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Casilla 11 - Yunsang

My Precious Treasure: Why so shy? [Preview]

Caminaba por los pasillos del instituto como cualquier otro día. La única excepción era que le habían cambiado de clase debido a algunos errores que habían sucedido con el horario y las clases que él prefería cursar. Estaban a mitad del primer trimestre, pero todavía había fallos de aquel estilo por la mala organización que tenía aquella institución. Sin embargo, por lo demás era un buen lugar de enseñanza, no estaba mal.

Cuando entró en la clase, se sentó en único pupitre que había vacío, al fondo, y dejó allí sus cosas. El resto de alumnos estaban reunidos en grupos, cada uno con los amigos que habrían hecho los primeros días de clase o que tendrían de otros cursos. Todos menos uno. 

En el pupitre al lado del el suyo, un chico jugaba con su móvil solo. No había nadie cerca de él y parecía estar conforme así, como si viviera en una burbuja apartado del resto. Yunho tuvo la intención de hablar con él, pero la profesora entró en ese mismo instante y perdió la oportunidad casi sin haberla tenido.

Cuando llegó el primer recreo, algunos alumnos se acercaron a hablar con él para conocerlo. Se había dicho que hablaría con el chico solitario, pero se le adelantaron. Eran todos muy majos y habló con ellos un rato entre risas.

- ¡Jeon Yunho! - gritó alguien desde la puerta. Miró en esa dirección. Solo era su mejor amigo, Song Mingi. Antes estaban juntos en la misma clase pero un par de cursos atrás los separaron y ni cambiando Yunho de clase habían vuelto a coincidir. Lo acompañaba Hongjoong; con el que habían entablado amistad el año pasado y que había pertenecido a  la clase del alto después de repetir un curso, y San, un compañero de clase de Mingi que también se había echo su amigo.

- Ya voy - les sonrío. Se despidió de sus nuevos compañeros y fue a pasar el recreo con sus amigos. Antes de irse, miró hacia el pupitre del chico solitario pero este no se encontraba ya en el aula. 

Caminaron y charlaron entre risas. Tras una broma, Yunho había cogido a San con el brazo por la nuca de forma amistosa. Justo en ese momento, se cruzaron al girar la esquina con el chico que jugaba con su teléfono. De alguna forma los esquivó sin verlos pues su mirada estaba fija en el juego del aparato que sostenía solo con una mano; en la otra tenía un zumo del que bebía por una pajita.

Yunho se separó de San y se quedó mirando al chico mientras se marchaba con el ceño fruncido. Era muy guapo. Su pelo teñido de rubio hacía que se notaran más sus rasgos faciales. Le gustaba la forma de sus cejas, casi rectangular, y sus labios ni muy finos ni muy gruesos.

- ¿Habéis visto a ese chico? - preguntó sin dejar de mirarlo hasta que se metió dentro de su aula de nuevo.

- ¿Es de tu clase? - preguntó Hongjoong. El alto asintió.

- ¡Uy! Creo que a alguien aquí le está empezando a hacer tilín un chico rubio de bote - dijo con voz pícara Mingi.

- No digas tonterías. Solo me parece muy guapo y... Parece muy solo. Creo que debería ir a hablar con él.

- Se llama Kang Yeosang - respondió en ese entonces San. Todos lo miraron.

- ¿Y tú cómo lo sabes?

- Todo el mundo habla de él. Bueno, no todo el mundo pero si mucha gente de este instituto. Muchos han intentado acercarse a él y conocerlo, pero siempre huye cada vez que alguien intenta hablar con él. Eso o se queda mirándote sin decir nada hasta que te vas tú. Alguna chica está por él porque las parece que es muy lindo que sea tan tímido, además de que no está nada mal el chico. Los supersticiosos dicen que si lo oyes hablar, tendrás una semana de buena suerte. O tres días. Depende de a quien le preguntes, ya sabes, rumores.

- Y ahí va de nuevo, nuestro chico de los chismes - rió Hongjoong - No hay nada que tú no sepas ¿no?

- Sí que lo hay hyung, no sabe matemáticas, ni historia, ni geografía... - continuó Mingi.

- ¡Oye! - se quejó el menor.

- Tampoco como confesarse a su gran y perfecto Park Seonghwa, ¿verdad? - añadió Yunho, haciendo que el contrario se sonrojara.

- No tenías por qué meter a Seonghwa en esto - hizo un puchero y miró a otro lado.

- Bueno, ya vayamos a la cafetería a por algo que me estoy muriendo de hambre - Song terminó la discusión pero el más alto se negó.

- Iré a hablar con ese chico.

- No lo vas a conseguir, solo lo vas a espantar ¿estás seguro? - le preguntó el menor de todos.

- Confía en mí, San - le guiñó el ojo - Nadie puede resistirse a mis encantos. Además, no sabemos con seguridad que todo eso sea verdad, son rumores. Si todo el mundo se guiara por los rumores... Bueno, no creo que Hongjoong hubiera querido ser amigo de un par de putas como dicen que somos tú y yo ¿no?

- Exactamente - sentenció el mayor.

- Está bien, te esperamos en la cafetería - San se encogió de hombros y se dio la vuelta para seguir su camino con los otros dos. Yunho miró hacia la puerta de su clase y cogió aire con una sonrisa llena de seguridad. La gente exageraba mucho, seguro que no era para tanto y ese chico debería de sentirse muy solo por culpa de los rumores. No podía dejar que eso sucediera.

Cuando llegó a la puerta de la clase escuchó voces fuertes y un golpe. Entró rápido preocupado por lo que podía pasar. Yeosang se encontraba en el suelo, con la espalda apoyada en la pared del fondo de la clase, el labio sangrándole y los ojos acuosos. Tres chicos y una chica estaban delante de él, de pie. La chica miraba la escena un poco por detrás de ellos con los brazos cruzados y conforme con la situación. Dos de los chicos solo estaba de pie mirando con orgullo al chico del suelo. El del medio se sobaba las manos y se acercaba poco a poco a Yeosang. Había alguna mesa movida de su sitio y apartada del lugar. No había nadie más.

En el suelo se encontraba el zumo del que antes bebía Yeosang y chaqueta del chico del medio estaba manchada por detrás. El móvil del primero se encontraba en el suelo también, a unos metros de ellos y con la pantalla rota. Era obvio lo que había pasado y Yunho no tardó en reaccionar entrando en el salón a toda prisa.

Se puso delante de Yeosang y detuvo con su mano el puño que iba a dirigirse a este de parte del matón de en medio. Aprovechando la sorpresa, lo apartó de un empujón.

- ¿Qué hacéis? - les preguntó amenazadoramente.

- ¿Tu que crees idiota? Ese estúpido nerd ha tropezado y casi estropea la ropa de mi novia. Si no me hubiera interpuesto...

- ¿Y por eso tenéis que pegarlo? ¿Qué no sabéis hablar? Y eso es solo un zumo, se lava con agua  pedazo de imbéciles.

- Bueno, él se lo ha buscado - intervino la chica - Si hubiera sido otra persona, no pasaría nada. Pero, ¿sabes quién es? Le rompió el corazón a mi amiga el otro día porque es un estúpido que no sabe ni hablar. Mi amiga le dio un paquete de bombones hechos por ella que había estado toda la noche preparando, pero el solo hizo una reverencia y se fue corriendo dejándola ahí, sola. ¿Cómo pretende existir si no es capaz de estar con nadie? Solo juega y juega sin importarle los demás ni sus sentimientos. Ni siquiera nos ha pedido perdón por lo del zumo. Le preguntábamos y no respondía. 

- Es definitivo, sois unos mierdas. Dejádlo en paz. ¿Y qué si le cuesta estar con personas? Tu amiga no debe de ser muy lista tampoco. Si sabe que es tímido ¿cómo se espera que acepte sus bombones y hable con ella sin más? Primero debería de acercarse a conocerlo e intentar ayudarlo a superar su timidez con ella, ¿no? Y ¿cómo eres capaz de ser tan horrible como para decir algo así? Él se merece existir mil veces más que tú. Tú no sabes lo que a él le importa o le deja de importar. Y nada, ni siquiera por no pediros perdón, es excusa para pegar y maltratar a alguien. Y ahora, os largáis si no queréis ir al director. Y cómo volváis a tocarlo, la que os espera no va a ser buena.

- Somos cuatro contra uno. ¿Qué piensas que vas a hacer? - dijo otro de los chicos.

Yunho relajó su cuerpo y se estiró con seguridad en su postura - Bien, venid a por mí. Pegadme. Luego no os esperéis que librearéis de una buena denuncia y que os expulsen del colegio. No voy a resistirme, no os voy a pegar. Así la ley estará de mi lado y no tendréis nada que hacer.

- ¡Hey! Dejadlo ya. Ya nos vengaremos más tarde. Ahora las cosas no están a nuestro favor - dijo el que aún no había hablado.

- Está bien, vámonos. Pero esto no se acaba aquí - dijo el del medio antes de que todos se dieran la vuelta y se marcharan de allí. Una vez se hubieron ido Yunho se asomó ligeramente por las ventanas del aula para asegurarse de que no le veían ni volvían. Luego calló al suelo de golpe perdiendo toda la apariencia de tipo duro que antes había estado fingiendo.

- ¡Ah! De la que me he librado. Pensé que me iban a pegar - se estremeció y abrazo su cuerpo en suelo - No, no, no. Lo siento querido cuerpo, te puse en peligro. ¡Ay, no, mi bebé! Por poco nos quedamos sin poder perrear en una temporada. Todo pasó. Lo siento. No volverá a pasar - se dio pequeños besos en los brazos. Luego escuchó que alguien se sorbía los mocos detrás de él.

Se dio la vuelta en el suelo con los ojos abiertos. Se había olvidado de que Yeosang estaba ahí. Tenía muy mala cara. Sus ojos estaban rojos y sus mejillas bañadas en lágrimas. Bueno, daba igual que lo hubiera visto hacer aquello. Se acercó a él a gatas y luego se sentó delante suyo.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó. El contrario solo miró a otro lado bajando la cabeza. Respiraba de forma desigual. Parecía que iba a decir algo, pero terminó apretando fuertemente los labios y frunciendo el ceño. - Mmmh... ¿Te duele algo? ¿Te hicieron mucho daño? No hace falta que contestes con palabras si no quieres, puedes asentir solamente - insistió Yunho para ver si podía ayudarlo de alguna forma. Yeosang se encogió de hombros. - Interpretaré eso como un "Sí, pero no quiero molestar ni preocupar a nadie" - el más bajo lo miró extrañado, lo que le le hizo pensar al contrario que parecía un cachorrito - ¡Que lindo! - sonrió. Mientras el contrario se sonrojaba, él se dio cuenta de la herida de su labio que había visto antes pero se le había olvidado - Eso debe de doler. Ven, te llevaré a la enfermería para curártelo - se levantó y le ofreció la mano. Tras unos segundos de indecisión, Yeo se dejó ayudar - ¿Te duele algo más? ¿La espalda? - preguntó esto último pensando que deberían de haberlo empujado contra la pared y haberse hecho daño así.

Para su sorpresa, Yeosang negó con la cabeza y se señaló en el pecho, debajo de la clavícula izquierda. Le hicieron daño ahí al empujarlo, seguro. Yunho asintió y le dijo que seguro que había algo en la enfermería para ayudarlo a aliviar el dolor. Lo llevó hasta allí de la mano no sin antes recoger del suelo el teléfono del menor. A él no le importaba porque estaba acostumbrado al contacto y le encantaba, pero Yeosang se sentía abrumado, su cara ardía de vergüenza aunque no le iba a decir al alto que lo soltara tampoco.

Cuando llegaron a la enfermería, la mujer encargada de estar allí no estaba. Yunho miró la hora dándose cuenta de que su turno había terminado. El instituto solo tenía presupuesto para que trabajara allí hasta mitad de la mañana. Tendrían que apañárselas ellos solos.

Sentó a Yeosang en una de las camillas y fue a mirar que había en el botiquín. Tras encontrar una crema para los golpes, unas gasas, una tirita pequeña y vetadine, se dirigió de nuevo hacia el más bajo. Se lo encontró intentando escapar a de puntillas. El color de las mejillas de Yeosang que antes habían recuperado el natural volvió a encenderse en rojo.

Yunho rió por lo bajo. Dejó las cosas sobre la mesilla al lado de la camilla y lo cogió del brazo para volver a sentarlo en la camilla. 

- Te va a escocer un poco, no te muevas ¿sí? - le advirtió. Yeosang asintió y dejó que el alto aplicara el vetadine con las gasas en la herida de su labio. Se estremeció al sentir el líquido haciendo que la zona dañada ardiera, pero cerró los ojos con fuerza y se esforzó en no pensar en ello. Cuando los volvió a abrir, Yunho estaba muy cerca de él, intentando poner la tirita en su labio con todo el cuidado del mundo. Volvió a enrojecer. - ¡Perfecto! - se separó el contrario con una sonrisa cuando hubo terminado. - Ahora el golpe del pecho.

El menor abrió mucho los ojos y se abrazó con fuerza como intentado protegerse al darse cuenta de que le iba a tener que quitar la camiseta para curarlo. Negó repetidas veces con la cabeza.

- ¡Oh! Vamos. Solo voy a curarte. No pasa nada, ¿sí? - Yunho hizo pucheros y ladeó la cebeza. Se veía gracioso así y esto hizo que se relajara un poco con una pequeña sonrisa. El alto aprovechó el momento para quitarlo la camiseta rápidamente por sorpresa. Yeosang gritó y se tumbó boca abajo para tapar su pecho, volviendo a abrazarse.

El alto se quedó helado al ver la espalda del otro. Tenía un moratón reciente de la pelea anterior, pero eso no fue lo que lo preocupó. Yeosang tenía arañazos y moratones de hace tiempo en sus costados. Seguramente comenzarían en el torso que tanto intentaba ocultar y terminarían ahí. Se mordió el labio preocupado. ¿Qué clase de horribles torturas había tenido que soportar aquel chico? ¿Por qué lo trataban así? 

Se sentó en la cama a su lado y cogió la crema para esparcirla por el moratón más reciente, intentando solo rozar y no presionar para no hacerle daño.

- ¿Te sientes mejor así? - le preguntó con dulzura. Yeosang se encogió de hombros pero se relajó un poco de nuevo - ¿Me dejas que te haga sentir mejor con... las heridas del torso?

- No quiero que lo veas - por fin, el más bajo habló sorprendiendo a Yunho. Pero no dijo nada al respecto, en cambio, contestó a lo que había dicho. Tampoco mencionó el hecho de que su voz sonara tan... melodiosa. Era muy bonita.

- ¿Por qué?

- No quiero que nadie lo vea. Es feo.

- Mmh... No veo nada que sea feo en ti, no creo que eso tampoco lo va a ser. Seguro que es tan bonito como tu precioso rostro.

- Las heridas no son bonitas.

- Tal vez eso no, pero el resto sí. Y hay heridas bonitas. Por ejemplo, si esos estúpidos me hubieran tocado hoy, tendría heridas preciosas. Porque son heridas que me hice por una buena causa, que esconden una historia bonita. Si la historia de la herida es bonita, ¿por qué esta no lo va a ser?

- No son historias bonitas.

- Mientras estés así por las heridas y no por tu cuerpo, lo acepto. Puedo cerrar los ojos y tu guías mis manos para aplicarte la crema.

- Puedo echármela yo.

- Es verdad, es una mejor idea, menos complicada. Me doy la vuelta, la crema está sobre la mesa - Yunho hizo lo que dijo. Luego sintió como el colchón de la cama se movía, lo que le indicaba que la otra persona en él también lo estaba haciendo.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué qué?

- ¿Por qué haces todo esto?

- ¿Tú no lo harías por alguien solo e indefenso? Sería una persona horrible si no te estuviera ayudando ¿no crees?

- Nadie me ha ayudado, nunca.

- Pues eso va a cambiar, ahora yo te ayudaré siempre que lo necesites.

- ¿Por qué? ¿Qué quieres a cambio?

- Mmmh... Me sirve con poder conocerte. Hablar contigo de vez en cuando. 

- No hace falta que me ayudes.

- ¿Por qué eres tan tímido? ¿Tan difícil es para ti tener amigos?

- Tengo un amigo. Se llama Jongho. No es de este instituto.

- Menos mal. Me tenías asustado.

- ¿Por qué?

- Alguien que no tiene a nadie a su lado... tiene que ser una vida muy triste. Igualmente sigo queriendo conocerte.

- ¿Por qué?

- Vaya, eres muy preguntón después de todo.

- Lo siento.

- No te disculpes hombre. Quiero conocerte porque quiero ser tu amigo. No tienes amigos en este instituto, ¿no? Pues sería genial ser tu primer amigo de este instituto ¿no crees? ¡Bua! Suena genial ser el primer amigo de alguien en algún sitio o en algo. Tipo: Yunho fue el primer amigo que hice en mi instituto. O: Yunho fue el primer amigo que hice en clases de canto. ¡Bua! Que bien suena. Me encanta.

- ¿Te llamas Yunho?

- Jeon Yunho, un placer.

- Kang Yeosang.

- Lo sé.

- ¿Cómo?

- Mi amigo San me habló de ti. Me siento a tu lado.

- Lo sé.

- Y bueno, quería hablarte antes pero te fuiste del recreo muy rápido. Luego te vi en el pasillo y pregunté a mis amigos por ti. San, que es un chismoso de primera, me dijo como te llamabas y lo que dicen de ti.

- ¿Me salvaste por eso? Por escuchar mi voz no vas a tener suerte.

- No, ¡Que va! Yo no creo en esas cosas. Ni me fío de los rumores. Quiero conocerte por mi propia cuenta, ¿sabes? Y eso implica ayudarte siempre que pueda. Da igual que te niegues, lo voy a hacer hasta que te atrevas a dejar que alguien esté contigo a parte de ese tal Jongho.

- Gracias - Yeosang no sabía que otra cosa decir ante tantos halagos, estaba completamente rojo. Nadie se había preocupado por él de aquella manera antes ni lo había hablado así, ni siquiera Jongho. La verdad es que ellos dos solo jugaban videojuegos juntos y se gastaban bromas y poco más. Nunca habían sido muy sentimentales el uno con el otro realmente.

- No tienes nada que agradecer. Ya verás lo bien que te lo vas a pasar conmigo. Por cierto - sacó el teléfono del menor de su bolsillo y se lo entregó sin girarse - Comprueba que funcione bien. Creo que solo tiene rota la pantalla protectora. Puedo acompañarte a comprar una si lo necesitas.

- Iré solo, gracias. Funciona bien.

- No. Iré contigo - en ese momento sonó el timbre de vuelta a clases - Es una quedada. Iremos después de clases. Termina con eso, que yo voy a excusarte al profesor por si llegas tarde a clase ¿vale? No te escaquees - y tras decir eso se fue dejando a Yeosang allí, sorprendido y sin saber que hacer.

Cuando terminaron las clases, comenzó a guardar rápidamente las cosas de su bolsa para irse de allí cuanto antes; siempre lo hacía así. Se sorprendió al ver que Yunho se ponía delante de él ignorando a los que habían ido a hablarlo. Alzó la mirada para verlo. Le estaba sonriendo.

- Si vas tan rápido para escapar de mí no lo vas a conseguir - le guiñó el ojo - Hemos quedado. Ya he avisado a mis amigos de que no iré con ellos de vuelta a casa hoy.

Yeosang fue a contestarle pero se dio cuenta de las miradas de todos y bajó la cabeza avergonzado para contestar solo con un asentimiento. El contrario rió feliz y volvió a su pupitre para recoger sus cosas. Sus compañeros le preguntaban sobre su relación con Yeosang y él respondía con total sinceridad pero sin que se desvelara lo de la pelea.

Sin embargo, cuando terminó de recoger, Yeo ya no estaba en la clase. Se disculpó con todos y salió corriendo hacia la salida. Suspiró aliviado al encontrarlo solo unos metros más alejado de esta. Estaba acuclillado en la esquina, al lado de una farola. Extrañado, se acercó a él lentamente. Entonces lo escuchó cantar. Tenía una voz preciosa que entonaba una melodía suave y dulce que combinaba a la perfección con esta.

- ¡Oh! - se le escapó tras unos segundos escuchándolo. El menor giró la cabeza sorprendido y se sonrojó al verlo. Volvió su mirada el suelo. - Cantas muy bien, me ha sorprendido. Perdona por interrumpirte. - Yeo negó quitándole importancia. - ¿Por qué estás...así?

El menor señaló una flor que había en el hueco entre la baldosa y el apoyo de la farola. Sonrió con dulzura observándola. Yunho sonrió también al verlo así. En toda la mañana, no lo había visto sonreír de verdad y le gustaba. Estaba muy guapo cuando sonreía. Tal vez sus amigos tenían razón. Tal vez estaba comenzando a pillarse por un rubio de bote. Pero es que era un rubio de bote hermoso y adorable.

- ¿Alguna vez te han mencionado lo guapo que eres? - le dijo. Yeosang lo miró sonrojado de nuevo y con los ojos abiertos - Tomaré eso por un no. Eres muy guapo - le sonrió - Como esa flor. Debe de haber sido difícil para ella florecer ahí, pero lo ha hecho y es preciosa alrededor de la terrible acción del hombre. ¿No te parece?

Yeo comenzó a balbucear mirándolo a él y a la flor alternativamente. Luego se levantó de golpe y, aún todo rojo y apretando los puños, gritó: - ¡Tú eres más guapo!

Yunho rió y se puso de pie también. - Si dices cosas así me darás ganas de besarte - le guiñó el ojo y lo tomó de la mano - Vamos, tenemos que comprarte esa pantalla protectora nueva.

El más bajo asintió con al cabeza baja y se dejó llevar por el contrario. Para él era normal el pasar vergüenza constantemente, pero con aquel chico no dejaba de sonrojarse y sus nervios aumentaban mil veces más de lo normal. Jeong hacía que actuara por instinto, sin pensar, sin sentir aquella sensación en su pecho que le impedía hablar con el resto. No había barreras y al mismo tiempo aún se retenía. ¿Qué le pasaba?

No lo sabía. No tenía ni idea de que su historia de amor estaba a punto de comenzar.



Me estaba gustado tanto como estaba quedando este oneshot que lo voy a hacer fanfic de varios capítulos. Creo que voy a llevar a borradores todas mis historias que no son fanfics excepto Cliché. Cuando haya diseñado la portada escribiré esta historia. Seguramente la haga de capítulos superlargos y todo este oneshot no estará en un capítulo, si no en varios. Eso quiere decir que las cosas no ocurrirán exactamente como en este oneshot. He dejado el oneshot así por eso. Así les pica la curiosidad y cuando suba la historia me la leen :D

Soy malvada, lo sé. Pero es que es la única forma que se me ocurría de que me HICIÉRAIS CASO. La verdad es que no es un ship que se me hubiera ocurrido nunca, por tanto, no shippeo. Tampoco el Sanhwa. Pero es que adoro los ships que casi nadie shipea para escribir sobre ellos. En primera parte porque normalmente los fanfics de esos ships suelen ser los mejores escritos cuando encuentro uno en Wattpad y en segunda parte porque tanto el mismo ship de siempre (adoro el Woosan) termina cansando. Quiero cositas nuevas :3

Estarán contentos, han conseguido lo que querían. Creo que voy a dedicarme a partir de ahora a fanfics de Ateez exclusivamente :D (a lo mejor de otros grupo o seguir con la Hija de la Guerra, pero mi prioridad serán fanfics de Atees). Lo consiguieron (no sientan que me obligan, nadie me obliga a nada, es que me vinieron mucho las ganas y estaba harta de escribir algo que a penas una persona leía). La verdad, ya ni espero que comenten a mis notas de autora. Ya he asumido que nunca lo harán.

Esperen por el fanfic ;)

Hasta la próxima letra mis queridos dropies!!!

Natsuqui Cloudrain

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