-Tal vez con un beso puedas darte cuenta que sientes por mí si es amor o no-

levantó la vista y fue ahí donde me acerqué a ella para acortar la distancia delicadamente fui atrayendo su rostro hacia mí quedamos frente a frente con los ojos cerrados sintiendo nuestras respiraciones ir y venir apresuradamente

me incliné un poco para alcanzar sus labios y luego la besé, al cabo de unos segundos correspondió al beso y sentí por primera vez que ella también quería explorar cada centímetro de mis labios

no supe en que momento nos dejamos llevar y yo ya me encontraba encima de ella besándola, besándonos hasta ya no poder, hubiéramos seguido así si no hubiera sido por que alguien nos interrumpió

–Diculpen pero les traigo la cena– la enfermera se sintió avergonzada por habernos encontrado de esa manera

-Gracias- respondí al momento de levantarme y acomodarme un poco el cabello

se retiró y volví a respirar con normalidad

Violetta por su parte se sentó nuevamente en la cama aún con las mejillas sonrojadas y sus labios estaban rojos no me imagino como estarían los míos

-Bueno aquí está la cena, tienes hambre verdad- concluí al momento de llegar con la comida a su lado

iba a responderme cuando repentinamente giró mirando hacia la ventana de atrás

–No sientes que alguien nos estuvo observando– preguntó con seriedad

caminé hasta la ventana y luego la abrí un poco más

-¡No!No hay nadie aquí, pero si hay una hermosa vista desde el segundo piso- le dediqué una sonrisa para que se tranquilizara

creo que funcionó

-No quieres que lleve las sillas para sentarnos a cenar en la pequeña terraza, mientras observamos la hermosa vista del cielo- pregunté seductoramente volviendo hacia donde se encontraba

como era de esperarse sus mejillas se volvieron rosadas casi rojas y se sentía bien provocar eso en ella

–Lo que acabas de preguntarme parece mas una cita que una cena normal– río un poco y al escucharla yo también hize lo mismo

tenía razón era algo como una cita, al menos no olvidó que era eso, por que no sabría como explicárselo

en un abrir y cerrar de ojos ya había terminado de acomodar todo, solo faltaba que los dos estuviéramos ahí

-¡Listo! quieres que te lleve en mis brazos o prefieres que te sostenga de la cintura hasta llegar a la terraza-

-Ambas opciones suenan tentadoras para mí-

la miré divertido y solo causé que me lanzara una almohada

reí por su acción

–Sabes perfectamente que lo estás haciendo a propósito– se cruzó de brazos y fingió enojarse

por un momento la recordé como era antes

me dió cierta nostalgia y creo que cambie mi expresión de diversión

Violetta lo notó

–Perdón...solo estaba jugando– su rostro cambió de estar felíz a triste

debí darme cuenta que lo mal interpretaría

-No se porqué pides perdón- fingí reírme para que no se sintiera culpable

-Solo acabo de recordar algo que sucedió hace algunos meses- esta vez reí de verdad

me acerqué a ella para cargarla pero entonces recordé que no había decidido una de las dos opciones

-¿Quieres que te cargue?- levanté ambas cejas y se río

–Si– respondió despacio

Entonces la cargué con cuidado de no lastimarla hasta que llegamos a la terraza, ambos nos sentamos frente a frente y obviamente la cena estaba al medio

No la pasamos riendo y conversando del cielo, la luna, las estrellas aún no se me olvida lo que Violetta preguntó hace unos minutos

–Que son esos puntos que brillan en el cielo y esa estraña figura mas grande que las otras–

volví a reírme como un loco

–Otra vez estás riendo sobre lo que pregunté– hacía pucheros mientras evitaba no contagiarse de mi risa

eso provocaba que me sea imposible dejar de reír

–Juan Luis....confío en ti...

Te creo– pronunció tímida

inmediatamente dejé de reír