Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18.- Un sitio seguro.


«Fue cuando comprobé que murallas se quiebran con suspiros y que hay puertas al mar que se abren con palabras.»

—Rafael Alberti

Golpeo el saco con fuerza, Luke a mi costado observa con atención.

—Asegúrate de poner el peso sobre la pierna derecha antes de golpear —señala—. De lo contrario cuando el saco vuelva, puede desestabilizarte.

Hago lo que dice, un par de semanas habían pasado desde que comencé los entrenamientos y Luke parecía haber tenido suficiente de las cuerdas, así que habíamos comenzado con el saco, y a veces Adam se animaba a practicar un poco.

Mi padre no parecía prestarles atención a mis horas fuera de casa, aunque Gema había preguntado en más de una ocasión en donde estaba, sin embargo, era fácil evadirla.

—Controla tu respiración —dice cruzándose de brazos, habla con tranquilidad mientras se apoya contra una de las columnas—. Tienes que respirar para que tus golpes tengan poder.

Me aparto, tomando una inhalación intentando recuperarme.

—Respira entre cada golpe —hace una demostración y sonrío.

—Sí, sé cómo se hace —Luke rueda los ojos.

Hago lo que dice, me concentro en regular la respiración entre cada golpe, el sonido de los guantes al chocar contra la lona me llena los oídos. Permanezco haciendo lo mismo cerca de treinta minutos más, hasta que Luke me detiene.

—Adam dice que en las prácticas que va bien —dice con una sonrisa—. Quiero comprobar eso.

Lo observo colocarse un par de solapas en las manos, las golpea entre sí antes de plantarse frente a mí.

—Intercambia tus golpes —dice—. Izquierda, derecha. Debes estar preparado para esquivar la mano ¿eh?

Asiento.

Tomo una inhalación antes de comenzar, mis puños golpean las solapas de sus manos y olvido, solo por una fracción de segundo, la última indicación así que cuando él extiende su derecha, no puedo esquivarla.

El golpe, aunque no fue demasiado fuerte, me sacude.

—¿Qué fue lo que te dije? —inquiere con diversión—. Necesitas estar atento, ser capaz de esquivar el golpe o bloquearlo. Otra vez.

En esta ocasión, cuando extiende su izquierda estoy atento así que consigo esquivarla con facilidad y volver a golpear.

—Cuando no puedes esquivar, debes bloquear los golpes —dice apartándose. —Elevas los brazos, te cubres con el antebrazo —hace una demostración, cubriendo parte de su rostro con el antebrazo—. Eso te da oportunidad para preparar un golpe.

Hacemos lo mismo por largo rato más, estoy agotado cuando terminamos. A comparación de Luke que luce tan fresco como si no hubiese hecho absolutamente nada.

—Vas mejorando —dice cuando estoy preparando las cosas para irme—. Aprendes rápido.

Sonrío.

—Bueno, no puedo darme el lujo de decepcionar al entrenador ¿o sí? —inquiero.

Luke ríe.

—¿Te apetece venir a cenar a la casa mañana en la noche? —ofrece.

Me detengo casi de manera inmediata cuando lo escucho preguntar eso.

—¿A su casa? —Él asiente.

—¿Te gustaría? —inquiere—. Puedo pedirle a Less que cocine lo que más te guste.

No sé muy bien cómo debo tomar la invitación. No quería ser grosero, ni mal agradecido, pero una parte de mí me repetía constantemente que Luke era demasiado amable.

—Lo siento, si no quieres...

—No —interrumpo cuando él comienza a disculparse—. De hecho, me gustaría.

Parece aliviado.

—¿Algo específico para cenar? —cuestiona, niego colocando una leve sonrisa en el rostro—. Bueno, tendremos que sorprenderte entonces.

—Seguramente si —aseguro—. Excepto nuez, soy alérgico.

—Bien, lo tendremos en cuenta —asegura—. Te envío la dirección más tarde. A Less le agradará verte otra vez.

—A mí también, ella es muy agradable —expreso—. Tengo que irme, gracias.

Eleva la mano en señal de despedida, y salgo del club.

Cuando estoy afuera respondo algunos mensajes, resoplo cuando observo los de Jennie. Llevaba un par de días sin hablar con ella, ni con Lucie quien parecía creerse con el derecho suficiente como para opinar.

Lo que había dicho, la forma en la que lo dijo, no era algo que pudiera olvidar con facilidad. Tenía razón, claramente, pero la duda sobre cómo es que se enteró, persistía en mi pecho.

Colton aseguró hasta el cansancio que no dijo nada, y juró que tampoco a Lucie. Una parte de mí quería creerle, sabía que Colton no sería capaz de decir algo como eso, no sabiendo todo lo que significa.

Cuando llego a casa, Gema está en la cocina.

—Tu abuela llamó —informa limpiándose las manos—. Quería saber si querías ir este fin de semana a West Haven.

West Haven es la ciudad en donde mi abuela vivía, aproximadamente a siete kilómetros de Portland. No era un trayecto largo, se hacía en menos de un par de horas, pero parecía que Margarita no era afecta a las visitas familiares.

—¿Y por qué no me llamó directamente?

—Dijo que lo hizo —se apoya en la barra—. Pero no tomaste las llamadas.

Saco el celular del bolsillo, cuando reviso las llamadas perdidas las veo entre las de Jennie, así que es fácil pasarlas por alto.

—No lo sé, si llama dile que la escuela...

—No te vendría mal ir con ella un par de días —sugiere.

—Ocurre, Gema, que para visitar a alguien tiene que haber el deseo de hacerlo. Y lo he querido, pero ella no ha deseado recibirme así que...ahora no puedo.

—Dereck...

—¿Dijo algo más?

—Sí, que revisaras tu cuenta bancaria. —añade.

—Si vuelve a llamar, dile que no funciono con sobornos—. No espero una contestación, le doy la espalda y subo las escaleras, completamente dispuesto a no salir de la habitación por lo que resta del día.

Gema no insiste con el asunto de la visita a mi abuela, y por primera vez mi padre estuvo de mi lado. No es como que quisiera conocer los motivos del porqué no quería que visitara a mi abuela el fin de semana, pero me bastaba que convenciera a Gema de parar con la insistencia.

Camino con rapidez por los pasillos de Cleveland, iba tarde la primera clase y si no me daba prisa, la profesora Parker me dejaría fuera.

No estaba como para perder clases, necesitaba los mayores créditos posibles y contar con inasistencias no ayudaba en lo absoluto.

Mi andar se detiene cuando alguien se cruza en mi camino, apenas y consigo reconocer a Jennifer antes de que ella tire de mi brazo y nos haga entrar al cuarto de aseo.

—¿Pero qué haces? Ya voy tarde —reclamo, cuando tengo la intención de salir, ella se apoya en la puerta—. Jennifer...

—Lo siento ¿sí? Lo siento muchísimo.

—No tengo tiempo para esto —reprocho—. Quítate, necesito ir a clases.

—Dereck, por favor, solo escúchame —suplica.

Resoplo, siendo plenamente consciente de que no conseguiría nada, así que resignado, me cruzo de brazos y la miro.

—Habla.

—Lo lamento, sé que no debí decir algo como eso. No tengo derecho y...

—¿Cómo lo sabes? —inquiero—. ¿Colton te lo dijo?

Ella niega con rapidez.

—Si él te dijo que lo negaras...

—No —interrumpe—. No fue Colton. Sobre los golpes...escuché algo en la fiesta, cuando al parecer él también lo descubrió. No entendí demasiado, y luego, en la cafetería cuando vi los golpes en la mano y te apartaste...—toma una inhalación—. Comencé a pensar que tal vez había algo más. Así que solo presté atención a las conversaciones con Colton, y la forma en la que él reaccionaba cuando decías alguna justificación para los golpes, era suficiente para saber que estabas mintiendo.

El silencio nos envuelve cuando ella se detiene.

—Cuando...cuando desapareciste un par de días, Colton estaba como loco, decía que estaba preocupado, que temía que tu padre hubiese hecho algo, y aunque no dijo expresamente qué, ni porqué, yo lo supuse. No tenía seguridad de nada, cuando lo dije, esperaba que lo negaras, yo no...yo no quise lastimarte.

—¿Y sobre Sellwood?

—Dereck, no eres tan discreto cómo crees —expresa—. Medio Cleveland lo sabe. Los chicos recurren a ti, esas reuniones misteriosas y tus excusas de que tienes asuntos en Sellwood, es fácil deducirlo.

Se aparta de la puerta, alejándose un par de pasos.

—Lo siento realmente.

—El hecho de que lo sepas no hace ninguna diferencia, no tengo que corresponderte solo porque sepas algo de mi vida que los demás no —sentencio—. Si ese es tu método, no funciono con él, Jennifer.

Tomo el pomo de la puerta con la intención de salir, pero ella lo impide.

—Somos amigos desde primer grado, esto no...

—Y eso es precisamente lo que me molesta más, Jennie, si eres mi amiga ¿por qué decir algo que sabes que me lastimaría? ¿Por qué acusarme de ser otra persona cuando no tienes ni puta idea de lo que ocurre en mi vida? Que sepas que mi padre me golpea o que vendo droga, no significa nada. Solo me demuestra que no puedo confiar en ti.

—¿Qué?

—¿O acaso cuando vuelvas a enojarte vas a seguir gritando cosas sobre mi vida? —cuestiono con molestia—. No soy una fachada. Que eso te quede claro.

Abro la puerta, sin embargo, antes de salir me giro hacia ella otra vez.

—Y por si tienes la duda, Halley y yo estamos saliendo. Siento algo por ella, por más ridículo que eso pueda parecerte.

Gracias a la pequeña conversación que tuve con Jennie, la profesora Parker no me permitió ingresar a la clase. Así que aquí me encuentro, intentando hacer algo productivo mientras la siguiente clase comienza.

Camino hacia la biblioteca, los pasillos están vacíos y sorpresivamente silenciosos, atravieso el pasillo de talleres y antes de continuar, me detengo frente al de cerámica.

Observo al profesor Jackson escribir algo en el escritorio, y luego fijo la atención en la lista que está colgada a un costado de la puerta. Dos lugares disponibles, no pienso demasiado en tomar la manija y abrir, la atención del profesor pasa del cuaderno a mí, y sonríe cuando me reconoce.

—Hola, volviste —dice quitándose las gafas—. ¿Te interesa el taller?

Había tenido un par de cortas conversaciones con Halley, ella opinaba que los talleres de arte daban más créditos a los expedientes, no tanto como llevar cálculo avanzado o ciencias, pero los suficientes como para hacerlo más interesante.

Si quería conseguir alguna beca, tenía que intentarlo.

—Si —respondo—. Creo que es mi mejor opción.

El profesor sonríe, asiente mientras toma un par de hojas y las desliza sobre el escritorio. Luego me ofrece una pluma.

—Necesito tu nombre, matrícula, y grado —señala—. Llegas justo a tiempo, mañana comenzaremos de forma oficial en taller.

Lleno los espacios que dice, luego él me entrega una hoja, en donde el horario queda establecido.

—Tenemos algunas clases extracurriculares, y un concurso para la exposición en el museo de arte de Portland, una oportunidad excelente —tomo la hoja—. Comenzamos mañana, no faltes al primer día.

—No lo haré —le dedico una sonrisa educada, y luego salgo.

Todo ocurre con normalidad después de eso, a la hora del almuerzo me reúno con Halley quien luce verdaderamente emocionada por el hecho de que haya decidido inscribirme al taller de cerámica.

—Deberías considerar participar en el concurso ¿sabes lo que participar le haría a tu curriculum? —deja la hoja sobre la mesa y coloca las manos al frente, como si revelara la frase que dirá a continuación—. Dereck Jones, ganador del concurso expone sus obras en el museo de Portland.

Termino riendo sin poder evitarlo.

—Ni siquiera he comenzado el taller, y ya me has hecho ganador de un concurso al que seguramente no me inscribiré.

—Oh, vamos —dice con un mohín—. Si yo tuviera la oportunidad, estaría encantada de participar.

—Eso es porque tú eres una pintura talentosísima —objeto—. En cambio, yo...

—En cambio tú puedes estar en el camino de descubrir tu talento con la cerámica —dice con seguridad—. No te cierres las puertas antes de siquiera atreverte a tocar.

Le da una mordida a la hamburguesa, y mantiene la mirada antes de ofrecérmela. Me acerco, le doy una mordida justo en el momento en el que dos personas toman asiento al frente de nosotros.

—No les importa que nos sentemos aquí ¿verdad? —Lucie sonríe, colocando la bandeja con su habitual ensalada y agua, y Colton a su lado con la comida más engordante que ofrece Cleveland.

—Para nada —responde Halley con una leve sonrisa.

Lucie fija la atención en la hoja que hay entre nosotros, antes de que pueda guardarla, ella la toma.

—¿Taller de artes? ¿Te has inscrito? —pregunta en dirección a Halley.

Ella me mira, por la forma en la que lo hace sé que está preguntando que debe responder.

—No, yo lo hice —informo.

Lucie eleva una de sus cejas.

—¿Cerámica, Jones? Quién lo diría —dice con una leve sonrisa—. No sabía que te interesaban las artes.

—Sí, eso es nuevo —Colton interviene.

—Se vale experimentar cosas nuevas ¿no? —Halley inquiere obteniendo la atención de mis amigos—. Ayuda al curriculum para la universidad, eso es lo que importa.

—Sí, supongo que tienes razón —Lucie la mira por un par de segundos, comienzo a creer que lanzará uno de sus comentarios sarcásticos, pero, por el contrario, sonríe con amabilidad.

Frunzo las cejas y observo a Colton, él se encoge de hombros y hace un gesto discreto con las manos, pidiéndome que lo deje pasar. Pero no, Lucie Walker no era amable solo porque sí.

Sin embargo, no digo nada y nuestro almuerzo pasa completamente tranquilo. Nos separamos cuando la campana suena, y cada quien va a sus respectivas clases.

No comparto ninguna más con Halley, así que no volvemos a encontrarnos sino hasta la hora de la salida.

—Estaba pensando, que podrías venir a casa más tarde —dice con una leve sonrisa.

—¿Comenzar con el pie derecho quiere decir que me invites a tu casa? —cuestiono para molestarla—. Que atrevida, Williams.

—Oh, por favor, ya has ido. No será nuevo.

—Bueno, antes teníamos un reporte de historia, ahora...

—Ahora tenemos que estudiar matemáticas, porque según sé, tus notas no son las mejores.

—¿Qué?

—¿Querías un motivo? Te he dado un motivo para venir.

Sonrío.

—Halley no necesito un motivo para aceptar una invitación tuya —aseguro—. Pero...

—Será divertido.

—Es que ya tengo un compromiso —manifiesto.

—¿Dónde? —antes de que pueda responder, ella hace un ademán para callarme—. No tienes que responder, no quiero que comiences a pensar que soy demasiado...

—Hey, respira —intervengo cuando comienza a hablar con demasiada rapidez. —Me gustaría muchísimo, pero tengo una cena hoy con Luke.

—¿Con los señores Lewis?

Asiento.

—Así es, tal vez podamos posponer tu invitación —sugiero. Halley sonríe con ligereza. Asiente levemente mientras da un paso en mi dirección.

—Lo pensaré.

—Tus padres —señalo el auto que estaciona a un par de metros, sonrío con diversión cuando ella resopla con fastidio, se coloca casi en puntillas y deja un rápido beso en una de mis mejillas antes de retroceder.

—Saluda a los señores Lewis de mi parte —pide antes de subir al auto.

—Lo haré —aseguro. Respondo el ademán de adiós de su madre, y no dejo de mirarla hasta que el auto se aleja lo suficiente.

Solo entonces tomo las llaves de la motocicleta, y decido volver a casa.

Sabía que mi padre preguntaría la razón de mi salida. No solía salir demasiado de noche, y él era consciente de eso.

Mencionar a Colton sería suficiente, o eso esperaba. Como sospeché, apenas bajo las escaleras mi padre me observa.

—¿A dónde vas?

—Tengo que ver unos asuntos con Colton —respondo colocándome la chaqueta—. Volveré tarde.

—¿Con Colton, o tus mierdas de Sellwood? —inquiere cruzándose de brazos.

—Solo iré a casa de Colton —miento—. Es todo.

—Dereck, antes no me importaba lo que hacías, pero ahora, ahora Gema y Austin están en esta casa. No voy a tolerar que los arriesgues...

—¿De qué hablas?

—Si estás metido en asuntos ilegales en Sellwood, no quiero que los traigas a casa— advierte—. Resuélvelos fuera de aquí. Si tienes alguna deuda, nosotros no...

—Escucha, papá —me giro, tomando un poco de valentía para responder—. Si estoy ahí es solo para cubrir lo necesario, no porque quiera dinero fácil. No acepto cosas que no puedo manejar, así que despreocúpate, que a tu "familia" —hago comillas con mis dedos— no va a ocurrirle nada.

Salgo de la casa sintiéndome sofocado. Cuando estoy sobre la moto, lo decido.

Si ese concurso del que el profesor Jackson habló me daría la oportunidad de alejarme tanto como pudiera, lo tomaría.

Porque ir a la universidad lejos de Portland, era la única salida que tenía.

La casa de los señores Lewis era increíblemente grande. No imaginé que lo fuese tanto, aunque teniendo en cuenta que Luke era el campeón del mundo, no era nada extraño.

Cuando estoy frente a la puerta, comienzo a cuestionarme si estoy presentable. Por Dios, Dereck, es solo una cena, no conocerás al presidente.

Eso no quita que pudiste esforzarte más en tu aspecto.

Antes de que mi cobardía pudiera hacerme dar la vuelta y huir, la puerta se abre. Reconozco a Alessandra, sonríe con entusiasmo apenas me ve y me relajo un poco.

—Hola, estábamos ansiosos porque llegaras —confiesa—. Pasa.

—Gracias —se aparta, permitiéndome el acceso a la casa que, por dentro, es incluso más elegante que por fuera.

—¡Cariño, ha llegado! —informa Alessandra—. Ponte cómodo.

Ella me guía hasta la sala, hay varios juguetes esparcidos por el sueño, algunas muñecas y osos de peluche.

—Perdona el desorden, intentamos arreglar un poco, pero con una niña de tres años, es imposible —expresa con pesar Less—. ¿Quieres algo?

—Estoy bien, gracias.

Los pasos en las escaleras captan mi atención, Luke aparece con un atuendo sencillo que me hace sentir más cómodo. Si ambos lucieran como en esas típicas cenas elegantes, definitivamente iba a ser complicado.

—Qué bueno que llegaste —dice Luke con una cálida sonrisa.

Detrás de él aparece la pequeña Alessia, y una chica que tiene demasiado parecido con Less. Intento recordar si Luke mencionó si tiene otra hija, pero no consigo acordarme.

—Ya conoces a Alessia —acaricia el cabello de la pequeña a su costado cuando dice aquello—. Y ella es Lili.

—Es mi hermana menor —informa Less. Bueno, eso explica el parecido entre ambas.

—Encantada —dice con amabilidad—. Estos dos no han dejado de hablar sobre ti —expresa.

Sonrío.

—Espero que sean cosas buenas.

—Oh, definitivamente.

El ambiente es cálido, y a cada segundo que trascurre me siento más cómodo. Menos fuera de lugar.

La mesa del comedor está llena de comida, pastel de carne, pastas, algunos muffins que me hacen acordar inmediatamente a Halley, y un par de jarras de jugo.

Parece que se esforzaron en la cena.

Me niego a creer en realidad que esto es por mi causa, no debería estarme dando demasiada importancia, pero lo hago.

Mientras comemos, Less luce interesada en saber sobre la escuela, sobre la universidad, lo que planeo hacer, y es tan fácil hablar con ella, tan cómodo que antes de que pueda darme cuenta, me encuentro contándoles sobre el taller de cerámica.

—Ese concurso —señala Less— será útil si participas. No importa si ganas o no, importa que lo intentes. Los decanos valoran eso, incluso podrías aprovechar el taller para ser becario, yo lo fui en mi universidad.

—¿De verdad? —inquiero. Con el estilo de vida que ambos tenían, no parecían que hubiesen requerido una beca, o algún apoyo de ese tipo.

Observo de reojo a Luke, él se mantiene concentrado en alimentar a Alessia, quien lanza sonrisas hacia su padre.

—Las universidades no siempre se fijan en las mejores calificaciones, una nota no establece quien eres en realidad. Hay aptitudes que se miden de forma diferente.

Dibuja una suave sonrisa en los labios.

—No pierdes nada con intentarlo.

—En eso tiene razón —concuerdo.

La cena trascurre con normalidad, y me sorprendo a mí mismo de estar disfrutando el momento. Las cenas con mi padre y Gema no se parecían ni de cerca a esta, con las bromas de Luke y Lili hacia Less, la manera en la que ella parecía disfrutar tanto de eso y como a veces perdía la paciencia y luego se disculpaba conmigo.

Era increíble que eso pasara en menos de dos horas.

¿Es así como eran las familias felices?

Cuando acabamos el postre, me ofrezco a ayudar a recoger la mesa, pero Less dice que ella y Lili se encargarán, así que Luke, Alessia y yo, salimos al jardín trasero de la casa.

—Me alegra que hayas venido —admite mientras nos sentamos en la banca, observando a Alessia jugar.

—No podría rechazarle una invitación —confieso—. Gracias, fue agradable pasar tiempo con su familia.

Él asiente levemente.

—¿Todo ha estado bien?

Sé a lo que se refiere, me tomo algunos momentos para responderle, intentando ordenan las palabras para darle una respuesta adecuada.

—No ha vuelto a golpearme si eso quieres preguntar —susurro—. Creo que es algo bueno.

—No solo los golpes hacen daño, lo sabes, ¿no?

Suspiro.

—Las cosas han estado tan bien como pueden —admito—. Creo que el hecho de que mi padre esté tan...tranquilo, para mí es algo bueno.

Un silencio se instala entre nosotros.

—¿Es demasiado iluso esperar que algún día cambie? —la pregunta brota de mis labios, que para cuando caigo en cuenta de lo que he dicho, ya es demasiado tarde.

Luke me observa con atención, parece estar pensando en la respuesta adecuada, pasan algunos instantes hasta que se atreve a responder.

—No, creo que está en nosotros esperar la mejor parte de una persona. Es tu padre después de todo, es entendible que tú desees que cambie.

—Pero es estúpido desearlo cuando sé que no lo hará nunca —la amargura tiñe mi voz—. A veces me siento tan cobarde por no poder solo irme. ¿Qué me lo impide?

—Eso solo tú puedes responderlo, Dereck —responde con comprensión—. Dijiste que no tenías a nadie ¿es eso? ¿Crees que tu casa es el único sitio que tienes?

—Si solo me marcho ¿qué se supone que haré? —inquiero—. Nadie cree que mi padre sea capaz de ser tan cruel. Parece que tuvo perfectamente ensayado todas las mentiras que ha dicho a lo largo de los años, siempre hay una razón, un argumento tan sólido que nadie ha dudado nunca.

—Creo que en el fondo me he acostumbrado tanto a esa vida, que no me atrevo a abandonarla —continúo—. Sé que nadie va a creerme ni aunque vieran los golpes. ¿Sabes que jodido es eso?

—No, no lo sé —expresa—. No tengo idea de lo complicado que es para ti.

—Una parte de mí repite constantemente que un día mi padre va a disculparse por todo, que me va a prometer cambiar y que podrá ser el padre que siempre he deseado que sea —hablo sin atreverme a mirarlo—. Porque lo he deseado ¿sabes? Una vez, cuando cumplí siete y mi abuela me pidió apagar la vela del pastel, deseé con todas mis fuerzas que mi padre dejara de golpearme.

Mi visión se nubla.

—Era un niño estúpido claramente. Pero creo que ese deseo no se ha extinguido. —limpio con rapidez el par de lágrimas que se escapan—. Lo lamento.

—No, no te disculpes —dice colocando una mano en mi espalda—. Está bien.

Me obligo a recomponerme, tomo una inhalación y pasan algunos segundos antes de que sea capaz de mirar a Luke.

—Sabes que siempre habrá alguien dispuesto a ayudar ¿no? —cuestiona—. Alguien que pueda dar fe de ese maltrato, tu padre...

—No voy a enviarlo a prisión —mascullo captando el punto al que quiere llegar.

Lo escucho suspirar. Por largo rato solo permanecemos en silencio.

—Dereck, si en algún punto decides salir de ese lugar, aquí siempre tendrás un sitio —fijo la atención en él—. Te recibiremos si lo necesitas. No voy a permitir que pases otra noche en un callejón.

Sonrío.

—Gracias, en verdad. Significa mucho para mi saber eso.

Luke sonríe.

—Esta también es tu casa, y si algún día necesitas un lugar, no dudes en tocar la puerta. No importa la hora, o el día. Estaremos para ti.

Y por primera vez en mucho tiempo, me siento parte de algo. Siento que hay alguien que se preocupa por mí, siento que, después de tanto al fin tengo mi lugar seguro. 

_____________________________________________________________________________

¡No se olviden de votar y comentar! Significa mucho para mí. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro