Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

02 | casa

Athena tenía un perro como mascota, un hermoso husky siberiano llamado Milo que había sido rescatado antes de que lo adoptara. Su perro era su mejor amigo además de Tony, y desde que Tony desapareció, Milo no había sido el mismo. Adoraba a Tony tanto como Athena, y la ausencia de su presencia en la vida de Milo le causó mucha tristeza al perro.

Cuando Athena regresó a casa de la casa de Tony esa noche, Milo saltó hacia ella—. Adivina qué, ¡tengo buenas noticias!

Milo ladró, corriendo en círculos como diciendo ¡dime las buenas noticias mamá!

Athena se dirigió a la cocina, dejando las provisiones que trajo de camino a casa, antes de volverse hacia Milo—. ¿Te acuerdas del tío Tony? —Milo volvió a ladrar, como si dijera que sí. Athena se rió—. Bueno, va a volver a casa, Milo.

Milo empezó a correr en círculos de nuevo, moviendo la cola con entusiasmo. Athena se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, dejando que Milo prácticamente saltara sobre ella en su entusiasmo.

—Sí, lo sé, yo también estoy feliz. Lo he extrañado tanto como tú.

Athena se durmió esa noche con Milo a su lado, un hábito en el que habían caído después de que Athena se despertara de una pesadilla unas noches después de que Tony desapareciera, soñando con él siendo sometido a todo tipo de tortura y finalmente despertando con un sudor frío cuando lo vio ser asesinado. Milo se había negado a alejarse de su lado después de eso, siempre durmiendo a los pies de su cama y alejando las pesadillas.

Al día siguiente, Athena condujo hasta una de las bases del ejército estadounidense, según las instrucciones que le había dado Rhodey, y se le permitió entrar justo cuando aterrizaba el avión del ejército. Vio como se detuvo, esperando ansiosamente al lado de Pepper, su mano apretando la de su amiga con tanta fuerza que Pepper temió que sus dedos se rompieran. Lyanna Stark estaba de pie a su lado, mirando el avión que se acercaba sin idea de por qué había tanta gente alrededor.

La rampa del avión comenzó a descender y Athena finalmente volvió a ver a Tony Stark. Rhodey lo ayudó a salir de la silla de ruedas, ya que no quería mostrar debilidad frente a su chica, y mientras los dos caminaban lentamente por la rampa hacia el suelo estadounidense, Tony le sonrió a Athena. Athena corrió hacia él, cautelosa de su brazo herido mientras se detenía frente a él y agarraba su rostro, asegurándose de que fuera real.

—Estás vivo —susurró ella, sonriendo mientras las lágrimas llenaban sus ojos.

—Sí, más o menos —respondió Tony.

Athena le sonrió—. Me asustaste. Pensé que estabas muerto.

—No podía dejar a mi chica, ¿verdad? —preguntó Tony, antes de extender su brazo sano—. Vamos, creo que merezco un abrazo después de estar en cautiverio durante tres meses.

Athena abrazó a Tony con cuidado, suspirando mientras agarraba la parte de atrás de su chaqueta—. No puedes volver a asustarme así nunca más.

—No lo haré —prometió Tony—. O al menos, intentaré no hacerlo. No está en mi agenda ser secuestrado nuevamente.

—Milo te extrañó —dijo Athena, mientras Tony se dirigía hacia Pepper y Lyanna—. Estaba tan triste cuando dejaste de venir.

—Bueno, tendré que asegurarme de ir a verlo y ganarme su perdón —dijo Tony.

Athena asintió mientras se detuvieron frente a Pepper, quien estaba tratando de contener las lágrimas.

Tony lo notó—. Tienes los ojos rojos. ¿Has llorado por tu jefe ausente?

—De alegría —dijo Pepper con una sonrisa—. Odio buscar trabajo.

—Se acabaron las vacaciones —dijo Tony, antes de mirar a su hija, quien estaba mirando a su padre con una sonrisa en su rostro. Le revolvió el pelo—. Hola pequeña.

—¿Papá? —preguntó ella en voz baja.

Tony se agachó frente a ella—. ¿Qué? ¿No me extrañaste?

Lyanna abrazó a su padre, no tan consciente de su herida como Athena. A Tony no pareció importarle, sosteniendo a su hija contra su pecho como si nunca quisiera soltarla. Lyanna estaba llorando, y Athena no podía notar si era porque todos los demás estaban llorando o porque realmente entendía lo que estaba sucediendo.

—Te extrañé —susurró Lyanna—. Athena me cuidó, pero las dos te extrañamos.

—Yo también te extrañé —respondió Tony, soltando a su hija pero manteniendo su mano—. Vamos al auto.

—Yo tengo mi auto —respondió Athena—. ¿Quizás te vea más tarde?

Tony negó con la cabeza—. Rhodey, ¿puedes llevar el auto de Athena a mi casa y dejarlo afuera?

Rhodey no parecía divertido por las órdenes, pero suspiró y extendió las manos en busca de las llaves—. Esta bien, de acuerdo.

—Ni un rasguño, Rhodes —bromeó Athena, arrojándole las llaves.

—Te lo prometo, Clarke —sonrió Rhodey, saludándola mientras Tony se dirigía a su coche y le hacía señas a Athena para que lo siguiera.

Pepper se sentó en la parte delantera junto a Happy, que estaba en el asiento del conductor, dejando a Tony, Athena y Lyanna sentados en la parte de atrás. Happy miró al trío por el retrovisor—. ¿A dónde vamos?

—Al hospital, Happy —pidió Pepper desde el asiento delantero.

—No —intervino Tony.

—¿No? —repitió Athena.

Pepper se volvió hacia ellos—. Tony, tienes que ir al hospital.

—No —dijo Tony.

—Tiene que verte un médico —insistió Pepper.

—He estado cautivo tres meses —interrumpió Tony—. Solo quiero dos cosas: una hamburguesa y...

Tony se calló y Pepper cerró los ojos—. No empieces.

—No es lo que piensas —terminó Tony, mirando a Athena y sonriendo—. Quiero que organices una rueda de prensa.

—¿Una rueda de prensa? —preguntó Pepper con incredulidad, mientras Tony respondía con un "sí"—. ¿Para qué?

—Hogan, arranca —instruyó Tony—. Primero la hamburguesa.

—¿Puedo comer una hamburguesa? —preguntó Lyanna.

—Claro —dijo Tony.

—Podría ir por una hamburguesa —dijo Athena, y Tony le mostró la sonrisa que solo estaba reservada para ella, sin trucos, nada coqueto, solo felicidad pura y sin adulterar.

—Esa es mi chica —dijo Tony, mirando a Athena—. Yo pago porque Athena está en bancarrota.

Se había convertido en una broma entre los dos, que cada vez que salían a comer hamburguesas, Tony siempre era el que pagaba, alegando que era "porque Athena estaba en bancarrota". Pepper nunca entendió por qué los hacía a los dos tan felices cada vez que tenían esa conversación, pero Tony y Athena lo sabían. La noche en que se hicieron amigos fue una noche que cambió la vida de ambos de manera significativa.

—En realidad no estoy en bancarrota —respondió Athena—. Conseguí un buen trabajo en Industrias Stark.

—¿Quién te contrató? —preguntó Tony con curiosidad—. ¿Fue después de que me secuestraran?

—Obadiah —respondió Athena, mirando a Tony—. Me dijo que yo tenía el cerebro para rivalizarte, y le dije que estaba lleno de mierda pero igual acepté el trabajo. No estás enojado, ¿no?

—¿Por qué estaría enojado? —preguntó Tony—. Hace años que quería que trabajaras conmigo, y ahora lo haces.

—¡Athena dijo una mala palabra! —dijo Lyanna—. ¡Traviesa!

—Lo siento —rió Athena—. Bueno, es mejor que trabajar en Hammer Tech —se estremeció al pensar en su antiguo trabajo, donde trabajaba para el hombre que Tony llamaba su némesis—. Ese tipo era un idio...

Se las arregló para salvarse antes de volver a maldecir frente a Lyanna, mientras Tony se burlaba—. Sí, es verdad. Pero está bien porque ahora me tienes como tu jefe, y yo soy un buen tipo.

—No estaría tan segura —dijo Pepper desde el frente.

—Ah, ¿no he sido un buen jefe? —preguntó Tony, luciendo insultado—. Creo que lo fui. Aún no te has ido, así que debo estar haciendo algo bien.

Y aunque Tony Stark todavía tenía el mismo sentido del humor, algo en él había cambiado. Nadie más que Athena había notado la tensión en sus hombros y las líneas de preocupación que no estaban allí hace tres meses. La experiencia de Tony lo había cambiado, le había inculcado el miedo y lo había convertido en un hombre que estaba listo para dejar a un lado su pasado y hacer el bien en el mundo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro