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Seungmin se estaba concentrado demasiado en la clase de literatura, pues era de sus favoritas. A muchos les parecía aburrida pero a el no, y menos con su pasión y gusto enorme hacia la lectura.
Su compañero, por otro lado, estaba dormido sobre el libro de la materia y con un leve hilo de saliva saliendo de sus esponjosos labios. Incluso así, Seungmin pensó que Hyunjin se veía demasiado lindo.
—Hyunjin... —, susurró para prevenir que la profesora Yoo, no se diera cuenta de lo que sucedía. —Hyunjin despierta. —,exclamó en un susurro.
—¿Uh...? —, el mayor abrió un poco los ojos observando el bonito y angelical rostro de Seungmin demasiado cerca del suyo.
—¿Te sientes bien? —, pregunta el castaño mientras pone las palmas de sus manos sobre el rostro de Hyunjin para comprobar su temperatura.
Hyunjin ni siquiera puede responder estando demasiado absorto en la belleza de su compañero. ¡Era realmente hermoso! Parecía ángel, un bellísimo ángel. Paseo su mirada sobre todo el rostro del contrario; algunos cabellos caigan delicadamente sobre la frente de porcelana y lo hacían lucir demasiado bien, sus ojos color café tan cálidos y bellos, su nariz un poco puntiaguda y por su puesto sus labios ¿Hyunjin podría probarlos?
—¡Señor Kim, señor Hwang! ¿Qué sucede ahí atrás? —, pregunta la profesora al darse cuenta de que sus alumnos no están prestando atención a su clase.
—L-lo lamento —, contesta Kim. —, lo que pasa es que creo que Hyunjin tiene fiebre o algo así, su cara esta muy roja y también un poco caliente.
La profesora se acerca a su alumno para comprobar que efectivamente se encuentra en ese estado.
—Yeji, lleva a tu hermano a la enfermería. — ordenó y la joven hizo caso.
Unos minutos después los hermanos Hwang habían desaparecido de la clase.
Seungmin se quedó pensando en que tendría Hyunjin, realmente le preocupaba que se sintiera mal o se llegara a enfermar pero no sabía bien el porque.
☆
Los Hwang llegaron a la enfermería y se dieron cuenta de que no había nadie. Yeji ayudó a su hermano a recostarse en la camilla.
—¡Genial! La enfermera no está. — bufo Yeji con molestia. — Me quedaré contigo hasta que alguien llegue.
Hyunjin asintió medio somnoliento aún.
—Me duele la cabeza. — dice quejándose y su hermana solo le da un leve masaje en la zona.
—En la mañana estabas bien ¿qué te pasó? —, pregunta la menor.
—No se, solo me comenzó a doler la cabeza, me quedé dormido y cuando desperté sentía mucho calor; y también vi un ángel. — dice sonriente al recordar a Seungmin.
Un silencio se forma durante unos segundos.
—Jinnie... — habla nerviosa su hermana.
—Hmhm.
—¿Eres gay? — Hyunjin abre los ojos de golpe y justo cuando esta a punto de contestar la enfermera entra acercándose a ellos.
—¿Quién de los dos se siente mal? — pregunta la mujer.
—Él. — responde Yeji levantándose de su lugar.
—Muy bien, ya puedes irte tú. — la menor asiente y se aleja de ahí aún pensando en si fue correcto preguntarle a su hermano eso.
Ella nunca lo rechazaría en caso de que realmente sea gay, lo apoyaría hasta la muerte, pero como casi siempre pasa, los padres no piensan igual.
Mientras tanto y aún en la enfermería Hyunjin le relata a la mujer frente a él como se comenzó a sentir mal.
—Bien, toma esto, te quitará la fiebre y el dolor de cabeza. — dice entregándole una pastilla para después anotarlo en su bitácora. — Y por favor toma suficiente agua.
El joven asiente y luego se traga la pastilla, tira el pequeño cono de papel donde tomo agua y agradece a la enfermera para después salir de ahí y regresar a su salón. Esta casi seguro de que las aburridas clases de literatura ya acabaron. Y así es, cuando llega al salón los alumnos están dispersos por todo el lugar y no hay ningun profesor o profesora.
—¿Te sientes mejor? —, pregunta Seungmin aún con ese semblante de preocupación.
—Sí, ahora si. — contesta para sentarse y volver a recostar su cabeza sobre su mesa.
No quería pensar mucho en la plática que su hermana y él tendrían al llegar a casa, así que volvió a quedarse dormido.
☆
Las clases habían terminado y mientras guardaba sus cosas en su mochila, Seungmin pudo notar a sus nuevos amigos afuera de su salón mientras jugaban un poco. Volteó a ver a Hyunjin y este miró a la puerta.
—Vamos, seguro quieren decirnos algo. — dice el más alto mientras jala de la mochila a Seungmin y salen con sus amigos.
—Les tenemos una propuesta. — habla Felix sonriente como siempre.
—¿Cuál? — pregunta Min intentando soltar el agarre de Hyunjin sobre su mochila quien después de ver lo que Seung hacía lo suelta con una leve risita.
—¿Qué les parece ir a mi casa como a las tres? — ofrece Jisung emocionado; hace mucho que el grupo de amigos no se reúne y también ve esto como una buena oportunidad para unir a Seungmin más al grupo.
—Les pediré permiso a mis padres y después les enviaré un mensaje. —, contesta Seungmin entusiasta. El día anterior le había llegado el mensaje de un número desconocido que resultó ser Hyunjin, quien obtuvo el número gracias a Yeji. Después de eso lo añadió al grupo que tenía con el resto.
—No se si me den permiso, saben como son mis padres. Pero lo intentaré. — informa Hwang.
—Ya vamonos, el chófer espera afuera. — dice Yeji llegando de repente y empujando a su hermano. — Adiós chicos, adiós Minnie. — se despide con un sonrojo.
— Adiós idiotas, adiós Kim. — los mellizos desaparecen del campo de visión de los chicos.
—¿Minnie?
—¿Kim? — preguntan Jeongin y Felix.
—Oh vaya. — exclama Han con los ojos demasiado abiertos.
—¿Qué tiene? Así me llaman ellos. — habla el chico nuevo al ver las caras de asombro de sus amigos.
—Si, si, lo notamos. — dice Jisung palmeando su espalda. — Nos avisas si tus padres te dejan ir a mi casa. — Seungmin asiente y ahora los ve desaparecer a ellos.
Sacude la cabeza y camina hacia la salida de la escuela encontrando él auto de su padre.
☆
Luego de que el chófer dejara a los mellizos frente a la entrada de su casa Hyunjin casi corrió para entrar y encerrarse en su habitación.
—¡¿A donde crees que vas Jin?! —, grita Yeji detrás de el.
—¡A cambiar mi uniforme! ¿Donde más? — dice subiendo rápidamente las escaleras.
—¡No! ¡Ven aquí! ¡Tenemos que hablar!
Ambos entran a la habitación de Hyunjin.
—¡Oye! No quiero que me veas desnudo, sal de aquí. — ordena el duelo de la habitación.
—De pequeños mamá solía bañarnos juntos, te conozco. Además, todos los hombres tienen lo mismo.— dice sentándose sobre la cama de su hermano.
—No es cierto, ya crecimos, el cuerpo cambia. — gruñe Hyunjin tapando con sus brazos su cuerpo aún cubierto por el uniforme.
—Entonces después de hablar te cambias. — Hyunjin solo voltea los ojos con molestia y se sienta sobre su sillón con forma de balón de básquetbol.
—¿Qué quieres? — pregunta cruzándose de brazos.
—Te hice una pregunta en la enfermería y no la respondiste. Responde. — la manera en la que Yeji mira a Hyunjin es demasiado fría pero con cierto brillo de preocupación.
—Yo... emm... — nadie de su familia lo sabía, solo sus amigos. La forma en la que su hermana reaccionaria sería la reacción más probable de sus padres. O eso creía.
—¡Responde!
—¡No me grites! — dice regresando la mirada de enojo. — Si... — suelta suavemente y cierra los ojos esperando algún grito.
Al no recibir una respuesta abre los ojos lentamente y logra observar a su hermana más pálida de lo que es realmente.
—¿Estas bien? — pregunta acercándose a ella.
—¿Te gusta Seungmin? — es lo único que sale de sus labios mientras mira fijamente el piso.
—No; es decir, no lo sé, eso no importa ¿en serio estás bien? — intenta poner una mano sobre el hombro de Yeji, pero esta se levanta rápidamente y lo mira con preocupación, y una muy grande.
—Te van a matar. — susurra abrazando a su hermano. Él sabe que se refiere a sus padres.
—Lo se.
—Hyunjin, mamá te va a gritar, te quitarán la herencia, papá te va a... — de solo pensar en lo que su padre le podría hacer a su hermano comenzó a llorar abrazándolo más fuerte.
—Oye tranquila, aún no lo saben. — dice acariciando su espalda. — Y cuando lo hagan yo probablemente ya haya escapado de aquí.
—¡¿Escapar?! — al escuchara eso Yeji se separa de golpe. — ¿A dónde? ¿Me dejarás sola? ¿Y la empresa?
—La empresa estará bien contigo al mando, y tu seras la única que sepa donde estoy.
—Más te vale. — dice golpeando el hombro de su hermano.
—Gracias. — suelta el más alto de repente.
—¿Por? — pregunta Yeji, mientras limpia sus lágrimas.
—Solo acepta mis agradecimientos, si te digo porque sonaré muy cursi.
La chica solo sonríe y después sale de la habitación de su hermano.
Hyunjin le agradecía porque a pesar de la manera en la que fue criada lo pudo aceptar. Sus padres eran demasiado religiosos y por ende veían la homosexualidad y cualquier otra orientación sexual fuera de la hetero como pecado. Hyunjin agradece que Yeji no sea así y también que se preocupe por el cuando el creía que no le importaba en lo más mínimo. Pero eso no quitaba la preocupación que sentía por la reacción de sus padres.
—Soy la decepción familiar. — dice tirándose en su cama mientras dejaba escapar unas cuantas lágrimas.
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