0. How it all began
0. Cómo todo comenzó.
Abigail se dio cuenta de que su familia no era perfecta a los cinco años.
Había encontrado a sus padres peleando. Fue durante la noche, luego de la gran fiesta que le habían hecho a ella y a su mellizo, Nathaniel, por sus cumpleaños. No había parecido ser una pelea normal, como cuando su padre había llegado tarde a la casa —muy después del toque de queda para Abigail—, y su madre se había enojado con él pero al cabo del rato estaban riendo. No. Esta vez hubo lágrimas, manos violentas y saliva volando a la par de palabras filosas. Su padre durmió en el sofá y su madre cerró la puerta de su habitación con llave.
La segunda vez que descubrió que su familia era imperfecta fue cuando tenía nueve. De un día para el otro Nathaniel comenzó a comportarse agresivamente con ella, llamándola débil, frágil, pequeña, inestable, imperfecta.
Esa fue la primera vez que Abigail sintió puro odio. Odiaba a Nathaniel y cómo la hacía sentir; odiaba sus manierismos violentos, sus empujones, su personalidad arrogante y la forma que comenzó a tratar a los otros. Como si fuesen hormigas pequeñas y desechables. Se había convertido en un monstruo, y Abigail odiaba a las bestias.
Fue por eso que su objetivo principal fue no ser como él. Sería la hermana perfecta mientras que él sería el hermano imperfecto.
Pero todo el mundo sabía que ella no era perfecta, solo que nadie se atrevía a decirlo en voz alta. No obstante, esas noticias eran viejas.
Abigail no podía estar más lejos de la perfección.
A una temprana edad se volvió obsesiva. No con fantasías o drogas, sino que encontró en sí misma la obsesión a la perfección. La maldita e inalcanzable perfección, o mejor llamada atelofobia.
Fue durante sus ocho años de vida que hizo su primera visita a Emergencias. Durante las vacaciones en la playa, mientras deslumbraba su nueva maya tal cual sirena, descubrió que le disgustaba sus lunares. Eran tan desiguales, tan asquerosos, eran tantos que manchaba su suave y limpia piel.
No habría perfección si ellos se quedaban.
Su madre fue quien la encontró en el baño del hotel con un cuchillo en su piel mientras trataba de quitárselos.
Abigail nunca había sentido tanta euforia ni había visto tanta sangre en su corta vida.
No obstante, esa no fue la vez que los doctores descubrieron que tenía atelofobia, pues sólo pensaron que tenía depresión y necesitaba terapia intensiva. Afortunadamente, aunque Abigail fuese a las sesiones de terapia profundamente drogada con los antidepresivos, la psicóloga que la atendía rápidamente se dio cuenta de que aparte del cerebro jodido y depresivo que poseía, no era lo único que tenía. Pues Abigail tenía la tendencia de organizar los libros de su biblioteca en una forma específica; tenía que tener su ropa sin ninguna arruga o sino tendría un ataque de pánico; su piel debía ser suave, sus dientes los más blancos, su voz no tenía que ser ni muy alta ni muy baja, ni muy grave ni muy aguda.
Abigail tenía depresión, atelofobia y TOC.
Una variedad de mierda que no solamente debía sufrir por sí misma pero también debía sufrir lo que tener todo aquello significaba en el exterior, en su vida. La gente se reía de ella. Decían que no era serio, que sólo era la lame botas de los maestros, una niña insoportable, egoísta, una niña loca que solamente mentía. Nunca veían la parte en donde Abigail no se atrevía a hacer nuevas actividades por el hecho de que si fallaba en el primer intento hiperventilaba y se largaba a llorar; no veían cuando se sacaba las pestañas porque algunas eran más pequeñas que otras, o cuando necesitaba sentir un peso específico en su mochila porque sino no podía ir al colegio.
Nadie sabía cómo se sentía ser ella.
Pero luego Abigail encontró a Lexi. Dulce y paciente Lexi.
Al principio solamente fueron compañeras de estudios, ambas siendo las mejores estudiantes del colegio, encontraron un punto medio en sus vidas con la compañía de la otra, y cuando menos se lo esperaron, se volvieron tan cercanas como el mar y la arena.
Abigail sabía que Lexi no era perfecta; siempre que se recostaba notaba que una pierna era más larga que otra; o que su sonrisa no era la más blanca, o que tenía lunares por todos los brazos. No obstante, y por alguna extraña razón que no comprendía, no le importaba.
Tal vez era porque Lexi adoraba a Abby y Abby adoraba a Lexi, y todo era perfecto.
Perfecto.
Tan perfecto.
CAST
sara witt as abigail "abby" jacobs
cast of euphoria as themselves
PLAYLIST
HOLA
les traigo una fanfiction de euphoria porque la vi en dos semanas y me obsesioné <3
pero antes de que la novela siga
!! ADVERTENCIAS !!
esta historia contiene contenido gráfico tales como autolesiones, abuso de drogas, abuso de alcohol, relaciones románticas tóxicas y agresivas, suicidio y violencia
además, otras temas que abarca la historia son: enfermedades mentales, inestabilidad emocional, lenguaje fuerte y menciones de relaciones sexuales
LEER CON PRECAUCIÓN
ATELOPHOBIA NO ES UNA HISTORIA PARA TODES
con esto dicho, nos vemos
•chauuu•
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