28.- A la luz.
Subiré otro capítulo a las 4:30! :) ¡Estén pendientes!
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«Nadie puede librar a los hombres del dolor, pero le será perdonado a aquel que haga renacer en ellos el valor para soportarlo.»
Halley no respondió mis llamadas. Tampoco a los mensajes. Necesitaba saber qué es lo que haría, necesitaba saber qué es lo que planeaba hacer, sea lo que sea.
Colton tampoco fue de mucha ayuda. Según él, no sabía absolutamente nada de lo que Halley planeaba hacer. Sospeché que hablaría con Luke, o con sus padres, pero en realidad nunca imaginé que se atreviera a ir más allá.
Necesitaba saberlo, de lo contrario iba a terminar por perder la cabeza.
Dos días después me presento a Cleveland, tenía un par de inasistencias que fácilmente podría justificar si convencía a los profesores. Pero antes de eso, necesitaba encontrarla.
Camino con prisa hacia el sitio en donde el casillero de Halley se encuentra, había llegado muchísimo tiempo antes para que no consiguiera escabullirse, porque parecía que tenía la completa intención de ignorarme.
Cinco minutos antes de que la campana sonara anunciando el inicio de la primera clase, aparece.
—Necesito que me digas que es lo que hiciste —exijo.
—Dereck...
—Escucha, no voy a enojarme contigo, pero sea lo que sea que hiciste, necesito saberlo. Necesito estar preparado para lo que sea que vaya a pasar, Halley.
—No —dice con firmeza.
—¿No?
—No, porque sé que decírtelo te dará tiempo para crear excusas, para inventarte un argumento lo suficientemente sólido, y no va a pasar.
—Halley...
Sus manos se colocan a los costados de mi rostro, da un pequeño paso hacia adelante y planta sus labios sobre los míos. El beso es cálido, la sensación reconfortante me envuelve por escasos segundos antes de que se aparte.
—Lo hice porque te quiero tanto, y no tolero la idea de alguien haciéndote daño. No sé si vas a odiarme después de esto o si vas a desear terminar conmigo...
—Hey —la detengo, colocando un mechón detrás de su oreja—. Sería incapaz de odiarte, Williams. Te quiero tanto como para conseguir hacerlo. Solo...
"Dereck Jones, preséntese a la oficina del director"
La voz que suena por los altavoces me interrumpe. Centro la atención en Halley.
—Era necesario.
La observo con confusión, cuando en los altavoces se repite mi nombre, me aparto.
—¿Fuiste con los directivos? —inquiero.
Creí que tal vez hablaría con Luke, con sus padres en un caso más desesperado, pero no imaginé que pudiera acudir a los directivos de la escuela. Si ellos estaban enterados, tal vez citaron a Patrick.
El corazón me da un vuelco furioso. Una sensación de pánico me envuelve y ella lo nota.
—Estarás bien —dice tomando mis manos entre las suyas—. Estarás bien, D. Solo ve y di la verdad ¿sí? Por favor, por lo que más quieras solo dí la verdad.
Me aparto, aún estoy intentando procesar el hecho de que, a lo mejor, al entrar a la oficina del Director, Patrick va a estar esperando por mí.
Lo que pasa después es como si mi mente hubiese entrado en modo automático, el pánico estalla en mi pecho con más intensidad cuando me detengo frente a la oficina del director, me debato entre tocar o ignorar el llamado.
Por primera vez ten la valentía de enfrentarlo.
Una voz en mi mente me reprende, tomo una corta inhalación antes de atreverme a abrir la puerta. Daysi me saluda con su habitual sonrisa amable, y señala la puerta del director. Apenas y soy capaz de sonreírle con educación y caminar hacia la oficina.
Una parte de mí se siente aliviada al abrir y no encontrar a Patrick en el interior.
—Hola, Dereck —saluda el director con una sonrisa amable—. Agradezco que hayas venido tan pronto.
—¿Qué ocurre?
Se quita las gafas, lo observo señalar la silla vacía que se encuentra frente a él y aguarda hasta que me encuentro en el lugar.
—Te presento a Tiana Brown, trabajadora social de la oficina de protección a menores.
—¿Trabajadora social?
—Dereck —habla la mujer—. Nos han llamado porque hay una persona que asegura que estás en riesgo.
El recuerdo de Austin se cuela en mi mente.
No eres su familia, lo llevarán a un hogar temporal si tiene suerte, a ti te enviaran a una familia de acogida porque evidentemente tu abuela no querrá hacerse cargo de ti.
—No estoy en riesgo.
—Entendemos que pueda ser complicado para ti admitirlo. Pero hay testigos que aseguran que corres un riesgo real. Dime, los golpes ¿Dónde te los hiciste?
—Accidente en motocicleta —respondo con firmeza—. No sé quién les haya dado la información, pero se han equivocado. Yo no estoy en ninguna situación de riesgo. Mi padre no me maltrata.
—¿Quién mencionó el maltrato de tu padre?
El aire abandona mi cuerpo porque me he dejado en evidencia. Ella comienza a hablar, pero ya no la estoy escuchando.
—Se han equivocado —afirmo incorporándome—. Se han equivocado.
Salgo de la oficina, me siento sofocado, agitado ante la idea de que hay una maldita trabajadora social enterada de lo que ocurre. Sé que tengo que ir a casa, tomar a Austin y largarme porque si Patrick lo sabe, si se ha enterado, va a acabar conmigo.
—Dereck aguarda —la mujer sale detrás de mí, pero no me detengo. Mientras avanzo por los pasillos observo a Halley venir con prisa hacia mí.
—Dereck, espera, ¡Dereck! —Ella toma una de mis manos y me obliga a parar—. ¿Qué ocurrió?
—¿Tienes idea de lo que pasará ahora que has involucrado a protección de menores? ¿Tienes una idea del lío en el que me has metido?
Su postura firme vuelve.
—Sí, soy consciente de eso y no me arrepiento de buscar ayuda. Era hora de que alguien hiciera algo por ti.
Me libero del agarre que ejerce en una de mis manos y continúo caminando. Una parte de mí repite que era cuestión de tiempo, que este momento llegaría. Que debería estar agradecido con Halley, pero no lo estoy.
Un cuerpo choca contra el mío.
—Hey, Jones, ve por donde caminas —Retengo la palabrota que intenta salir de mis labios cuando observo a Zane. Cuando no respondo, el vuelve a hablar—. Eres un idiota.
—¿Qué? —giro hacia él—. No seas infantil, solo fue un empujón.
Él parece satisfecho y sé que acabo de darle lo que buscaba.
—¿Estás tan enojado porque tu secretito ya se sabe? —inquiere con suficiencia.
Me paralizo, intentando entender lo que ha dicho.
—¿De qué hablas, idiota? —inquiero encarándolo.
—Dereck, vamos, no lo vale—. No sé en qué punto Halley ha llegado, siento una de sus manos envolverse alrededor de mi muñeca y tira de mi cuerpo.
Hago lo que pide porque lo único que quiero es salir de aquí.
—Muy machito ahora, pero ¿qué tal cuando no puedes defenderte de los golpes de papi? —mi cuerpo entero se paraliza mientras cada una de sus palabras me golpean con fuerza.
—¿Qué has dicho? —lo encaro, regresando los escasos pasos que habíamos avanzado.
—Por favor, tu faceta de chico al que no le importa nada, ¿se debe a los golpes de papi? —una risa colectiva se deja escuchar y solo en ese punto me doy cuenta de que hay más personas en los pasillos.
—Más vale que cierres la boca, Zane. No tienes ni una jodida idea de lo que hablas.
—Sellwood ¿acaso fue una faceta? ¿Tu coartada para justificar los golpes? Pobre Jones.
—No, Dereck —Halley tira de mi cuerpo cuando intento acercarme.
—Cierra la boca, Zane. Te lo advierto. —Me libero del agarre de Halley con brusquedad.
—¿O qué? ¿Qué harás? —inquiere acercándose—. Deberías estar resentido con Halley, no conmigo.
—¿Qué?
—¿No nos dijiste todo, Halley? ¿No fuiste con nosotros a contarnos lo que ocurría con tu querido novio?
—No, yo no...
—¡No lo niegues! ¡Anda, admítelo frente a él!
Siento algo atravesarme el pecho, es como si de pronto alguien me golpeara con tanta fuerza como nadie lo ha hecho nunca. Mi mente se nubla, todo parece caerse a pedazos mientras miro a la chica que luce horrorizada frente a mí.
—¿Hiciste eso?
—Claro que lo hizo. ¿Qué más? Seguro le da vergüenza andar con un idiota que no es capaz de...
Nunca en mi vida había golpeado a alguien, jamás estuve inmerso en peleas, ni siquiera en Sellwood, pero ahora, con la ira llenándome por completo, no lo pienso.
Caemos contra las losas, todo lo que he aprendido de Luke, lo aplico ahora. En este instante, golpeando con fuerza el rostro de Zane, me desconozco completamente.
Golpeteo mi pie contra la losa recién pulida de los pasillos. El nerviosismo en mi sistema se incrementa a cada segundo que transcurre y él no aparece.
El director espera con impaciencia afuera, observa el reloj y resopla. Observo a Zane de reojo, sostiene la bolsa de hielo contra su rostro amoratado y no me pasa desapercibida las miradas furibundas que los señores Wright lanzan en mi dirección.
—Lamento la demora, tenía algunos pendientes —me siento aliviado cuando Luke aparece—. ¿Qué ocurre?
—Señor Lewis, pasemos a mi oficina —pide el director. Me incorporo y soy consciente la mirada reprobatoria que Luke me dedica.
Luego de que un par de profesores nos separaran e impidieran que continuara golpeando a Zack, nos confinaron en la sala de detención, luego solicitaron los números de nuestros tutores, pero sabía que, si Patrick se enteraba de esto, una expulsión sería lo menos terrible que me ocurriría.
Así que mi único recurso, fue llamar a Luke.
Tomamos asiento en las sillas que están frente al escritorio del director, una mirada reprobatoria es lanzada de nuevo hacia mí antes de que comience a explicar la situación.
—Debió ser por algo ¿no lo cree? —inquiere Luke—. Dereck no es violento.
—¿Qué excusa busca? Es evidente que tiene problemas de ira, basta con mirar como dejó a nuestro hijo.
—Bueno, si su hijo acabó así es porque algo suficientemente malo debió de haber dicho —Luke gira hacia los señores Wright —de lo contrario no hubiese terminado con la nariz rota.
—La razón no es el punto, lo citamos aquí porque en el instituto Cleveland no toleramos esta clase de comportamientos violentos. No importa si fueron provocados o no.
Me mantengo en silencio, soy consciente de la manera en la que Luke aprieta los puños por debajo de la mesa.
—¿Hubo una buena razón para que lo golpearas? —Luke gira hacia mí—. Dereck, ¿la hubo?
Todos me miran y me siento incómodo.
—La hubo.
—Bien, eso es todo lo que necesito. Espérame afuera —ordena.
—¿Qué?
—Que me esperes afuera, nosotros tendremos una conversación acalorada y no quiero que estés aquí.
Observo al director, él asiente y luego le indica a Zack que salga, Daysi nos pide aguardar en el pequeño recibidor, alejados, claramente.
Cierro los ojos sintiendo de nuevo el pesar llenarme el cuerpo. Apoyo la cabeza contra la pared intentando dejar de pensar en todo lo que había ocurrido antes.
Pero no puedo hacerlo, no dejo de pensar en las palabras de Zane, en Halley y su imposibilidad de negar lo que había hecho, en el hecho de que todos en Cleveland parecían saber lo que ocurría, y si aún no estaban enterados, lo harían.
No dejo de pensar una y otra vez, que todo se ha jodido. Que todo ha resultado bastante mal.
Me repetía que Halley no pudo haberlo dicho, no a alguien como Zane. Ella sabía perfectamente lo que eso significaba, era plenamente consciente de todo lo que decir algo como eso traería consigo.
Ella no pudo hacerlo.
No sé cuánto tiempo pasa hasta que la puerta se abre y unos furiosos señores Wright abandonan la oficina. Luke sale después, estrecha la mano con el director y luego se acerca.
—Camina.
Está enojado, así que me mantengo en silencio mientras caminamos por los pasillos, varios estudiantes nos miran y hablan entre ellos.
—Luke...
—¿Cómo crees que me siento cuando me hablan de tu escuela para informar que "mi sobrino" ha golpeado a un chico hasta casi dejarlo inconsciente?
—Exageraron, él estaba bien.
—Dereck, estoy hablando en serio.
Nos detenemos en la entrada.
—No quería que llamaran a mi padre. Tu nombre fue el único que se me ocurrió dar, yo...
—¿Por qué lo golpeaste? —inquiere—. Te dije que lo que te enseñaba, no era para que te metieras en una maldita pelea, era para defenderte, no para que la usaras con un compañero.
—¡Dereck! —cierro los ojos por un par de segundos cuando reconozco la voz de Halley—. Dereck juro que él está mintiendo.
—Ah, ¿sí? —la encaro—. ¿Entonces como rayos lo sabe, Halley? ¿Cómo rayos están enterado de la única cosa que tú estabas dispuesta a contar? Y en todo caso ¿Cómo sabría Zane que estabas enterada? A menos que en verdad fueses tú quien contara todo. Confíe en ti, Williams.
—¡Pero yo no dije nada! —exclama con desesperación—. Dereck, te juro que solo hablé con la tutora, yo...
Le doy la espalda, cruzando por el lado de Luke y lo escucho hablar con Halley. No me interesa lo que tiene por decir, solo quiero marcharme. Quiero tomar lo importante y largarme de este sitio.
—Hey, no jovencito. No te irás solo así —Luke toma con firmeza uno de mis brazos y me conduce a su auto—. Sube.
—Pero la moto... —me arrebata las llaves y observa a alguien.
—¿Eres su amigo, no es cierto? —Colton asiente, ¿en qué momento llegó? —Bien, cuidarás de su motocicleta mientras tanto. Ahora, sube al auto Dereck. Ahora.
Lo hago de mala gana, me abrocho el cinturón y Luke ingresa, aún se mantiene serio, no enciende el auto de inmediato, así que supongo que está esperando que hable.
—Me citaron a la oficina del director, y había una trabajadora social.
—Y supongo que fue Halley la que habló ¿no es cierto?
Asiento levemente.
—Cuando salí, me crucé con Zane en los pasillos. Él dijo algo sobre no poder defenderme de los golpes de mi padre, luego dijo que Halley había dicho todo y que seguramente fue porque sentía vergüenza de salir con un chico que no podía defenderse.
—Dereck...
—No lo resistí, yo solo quería golpearlo, yo solo...—tomo una corta inhalación, obligándome a mí mismo a recobrar la compostura—. Lamento si causé molestias.
No me da una respuesta inmediata, enciende el auto y salimos del estacionamiento, por varios minutos conduce en silencio, y no sé si eso sea algo bueno, o malo.
—Estás suspendido. Conseguí que no te expulsaran —dice casi orgulloso.
—Suspendido —repito —¿Cuánto tiempo?
—Dos días.
Lo observo con incredulidad.
—¿Dos días? Pero...
—Bueno, parece que en Cleveland los padres que no quieren que sus hijos sean expulsados o manchen su expediente realizan donaciones anuales. ¿Sabías eso?
No busco que responder.
—Así que dije que tal vez podría hacer una.
—¿Hiciste una donación? —No lo creo. Soy consciente de la forma en la que retiene la sonrisa.
—Cincuenta mil dólares ¿sabes cómo quedaron esos señores Wright al escucharlo? —suelta una risa—. Debiste haberlos visto. No te sorprendas si a partir de ahora el director...
Deja de hablar cuando nota mi estado.
—¿Estás bien?
—¿Donaste cincuenta mil dólares? —casi grito—. Pero...
Luke estaciona el auto a un costado de la avenida.
—Escucha, no iba a permitir que te expulsaran. Y ese dinero no es nada para mí, lo sabes.
—No, no lo sé —objeto—. Luke...
—Bueno pues ahora te has enterado. Ese dinero no es nada. Lo que me importa, lo que verdaderamente me interesa, es que estés bien.
Un silencio se instala dentro del auto. No sé qué decir, un gracias no bastaría.
—Debí escucharte, en el hospital...yo debí escucharlos a todos. Tenían razón, Patrick no cambiará jamás, pero estaba tan confundido que fue más fácil para mi creer en lo que él dijo. Lo que dije sobre que no eres mi padre...
Él deja de mirarme.
—No lo dije en serio. Porque no hay nada más en este mundo que me gustara que eso, pero estaba asustado, estaba tan confundido y tú decías toda la verdad que fue demasiado para mí.
—La primera llamada que me hiciste... ¿necesitabas ayuda? —inquiere.
No quiero decirle que sí, porque odiaría que se sintiera culpable, pero estaba harto de mentir.
—Lamento no haber estado para ti —continúa cuando no respondo.
—No tienes que disculparte, fui yo quien los apartó a todos así que...fue solo la consecuencia.
Continuamos con el camino, no sé muy bien a donde nos conducimos, pero prefiero no preguntar.
—Sé que no me has preguntado, pero no creo que Halley le haya dicho a ese chico lo que ocurre —me observa de soslayo, antes de centrar su atención en la carretera—. Creo que es un mal entendido.
—¿Entonces como lo supo? —Él se encoge de hombros.
—Solo escúchala, estoy seguro de que no hizo nada de lo que se le acusa—dice—. Probablemente te parezca algo complicado, pero debes de hacerlo. Y respecto a la trabajadora social, Dereck, debes hablar con ella.
—¿Y qué pasará? Mi padre irá por un tiempo a prisión ¿y qué hay de mí? Me veré obligado a ir con personas con las que no quiero estar.
—Tal vez haya alguien con los que sí quieras quedarte —dice—. Alguien que pueda ver por ti.
No le doy una respuesta, me mantengo mirando por la ventana convenciéndome a mí mismo de que puedo darle solución a esto. Aproximadamente quince minutos después, nos detenemos frente a su hogar.
—Me tomé el atrevimiento de decirle a Alessandra que vendrías a comer —informa liberándose del cinturón.
Bajamos en silencio, camino detrás de él y tan pronto la puerta se abre, un grito emocionado se deja oír. La pequeña Alessia corre hacia su padre, Luke se inclina y la recibe en brazos.
Sonrío levemente mientras ingresamos.
—Cariño, he vuelto —Less aparece, una sonrisa cálida se posa en sus labios tan pronto se fija de mi presencia—. Dereck se quedará a comer.
—Hola, Less —ella se acerca, me envuelve en un abrazo reconfortante y luego se aparta.
—Me alegra mucho que vinieras —expresa— ¿Todo en orden?
—No debería sentirme orgulloso de esto, pero creo que le enseñé bien —manifiesta Luke con una sonrisa—. El otro chico estaba mal.
Less retiene la sonrisa.
—No soy partidaria de la violencia, pero creo que hay casos que lo ameritan. —dice encogiéndose de hombros—. Aunque eso no significa que esté bien que vayas por los pasillos golpeando chicos.
No me pasa desapercibido el tono de reproche que emplea.
—Espero que sea la última vez que recibimos una llamada de ese tipo —me señala con el dedo índice y asiento.
—No volverá a ocurrir —aseguro.
Ella nos conduce a la mesa, no me he dado cuenta de que ya casi es medio día, ¿Cómo rayos pasó tan rápido el tiempo?
Less dice que su hermana menor sigue en clase y que debería llegar pronto, pasamos la comida con normalidad y hasta este punto me doy cuenta de lo mucho que los eché de menos.
Cuando acabamos, y luego de ayudar a Alessandra a recoger la mesa, Luke me llama.
—Halley me dijo lo que ocurrió —expresa—. Lo que tu padre hizo. Y no planeo hacer que vuelvas a ese sitio.
—No volvería si tuviera...
—Claro que tienes —afirma—. Claro que tienes un sitio, una casa, nos tienes a nosotros.
—Luke...
—No vas a volver a ese sitio —afirma con mayor seguridad—. Puedes quedarte aquí, con nosotros.
Por unos breves segundos, no sé cómo deba tomarlo. Me está ofreciendo un sitio, en su casa, con su familia.
—Nosotros estaremos encantados de recibirte —volteo, ahora Less se acerca con su hija en brazos—. Te queremos mucho, y no estaremos tranquilos sabiendo que estás en esa casa.
—No quiero ser una molestia. No...
—Escucha, no serás una molestia. Puedes estar aquí, nosotros cuidaremos de ti. Nos va lo suficientemente bien como para ayudarte tanto como tú nos lo permitas.
—¿De verdad?
Luke sonríe.
—¿Alguna vez te he mentido?
Niego. No puedo seguir reteniendo la sonrisa en mis labios, antes de que él pueda hablar otra vez, me acerco para darle un abrazo.
—Gracias, Luke —susurro.
—Una condición —dice y me aparto—. Si la trabajadora social vuelve, hablarás con ella.
—Luke...
—Nos ofreceremos como hogar temporal —interrumpe—. Solo si vuelve. ¿Puedes prometerme eso?
—De acuerdo, si vuelve hablaré con ella.
Él parece satisfecho con mi respuesta. La conversación continúa y por primera vez, no me siento como un cobarde.
—Estaré aquí afuera —Luke mira la casa como si quisiera decir algo más—. ¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe?
—Mi padre debe de estar en su trabajo ahora —afirmo quitándome el cinturón—. Tomaré lo importante.
—Dereck...
—Nadie se encuentra en casa, Luke. Además, estás a menos de tres metros de la entrada.
—En eso tienes razón —asegura, pero el gesto pensativo no lo abandona.
—¿Qué te tiene así?
—Estoy literalmente rogando porque tu padre no haga nada, ¿te he dicho las ganas que tengo de golpearlo? Pero no puedo hacerlo, soy boxeador y golpear a alguien que no lo es podría ocasionarme una demanda.
—Entonces no te bajes del auto, y espérame aquí —respondo—. No quiero ser el causante de que el mundo del boxeo pierda a su campeón.
—¿Cómo sabes que sigo siendo el campeón? —inquiere con una sonrisa divertida.
—Oh, vamos, eres Thunderbreaker —algo en su mirada aparece tan rápido que no logro reconocerlo—. Claramente sigues siendo el campeón.
Bajo por completo del auto, tomo una corta inhalación antes de caminar hacia la entrada de la casa, no se escucha ningún movimiento dentro, así que deduzco que nadie se encuentra.
Ingreso, cierro la puerta detrás de mí y subo hacia mi habitación. Tan pronto como llego ahí, sé que definitivamente debí de haberle dicho a Luke que viniera conmigo.
Patrick está ahí, mi habitación está completamente destrozada, el hombre que se hace llamar mi padre se incorpora y por la forma en la que me mira, sé que sabe todo.
—Protección de menores —dice acercándose y retrocedo—. Parece que eres más valiente de lo que pensé.
Intento salir, pero es más rápido y me sujeta con firmeza. Una de sus manos se posiciona en la parte trasera de mi cuello, y me aleja de la puerta.
Estás a menos de tres metros de la entrada.
Las palabras que le dije a Luke llegan a mi mente de nuevo.
—Luke está afuera —advierto reteniendo el quejido de dolor que amenaza con brotar de mis labios ante el agarre fuerte en mi cuello.
Patrick sonríe y por primera vez en mi vida, lo desconozco por completo.
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¡TENDREMOS OTRO CAPÍTULO A LAS 4:30 PM! ¡Estén pendientes!
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