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Capitulo 5: Promesas y juramentos

Serena no daba crédito a lo que escuchaba...

- Yo estoy con Darien... ¿qué mas necesitan? -- Serena hablaba con ironía, rebajándose al grado de cumplir las exigencias de sus guerreras...

- Que le seas fiel -- Ante la respuesta Serena se quedó perpleja, estaban dando como hecho el que ella tenía que hacer lo que querían...

- De acuerdo, ustedes saben que Seiya vino, pero no supieron nada más --Serena tenía un brillo casi imperceptible en los ojos.

- Entonces dinos qué más pasó -- Habló calmadamente Michiru.

FlashBack

- Bombón... perdóname.

- No te preocupes Seiya... somos culpables tanto tú como yo.

- Pero...

- ¿Sabes? Me gustaría conocer Kinmoku, me gustaría ver como es una verdadera princesa, cómo se comportan realmente las Sailors...

- ¿Lo dices por...?

- Así es... a veces creo que dicen que soy su princesa y me obligan a hacer lo que quieren que haga, pero no me tratan como tal -- Serena hablaba pensativa -- aunque no con eso quiero decir que no las quiera, sólo que a veces parece que sólo quieren forjar un futuro pero ni siquiera me toman en cuenta y se supone que yo soy la princesa.

- Pues sí que eres bella...

- Seiya... -- Serena había besado suavemente sus labios y después agregó- lo que es cierto es que ellas no van a aceptar esto... pero yo...

- Tranquila bombón... sé que hay una gran posibilidad de que no me acepten tus guerreras por eso estoy dispuesto a no molestarte ni involucrarme en tu destino si es que eso no ocurre.

- Pero Seiya...

- Tú sé feliz en tu futuro, si no podemos estar juntos te prometo no involucrarme en tu futuro ni en tu vida y aceptar que mi amor por ti no puede ser.

- Pero... ¿y si...?

- Si la vida se apiada de mí, juro que lucharé por tu felicidad con todas mis fuerzas.

Fin del Flashback

- Cuando vino, prometió que si ustedes no lo aceptaban entonces el jamás se involucraría en mi destino.

- Entonces nosotras estaremos vigilando que cumpla su promesa.

Fighter estaba entrando nuevamente en su cama, ya era un mes después de que había estado con ella, y en general su país se estaba reconstruyendo, ya tan sólo faltaban unos días más para celebrar.

Pero ella se sentía sola, a estas alturas poco le importaba aceptarse a sí misma que estaba enamorada de otra mujer y que su bombón ni siquiera entendía eso. Ya tampoco le importaba fingir todo el día estar feliz, que sus hermanas y ella estaban satisfechas con todo lo que tenían, porque no era cierto, su vida era una farsa pero lo soportaría porque tenía que cumplir su promesa. Amaría a Serena Tsukino hasta el fin de sus días pero jamás se involucraría en su destino...

Se metió en su cama. Estaba tan fría la noche... lo cual era irónico porque normalmente tenía calor, pero esta vez era su alma, no conciliaba calidez alguna. Se cubrió con más cobijas y no consiguió nada... se levantó y se puso a flexionar sus extremidades en busca de calor. Pero nada... rindiéndose se metió nuevamente en su edredón y cantó, cantó y cantó, hasta que su corazón se entibió un poco y su mente pudo dibujar una hermosa doncella de cabellos dorados recogidos en dos bombones...

- Sailor Moon...

Estaba logrando conciliar el sueño cuando escuchó murmullos desde la habitación continua, si no le fallaba su sentido de la orientación debido al sueño que tenía, juraría que era la habitación de Yaten, pero normalmente, no se podían escuchar sonidos de una habitación a otra... a menos que estuvieran muchas personas o hubiera gritos...

Decidió incorporarse aún adormilada y abrió la puerta de su habitación, caminó un poco por el pasillo y se topó con la puerta abierta de Yaten.

- Por favor, Maker -- Suplicaba la princesa

- Sé que tiene razón, princesa, pero Fighter merece una oportunidad, parece estar mejorando mucho.

- Lo sé, lo sé, por eso mismo te pido que hagan eso, así pronto regresará a ser quien era antes.

- Tal vez la princesa tenga razón, Maker -- hablaba Healer -- Yo podría hacer ese sacrificio.

- Y posiblemente yo también pero... no estoy de acuerdo por completo --siguió calmadamente la mujer de pelo castaño -- Además tú lo dices fácilmente porque no tendrás que volver a ser Yaten, sino guardarás tu apariencia femenina.

- Tú también Maker -- se apresuró a decir la princesa.

- Lo sé, pero dígame entonces por qué Fighter tiene que ser Seiya? -- Inquirió Maker a la princesa.

- Porque así alguien más se enamoraría de él -- Kakyuu hablaba tranquila.

Seiya sintió un estrujo en el corazón, lo cuál sabía Healer podía sentir (n.A. Recordemos que Healer podía sentir el brillo de las estrellas en las personas), Fighter lo sabía y corrió a refugiarse en algún lugar seguro. Healer salió de su habitación.

- ¿Otra vez, Healer? -- dijo Maker -- Ya van tres veces que crees sentir a Fighter, ella está dormida, ya sabes como duerme a estas horas...

- Aún así, puede ser peligroso, querida estrella -- comenzó a decir Kakyuu -- Así que dejemos este asunto de ser cantantes para después, mientras tanto, Maker, decídete por favor, entre antes mejor.

- Como usted diga, princesa Kakyuu.

Fighter logró alcanzar a escuchar toda esta conversación... se sentía agredida, su princesa estaba planeando volverlas cantantes en este planeta pero como mujeres, mientras que ella tendría que ser hombre para robarle el corazón a alguien y corresponderle...

Eso jamás lo permitiría aunque la misma Kakyuu se lo pidiera.

Serena estaba nuevamente con Darien dentro de una pastelería. Él estaba leyendo un libro junto a un platito vacío con restos de lo que momentos antes fue su pastel mientras Serena tenía al menos tres copas de helado vacías enfrente de ella y degustaba enérgica de un pastel de chocolate.

- Está delicioso, Darien ¿no quieres probar?

- No te preocupes así está bien.

- De acuerdo... por cierto... ¿puedo pedir otro?

- Serena... -- Dijo Darien asombrado -- Realmente ya llevas 4 postres, sé que no comiste por salir tarde de la escuela, pero creo que con eso es suficiente ¿no crees?

- Mmm... de acuerdo -Serena cayó un poco en ánimos pero siguió -- ¿Vas a seguir leyendo?

- Sí, yo creo que sí.

- Bien, entonces voy por una revista.

- De acuerdo.

Serena se levantó de su asiento y se dirigió a la recepción a comprar una revista interesante o algún manga divertido. No se dio cuenta de que Michiru y Haruka estaban afuera del restaurante vigilando sus movimientos.

Al día siguiente Fighter se desperezó de su cama y se dedicó a su higiene personal. Saliendo de su baño, se encontró a su princesa sentada al borde de la cama.

- No cabe duda de que eres muy responsable, pensé que al entrar te encontraría durmiendo o al menos en el baño con tu cama destendida.

- Buenos días princesa -- dijo Fighter arrodillándose ante ella, luego se levantó y agregó -- ¿A qué debo su visita?

- Fighter, quiero pedirte un favor. Sé que te gustó tu vida como cantante --Fighter apretó los puños -- Y también has de saber que Kinmoku estará próximamente totalmente restaurado -- Fighter asintió tratando de esconder lo que sentía en ese momento de saber que su princesa quería mandar sobre sus sentimientos -- Así que me gustaría que cuando esté terminado, salgas a cantar como solista.

- Pero princesa, necesito a mis hermanos -- Fighter no era capaz de mirarla a los ojos y sólo atino a mirar sus propios puños que se tensaban cada vez más...

- Eso no estaría mal pero ellos odian transformarse -- Se defendió la princesa.

- Entonces yo tampoco me transformaré, como mujer también sé cantar -- Fighter estaba decidida a no dejarse tan fácilmente.

- Pero necesitamos un hombre.

- ¿A qué se refiere? -- Realmente esta pregunta le daba intriga...

- A qué quiero hacer un dueto, y a mí me encantaría aprender.

- ¿Hasta cuando estaremos aquí, Haruka?

- Hasta que se vaya la gatita a casa.

Mientras tanto, en el restaurante, Serena regresó a la mesa con un comic en las manos. Realmente le divertían tanto esas cosas... Comenzó a reír entre página y página y Darien comenzó a desesperarse.

- Serena ¿podrías bajar la voz?

- Perdóname, no era mi intención.

Pasaron unos minutos y Darien comenzó a hacer anotaciones en una libreta que traía.

De regreso, al coche de Haruka: - Oye, Michiru... si en algún momento te ignoro así, por favor dímelo de inmediato.

- De acuerdo, pero sólo si tú haces lo mismo.

Ambas mujeres se tomaron la mano y se miraron con preocupación, llevaban casi dos horas en el coche hablando mientras vigilaban a la pareja y realmente estaban impactadas de la falta de comunicación entre ellos. Pero más que nada por las diferencias que tenían.

En su asiento, Serena volvió a reír, y Darien no lo toleró más.

- Me rindo Serena, te llevo a tu casa y yo me voy al departamento a seguir estudiando.

- Pero Darien, pensé que ibamos a ver una película cuando acabaras tu libro.

- Es que tengo que estudiar.

- Pero si acabaron tus exámenes hace una semana y media.

- Pero siempre tengo que estar estudiando, quiero ser un excelente médico.

- ¿Y en el Milenio de Plata lo serás? --Serena dijo lo último en meditación pero sin ninguna intención mala.

Michiru y Haruka desde el automóvil sólo vieron como Darien tiraba el libro en la mesa con agresividad, realmente ellas no oían nada pero si podían imaginarse, además las expresiones de enojo y sorpresa les delataban que algo andaba mal.

- Serena cómo te atreves! -- Darien frunció más el ceño y con su mano abierta tocó la frente de Serena; luego la separó un poco para estrellarla suavemente en ella -- ¿No entra en esta cabeza el hecho de que quiero ser un médico? Además, uno siempre tiene que estar preparado, tú deberías de estudiar una carrera también.

Haruka estaba a punto de salir del coche, pero Michiru la retenía.

- No Haruka, se van a calmar, si entras así como así nos vas a delatar.

- Michiru... maldición.

Serena tenía cara de miedo, entonces comenzó a llorar.

- Darien... me asustaste y-yo... -- Serena lloraba infantilmente realmente la había asustado.

- Serena no eres una niña.

- Pero m-me asustaste.

Al ver que Serena seguía llorando se levantó, fue hasta la caja y pidió la cuenta en la caja cerca de la entrada. Serena mientras tanto seguía llorando desconsoladamente.

- Ahora sí, Haruka, tengo que ir a verla.

- De acuerdo, yo me quedaré hablando con Chiba.

Ambas mujeres bajaron del vehículo deportivo de Haruka y entraron a la cafetería.

- Tenou -- dijo Darien al encontrarse a Haruka "Kaioh" Dijo refiriéndose a Michiru -- ¿Cómo están?

- Bien Chiba y tú, ¿qué haces por aquí.

- Vine con Serena.

- Serena ¿qué te ocurre?! -- Michiru fingió no haberla visto llorar hasta ese momento. Darien trató de detenerla pero...

- Chiba ¿qué ocurrió?

- Discutimos.

- ¿Y por qué no lo resolviste?

- Porque era una estupidez.

- Mi princesa no es una estupidez.

- No dije eso, pero es mejor que se enfríen las cosas antes de que le pida una disculpa.

- Mejor discúlpate en este momento.

- No. Será mejor cuando Michiru termine de calmarla.

- No. Ahora

- No tienes por qué decirme qué hacer y cómo hacerlo, Tenou. Créeme que quiero disculparme pero yo sé cuando y cómo.

- Chiba, necesito decírtelo una vez más?

- Cielos, ahora entiendo por qué Serena es tan dócil con ellas... siempre se imponen demasiado -- Y sin más qué decir, Darien se acercó al par de mujeres.

- Princesa, no puedo cantar como hombre.

- ¿Por qué no?

- Por que nosotros cantábamos para usted.

- En este caso quiero que cantemos para Kinmoku.

- Pero princesa, usted lo dijo, no debemos darle a los habitantes tantos beneficios, podrían bajar la calidad de su trabajo.

- Por eso será cuando esté terminado todo.

- Además... usted es la princesa.

- Pasaré como anónima.

- Princesa me temo que me tengo que negar, mi misión es protegerla, vigilar el bienestar de este planeta, no soy cantante.

- Pero como Seiya lo fuiste.

- Mi tiempo como Seiya terminó, princesa. Sé cual es mi deber. Cumpliré mi juramento.

- Pero entonces por qué a ella si le cantas?

- Yo siempre canté para usted.

- Mentira, en la Tierra cuando cantaste, varias veces le cantabas a ella.

- Eso...

Sailor Star Fighter estaba abrumada, ya no sabía como negarse ante su princesa pero debía mantener cierto orgullo y seguir sus sueños... El problema era que Kakyuu tampoco estaba dispuesta a ceder y ahora estaba a punto de agotar su paciencia...

- Bien, Fighter, quería que fuera una petición agradable y amistosa, pero veo que no quieres colaborar conmigo, así que te ordeno que lo hagas. Como la princesa de este planeta, te exijo que cumplas con lo que te ordeno.

Fighter se quedó callada, asombrada por cómo había roto de nuevo la cordura de su princesa. No sabía qué hacer.

- Entendido, cómo la guardiana que soy, haré lo que me pida, Sailor Star Fighter cantará para usted y para todo el planeta.

- No, Seiya Kou cantará para su planeta.

- Princesa, con todo el respeto del mundo Seiya Kou es un terrestre, nació en la Tierra y vivió en la Tierra, yo soy una guerrera y haré lo que me pida.

Healer y Maker veían la escena anonadadas no sabían qué hacer, su guerrera hermana estaba renegando a capa y espada y la princesa no cedía su posición a este paso... Por eso Healer tuvo que entrar en la habitación, quería disipar el ambiente que se formaba...

- Fighter. Te lo digo por última vez. Te ordeno que cantes.

- Princesa Kakyuu, a sus servicios --Interrumpiendo a su princesa, Healer se arrodilló ante ella.

- No me interrumpas, Healer -- la aludida se petrificó ante el trato frío de su princesa

- Sailor Star Maker reportándose ante usted -- Maker tampoco pudo resistir mucho tiempo el estar observando la escena y se arrodilló.

- Por favor Starlights, vayan a sus labores -- Kakyuu miraba directamente a Fighter quien estaba a punto de ceder, pero una idea le vino a la cabeza.

- Entonces discúlpeme, princesa, también haré mis labores -- Dijo Fighter liberándose de esa situación y saliendo de su habitación.

- No tuvieron por qué entrometerse --La princesa de fuego se volteó a mirar a las otras dos guerreras con algo de frustración pero trató de calmarse un poco.

- Discúlpenos princesa, nos dirigimos a su habitación y no la encontramos y decidimos venir a buscar a Fighter.

- Healer, Maker, necesito que realicen sus labores, pero además vigilen a Fighter, si tiene algún comportamiento extraño será castigada.

Castigada? Santo cielo... la princesa estaba totalmente enojada.

Serena regresó a su casa, no le había hablado a Darien en el coche, realmente la había humillado y después había tenido un cinismo frente a sus guardianas. Pero sólo ella lo entendió, tal vez habría alucinado pero estaba dolida con Darien, tanto las guardianas como Darien nunca escucharon que Serena lo perdonara.

Y no lo haría tendría que despejar su mente, ya estaban por llegar cuando

- Serena que descanses -- iba a besarla pero ella se negó e hizo ademán de abrir la puerta. Pero Darien había puesto los seguros del coche en reacción -- Serena ¿qué te ocurre?

- Nada

- Serena dímelo por favor -- Darien parecía sincero y ella no tuvo más opción.

- Me lastimaste ¿sabes? -- Dijo ella mirando su falda -- Yo he vivido todo este tiempo por cumplir nuestro destino, tomando la responsabilidad de ver por mis guardianas, de luchar contre los enemigos y esperarte a ti --Comenzó a arrugar su falda con los puños -- Te esperé, te fui fiel, y tú te fuiste, pero regresaste -- Serena parecía estar analizando sus propias palabras -- y es irónico que sabiendo que tu futuro te dice que serás rey... sigues dándole más importancia a estudiar medicina.

- Serena es obvio que quiero realizarme como persona.

- Sí Darien pero me pareció egoísta que me digas que soy una irresponsable que no pienso en una carrera mientras he sido yo la que he estado vigilando responsablemente que el futuro quede sano y salvo.

- Si lo que te importa es ese destino entonces jamás vas a cumplir tus sueños.

Serena sintió dolor, abrió los ojos como platos y ahora sí comenzó a llorar pero esta vez sin gritar... Tal vez era verdad... sus sueños se desvanecían por la idea de un futuro establecido. Todo lo que le hubiera gustado vivir con Seiya... se desvanecía siempre por la idea de un futuro, del destino, del milenio de plata, pero más directamente... por estar comprometida con otra persona, quien a pesar de ser diferente a ella, le quería... Darien... ahora él mismo había sido intolerante con ella... en cambió él... él... Seiya... era tan diferente, tan sensible y tan divertido, pero a la vez tan tierno... Seiya... ¿su futuro con él sería tan imposible¿Por qué tenía que pensar en él? Lo quería, pero tenía más compromiso con Darien, entonces debía de cumplirle a Darien, pero... ¿Por qué no podía olvidar sus besos con Seiya? No no...

"Serena recapacita" se dijo a sí misma -- Tienes razón Darien, perdón por la discusión -- dijo Serena evitando dejar que las lágrimas cayeran más. Luego quitó los seguros del coche y con toda calma salió de la puerta dejando al universitario perplejo.

"¿Por qué demonios le dije eso...¿Qué me pasa?... mejor dicho ¿Qué nos está pasando?"

Serena entró a su habitación y encontró a Luna, sin importarle nada, corrió a abrazarla y comenzó a llorar en la cama, aún con Luna en brazos.

Después de contarle todo lo que ocurrió en la tarde, Luna quedó asombradísima..

"¿Y si el destino esta cambiando por culpa de Darien?" Pensó Luna

Serena estaba llorando mucho cuando Luna le dijo

- Serena, tienes que ser fuerte... tú.

- No digas eso Luna... eso me lo dijo Seiya -- y ante la mirada incrédula de la gata dijo -- Luna, voy a hacer algo, aún así no me dejes hacerlo, allá tú si se lo cuentas a todas, prometo no tardar.

- Serena...!

Pero fue demasiado tarde, el cristal de plata comenzó a brillar increíblemente.

Fighter había tenido un día pesado, después de la discusión de la mañana, Kakyuu la había mandado a la zona más atrasada exigiéndole una mejor decente, así que estaba dispuesta a darselo. Incluso ella había colaborado para alzar la edificación.

En ese instante, ella estaba afuera de un edificio cuando un destello había aparecido y al parecer había afectado un muro.

- Star Seious Laser! -- Fighter dirigió su láser hacia el concreto para evitar que cayera sobre los trabajadores y se lanzó rápidamente a atrapar a la persona que había salido por los aires debido al accidente, una vez que el hombre estaba seguro, lo depositó en el suelo con delicadeza.

- Gracias, Fighter-sama.

- No fue nada -- dijo Fighter con una sonrisa, pero de un momento a otro contrajo la mirada viendo con recelo el resplandor que había visto, era un poder impresionante, pero a la vez conocido... Su pupila se dilató y su mirada brilló como nunca... -- Sailor Moon!

Fighter corrió hasta donde había caído el resplandor y observó como yacía en el suelo Eternal Sailor Moon.

- Seiya... no... Fighter... -- Sailor Moon sonrió cálidamente y acarició su rostro delicadamente.

- Bombón -- Fighter lo dijo susurrándole al oído y no pudiendo más, sus lágrimas empezaron a caer por su rostro -- ¿Qué haces aquí? --Serena no pudo evitarlo y la abrazó con todas sus fuerzas restantes... -- ¿Saben que estás aquí?

- No me dejarían...

- ¿Entonces ¿Y la promesa?

- He venido a hacerte romper tu promesa -- después de esto, Fighter observó con pavor como Sailor Moon perdía su transformación y quedaba una Serena Tsukino desmayada.

No muy lejos de ahí, Kakyuu observaba incrédula y molesta...

:.:.:.:.❤.:.:.:.:

Kakyuu reaccionará al ver a Sailor Moon, o mejor dicho a Serena Tsukino...

Todas las sailors scouts se reúnen ante la ansiedad de Darien y la desaparición de Serena

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