Capítulo N°2 El bosque Mendel
(Bueno antes de empezar quería decir que este cap va a ser algo largo, para compensar todo el tiempo que estuve sin actualizar, además no creo que hayan dibujos por que ando medio ocupada, y también cambié la forma de escribir, a parte, no quiero comentarios molestos como: "¿Por que tardaste? O "Actualiza plis" ya que no ando muy metida en wattpad, así que, no tengo todo el tiempo para dedicarme completamente a escribir fics :)
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La manada estaba caminando por una árboleda, ya que tenían como objetivo llegar a una cascada la cual estaba cruzando el bosque Mendel, donde se encontrarían con otro grupo de su especie, del que se habían separado días atrás por un inconveniente.
—Vamos caminen mas rápido, se esta haciendo de noche —habló Mikellino, con una voz baja y serena, mientras saltaba un viejo tronco de roble.
El frío se hacía cada vez más fuerte, y uno de sus compañeros ya estaba harto de caminar.
—¿por cuanto tiempo mas vamos a seguir caminando? —replicó el cachorro. Spartor era el menor del grupo, y por lo tanto, siempre fue muy mimado por sus dos amigos.
—Dejaremos de caminar cuando cruzamos el bosque, o cuando cuerres el hocico. —respondió Riumba con cierto enojo.
Ella ya sabía como era su compañero, sin embargo admitía que algunas veces podía llegar a ser irritante.
—¡Gasp! ¡Esa no es forma de tratar a tus amigos! ¿O si? —reprochó el cerdonejo, para luego mirar con indignacióna su compañero, quien solo negaba con la cabeza.
—Claro, así se tratan a los amigos. —dijo de forma desinteresada, pasándole por al lado sin mas revuelo.
—Ahg, con amigos asi para que quiero enemigos —demandó con enojo.
—Deja de quejarte, pareces un niño pequeño. —bromeó la chica, para luego jalando de su bufanda.
—¡Auch! ¡Deja eso! ¡Dejalo! —reprochó Spartor intentando hacer que esta lo suelte.
Entre broma y broma la "manada" seguía su camino, teniendo al cachorro híbrido al mando del pequeño grupo.
Y así caminaron durante un par de horas hasta que la noche cubrió por completo la basta arboleda en la que se encontraban.
Después de un rato pararon a descansar en una cueva cercana, ya que viajar por la noche no era seguro, no sólo por el frío si no por algún otro animal "salvaje".
—Ahg, sabía que no debíamos movernos de donde estábamos. —Spartor se quejó mientras se rascaba su oreja izquierda.
Ya estaba cansado de caminar, y ahora que por fin tenían donde pasar la noche no perdería la oportunidad de quejarse de absolutamente todo.
Riumba —ay, ya me tiene harta —murmuró mirando a Mikellino y señalando a Spartor.
Ella también estaba algo cansada pero no era excusa para andar molestando, según ella. (Ella y Mikellino ahora están en su forma avatar)
—Ya sabes como es, no le digas nada y deja que se canse —susurró Mikel entre risas. Resibiendo una sonrisa de parte de su compañera.
Riumba rodeó los ojos se se propuso a acostarse, estirando sus brazos y acomodando su abrigo en un costado para luego echarse sobre el.
—Buenas noches, duerman que ya es tarde. —dijo para luego soltar un bostezo.
Mikellino soltó una pequeña risa y le deseo dulces sueños, entonces, cambio a su forma bestia y se acostó sobre una roca.
—Ya duermete, es tarde ¿no querrás que Rium te de un sermón mañana verdad? —bromeó para luego acomodarse mejor. —aunque si quieres puedes acostarte junto a nosotros. —agregó.
—Callate, dormiré donde yo quiera y cuando quiera, ya no soy un bebé —gruñó, para luego alejarse y acostarse al otro lado de la cueva. —
—Como quieras, solo fue una sugerencia —sonrió y cerro los ojos.
La noche había caído y el frío era cada vez peor, algo que Spartor ya había notado, así que, arriesgando su orgullo y dignidad de levantó y acomodo junto a los dos lobos mayores, procurando hacer silencio para no despertarlos.
>A la mañana siguiente<
Una pequeña brisa mañanera despertó al lobo mayor. Mikellino, con algo de pereza quiso levantarse, pero, al sentir a cierto cachorro apoyado en su lomo, sonrió y decidió esperar a que este despertase. Aunque, el intento no resultó. Riumba se había despertado, esta estiró sus brazos y se levantó, lanzando un grito que hizo que ambos canes saltaran de su lugar.
—¿Con que no eras un bebé? —bromeó Riumba entre risas, recibiendo un gruñido de parte del cachorro azul y rojo.
—¡Callate! ¡Solo lo hice por que hacia frío! —le reclamó, definitivamente había sacrificado su orgullo por un poco de comodidad.
—Ya déjalo, a su edad es normal ser... ¿Rebelde? —comentó, Mikellino.
—¡Solo nos llevamos 4 años tarado! —reprochó, para luego cambiar su tono de voz a uno más egocéntrico —soy prácticamente de su misma edad —agregó.
—Auh~ claro y eso te hace menos travieso. —bromeó Riumba finalmente.
Tanto Mikellino como Riumba sabían perfectamente que Spartor, al ser el más chico del grupo, era el que menos control tenía, era un rebelde sin causa, orgulloso y gruñón.
Pero bueno, después de esa pequeña discusión, la manada por fin se puso de acuerdo con que debían seguir su viaje.
Entonces, después de unas horas llegaron a la parte más profunda del bosque. Y por obvias razones el lugar donde se encontraban no era el muy seguro que digamos, especialmente por los animales salvajes que rondan entre los arbustos.
—Mike, Mikel, Mikellino, —repetía Spartor, quien ya había intentado llamar la atención del antes nombrado unas 10 veces.
—Vaya que esta metido en sus pensamientos. —agregó Riumba para luego acercarse a este y preguntarle —¿te encuentras bien?
Riumba sabía perfectamente como era Mikellino, ya que solía meterse en sus pensamientos a tal punto en el que no sabía que pasaba a su alrededor, pero aún así nunca esta de más preguntar.
Así que, luego de unos segundos de insistencia por parte de Riumba Mikellino se percató.
—S-si, ¡estoy bien! , estoy bien... —contestó el lobo en seco.
—Eso espero. —finalizó la chica y siguió su camino.
Pero después de unos segundos de haber recibido la respuesta, Mikellino dió unos pocos pasos para luego detenerse en seco tras oir un sonido.
— ¿Que fue eso? —murmuró para si mismo, levanto la mirada y la dirigió hacia los enormes abetos de su alrededor.
Estaba seguro de haber oído algo, como si fueran pasos sobre la blanca nieve.
—¡Mikel! ¡Ven aqui o te quedaras atrás! —gritó Riumba. sacándolo de sus pensamientos.
Mikellino, sin percatarse, se había quedado unos cuantos metros atrás.
—¿Esperas una invitación o que? —exclamó el joven de pelaje rojo y azul, con un tono burlón, quien se encontraba parado sobre un tronco caído.
Nuevamente, aquellos pasos volvieron a sonar, junto al crujido de varias ramas, sin embargo, el grupo de lobos aún no se había dado cuenta por completo de la presencia de aquella criatura que los acechaba.
Cabe resaltar que cada vez se adentraban más en el oscuro bosque Mendel, lo que quiere decir que cualquier cosa podría estar acechando entre los grandes árboles.
—¿Mikel? ¿Te sientes bien? —Preguntó la chica algo desconcertada por la forma en la que este mira hacia todas direcciones.
Sacándolo de sus pensamientos, nuevamente, Mikellino centra su mirada en ella, y en un movimiento rápido la aparta del lugar, segundos antes de que un enorme oso lanzara un zarpazo.
—¡¿Que carajo fue eso?! —gritó aterrada. Estaba tendida en el suelo mientras Mikellino aún la sostenía de su pelaje.
—¡Es un Oso! ¿¡Que más crees que sea?! —exclamó Spartor completamente aterrado, quien había salido disparado apenas ver a el oso acercarse (además hay que resaltar que se encuentra a casi 5 metros de ellos)
—¡Vamos, levántate! —gritó Mikellino sujetandoa su compañera del pañuelo que lleva en su cuello (forma bestia :b)
Entonces, apenas Riumba pudo levantarse el enorme oso lanzo otro zarpazo, lanzando a Mikel hacia un tronco de abeto.
Tendido en el suelo logra cambiar de forma y esquivar nuevamente el ataque del animal. Entonces, saco su espada de la funda, deslizándose por entre las piernas del oso y cortando una de ellas haciendo que este caiga.
—¡Vamos alejense! ¡Lo guiaré por otro camino! ¡Los veré en la cascasda!
Dicho esto, se dispuso a correr en la dirección contraria de sus compañeros, siendo seguido por la enorme criatura, dejando a ambos cachorros atónitos, quienes tardaron en reaccionar.
—¡Hay que ayudarlo! —grito Riumba atónita por la repentina acción de su compañero, estaba dispuesta a ir tras el pero su compañero la detuvo.
—¡Espera! ¡es peligroso! —dijo Spartor sujetando la de su ropa —El dijo que nos verá en la cascada, nos falta poco para llegar, lo veremos ahí, estoy seguro. —murmuró casi entre lágrimas, ocultando el rostro en su abrigo.
Riumba estaba comfusa, si iban tras Mikel, podían no salir vivos, pero si lograban cruzar el bosque para el atardecer, lograrían reunirse con su manada. Era una decisión difícil, pero finalmente Spartor logró convencerla de seguir su camino, rogando por el bien de su amigo.
»»--⍟--««
Mientras tanto, Mikellino llegó a un lago congelado, donde quedó prácticamente acorralado contra el frágil hielo que había bajos sus pies.
Con cada paso, el hielo crujía, y las grietas se hacían más grandes.
Y aquel animal estaba dispuesto a asesinarlo.
Ya no había tiempo para pensar, y cualquier paso en falso era una muerte segura —si el hielo se rompe, estoy muerto —era lo único que pasaba por la mente del cachorro. Estaba frente a frente con la muerte, y el resbaladizo y frágil hielo no favorecía su situación.
Entonces, el predador dio otro paso, haciendo una gran grieta bajo el lobo.
Mikellino estaba congelado, no podía moverse, no sólo por el frío o el miedo, si no porque un paso podría agrandar la grieta, y ambos caerían al agua helada. Pero el oso no parecía querer cooperar.
Y sin más, la capa helada no soporto y se quebró, dejando caer al enorme animal, quien con sus enormes garras intento inútilmente sujetarse de la superficie. Quedando perdido bajo el agua.
Por otro lado Mikellino inevitablemente cayó hacia las aguas heladas del lago, donde una fuerte corriente lo absorbió, y lo arrastró por varios segundos, nadar era inútil, así que, cambiando de forma, y en un último intento, tomó su espada, para clavarla en el techo de hielo, evitando por momentos que la corriente se lo llevase. Pero había otro problema, el aire se le estaba acabando, así que de un golpe intento romper la capa de hielo, que para su suerte era bastante delgada, así que no necesito más de dos patadas para romperla.
Logró salir con un poco de esfuerzo, pero estaba gravemente congelado, y una hipotermia era lo último que necesitaba.
Tomó su capa empapada y se cubrió. Al mirar a sus alrededores se dio cuenta que la montaña Shinsei, aquella que había estado usado de referencia para seguir su viaje, ya no era visible desde su ubicación.
—¿Cuanto tiempo estuve bajo el agua? — susurro para si mismo, mientras era golpeado por una fuerte brisa.
Ya casi no podía respirar, ya no tenía fuerzas para levantarse, y una hipotermia severa lo consumía, prácticamente era su fin, ya no parecía sentir frío, ni dolor, solo sueño.
Arrodillado en el suelo, cubierto con su capa y sosteniendo su espada, es como lo encontré...
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Me tarde más que la mierda XD
Espero que les guste el nuevo formato de narración :3
Y, como dije, no hay dibujos por que no me dio tiempo, pero capaz los agregue después :b
PD: avisen si tengo faltas de ortografía :v
Atte/uNaCaTaLoCa
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