"—. A veces solo es cuestión de seguir, solo que en ocasiones, es simplemente difícil olvidar lo que estás dejando atrás..."

Clío MacCullers, la joven rebelde de pensamientos abiertos, comportamiento expresivo cuyo corazón era enorme y su personalidad única en todos sentidos, es era una  chica que podría conquistar a cualquiera tan solo con su manera tan cálida de ser.  Alguien que, con cualquier estupidez podría sacarte una sonrisa por más triste que tu día haya sido.

Pero Benjamín Clarus era todo lo contrario. Un chico tranquilo de personalidad un poco cerrada, reservada y hasta tímida, resaltaba en cualquier lugar por más callado que estuviese; siempre agradable, generoso y por más educado, era ésa persona que sin importar quién fueras te escuchaba en silencio mientras le contabas tus problemas. Un ser que, tan solo con mirarlo, podías notar la nobleza en él.

Simplemente ella estaba llena de tonalidades, tonalidades que a cualquiera lo llenaría de color.

Él también las tenía, solo que un poco diferentes.

Sin querer, estos dos se encontrarían, se mezclarían, formando así un lindo atardecer de otoño. 

Pero, ¿Qué pasaría si de repente los preciosos colores se convierten en tristes tonos grises?

Recordemos que los atardeceres por más hermosos que sean,
poco a poco se desvanecen.
Y al final sólo queda el recuerdo.