— Joven Jeon, hemos llegado.

La voz del chófer lo saco de su ensoñación, al parecer se había quedado mirando el paisaje durante un largo rato.

— Muchas gracias, señor Choi - agradeció bajando del auto.

Admiro unos segundos el frente de la casa de sus abuelos, para luego acercarse a la puerta y tocarla.

— Mi niño - la dulce voz de su abuela se escucho a la vez que abrían la puerta. - Ven y saluda a tu abuela.

La mujer extendió sus brazos, a lo que Jungkook no se hizo del rogar y corrió hacia ellos.

— La extrañe mucho - su voz salió ahogada, ya que estaba recargada en el hombro de la mujer.

— Cómo no me ibas a extrañar, si no te apareciste por aquí en más de diez años — lo regaño.

— Lo lamento — se disculpo — ¿ Y el abuelo ?.

— Hay, ese viejo — la mujer rió suavemente — Salió a caminar hace un rato, no creo que tarde mucho. — sonrió — Entra, para que te acomodes en la habitación, debes estar muy cansado.

Si lo estaba, el viaje había sido largo, al rededor de doce horas, aún sentía el trasero entumido.

Entro a la casa y la mujer le indico que podía regresar a su antigua habitación, y así lo hizo. Al entrar pudo ver todo tal como recordaba, suponía que su abuela había limpiado, pues todo estaba demasiado pulcro.

Luego de una hora, por fin termino de guardar  sus cosas, pero quería tomar un baño, el clima estaba algo caluroso, y se sentía sucio y pegajoso.

Tomo una toalla y su ropa, se metió al baño y tomo una ducha de quince minutos. Al salir se secó y luego se cambió, se sentía cansado, ni siquiera lo pensó dos veces antes de tirarse en la cama, y dormir el resto de la tarde, ya al día siguiente terminaría de acomodarse.