M̵̵̡͇̻̝̘͉̈́̓͌̾͛e̸̵̺͇͎̞̦͊̔͋̓͑̿m̴̴͓̝̞̀̾̒̽͒͜͜͝o̴̴͔̟̞͍̪̽̿̓̚͠͝r̵̴̦̠͖̙͉͓͋̓̿͘̚͝i̵̴̡̙͖̻̦̓̒͐͛̒é̸̵̙̠͙̠̺̐̀̀̀s̸̸̡̡͎̟̝̽͆͛̐̓̽ f̵̴͉̝̺̙͙͕̽́̀͛̈́̚r̴̵̡̞͎̘̝̈́̓̚̕͘o̸̵̙̟̫̙̠̫͌͛͋͌̾̓m̴̵̢̙͉̘̘͆̈́͋̾͘̚͜ t̸̴͖̙͚̻͎̠̔͑̓̽͠h̴̴̡̢͓̺̫͊̚̕͝͝͠e̴̸̫͕͕̟̙̾̈́̕͠͝ g̵̴̺̼̻͉͔̓͋͌͌͋͝o̵̵̫͎̞͍̫̪̒̽̒̓̈́̐o̵̴̙̞̘͔̝̦̾͆͘̕͝d̵̴̘̙͓̻̺̀̀͌̈́̓͘ p̸̵̺͎͚͙̫̘͛̾̈́̓͝a̸̸̡̻̼͎̙͆̔̿̕͜͝s̴̴̫͍̟͔̦̪̓̐̀̾͑̕t̵̸̙̞̪̟̟́́͛͒́͜

Era de mañana, una niña de 5 años, con un cabello de tonalidad gris claro y unos ojos rojos como la sangre, yacía acostada en su cama, se había enfermado por salir a jugar cuando llovía. 

La pequeña estaba aburrida, le era molesto quedarse en su habitación, recostada y sin poder moverse mucho, pues si lo hacía sentía un dolor no muy fuerte, pero si incomodo,  mientras la niña pensaba en como entretenerse, alguien entro a su habitación, era un hombre alto, su cabello era negro, casi tan oscuro como la noche, sus ojos, como los de su pequeña, eran rojos. 

-Hija, como te sientes?, ya estas mejor?-. Dijo el adulto, cerrando la puerta detrás de el. -Si papá, ya me siento un poco mejor, aunque me duele un poco el cuerpo-. El padre cargo a la infante, llevándola a la sala donde se encontraba una mujer de ojos azules, su cabello era blanco, como la nieve. -Como esta la princesa de la casa?-.  -Ya estoy mejor mami-. respondió la peli-gris con entusiasmo y una sonrisa en su rostro. -Me alegro de eso, que tal si vemos una película?-. Pregunto la madre, y obtuvo una respuesta afirmativa por parte de la de ojos rojos.

-------------------------------------------------------------------------------

T̸̵̺͚͓͔̝̼̔͛̓͌͑͝h̴̴̞̦̘̺̝̦̀̐͆͊͝͝e̴̵̡͉͙̞̫͊̓͛̒͊̚ S̴̸̙̘̟͕͚͔̿̈́͑̓̀͐t̵̴̞͇̼̫͆̒́́̓͘͜u̵̸̢̻̪̪͊̽͋̐͘̚͜͜p̴̸̢͔͇̫͙̘͋̓͊͠͠i̸̴̞̝͍̞̦̞͋͊̈́́͘d̸̸̢̡̫̝͚̒̐̓͛͋̓ P̴̵͕̟̘͔͓̘͒̈́̈́́̽͘r̵̴͕̝̟̙͍͎̈́͐̈́͛͒͘e̸̸̘̪͔͔̘̻̒͊̒̒̚̚s̵̴̢̡͍͇͚͋͊̔̿͆̕è̴̴͔̞̝̘͍͍̈́̽͘̚͝n̸̸̝͕͙̘͕̪͛͑̀́̾͝ẗ̴̴͚̻̘̫̞̟́̀͐̒͒͝

Era un día lluvioso, y por los pasillos de un orfanato caminaba una chica, no se podía ver su rostro, pues era cubierto por la capucha de la sudadera que esta usaba, ella camino hasta llegar a una habitación un poco oculta, donde se encontraba 1 chico, el chico se veía un poco peligroso, pero a la encapuchada no le importo.

Vaya, vaya, vaya, mira a quien tenemos aquí, al final si te dignaste a venir, pensé que te había dado miedo. Dijo uno de los presentes, mientras se ponía en posición de pelea, seguido de la de sudadera. ¿Y ahora que te pasa? ¿el gato te comió la lengua? -. Dijo el chico mientras se burlaba, después  de eso, sintió un fuerte ardor en su mejilla pues la chica le había dado un golpe, ya estaba harta de esas burlas e insultos. 

Los dos chicos se pusieron a pelear, recibieron los golpes suficientes como para que les doliera el cuerpo, la encapuchada ya se iba a retirar, pero el otro dijo algo que hizo que le hirviera la sangre. -Ya  te vas a ir para que tu mami te consuele y te diga que todo estará bien?, Oh espera, esta MUERTA!!!-. 

Esas palabras hicieron que la chica perdiera la paciencia que le había estado teniendo al ya mencionado, pues eso hizo que tuviera recuerdos que deseaba que desaparecieran, haciéndola reaccionar de la peor manera posible. - Hablas de padres cuando vives en un orfanato, que idiota que eres-. Dijo la de la sudadera con una ira bastante notable. 

El chico vio que a las manos de la encapuchada le salieron ¿Garras?, fue algo que no logro ver muy bien debido a que la otra se le acerco muy rápido, dándole un golpe, que lo corto ligeramente y lo dejaría desmayado, cuando despertara, dolería demasiado. 

Ella se quito la capucha mientras se reía, dejando ver su rostro con  algunas cicatrices, su cabello era de un tono gris fuerte, al parecer tenía heterocromía, pues su ojo izquierdo era de color amarillo, como un rayo, y el derecho era rojo como la sangre. -¿Sabes algo? Odio, no, más bien, REPUGNO A LAS PERSONAS COMO TU!! son solo idiotas que se creen superiores a los demás solo porque ellos encajan en la sociedad y son considerados "normales"-. La peli-gris se retiro sigilosamente para no ser descubierta, pues sería realmente problemático que alguien del orfanato la viera con un poco de sangre en sus ropas. Ella solo regresaría a su habitación donde ella descansaría y fingiría que nada de eso ocurrió.