27
Adriana no podía creer que HoSeok se hubiese presentado sin avisar. - ¿Qué haces aquí? Cuando debías comunicarte con antelación. - Su tono era de enojo, pero por dentro se estaba derritiendo con la belleza que tenía delante.
Tampoco eso significaba que lo dejaría pasar así como así, él la había culpado y le había quitado la oportunidad de dar una disculpa, o simplemente aclarar que por cuestiones de salud de su amiga ella había tenido que dejar el bar, porque sí, ella se había presentado.
- Se qué debí llamar, pero por lo que veo, hubiese resultado en una negativa. ¿O me equivoco? Lo que necesito es hablar contigo, lo nuestro no se dió por culpa de... -
Adriana lo interrumpió. - Tu amigo, eso ya lo sabemos. Un poco tarde, pero ya tenemos al culpable de todo este caos. - Finalizó cruzando sus brazos.
HoSeok meditó en cuestión de segundos, su oportunidad se estaba yendo al carajo por no llamar para acordar una reunión, porque él no lo quería denominar como cita. Así que rápidamente sacó su tarjeta de presentación.
- Está bien, cuando te sientes preparada para hablar... - Él depositó la tarjeta sobre la mesa. - ... Me lo haces saber. Más allá de mis deseos de poder aclarar todo esto, está el hecho de que quieras hacerlo. - Finalizó deslizando el pequeño trozo de papel hacia ella.
HoSeok se alejó de la mesa y haciendo una reverencia se retiró, no sin antes decir. - Estaré esperando tu llamada. -
Una vez que salió del estudio, antes de cruzar la puerta principal gritó. - EL TIEMPO QUE SEA NECESARIO. - Luego y como si fuera un niño que ha cometido una travesura, corrió hacia la calle.
Una sonrisa de ternura le arrancó esa actitud a Adriana, que miraba a través de la ventana. Porque en cuanto HoSeok dejo la habitación, ella se había acercado para verlo a través de las cortinas. En cuanto lo perdió de vista, se dirigió hacia la mesa para tomar la tarjeta.
Por ser diseñadora, tenía el hábito de analizar absolutamente todo, era lo que ella consideraba deformación laboral *. Estaba confeccionada en papel, pero totalmente cubierta por una tinta que le daba un brillo especial. Ella la volteó hacia los lados, como haría con un billete para comprobar su autenticidad.
Un fulgor, el reflejo de la luz la encegueció...
Atenea. Pensó cuando su cuerpo se sintió flotar...
☆
El viaje fue lo más absurdo que habían vivido hasta ese momento. Adriana seguía parada en el mismo lugar, la tarjeta había caído al piso. Saliendo de su estupor miro hacia la ventana. El sol seguía en el mismo sitio, aparentemente el tiempo no había pasado.
Como si de un día nublado se tratara y las nubes se abren para dejar el cielo despejado, los pensamientos fueron apareciendo en su mente.
¡HoSeok!
Ella salió corriendo, si el tiempo realmente se había detenido, él no debería estar lejos.
En su cabeza retumbaban las palabras de Afrodita, eso suponía un nuevo problema para ellas puesto que otra deidad estaba interviniendo y nada bueno podía salir de eso. Bastante habían tenido ya con Atenea como para lidiar también con la nueva diosa.
Tan absorta se encontraba que no vio que HoSeok se dirigía hacia ella, chocando con su pecho en el jardín frontal de la casona.
Sus fuertes brazos le impidieron caer, apretando su cuerpo aún más sobre su torso. Adriana no pudo evitar sentir el fresco aroma de su perfume. Queriendo quedarse allí, rodeada de la protección que destilaba el diseñador.
- ¿Estas bien? - HoSeok se sintió preocupado por la repentina quietud de ella.
No le dio una respuesta verbal, simplemente se limitó a asentir con su cabeza apoyada sobre su hombro, tenía los ojos cerrados y mucho miedo de despertar de otro sueño.
HoSeok comenzó a acariciar suavemente su espalda, llevaban algunos minutos en la misma posición y él realmente necesitaba hablar. Lo que acababan de vivir había sido bizarro y confuso, ya que también había notado que no era la misma diosa que lo había buscado anteriormente.
- Adri, nada me haría más feliz que seguir abrazado a ti, pero debemos hablar. -
Ella entendió, por lo que poco a poco fue soltando sus brazos, que rodeaban al hombre como si su vida dependiera de eso. Él no la dejó aparearse demasiado. Tomó su rostro entre sus manos, para lograr así conectar sus miradas. - No te conozco en absoluto, pero a lo largo de todo este tiempo, lo único que han logrado estos sueños ha sido enamorarme profundamente de ti. Ya te ofrecí una disculpa por haber sido un necio, ahora te pido, por favor, dame la oportunidad para conocer realmente a la persona que eres. - Acaricio ambas mejillas, conteniendo sus ganas de besarla ya que la mirada de Adriana le transmitía cierta devoción, sus brillantes ojos podían decir mucho más que unas pocas palabras. Rondando sus hombros la guió nuevamente hacia el interior de la casona. Instintivamente ella apoyó su cabeza sobre el espacio entre su brazo y su pecho.
En cuanto entraron, él la dejó ir, permitiendo que lo guiara a algún lugar donde poder conversar. Para su sorpresa, ella le tomó la mano y lo arrastró hacia la cocina.
- ¿Café? - Preguntó aún sin soltarlo.
Para Adriana era un sueño hecho realidad, después de todo por fin lo tenía junto a ella y sin ningún tipo de fantasía retorcida. Era definitivamente la mejor versión de todas, un HoSeok que hasta ahora había dicho las palabras correctas para su enamoradizo corazón, alguien que después de un viaje bizarro le decía estar enamorado. ¿De ella? ¿Podía alguien enamorarse de un sueño? Para alguien que escribía constantemente sobre amores imposibles volviéndose realidad era trascendental.
- Si, gracias. -
El silencio reinaba dentro de la pequeña cocina, a duras penas Adriana había soltado la mano de HoSeok que sintió una desolación tremenda a pesar de la poca distancia que los separaba. Ella preparó las dos tazas arrancando una sonrisa hermosa al diseñador cuando notó el personaje de la taza que portaba su acompañante.
- También me gusta el demonio de Tasmania. -
- Pues entonces toma esta. - Y le ofreció su preciado tesoro. - Creo que es la recompensa por ser paciente conmigo. No creo que otra persona me hubiese dado la oportunidad después de todo. -
- Sería un necio si no lo hiciera. -
Adriana sonrió, luego volvió a tomar su mano, y, entrelazando sus dedos lo guió hacia la sala donde estaban los tres sillones con sus colores favoritos. Se debían una larga conversación y, ¿que mejor que tenerla donde todo había comenzado?
♡
Angelica habia llamado a sus amigas, su paciencia con respecto a los viajes de Atenea se estaba acabando.
- Puedo saber hasta cuando van a tener en vilo a los guapos? - Preguntó luego que el mozo hubiese dejado sus bebidas. - Como habrán notado, no sólo Atenea nos está haciendo viajar, ahora también debemos lidiar con Afrodita. ¿Acaso quieren matarnos de un disgusto? Digo, no crean que no me gustó el viaje, mi Jinnie estuvo genial. Pero... ¡Nati, casi te cortan la cabeza! ¿Saben acaso cómo me siento cuando regresamos? ¿La preocupación que me genera? - Angélica se pasó las manos por la cara, se sentía frustrada por no poder finalizar con todo eso.
- ¡A mí no me mires! - Se defendió Adriana. - Con Hobbie decidimos darnos la oportunidad de conocernos, hablamos mucho sobre lo que hemos estado viviendo a raíz de los viajes, de como nos afectó y la imagen que tenemos uno del otro. Acordamos volver a tener la cita truncada y pasear por Barcelona mañana mismo. ¿Nati, qué tal tú con YoonGi? -
- Nosotros también hablamos algo, no voy a mentir diciendo que somos el uno para el otro, créanme que no es fácil para mí. ¡Él me rechazó la primera vez! ¿No tengo derecho a sentirme enojada todavía? - Expresó con algo de angustia en su voz. Reconozco que es hermoso y tiene verdaderos problemas para socializar, pero eso no quita que lo que me hizo pasar. -
Natalia se encontraba un tanto más reticente, si bien había hablado con YoonGi, ella seguía dolida por los sentimientos que había tenido que vivir aquella noche, le costaba aceptar que para deshacerse de la diosa tenía que volver a dar una oportunidad. Para ella era mucho más fácil desenvolverse dentro de los viajes, donde sus acciones no tenían consecuencias, o al menos nada era real.
- Aunque por ustedes le daré una oportunidad. -
- Perfecto. ¿Entonces supongo que no tendrán problemas con la cena que vamos a organizar con Jinnie el viernes por la noche? - Mencionó de forma casual y alegre.
Los rostros de sus amigas adquirieron diversas expresiones, por un lado Adriana que iluminó su semblante con una radiante sonrisa, y por el otro Natalia que abría sus ojos con cierto rastro de indignación y sorpresa.
La mirada de Angélica recayó sobre la chilena que estaba a punto de protestar. - ¿No pensarás negarte? - La acorraló.
- ¡No! No es eso, me sorprende que después de decir que no estoy totalmente convencida decidas organizar una cena de parejas. Definitivamente no me siento preparada. -
La sonrisa de la argentina se esfumó. - Pero tú dijiste... -
- Permíteme. - Le interrumpió Angélica. - Nati querida, no será una cena de parejas, de hecho la única pareja allí seremos Jinnie y yo, la idea es juntarnos cómo los amigos que somos y podamos compartir, conocernos mejor y pulir aquellas asperezas que creemos tener. -
Nati apoyó los codos sobre la mesa y cubrió su rostro, se sentía entre la espada y la pared, porque que, si se negaba estaba traicionando la amistad con Angélica y Adriana.
Una mano, suavemente le tomó el antebrazo para tirar de el y ver directamente hacia ella, era la argentina que tenía su, últimamente imborrable, sonrisa. - ¡Hermanita! ¿Qué es lo que tanto te preocupa? Lo más negativo ya lo viviste, sabes lo que se siente que te llamen para cancelar una cita y las consecuencias que tuvo. ¿Qué pierdes por descubrir el lado positivo? ¿Conocer nuevas personas? No tienes una idea de lo difícil que me resultó pedirte aquel lápiz el primer día del curso, y ¿sabes qué? Me hubiese perdido de conocer a una maravillosa persona que llena de alegría mis días. Como decía mi padre, el no ya lo tienes, ve por el sí, y quién dice no encuentres más amigos en los que apoyarte. -
- Bien, iré, desde esa óptica no tengo nada que perder. -
Angie se recostó sobre la silla mas tranquila, saber que sus amigas estaban prontas a encontrar el amor la llenaba de felicidad. Esperaba sinceramente que este fuese el fin de los tediosos viajes.
♡
Después de la primer semana en Barcelona, HoSeok y YoonGi habían dejado la casa de la feliz pareja para instalarse indefinidamente en el hotel, dispuestos a solucionar absolutamente todo, no regresarían a su país hasta conseguirlo, en especial HoSeok que tenía sus ilusiones a tope.
Al igual que Angélica, esa misma noche SeokJin se reunió con sus amigos para invitarlos a la cena en su vivienda. A diferencia de su esposa él consiguió el sí rápidamente por lo que finalizaron la junta con cervezas y risas.
Para YoonGi era la oportunidad perfecta para demostrar que entre amigos su carácter era distinto, se había mentalizado en que debía expresarse como realmente era y sin los prejuicios que normalmente atosigaban su cabeza y lo limitaba, claro que los nervios podrían jugar su papel, pero él ya conocía a Natalia, que era su objetivo personal. Quería conquistarla a como diera lugar y si para eso tenía que salir de su zona de confort lo haría.
HoSeok en cambio veía la oportunidad perfecta para adelantar su cita personal, ya que faltaban dos días para la cena, el aprovecharía para invitarle a pasear al día siguiente, y quien sabe poder robarle un beso. La muchacha se había mostrado bastante receptiva después de aquel incómodo sueño, pero la charla en la casona les había resultado amena y constructiva, por lo que tenía muchas esperanzas.
♡
- ¡Se me ocurrió algo! - Natalia entró a la cocina donde Angélica y Adriana preparaban el café.
Como siempre ella era la última en llegar. Y a diferencia de los amigos de SeokJin, ellas debían seguir trabajando,
- ¡Buenos días inspiración! Tan buena es la idea que ni siquiera saludas? - La regañó cariñosamente Angélica.
- ¡Siiiiii! ¡Yo quiero mi besito! - Reclamó haciendo un puchero la argentina.
- Lo siento, lo siento. Buenos días. - Dijo rápidamente y luego les dió un beso a cada una, obteniendo una sonrisa por parte de cada amiga.
- Ahora suelta lo que tienes guardado. - Le pidió Adriana volteando para servir el café.
- En realidad son dos ideas, la primera es escribir una aventura con todos los viajes que nos dió la pinche diosa, ya saben, historias cortas,escenas cargadas de sexo... - Rodó sus ojos y se mordió el labio inferior.
- ¡Natalia! - Angie la sacó de sus sucios pensamientos.
- Si, si, como decía, la otra idea es la de escribir una historia sobre mujeres adultas siendo conquistadas por hombres jóvenes, es un mercado poco desarrollado y... -
Y como cada jornada, las tres se dirigieron hacia el estudio, donde el sol dejaba colar sus rayos como único testigo de las ocurrencias de esas tres amigas.
♡
Angélica y SeokJin ultimaban detalles, el arquitecto había preparado una deliciosa cena, algo que le gustaba hacer en su tiempo libre y que por tratarse de un hobby se le daba bastante bien. Quería agasajar a sus invitados con un plato típico de su país, a sus amigos les vendría bien volver a comer comida casera y y sus amigas se deleitarian con los manjares coreanos.
Angie por su parte preparaba la mesa, había sacado su vajilla especial, dos largas velas rodeadas por detalles florales como centro y unas finisimas copas de cristal donde tomar aquel vino que habían traído de su luna de miel.
El primero en llegar fue YoonGi, la pareja sabía que él vendría sólo porque HoSeok y Adriana habían tomado la tarde para pasear en su cita, claro que la propuesta había sido aceptada sin problemas y con bastante entusiasmo. Seguido del arquitecto llegó Natalia con unos quince minutos de diferencia. Las miradas incómodas no faltaron pero ambos predispuestos a hacer de esa cena una oportunidad para acercarse.
- Perdón por la tardanza. - Se disculpó Adri con las mejillas rojas. - Hobbie insistió en que lo acompañara al hotel para cambiar su ropa y luego me llevó a casa, ya sabes, hasta que terminé de arreglarme pasó algo que tiempo. -
A pesar de no revelar ningún detalle, para Angélica no pasó desapercibido el detalle de que ambos seguían tomados de la mano, incluso cuando entraron a su hogar, HoSeok apoyó su mano sobre la cintura de la rubia para cederle el paso.
Todo resultó mejor de lo esperado, la última pareja en llegar confesó haberse besado durante la cita, prometiendo darse la oportunidad de vivir la experiencia como una aventura que esperaban tuviera un final feliz, Natalia y YoonGi pasaron toda la noche mirándose y riendo mutuamente de las anécdotas que sus amigos relataban. Finalmente cuando todos se despidieron, ellos al igual que HoSeok y Adriana, se fueron juntos pero con distinto rumbo.
La noche prometía grandes cosas para cada pareja. Angie y Jin ordenaron todo y cansados como estaban terminaron durmiendo abrazados como koalas. HoSeok y Adriana, llegaron al departamento de ella sin escaleras y tuvieron su primer noche de pasión real, sin intervención de ninguna diosa.
YoonGi y Natalia se dirigieron a un bar que permanecía las 24 horas abierto, antes de que el sol despuntara, se habían dado el primer beso y para cuando el astro se encotraba en lo más alto, ellos dormían desnudos en la habitación del hotel.
Desde algún lugar en el universo, tres dioses observaban.
- ¿Crees que volveremos a intervenir? -
- ¡Por lo que más quieras Atenea! ¡¡NO!! - Respondió Afrodita juntando sus manos a modo de ruego.
Detrás de ellas Zeus soltó una sonora carcajada.
* Deformación laboral es cuando un profesional no puede dejar su trabajo de lado y continúa haciéndolo inconscientemente. El ejemplo mas claro sería el de un psicólogo que a pesar de no estar trabajando, continúa analizando el comportamiento de las personas a su alrededor.
Amigas mías, a esta historia no le quedan muchos capítulos, nos estamos acercando al final.
Gracias por leer. Descansen y coman sano 💜💜💜
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