-¿Usted sabe quien es este chico?- preguntó señalándolo

(...)

–No, no se quien es– hablé despacio

otra vez vi a ese chico con una expresión que causaba algo dentro de mí

Pero no se sentía bien verlo así era... no se que palabra sería la correcta

Ambos se alejaron de mí y los veía conversar no podía escucharlos, así que guardé silencio 

–Al parecer se encuentra bien pero ha perdido la memoria– inquirió el doctor

-¿Por cuanto tiempo?- me animé a preguntar

–Seré sincero con usted, de acuerdo al accidente que sufrió tuvo un golpe muy fuerte en la cabeza y lo mas probable es que solo haiga un 20% de que logre recuperar la memoria–

-Ya veo- contesté aun sin creer lo que decía

–Por cierto no ha venido ningun familiar a ver como se encuentra ella–

-Sobre ese tema... yo me haré cargo de ella, sus padres, ellos están muertos- dije lo mas despacio posible

–En ese caso se lo diré a usted, ella en estos momentos necesita a alguien a su lado, no será para nada fácil estar en el estado que se encuentra, imagínese que se olvidara de todo y que despierte en un lugar desconocido con personas que no conoce–

-Entiendo.... debe estar asustada y con un montón de preguntas-

–Así es–

–Iré por algunos medicamentos mientras tanto quedese con ella–

asentí y cuando salió cerré la puerta

Nos quedamos solos en la habitación caminé hasta sentarme en la silla, no sabía que palabras serían las correctas para empezar a hablarle

–Tu– hizo una pausa –¿Me conoces?– concluyó

al escucharla preguntar eso sonreí

-Claro que te conozco, eres alguien muy importante para mí- respondí mirándola

pero cuando levantó la vista volvió a ver hacia otro lado pude darme cuenta que se había sonrojado

–Soy importante para ti– dijo tímidamente

-Así es- le dediqué una sonrisa y tomé su mano junto con la mía

–Como es que aparecimos en este lugar, solo recuerdo que estábamos en un jardín y al momento de verte me extendiste tu mano yo la tomé y desperté aquí– en su rostro veía dudas

y yo también las tenía

-¿Acaso estabas soñando conmigo?- pregunté sin darme cuenta

me arrepentí por decirlo de esa forma

–¿Soñar?– preguntó sin entender

entonces me di cuenta que también no recordaba ciertas cosas más

-¿No sabes que es un sueño?-

–No– respondió y negó con la cabeza

-Soñar es estar durmiendo y mientras estás dormida imaginas, ves o estás en lugares que aparecen de repente-

respondí aun no muy seguro de explicarlo de esa manera

-¿Lograste entenderme?- pregunté

–Si, ahora entiendo, entonces fue un sueño– su voz era casi un susurro

-¿Recuerdas algo más?- yo y mi gran interrogatorio

–Lo siento, pero no recuerdo nada más, solo eso y luego que desperté aquí–

La puerta se abrió e ingresó el doctor con algunos medicamentos

Me explicó cuales y a que hora tenía que dárselos por último volvió a revisarla y le desconectó esos cables

La vi ya un poco mas tranquila cuando hizo eso

–Muchas gracias por atenderme– Violetta le sonrió tímida al doctor y eso me dio ternura

luego de que se retiró volvimos a estar solos la veía jugando y viendo sus manos

Entonces se me escapó una sonrisa de la cual ella se dio cuenta

-Tu nombre es Violetta Castillo- digo mientras no pierdo de vista su reacción

–¿Violetta?– levantó ambas cejas y luego volvió a hablar –Tengo el nombre de un color–

río y al darse cuenta que la veía dejó de hacerlo

-Tu nombre es muy lindo casi igual que tú- dije nervioso

La vi sonrojarse y mirar nuevamente sus manos

–¿Cual es tu nombre?– preguntó inocentemente

-Me llamo Ma-....

-Soy Juan Luis- finalizé

–Juan Luis? bonito nombre– sonrió un poco y seguía jugueteando con sus dedos

–Es increíble como se mueven– se refería a sus dedos

entonces me largué a reír

–¿Por que estás riendo?– preguntó al ver mi reacción

-Es que... bueno ya estoy acostumbrado a saber que mis dedos también se mueven- evite reír

–Esto... es algo nuevo para mí– pronunció apenada

–Quería hacerte una pregunta– volvió a mirarme

-¿Cual es?- pregunté intrigado

–Cuando te ví en mis sueños sentí algo raro y ahora que te sigo viendo me vuelve a pasar lo mismo– concluyó

-¿Y sabes que es?-

–No, no lo sé por eso te estoy preguntando y hay algo mas–

-Algo más?- asintió y siguió hablando

–Siento que mis mejillas arden cuando te veo sonreír o mirarme– y ahora que la veía si era cierto

esto era demasiado para mí, cual ingenua podía llegar a ser, yo también sentí mis mejillas arder

princesa por que me haces esas preguntas que me ponen nervioso me decía internamente