Preparandose...
Adriana dejó su móvil en la mesa de noche, conectó el cargador y caminó hacia el tocador, debía quitarse la bendita mascarilla de la que tanto se mofaban sus amigas. Se dió una ducha para luego acostarse.
Se cubrió con la sábana, si bien hacían temperaturas agradables, ella jamás había podido dormir totalmente destapada. Tal vez sería por haberse criado en un pueblo pequeño ubicado en un valle de San Luis, donde incluso durante las noches de verano, las condiciones ameritaban una manta liviana.
El mensaje del amigo de SeokJin le dio mucho en que pensar. Recordó sus primeros amores. Cerró sus ojos y las imágenes fueron llegando una a una.
Ay mi madre, que costumbre tan incómoda de enviarte a realizar las cobranzas de sus publicidades. ¿Si le hubiese dicho la vergüenza que me daba? Tal vez nunca lo hubiese visto.
¿Tenía cuantos? Diez u once años. ¿Y él... dieciséis?... no lo recuerdo, lo único que quedó grabada en mi retina fue la belleza de ese muchacho. El hijo del rotizero, porque ni siquiera sabía su nombre.
Los años pasaron y él se perdio entre las experiencias y aprendizajes de la vida. Su recuerdo se esfumó. Claro que algo debe haber quedado. Porque de otra manera, la noche que lo volví a ver, mi corazón no hubiese saltado como lo hizo.
Tenía quince años, el otoño comenzaba ese día y, luego de haber pasado la tarde en la piscina con mis amigos, nos habíamos despedido para reencontrarnos en la disco. Sentía el cuerpo cansado luego de la primera sesión de baile grupal. Mi mejor amiga por aquel entonces, se había alejado con un ligue, y yo finalmente decidí descansar.
La pista de baile estaba a rebosar de personas, alejada y sentada en una de sus bancas de cemento, admiraba la energía que desprendían algunos.
En algún momento decidí observar a las personas que circulaban al rededor de esa pista tan particular, metida por debajo del suelo casi un metro. Y lo vi.
Allí estaba él, tan bello, tan hombre, tan inalcanzable... pero en lugar de continuar al rededor de la pista cómo los demás, no. Él siguió caminando hacia mí.
Tal vez se dirigía al baño, después de todo estaban en la misma dirección, sólo tenía que recorrer unos metros más pasando por mi lado y llegaría a donde suponía debía dirigirse.
Se paró justo en frente de mí. Para ese momento, mi pobre corazón había latido lo que uno normal haría en una vida. Y dijo. - Bailas conmigo? - Luego extendió su mano hacia mí.
- Claro! - Y no dije más nada. Él tomó mi mano, sentía que caminaba sobre una nube. Supuse que era un angel y que yo había muerto en algún momento sin darme cuenta.
Bajamos y bailamos, intercambiamos nuestros nombres. No olvidaría jamás ese nombre. Y claro que no. Él fue mi primer amor, mi primera vez y mi primer gran desilusión.
Porque, con la misma intensidad con la que lo amé, lo terminé odiando. Si durante los cinco años que duró nuestra relación él hizo el trabajo de cavar su propia tumba, luego de la ruptura, solito se cubrió con esa tierra.
Lo que tenía de bello lo tenía de idiota.
Luego llegó el tiempo de libertad, pero alguien a quien han tratado mal psicológicamente y pierde su autoestima, no puede salir así cómo así del trauma.
Lo mejor que me pudo pasar fue haber descubierto ese anuncio del curso, gracias a eso hoy tengo dos hermanas...
Ahora, ¿Pensar en hombres? Eso sí que es otra cosa. Creo que escribir ha sido una forma de hacer catarsis. No he vuelto a estar con uno luego de él. No puedo terminar de confiar, aunque la propuesta de Jin es tentadora.
Una cita. ¿Hace cuánto no tengo una? Jin parece buen tipo y su cultura está bastante orientada al respeto, tal vez podría darle una oportunidad.
Tengo esa corazonada. La misma que sentí cuando conocí a las chicas. Angie dice que es el hilo rojo. Espero que sea cierto, porque le contesté que sí.
Le contesté que sí? Oh Dios mío! En qué pensaba? Creo que recién ahora caigo en la cuenta... y yo tranquilizando a Nati.
Se levantó apurada y corrió al clóset. Abrió las puertas de par en par. Observó detenidamente. Se llevó las manos a la cabeza y sacudió su cabello enérgicamente.
- ¿Qué me pondría? Algo sexy... algo sobrio...mmmmhhh. ya se. Mañana compraré algo yo también. -
Regresó a la cama. Se acomodó de costado e intentó dormir. Claro que le llevó su tiempo. Luego de rememorar nuevamente su única relación sentimental y renegando de no haber experimentado un poco más en lo que a hombres se refiere.
[...]
Natalia por su parte, se preparó una infusión de tilo y valeriana. Sentía sus pulsaciones aceleradas, el sujeto que había mencionado Jin le resultaba interesante. Aunque había algo que no le cerraba del todo.
Apoyada en el mesón inhaló el perfume que desprendía su te. Sopló suavemente y dio el primer sorbo. Cerró sus ojos y los pensamientos fluyeron.
Jin está completamente loco, ¿Por qué lo hizo? Si ya sabe cómo soy, armar una cita con alguien que ni siquiera conozco y que además es un descarado. ¿Cómo se le puede ocurrir pedirme a mí que vaya del color que a él se le ocurra? Él ni me conoce y ya quiere mandarme, ni una mierda si voy a esa cita será de azul, he dicho. Pero ¿Y si después termina siendo un psicópata o un asesino en serie, o un violador? ¿Y si se me insinúa y quiere llevarme a la cama en la primera cita? Que escriba de sexo no quiere decir que sea una experta en la cama. Mi experiencia sexual ha sido mínima comparada con las protagonistas de mis historias. Solo he estado con dos hombres en mi vida. El primero un ex novio del que prefiero no recordar y el segundo, él fue un error de una sola noche.
Por eso siempre digo que es importante que en una primera cita los detalles que la rodean tengan su dosis de mimo, cuidado, preparación y disposición en función del encuentro y la importancia que damos a esa persona, cualquier lugar puede resultar ideal si se crea en torno a un ambiente que permita mostrarnos tal como somos, sin artificios, sin tensiones, sin miedos... que el ambiente, el lugar, los preparativos sean un bálsamo que propicie mostrar nuestra mejor cara, y así poder dar inicio a un contacto personal cálido y afectivo.
Tengo siempre presente en mi mente el recuerdo de aquella primera cita, una primera cita especial, una de esas ocasiones en la vida que nunca se olvidan, que te hacen sentir que la vida tiene ese punto fantástico que siempre nos sorprende cuando se pone la ilusión, la pasión y la complicidad al servicio de los sentidos... un momento para definirlo como sublime, una forma de encontrarse que aunó todo lo que considero un ideal de cita por ambas partes.
Fue un poco después de conocer a mis chicas súper poderosas Adriana y Angélica.
Nunca les conté de esa experiencia y agradezco no haberlo hecho. Nuestras vidas han cambiado por completo. Él lo sabe. Yo también.
Recuerdo nuestra primera conversación en esa cita mientras tomábamos un café y ahora me hace gracia.
- Bueno, Nati. Dime. ¿Y tú qué tres cosas te llevarías a una isla desierta?
Tres hombres, uno que sepa cazar y pescar, otro que sepa construir cabañas y otro que sepa cocinar. Que los tres estén bien buenos, sean divertidos y unos fuera de serie en materia sexual. No, claro. Eso es lo que pienso, pero no se lo digo, porque en el fondo soy muy tímida y calladita. Así que le contesto que no lo sé, que lo tendría que pensar.
- Pues yo me llevaría un lápiz muuuy largo, y un montón de papel, porque me encanta escribir y dibujar, y compañía femenina, por supuesto. - me contesta, qué listo, traía la respuesta aprendida de antemano, así cualquiera.
- ¿Escribes? -le pregunto - Yo también. Me gusta mucho escribir. Escribo relatos de todo tipo, e.. (ops, iba a decir eróticos), e... emotivos, de fantasía, de ciencia-ficción, poesía...
- ¿Poesía? Me encanta la poesía. Mario Benedetti es fascinante.
- No me suena ese Benedetti - la cague.
Me mira con ojos entrecerrados.
-¿No has leído a Benedeeeettiiiiii? Imperdonable, completa y absolutamente imperdonable.... A veces el silencio convoca algarabías parodias de coraje espejismos de... -y sigue recitando al hombre con nombre de pizzería, bla, bla, bla...bla, bla, bla...
No he leído al Benedetti ¿Qué pasa? Le he dicho que escribo poesía, no que la lea, ¿bueno?
Era como una descarga constante de electricidad cuando nuestras miradas se cruzaban, la descarga y el deseo de tocarnos se hacía cada vez más intenso.
Terminamos nuestros cafés y ya no había excusas para seguir allí sentados. No sabía qué hacer, no quería dejarlo así, quería seguir disfrutando de su compañía, ya que no me atrevía a nada más, pero estaba tan atontada que no podía proponerle nada. Evidentemente él estaba mucho más seguro de la situación que yo y me propuso dar un paseo. Acepté sin pensármelo dos veces.
Nuestras palabras empezaban a tener doble sentido y las bromas llevaban consigo pequeños empujoncitos. Cada vez que nuestros cuerpos se tocaban, aunque no fuera piel contra piel, lo deseaba más. Me moría por sentirlo entero contra mí, por probar sus labios y el sabor de su piel.
Me llevó a su departamento y me tomó la cara entre sus manos y, acariciándome el cuello, besó mis labios. Un simple beso no era suficiente. Le devolví el beso. Nos miramos una vez más. Le tomé la cara yo esta vez y lo volví a besar, con más ganas aún. Me estrechó entre sus brazos, me estremecí de placer. Mis manos empezaron a acariciarlo como si guiadas por alguna fuerza ancestral, lo que iban descubriendo bajo su ropa era prometedor y estimulante. Cuanto más recorrían su cuerpo, más ganas tenía de él.
Sus caricias eran algo más castas hasta ese momento, pero de repente, agarrándome con un brazo por la cintura, bajó la otra mano hasta mi muslo. Llevaba una falda roja hasta la rodilla, deslizó su mano bajo la misma y se abrió camino hasta mi tanga.
Entró en mi completamente. Volvió a salir. Me penetró de nuevo, esta vez solo un poco. Hacía como si volviera a salir, pero inmediatamente entraba otra vez. Jugó así durante unos minutos antes de volver a penetrarme a fondo. A cada embestida suya notaba como las olas del placer crecían en mí y como mi respiración se hacía más corta cada vez. Me llevó un par de veces al borde pero no me dejó ir. Bajó por mi húmedo tesoro llevándome al orgasmo. Aun no había terminado y volvió a penetrarme, eso me alargó las olas y me provocó otro.
Se quedó sorprendido al notar que soy una de esas afortunadas que consiguen gozar varias veces y sin demasiados problemas, si la pareja es buena. Sin salirse se recostó boca arriba, así estaba yo al mando de la situación. Lo cabalgué moviendo mi cadera como si estuviese bailando una salsa sensual, manteniéndolo bien dentro mientras sus manos jugaban con mis pechos. Me agaché buscando sus labios y mientras lo besaba levanté un poco la cadera, de manera que salió un poco de mi. Le hice salir y volver a entrar solo con la punta unas cuantas veces y cuando vi que le había cogido el ritmo, lo acogí entero dentro de mi haciéndole subir la temperatura de repente. Y se corrió dentro de mi. Los brazos me dolían, me dolía todo el cuerpo y me dejé caer bocabajo. Nos separamos pocos centímetros, lo justo para darnos la vuelta y terminar boca arriba para recobrar el aliento.
Y solo fue esa noche no hubo más. Debido a la vergüenza que sentí al regresar a mi casa, me encerré en mi burbujita y nunca más lo busqué.
La siguiente vez que lo vi no estaba solo, tenía a alguien y se veían muy felices. Sentí envidia, pero de la buena.
Lo único que le dije esa vez fue: - Cuídala, si la haces sufrir te arranco los huevos con mis propias manos.-
Cuando volvió a mirar, su taza estaba vacía. De repente sintió una pequeño atisbo de valentía. Regresó al dormitorio y luego de acostarse escribió un nuevo mensaje.
Atrevida 🙎🏻♀️
Dile a tu amigo que iré de azul.
00.51✔✔
Bombón 🍬
¿Por qué? Si el rojo te queda bien.
00.51✔✔
Atrevida 🙍🏻♀️
_Imbécil_ .
00.52✔✔
[...]
Angélica había cortado la llamada cuando oyó las llaves en la cerradura de la puerta. Apago el teléfono y se levantó del sillón donde se había recostado para conversar con sus amigas y corrió hacia el dormitorio.
¿Quién hubiera dicho que mi Seokjinnie iba a convertirse en Cupido? Aunque con esa carita tan linda, fácil puede pasar por el pequeño travieso. 😍
¡Si supieran mis chifladas que a sus galanes recién los voy a conocer en persona jajaja! Pensó ella.
- ¡Angie amor! ¡Ya llegamos!-
- ¡Voy Jinnie! ¡espérame 5 minutos por favor, no tardo! -
Angélica iba a comprobar si los amigos de Seokjin eran tan apuestos en persona como en fotografía. A la velocidad de la luz se retiró la mascarilla, peino su cabello y se puso algo de rimmel y gloss en los labios.
Cuando bajó a la sala pudo ver a dos chicos muy guapos. Entre 25 o 28 años, altos y delgados. Se pintaban muy bien.
-Angie, te presento a mis buenos amigos Min Yoongi y Jung Hoseok. Chicos, Angélica Estrada, mi novia.-
- Mucho gusto en conocerlos y bienvenidos a España.-
- Oh! ¡Hablas coreano! dijo el joven que poseía una radiante sonrisa.-
-Si. Empecé a aprenderlo al poco tiempo de empezar mi relación con Jin. Me alegro que puedan acompañarnos.-
Después de las presentaciones se pusieron cómodos en la sala. Durante la conversación Angélica los observaba y analizaba con atención e iba tomando notas mentales:
Hoseok es muy lindo! Me gusta su sonrisa, es radiante y sincera. Además, es encantador. Se ve que quiere mucho a Jinnie, eso le da puntos extra.
Yoongi es guapo, pero lo que más resalta en él es su personalidad. Es enigmático. ¿Será porque es muy reservado o tal vez sea tímido?
-Jagi, ¿estás prestando atención?-
- Ay cariño, disculpa, ¿que decían?-
- Que si nos puedes contar algo de tus amigas Adriana y Natalia.- respondió Yoongi.
- ¿Y cómo saben ellos de mis amigas, Kim Seokjin?- preguntó la latina al coreano que sólo atinó a poner cara de "soy culpable" y responder:
- Lo que pasa es que les comenté que tus amigas eran muy simpáticas y tienen curiosidad por saber de ellas.-
- Sospechoso... yo conozco esa expresión Jinnie. ¿No tienes algo más que decirme?-
Hoseok y Yoongi observaban la escena divertidos al ver a su amigo que alguna vez fue un "picaflor" a merced de esa pequeña muchacha que lo miraba con los brazos cruzados, pero con una mirada dulce y divertida.
-¡Angie bebé! No te vayas a molestar, pero les propuse a los chicos organizar citas con Adri y Nati. ¡Pero lo mejor es que ellas aceptaron!-
- ¿Que tu hiciste qué??? No te digo nada más, uno; porque están tus amigos y dos... ¡Porque ya lo sabía! Las chicas me lo contaron.-
El rostro de alivio que puso Jin era para dibujarlo en un mural. Angie era muy dulce y paciente, pero cuando se molestaba se convertía en un "sable samurái". No hacía escándalos ni se exaltaba, pero era tan fría y precisa para contraatacar que un golpe en el estómago era menos doloroso que su indiferencia.
- Angelica disculpa el atrevimiento. Las hemos visto en una fotografía y realmente son muy lindas. Nos gustaría conocerlas un poco.-
-Hoseok ¡que sea una sorpresa! Lo único que te puedo decir es que son unas chicas encantadoras, inteligentes y que les van a simpatizar mucho. -
-Angie, ¿no quieres saber con quienes saldrán?-
- ¡Oh no mi amor! Prefiero que ellas me cuenten como les fue con estos apuestos chicos.-
Más tarde en la noche y acurrucada en los brazos de Jin Angélica pensaba muy entretenida:
¡Los galanes pasaron la prueba! Creo que las niñas están en buenas manos. Mi Adri es un sol, no hay nadie más noble y generosa, se merece lo mejor. Y mi loquilla bella, creo que puede encontrar a su media naranja entre esos guapos.
-Nena ¿sigues despierta? ¿En qué piensas?-
- En que tus amigos me cayeron muy bien. Y si son la mitad de maravillosos y buenos que tú, mis chicas se van a llevar el premio mayor. Así que, si todo sale ok voy a deberte un enorme favor.-
-Pienso que todo saldrá excelente. Nuestros amigos son extraordinarios.-
Jin recibió un fugaz beso de buenas noches y un gran abrazo.
-Hey pequeña! ¿Ese es el premio por mi buen acto del día?-
-Jinnie, te recuerdo que tus amigos están en la habitación de al lado.-
-Demonios! Debí dejar que se fueran a un hotel.-
Con una suave carcajada y un "te amo" durmieron pensando lo bien que la pasarían sus queridos hermanos y hermanas.
By...
SeokJinmyLover3
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aksj1992
Gracias por leer. Descansen y coman sano 💜💜💜
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