niego.
—Bueno, no quiero arriesgarme a que esa gente venga a mi casa por tu culpa —sentencia—. Así que más te vale que los tomes, que son las cinco.
Señala el reloj de la habitación.
—Ve, yo te cubro las espaldas —dice con una sonrisa—. Y date prisa, porque según lo que oí, tu novia se va a las siete.
Me acerco hasta ella, Lili emite un quejido a modo de broma cuando la envuelvo en un abrazo.
—Voy a regresártelo —aseguro—. Lo haré, en serio.
—Claro que lo harás, que no te lo estoy regalando, tonto —golpea mi pecho—. Less no está en casa y Luke no saldrá de su estudio en un gran rato, pero vuelve antes de las seis treinta porque Less llegará a esa hora, luego puedes arreglártelas para ir a ver a tu novia.
—Te debo la vida.
—Lo sé —eleva uno de sus hombros.
—¿No se darán cuenta de que no tienes el dinero? Quiero decir...
—Luke me da algo de dinero cada semana, dinero que no utilizo, pero él cree que sí. Tengo suficiente con lo que Less me da, así que ninguno hará preguntas si eso es lo que te preocupa.
—Gracias, Lili.
—Apresúrate y deja de agradecer —exige.
Y eso hago, aproximadamente media hora más tarde, estoy en la bodega de Flyn.
—Tres mil, completos —espeto dejando el dinero frente a él.
Flyn arquea una de sus cejas, mirándome como si no creyera que el dinero está frente a él.
—Fuiste rápido —dice tomando algunos billetes—. ¿Cómo lo hiciste?
—Eso no es tu problema. Tienes tu dinero, así que espero que me dejes en paz.
Eleva las manos,
—De acuerdo. Aunque tenía mejores planes —admite—. Pero me agrada que seas tan cumplido como siempre, lo tendré en cuenta.
No respondo, le doy la espalda y salgo de la bodega. Mi cuerpo está tenso, aun cuando ya he acabado, aun cuando Flyn tiene el dinero, no dejo de sentir que algo va mal.
Flyn sale, lo miro a través del visor, coloca dos dedos en la frente y hace una especie de saludo militar en mi dirección.
Se acabó, Dereck. Deja de ser tan paranoico.
Intento convencerme de aquello, de que he terminado pero una vocecita me grita que no es así, que en realidad no ha acabado, y ojalá le hubiese hecho caso.
Ojalá hubiese sabido que Flyn, en realidad si tenía mejores planes, y no dudaría en llevarlos a cabo.
________________________________________________________________
¡NOS LEEMOS EN DOS HORAS!
No se olviden de votar y comentar, significa mucho para mí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro