༈ Capítulo: 02 ༈
Siara:
Muchas veces, a lo largo de mi vida, me he preguntado el por qué mi existencia ha sido una secuencia de problemas y sucesos desafortunados qué me persiguen como perro a un hueso. Nunca he sido una persona ambiciosa. De hecho todo lo que tengo hasta ahora es debido a los trabajos a medio tiempo en los que he estado.
Por eso mi enojo a que mi hermano haya donado toda mi ropa a la caridad. Cuando no tenía ningún derecho sobre ella. Ni tampoco sobre mis otros bienes, que por suerte suya, no tocó. Como mi laptop, celular, iPad y audífonos inalámbricos. Porque todos ellos los compré con esfuerzo y sacrificio.
Nunca tuve acceso directamente al dinero de mi padre. Por lo que tuve que aprender a ganarme las cosas por mi propia cuenta. Y aún lo sigo haciendo.
Por lo que mudarme a California fue un gran golpe a mi estabilidad económica y emocional. Ya que significaba que debería buscar un nuevo empleo de medio tiempo que no interfiriera con mís estudios y ya no tendría el apoyo emocional que tanto necesitaba de mi mejor amigo.
Por eso cuando aborde el avión a Estados Unidos, tenía en mente aprovechar la oportunidad de que mi padre iba estar a miles kilómetros de distancia de mí, y escapar por un par de días hasta que me encontrará, y me encerrará de vuelta como la primera vez que lo intenté.
Pero nunca esperé que la oportunidad se presentará sola antes mís ojos.
Fruncí el ceño, mirando una mesita de noche justo al lado de la cama en la que habia estado durmiendo antes. En está habían dos suéteres ligeros: uno negro y uno blanco, además de dos pantalones; uno de mezclilla azul fuerte, un acampanado de color negro y un par de botas negras de plataforma.
Sin embargo, lo que atraía mi atención como suciedad a las ratas, era la pequeña montaña de dinero que veía.
¿Me preguntaba si existía la posibilidad, de que mi hermano se estuviera muriendo y está era su forma de despedirse de mi?
Me acerqué a la mesa.
Cuando Clark se marchó en la noche estaba aburrida así que decidí dormir de nuevo y no pensé en lo que me dijo aparte del tema de que estaría sola. Por lo que al despertar y tratar de encontrar un vaso con agua «como estaba acostumbrada», termine
con dos billetes de mil dólares en
la mano y con sed por qué no tenía ningún vaso con agua en aquella mesa. Lo que hizo que despertará completamente encontrando así la ropa y el dinero juntos.
Aproximadamente eran unos 20,000 dólares.
Para mi hermano podrían ser centavos, pero para mí, era la cantidad de 4 meses de trabajo ahorrado.
Y no tenía ni idea de que hacer.
O bueno si lo tenía. ¿Pero tomar un avión y regresar de nuevo a Toronto me traería consecuencias verdad?
Mmm para que me engaño si conozco la respuesta.
Me tiré sobre la cama inconforme.
Además sospechaba que Clark ya se me había adelantado a esa idea. Tomé impulso y me levante de nuevo de la cómoda cama. Tenía que comprobar con mis propios ojos si tenía razón.
Baje un poco pérdida las escaleras que conducían a la parte de abajo. Este lado de la mansión aún no lo había explorado por lo que andaba un poco confundida pero después de unos minutos estresantes por fin termine en el lugar que quería.
La sala de estar.
Me diriji sin ningún tipo de esperanza al sofa en donde estaba la mochila, y la abrí. Encontradome con lo que ya sospechaba. «Mi pasaporte y visa habían desaparecido».
Agarré una pequeña nota de horrible caligrafía que estaba dentro de la mochila y la leí:
Te gané.
Rode los ojos suspirando.
—Wow que sorpresa... Nunca espere esa jugada de tu parte Clark...
Susurre con sarcasmo, e hice una pequeña bolita de papel de aquella nota lanzandola al suelo y luego pisándola.
Entonces como se me prohíbia volver de nuevo a Toronto, tenía que acostumbrarme a mi nueva vida en California. Subi de nuevo las escaleras al piso de arriba, sosteniendo la mochila. Y entré a la que suponía que era mi habitación despojandome de toda la ropa.
Fuí al cuarto de baño observando que era enorme al igual que la habitación. Estában todo los objetos necesarios, incluso un amplio jacuzzi, pero lo más interesante era que el inodoro no era normal, era uno de esos inodoros japoneses que contaban con varias funciones. Una de ellas el lavado vaginal.
Que interesante.
Me adentre a la ducha abriendo el grifo. Pensando en como pasé de estar en una pequeña habitación y deteriorado baño. A estar en una enorme habitación pulcra, y un baño lujoso.
Pero me daba igual.
Respire hondo.
Luego de media hora aseandome salí desnuda del baño. No había toallas por lo que tuve que secarme un poco con la ropa que antes vestía. Por lo que tomando de mi pequeño equipaje que era la mochila. Saque un hidrante para la piel y uno de los tres conjuntos nuevos de ropa interior que compré antes de venir aquí, de color rosa.
No me gustaba ese color, pero cuando estaba de mal humor me gustaba usar ropa con colores llamativos y alegres. Era una rara manía, pero una de las formas que usaba para ocultar mi estado de animo. Por lo que está vez usaría el suéter blanco, el pantalón negro acampanado, y los tenis blancos que antes traía puestos .
Después de haber acabado de vestirme me observé un par de minutos en el espejo de la habitación, y me sentí más que lista para salir.
Solo faltaba vaciar la mochila para guardar el dinero y buscar la manera de como encontrar un medio de transporte. Ya que sabía conducir, el problema era que no tenía una licencia registrada en este país. Pero por lo menos traía encima la de Canadá.
Dios quiera y no me pare la policía.
Cerré la puerta principal introduciendo un código y activando la alarma correspondiente. Esta casa tenía muy buena seguridad, pero aún estaba un poco insegura de no tener a ningún guardaespaldas vigilando los alrededores.
Saque mi celular del bolsillo del pantalón que usaba, y busque un servicio de Uber cerca. Aveces actuaba irracionalmente. Pero no estaba tan loca como para conducir en auto por calles que ni siquiera conocía.
Alrededor de unos minutos un aviso de mensaje me llegó. La tarifa que debía de pagar por el servicio de Uber para un solo viaje era de 500 dólares.
Reí.
Tal vez era millonaria y no lo sabía.
Me carcajeé por un minuto hasta que el humor se esfumó. Entendía un poco también por que me cobraban tanto y es que era por la ubicación en la que me encontraba viviendo. «El condominio de ricos», como le llamaban. Pero 1000 dólares era demasiado para mi actual condición económica para gastarlo en sólo dos viajes de Uber.
Así que cancele el viaje y me encamine al estacionamiento subterráneo, observando con una sonrisa diabólica tres automóviles.
¿Será que la suerte está vez está de mi lado?
Me pregunté imaginando la posible reacción de "mi adorado" hermano, al enterarse de que estoy cerca de sus 3 bebés más caros y mimados.
Bebé: Bugatti Chiron Super Sport.
Bebé: Aston Martin Valkyrie.
Por último pero no menos importante: Bebé Lamborghini Sián.
Estos autos valen una millonada, pero que puedo hacer cuando solo quedan estos tres carros en el estacionamiento.
Elegir uno.
Exacto.
Frunci el ceño pensando con cuál me vería mejor. ¿El rojo, el naranja o el verde? Pero era difícil elegir así que decidí hacerlo al azar. Cerré los ojos y empecé a dar vueltas apuntando a la nada.
—¿Con qué sobrino me quedaré? 1, 2, 3 y 4
Abri los ojos y la sonrisa que apareció en mi rostro mostró los satisfecha que me encontraba.
—Hoy conducire un Aston Martin y no habrá nadie que me lo impida.
Observé fijamente el garaje buscando un reloj colgado a la pared. Cuando
lo encontré moví una caja de herramientas hacia mis pies. Y con poco esfuerzo removi el reloj. Sonreí con diversión al notar una pequeña caja de seguridad. A la cual ingresé 6 dígitos que justamente como pensaba la abrieron. Después de todo espiar a Clark en Toronto, para descubrir sus secretos y luego utilizarlos como el lo hacía conmigo, tuvo una ventaja inesperada. Saque la reluciente llave escondida.
Una que mi hermano descuidado, volvió a darme al colocar la misma contraseña que estába en nuestra anterior mansión.
—Gracias hermanito.
Presione la llave y el sonido que hizo mi sobrino Aston Martin al abrirse,
me hizo saber que también estaba feliz conmigo.
Yo también te quiero sobrino.
Entre en el auto sin esperar más. En el proceso dándole una pequeña ojeada a todo el sistema de manejo súper moderno. Por lo que al terminar de estudiar cada uno. Me puse el cinturón de seguridad y encendí el auto quedando maravillada por el sonido del motor.
¿Cuantos kilómetros por hora puede alcanzar este deportivo?
Me pregunté curiosa al mismo tiempo que el auto traspasaba el estacionamiento y cruzaba por la puerta de seguridad. Tenía muchos deseos de experimentar así que acelere hasta el fondo. La fuerza del impulso empujandome hacia delante.
Que excitante.
Me mantuve conduciendo a 150 kilómetros por hora, por las solitarias calles privadas del condominio de ricos. Hasta que llegue a una avenida con mucho tráfico y tuve que desacelerar ya que no quería ninguna multa por exceso de velocidad, ni causar algún tipo de accidente menos sin un permiso de conducir
Entonces aprovechando que había mucho tráfico al igual que una gran fila de autos detenidos. Saque mi celular del bolsillo del pantalón y entré a uno de los cientos de sitiós web que habían en la red, hasta que uno llamó mi atención. Era una tienda departamental con muy buen estilo de ropa. Además con una buena calificación por sus consumidores.
Así que active el GPS y me fuí guiando por el camino a la vez que el tránsito avanzaba. Hasta que después de una hora y veinte minutos doblando por diferentes calles llegue a mi destino.
La tienda departamental: «Only money». Un nombre muy realista debía decir.
Me estacione en la acera, llamando la atención de la mayoría de personas que paseaban por aquel lugar, por el auto de mi hermano. Aún más cuando una de las puertas, se abrió como las alas de un murciélago.
Que vergüenza.
Pensé incómoda por las muchas miradas en mi mientras bajaba del auto y lo cerraba.
Así que con rapidez me escabulli en la tienda y observé por largos minutos cada sección de ropa y calzado. Tenían un buen catálogo así que se me hizo rápido hallar ropa de mi estilo y size.
Entre a unos de los probadores terminandome de medir mi último conjunto: una minifalda junto a unas medias de mallas y unas zapatillas altas de color negro.
Me quedaban perfecto. El problema era que también me veía muy sexy. Y mi padre no se guardaría palabras para insultarme si me veía vestida así.
—Señorita ya hemos encontrado el top, boina, y chaqueta perfecta para que pueda combinar su ropa
Una de las vendedoras me pasaba las prendas que anteriormente había pedido y con amabilidad le agradecí tomándola.
Me observé unos largos minutos luego de ponerme toda la ropa y llegue a una conclusión absoluta. Me llevaría este atuendo sin importar las consecuencias.
Salí del probador luego de ponerme mi anterior ropa. Y me diriji a la caja registradora.
La vendedora que antes me había ayudado en el probador llevo toda la ropa que había elegido a una amplia mesa y luego junto a otra chica empezaron a calcular el precio de cada una.
Unos 10 minutos más o menos pasaron cuando me dijeron por fin el precio total:
—8,000 dólares Señorita. ¿Que tipo de tarjeta de crédito va usar?
Palidecí.
Me duele la vida, ¿Como que 8,000 dólares?
—Lo pagaré en efectivo—susurre desanimada sacando los 8,000 dólares de la mochila.
Ambas vendedoras me observaron un poco confundidas al principio, pero aún así aceptaron.
—Gracias por su compra señorita, esperamos verla de vuelta una próxima vez—me agradeció la chica de la caja registradora, y asenti agarrando con un poco de dificultad las 9 bolsas del mostrador.
Sigue esperando que vas a llegar a vieja.
Salí a la calle luego de obtener la factura, observando incrédula a varias personas que hacían turnos para fotografiarse con el Aston Martín Valkyrie. Por lo que me hice a un lado esperando a que cada uno terminará de tomar su foto.
Ya que tranquilamente podría ser uno de ellos, si no estuviera acostumbrada a ver cada día los autos lujosos de mi padre y hermano.
Cuando cada uno término de fotografiarse, abri el auto y entre todas las compras al reducido espacio. Pero antes de que pudiera entrar al deportivo, una mano tocó mi hombro asustándome.
—Alza las manos...entra despacio al auto, y dame todo lo que tengas de valor—una voz masculina susurro a mi espalda de forma amenazante. Provocando que mi cuerpo quedará tan tieso como el de una estatua. Empeorando al sentir la leve presión de un objeto desconocido en mi espalda baja.
Hay padre santo. ¿Acaso me están robando?
Cerre mis ojos con una expresión sombría. Sabía que andar en un auto que vale millones de dólares, podría llamar la atención de las autoridades, o de las personas en la calle. Pero nunca pasó por mi mente que me robarian.
Suspire, empezando alzar mis manos de manera cuidadosa. Mientras pensaba en una forma de voltearme con rapidez, y romper mi teléfono en su cabeza sin salir herida.
Pero un minuto después de estar parada con las manos extendidas hacia arriba, una carcajada estruendosa explotó en mi espalda, generando confusión en mi.
—...L-lo siento... Lo siento...—gire mi cuerpo hacia la voz, encontrando a un chico pelirrojo casi asfixiandose mientras tenía un ataque de risa.
La expresión sombría que aún permanecía en mi rostro, adquirió un tinte asesino. Y el chico joven al observarme se puso serio de inmediato.
—Discúlpame, solo quería conocerte y pensé que sería divertido hacerte una broma—dijo con una expresión avergonzada, y alzó la mano en la que sostenía una pequeña botella plástica—. Mirá, esto era con lo que te apuntaba—mencionó rascadose la nuca.
Y cambié mi expresión a una más tranquila—Tu forma de socializar es bastante rara—respondi luego de unos segundos.
—Si, lo siento—dejó salir una risa nerviosa y observo el auto con emoción—. Está es una maravilla de auto. ¿Es tuyo?
—Es de mi hermano—lo miré un poco incómoda.
—Oh entiendo—su expresión se tornó un poco más aburrida—. Tu hermano tiene muy buen gusto. Cuando le dije a mi padre que quería un auto deportivo como regalo de cumpleaños, me dió una sucursal de negocios y dijo que empezará a trabajar—sonrió divertido.
—Tu padre tiene mucha 'razón', desconocido.—le mencione con un poco de ironía. Ya que la tenía mucho más fácil que yo. Fuera una suerte si Steven, mi padre, me diera una de sus sucursales de negocios y me dijera empieza a trabajar.
—Mi nombre es Sander por si acaso. ¿Y tu como te llamas? Nunca te había visto en la ciudad—entrecerró sus ojos color avellana—¿Eres nueva?
Suspire alzando una ceja
Este chico era demasiado confianzudo.
—¿También quieres que te llené un cuestionario?—dije aburrida. Mis ganas de socializar se iban cuando tenía hambre.
—Bueno, no soy un acosador si eso piensas—despeinó su cabello y se relamio los labios—. Solo me provocó curiosidad, saber el por qué dejaste qué esas personas se tomarán fotos con el auto, mientras tu esperabas veinte minutos con 9 bolsas en la mano.
Entre cerré los ojos—Y no eres acosador, ¿Eh?
Sonrío—No, no lo soy. Es solo que tengo un negocio a unos metros—señaló un edificio entero—. Y desde el balcón te ví.
—Ah, entiendo—asenti secamente—. Pero bueno tengo algunas cosas que hacer y no me queda tiempo para seguir hablando, lo siento—dije, observando como el cielo se estaba tornando oscuro.
—Esta bien, para mi fue un gusto conocerte. Te pediría el número, pero sospechó que me mandaras a la misma mierda—bromeó—. Espero que nos volvamos a ver nuevamente, chica antipática—me sonrió por última vez y se dió media vuelta avanzando hacia su negocio.
¿Chica antipática?
Pensé confundida, observando su espalda unos segundos.
¿Por que los chicos guapos son tan raros?
Entré por fin al vehículo. Conectando mi celular en la radio, para ir escuchando música mientras avanzaba hacia el Walmart.
[....]
Dos horas habían transcurrido y me encontraba parqueando el auto en el estacionamiento de la mansión. Me era increíble saber como 20,000 dólares, se redujeron a nueve mil.
Pero lo valía.
Pensé de acuerdo conmigo misma al observar todas las bolsas en el deportivo. Ahora tenía ropa, comida, y nuevos útiles escolares que me servirían para retomar la escuela el lunes. Ahora solo me faltaba ordenar todo en mi nueva habitación, y guardar los 9,000 dólares que me sobraron, en mi cuenta de ahorros más adelante.
Entonces coloque el código en la puerta de entrada, extrañandome cuando la puerta no se abrió y la palabra «Error», apareció en la pequeña pantalla digital. Por lo que al esperar un minuto lo intenté de nuevo, y se desbloqueo dándome paso libre a la casa.
—Dulce prisión—murmure cansada, mientras subía las escaleras con la mente en blanco hacia mi habitación.
Cuando llegue me deshice del suéter como también del pantalón y me coloque en su lugar un pillama ligero recién comprado, que consistía en una blusa de tirás de color negro con bordes blancos, y un mini short del mismo color.
Acomode las bolsas a un lado de mi cama y revisé la hora en mi celular,
quedando sorprendida al ver que eran las 10:00 de la noche.
Salí de la habitación con 3 bolsas de comida que había comprado en el Walmart, y una bolsa aparte medía vacía de MacDonalds, que compré para no desmayarme del hambre en el camino. Y me dirigí a la cocina para guardar la comida que necesitaba estar fresca en el refrigerador, que para mí desgracia se encontraba en la caja.
Rayos.
Resople, y con gran esfuerzo empece a desgarrar el cartón en donde estaba, para luego romper la bolsa plástica y en el procesó reventar todas las burbujas de aire que está tenía.
Luego de eso, con fuerza empuje el congelador hacia una esquina conectandolo al sistema eléctrico.
Joder me duele la espalda.
Solté un quejido lastimero, y entré
la mayoría de las cosas que compré al congelador. Solo dejando el batido de fresas y la hamburguesa Big Mac que dejé a medio comer.
Entonces con todo terminado me encamine hacia el sofá, y le di un sorbo al batido, disfrutando de su sabor y de lo frío que estaba.
Me relami los labios, y saque la hamburguesa de su cajita, dándole un nuevo mordisco. Pero antes de siquiera terminar de tragar, unos sonidos de pasos resonaron detrás mio.
Al principio no le di mucha importancia pensando que eran los
guardias. Hasta que recordé un dato muy curioso.
Voltee mi cabeza ligeramente hacia atrás, saltando del sofá al mismo tiempo que un arma apuntaba mi cabeza,
Recordando que en la mansión, no había ningún guardaespaldas.
▪▪▪▪
Segundo borrador. ✅
Foto del sobrino Aston Martín Valkyrie:
Nota: El siguiente capítulo lo publicare mañana o hoy mismo. Pero en general estoy planeando publicar dos capítulos por mes.
Espero que les gusten y dejen comentarios. 😗
En la siguiente actualización se vienen cosas fuertes. 😌
Goodbye ♡
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