Capitulo 3: La felicidad regresa de muchas formas
Serena estaba en su casa meditando, su maestra de literatura les había encargado leer un aburrido libro, pero para su sorpresa ese libro terminó por interesarle en un intento de escape a la realidad... ¿por qué? Porque desde que se fue Seiya evitaba hablar demasiado con sus amigas, porque ellas le habían demostrado una intolerancia total, sin poder evitarlo estaba enojada y trataba de reprimir sus sentimientos mediante la escuela. Lo cual realmente era irónico.
Todos los días se encontraba escuchando el radio por si lograba escuchar alguna canción perdida de los Three Lights, pero nada... estaba deprimida de haberlo perdido pero también muy angustiada por cómo lo habían recibido de vuelta a casa.
"Seiya, realmente eres necio... ojalá estés bien, te extraño" Pensó Serena.
Después, se dirigió a su habitación comenzaría a hacer el reporte de su libro, hablaba de una historia sobre una encrucijada del destino en una mujer adulta, se trataba de la decisión de la separación de su actual esposo para tener la plena libertad de hacer lo que ella quisiera, su matrimonio había sido una belleza pero después la monotonía caía sobre ellos y sus sueños se habían frustrado con esa monotonía.
- Qué ironías de la vida -- Suspiró Serena
- ¿A qué te refieres? -- Luna estaba recostada en su cama pues ya era algo noche.
- La novela que leo, es algo triste, sabes. Pero bueno, al caso, ya lo terminé y es bueno que entregue todo a tiempo, eso me deja más despreocupada.
- Es bueno que vayas bien en la escuela -- Dijo con estrellas en los ojos Luna, pues eso había deseado siempre: una princesa responsable.
- Sí... Descansa Luna, yo me quedaré terminando un par de cosas.
Sin decir más la gata terminó dormida y ella escribiéndole a las estrellas, su diario era lo más confidente que tenía, y sabía que había la posibilidad de que alguien lo leyera por lo que tuvo que escribir siempre con alias, como si se trataran de reflexiones sobre una novela en lugar de su propia vida.
Escribió:
No sabía que la vida podría parecer tonta después de vivir las mismas situaciones. Sí... esa mujer realmente buscaba cumplir sus sueños y no pudo porque se encontró con una vida ya fijada y con un camino que sólo veía hacia delante, no sólo se niega a ver hacia atrás sino a los lados, hacia abajo, hacia arriba... a ningún lado, siempre recto. Las cosas destinadas o predispuestas son malas, no te dejan elegir, sólo te dejan vivir en un solo sentido, no puedes hacer nada creativo, diferente, divertido...
Pero por qué entonces es tan difícil negarte a ello... si no te gusta por qué no puedes olvidarlo todo y comenzar de nuevo, por qué... por qué...POR QUÉ.
Serena seguía escribiendo, obviamente ella no hablaba de la mujer de su novela, hablaba de ella y su destino ya hecho, continuó apretando cada vez más el lápiz sobre el papel.
No entiendo, él parece no notarlo, acaso no la conoce? Por qué le es tan indiferente, por qué no puede entenderla, es como si tuvieran dos ideas totalmente opuestas sobre la vida, entonces cómo puede vivir con él. Entiendo por qué busca felicidad en sus sueños pero no entiendo por qué no lo logra... ¿a caso el no tiene sueños? Sí lo quiere, lo sé, lo ama, pero y si tan sólo es tradición, es confuso, muy confuso. Las personas deben buscar su felicidad y no importa cómo pero debe encontrarla, entonces por qué es tan difícil tomar decisiones, es cómo si estuvieras destruyéndote al pensar cambiar de vida, pero por otra parte te destruyes más estando en tu rutina...
Serena estaba frustrada, estaba escribiendo un perfecto ensayo para su clase y lo irónico fue que sólo tuvo que pensar en su situación actual, después se dedicó a seguir escribiendo, aunque para fines prácticos era lo mismo pero cada vez más penetrante, más hiriente. Después de releer sus anotaciones, creyó necesario ir a la cama, ahí se acostó pesadamente sin importarle que aún seguía con el uniforme de la escuela que en toda la tarde no se cambió.
Luna entonces se despertó al escuchar que la rubia se metía en sus sábanas, lo único que alcanzó a ver fue un lápiz al filo del escritorio y tuvo curiosidad de leer. Afortunadamente, Serena había escrito el nombre de la mujer y del hombre de la novela, pero Luna se espantó al ver la confusión de Serena porque sí lograba entender cómo ella podía verse reflejada en esa novela aunque sea un poco. Entonces suspiró, tenía que hablar con las chicas y averiguar de una buena vez si Serena estaba o no enamorada de Seiya y si estos sentimientos pondrían en peligro al Tokio de Cristal que siempre habían soñado volver a ver.
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Seiya estaba en su habitación, por milésima vez estaba pensando en Serena, era horrible no poder verla, ni siquiera estar en el mismo planeta, seguramente acabaría por aceptar su destino y olvidarse de él, pero para él eso poco le importaba, lo que quería era tan sólo poder ver su sonrisa, aunque no fuera para él, tan sólo quería verla feliz, si fuera necesario protegerla y tal vez...
Un momento! No era posible que la protegiera, porque su vida estaba destinada a proteger a su verdadera princesa, quien desde que había regresado parecía indiferente a sus sentimientos. Sus hermanos estaban felices de poder reconstruir el planeta y seguir con sus vidas como si nada hubiera pasado.
Salió, quiso ir a los jardines del palacio, en ese planeta habían muchos bosques y los matices que resaltaban eran dorados, cómo si fuera un país de oro. (n/a. no sé qué quiere decir Kinmoku literalmente pero kin es oro y moku es árbol). Llegó hasta un lago, hacía algo de calor aun siendo noche, ahí se puso a meditar y vio reflejado en el lago el satélite de su planeta, en realidad tenía tres satélites principales, pero en ese momento sólo una de las lunas se reflejaba en el agua.
- No se parece a la Luna de la Tierra.
- ¿Qué te ocurre, Fighter?
Seiya volteó a ver a Healer, quien estaba asombrada de verlo en su forma masculina.
- Nada, tan sólo quería recordar viejos tiempos.
- Fighter, por favor no hagas eso. Es mejor superarlo, seguir con nuestras vidas. No es posible que tanto sacrificio haya sido en vano, luchamos en la Tierra para esto, no lo desperdicies.
- No es eso. Amo este planeta, lo único que quiero decir es que son diferentes allá éramos queridos de una forma y aquí de otra. Tan sólo siento nostalgia.
- Yo más bien diría que extrañas a Sailor Moon.
- Sí. También eso, pero no importa, deberé poner mi atención a mis deberes, lamento alarmarte con esta forma. -Inmediatamente Seiya se transformó.
"Fighter... mentirosa!, no trates de engañarme con tus palabras, yo leo tu corazón, grandísima tonta" Pensó Healer. -- Perfecto. En ese caso, descansa mañana es un día importante.
- Todos lo son. -- Terminó Fighter levantándose del suelo y caminando con destino a su habitación "Todos los días lo son, bombón... porque en todos pienso en ti"
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Rei estaba impresionada con las palabras de Luna.
- Si lo que dices es cierto, esa niña sigue pensando en el pasado y dificultándonos el futuro. ¿Qué haremos. Luna?
- No lo sé, confiar en ella. Supongo.
- Tal vez... -comenzó a decir Amy -- ...tal vez lo mejor sea decírselo a las Sailors exteriores, tal vez Haruka pueda hacerla entender.
- No, Amy. Haruka es muy severa -- dijo Mina espantada.
- Pero tal vez con ellas pueda hablar más abiertamente -- señaló Lita -- después de todo ellas son más maduras. Pudiera ser que Michiru hable con ella.
- Debemos darle una oportunidad a Serena. Tal vez sólo está confundida. Además no sabemos si realmente está confundida o tan sólo son nuestras ideas.
❤
Darien tocó la puerta y la señora Tsukino lo recibió gentilmente. Después de sentarse a esperar a su novia, sonrió mirando cómo ésta entraba al recibidor.
- Hola, princesa. Estás bellísima.
- Hola, Darien.
Serena estaba contenta de escuchar cumplidos de Darien, pero le irritaba un poco que le recordara su destino con el apelativo de "princesa" pero trató de no externarlo, con el tiempo se convertiría en eso y qué caso tenía tapar el sol con un dedo...
- Estaba pensando en ir a pescar ¿qué dices?
- Serena... je! eso es... ¿Por qué tan de repente?
- ¿No te gusta la idea?
- Claro que sí.
- ¿O tú a donde querías ir?
- Tenía ganas de ir a comer a mi departamento y tal vez dar una vuelta.
- Eso también suena bien, lo que tu quieras.
- Pues... si no te importa podríamos ir mejor a comer, no vine preparado para pescar.
- Está bien, será otro día.
- Prometido.
Serena tomó del brazo a Darien. Otra vez irían al mismo departamento a la misma hora a hacer lo mismo. Pero no le parecía tan mal, ahora que había calma. Porque uno nunca sabe cuando necesitarían defender de nuevo al planeta de alguna fuerza maligna.
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Llegaron al departamento y Darien se dirigió a la cocina, Serena lo siguió y comenzaron a preparar algo de comer, los dos sabían que Serena no era buena en la cocina pero trataba como nadie en el mundo. Serena sonrió y la ayudó a preparar la comida, pero a fin de cuentas, no había quedado tan bien porque a simple vista, no se antojaba la comida.
- Lo siento, soy un desastre -- Serena tomaba del brazo a Darien y lo veía con ojos de perrito regañado.
- No te preocupes Serena, lo importante es el sabor.
- Eso espe...
Pero Serena no pudo terminar las palabras al ver que su novio tenía un gesto te dolor al probar un bocado.
- Darien!
- No... no es nada Serena, tal vez fue mucho picante.
- Pero si no le puse picante...
- De todos modos no te preocupes Serena -- Sonrió él pero en ese momento vio como Serena iba a probar su platillo y gritó -- NO!
Demasiado tarde, Serena lo había probado. Darien esperaba la reacción con los ojos cerrados.
- Mmm... Delicioso!
Darien tenía una gota en la cabeza, pero creyó que eso era lo mejor, ahora el problema era que él no podía comer más un bocado de su propio plato.
- ¿Sucede algo?
- No Serena.
Y así fue... Darien comenzó a comer, evitando ver a Serena a los ojos, la comida le caía realmente mal pero no quiso ser descortés. Después de terminar de comer, los dos se fueron al sillón a ver una película que había sugerido Serena. Cuando iba a la mitad Darien estaba sudando, tenía la mirada desenfocada y un dolor continuo lo mataba, provenía de su estómago.
- ¿Estás bien, Darien?
- Creo que comí mucho.
- Entonces vayamos por una pastilla.
Serena regresó con un vaso de agua y una pastilla para el dolor de estómago o al menos eso creía ella. Darien ante el gesto de su novia y el dolor, no dudo en tomarla pero instantes más tarde, el dolor se tornó en agudo y comenzó a darle fiebre...
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La princesa de fuego estaba sentada en su trono cuando advirtió la llegada de sus tres guerreras principales. Quienes apresuradamente se postraron ante ella en una reverencia.
- Buenos días, Healer, Maker, Fighter. Hoy quiero pedirles que me escolten a todas las áreas que han quedado completas. Quiero cerciorarme de que todo esté perfecto.
Ante la instrucción, la guerrera de cabellos negros pensó en lo diferente que había mencionado su nombre, sonaba como si quisiera presionarla para evitar que su alias Seiya volviera a ser nombrado...
- Como desee, princesa -- Healer habló en lugar de su líder porque vio que estaba ensimismada.
- Así lo haremos -- comentó finalmente la más alta de las tres.
Salieron del castillo primero dos damas vestidas en blanco, después la princesa quien traía como guardaespaldas a Fighter. Por último, sus otras dos compañeras, quienes veían con recelo la actitud de la princesa y de su líder.
Llegaron al primer punto, ahí estaba un grupo de personas admirando los edificios nuevos que se estaban construyendo. La princesa estaba halagada con el trabajo pero aún así se mostró fría.
- Bien hecho, me da gusto saber cómo ha crecido este lugar, y ha sido gracias a ustedes, siéntanse libres de pedir cualquier ayuda o soporte al castillo en el futuro. Sé que trabajaron bien para que esto tenga alguna complicación, porque en ese caso...
- Gracias, majestad. Muchas gracias, lo tendremos en cuenta.
Fighter sintió ganas de hablar, su princesa estaba dudando del trabajo de sus ciudadanos... ahora conocía su lado cálido, después de conocer a Serena pues sabía que ella era muy cálida con las personas y siempre apreciaba lo que hacían, pero prefirió callar.
- Eso espero, cualquier derrumbe caería en su responsabilidad.
- No creo que tengamos ese problema, princesa. Ellos se han esforzado.
Todos voltearon a ver a Fighter quien estaba mirando hacia el suelo sin poder mirar a otro lado, sus compañeras estaban atónitas por haberle respondido a su princesa pero ésta no mostro su disgusto. Ni siquiera la había mirado.
- Muchas gracias, Fighter-sama. Apreciam...
- Vámonos -- Kakyuu estaba irritada y debía evitar escenas.
Todos asintieron y se dirigieron al siguiente punto...
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- Al parecer le dio una medicina para la migraña y eso hizo que su estómago se irritara más, se le pasará en un par de días, necesita tomarse esto cada 8 horas y descansar.
- Gracias, doctor -- Serena estaba preocupada.
En el departamento se encontraba Serena, Darien, Luna y el doctor quien después de diagnosticarlo, se despedía. Luna había venido ante la llamada de pánico de Serena que había realizado a su casa momentos antes en busca de ayuda de su mamá. Quien tan sólo le dijo que se calmara y llamara a un médico y después lo dejara tranquilo. Luna termino de escuchar y salió corriendo.
Después de despedir al doctor, Serena regresó a ver a su novio quien estaba ahora en el sillón arropado y junto a una mesita improvisada con sus pastillas y agua suficiente para atenderlo, lamentablemente Serena había entendido las instrucciones mal.
"Póngale constantemente agua fría en un recipiente y agua tibia para beber"
Serena por su nerviosismo recordó
"Póngale constantemente agua tibia en un recipiente y agua fría para beber"
Y así lo hizo, con el agua tibia mojaba constantemente su frente y cada vez que Darien despertaba Serena le alcanzaba el vaso de agua fría...
Luna aterrorizada llamó inmediatamente a Amy para que viniera a auxiliarlo, mientras tanto le rogaba al cielo que Darien no se pusiera peor.
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En el siguiente punto, la princesa observó que la zona estaba casi restaurada por completo, las nuevas edificaciones estaban realmente hermosas, pero no podía permitirse el lujo de ser tan flexible con las personas de su reino.
- ¿Cuál es su reporte?
- Hemos concluido con el 92 por ciento de las obras y vamos a tiempo, su alteza -- El hombre hablaba con emoción pues para ellos habían dado lo mejor de sí.
- ¿Puedo preguntar por qué no han concluido el 100?
- Eh? ... ah... pues... verá. Lo que falta por terminar son los prados y éstos... tienen que ser bien cuidados... a --además no ha llovido mucho y.. y... -- El hombre ahora mostraba pena y temor ante las palabras de su gobernante.
Nuevamente Fighter sintió que le hervía la sangre.
- Me complacería ver el 100 por ciento en una semana.
Kakyuu hizo ademán de retirarse y todos la siguieron, menos Fighter quien se acercó al hombre y apoyando su mano en el hombro del responsable de la zona dijo -- Van muy bien, no se desilusionen, con un poco más de esfuerzo estoy segura de que lo lograrán.
- Fighter... regresa -- Susurró Maker más para sí que para ella. Las guerreras sabían que ese acto era retador para su princesa aunque conocían los motivos de su líder. En verdad se comenzaban a preocupar por su actitud.
- Sailor Star Fighter, tenemos un horario en el que recorrer las demás zonas, no podemos deternernos.
- Sí, princesa.
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Serena lloraba desconsoladamente ante el regaño de Rei.
- Mejor guarda silencio antes de que lo despiertes, sólo faltaba eso, que ni siquiera lo dejes descansar -- seguía diciendo Rei severamente.
- Yo sólo trataba de ayudar.
- Lo sabemos, Serena. Pero Darien necesita descansar, sería mejor que lo dejáramos descansar. Ya parece estar mejor -- Amy estaba diciendo tranquilamente.
- Sí.. -- Serena resignada respondió.
- S-Serena?
Todas miraron como con esfuerzo Darien se sentaba y le dirigía la mirada a su novia.
- Darien, qué necesitas qué quieres, cómo te sientes, perdóname yo.
Darien nuevamente hizo gesto de dolor, porque Serena le aturdía.
- Amy tiene razón, podrías ir a descansar a casa y mañana te llamaré cuando me sienta mejor.
- D-Darien.
Serena sintió como las lágrimas recorrían sus mejillas, ahora era un llanto profundo y silencioso, le dolió lo que le acababa de decir su novio pero más que nada cómo ante su preocupación él había terminado aturdido, tal vez eran un estorbo para él.
Después de hablar con Amy y Rei se fue a su casa.
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Después de revisar otras tres zonas, Healer y Maker estaban desesperadas, en todas y cada una de las zonas, Kakyuu había impuesto su autoridad y Fighter la había retado de una manera inconsciente pues ahora era mucho más humana y cálida con los habitantes del planeta. Eso era un buen gesto pero no era bien visto si se trataba de las líderes de guerreras a cargo de la princesa.
Ahora todas estaban dentro del cuarto principal del castillo. Kakyuu se sentó en su trono y las tres guerreras se quedaron hincadas.
- Eso ha sido todo por hoy, vayan mis queridas estrellas fugaces.
- Con su permiso, princesa -- se disculpó Maker.
- Siempre a su servicio -- se levantó Healer.
- Eh... princesa Kakyuu me permitiría...
- No Fighter, no te permito, he dicho que salgas de aquí, he tenido suficiente de ti este día.
- Princesa... yo
- Por favor basta, no sé que te ha pasado, pero no toleraré esta actitud tuya, me has desafiado 5 veces este día, CINCO, Fighter.
- Esa no es mi intención.
- ¿Qué necesito decirte para que entiendas que tus servicios han concluido?
- Princesa tan sólo quería ser amable con ellos.
- Todo tiene límites, ellos deben de saber la gratitud que sentimos por ellos pero no por eso debemos de halagar su trabajo, porque es su deber hacerlo.
- Lo sé princesa, pero todos estamos haciendo lo que podemos en este planeta y ponemos todo nuestro empeño.
- Fighter, ahora hasta hablas como ellas... ¿acaso no te importa este planeta? Tú menos que nadie tienes derecho de decir esas cosas, no querías regresar, te cuesta trabajo colaborar y sobretodo te has ido, abusando de tu autoridad. Lo que has hecho me ha dolido profundamente.
- Princesa.
- RETÍRATE
❤
Serena estaba en su cama, estaba triste por los sucesos del día, estaba cansada de la actitud autoritaria de sus guerreras, estaba triste de ser una inepta para su novio porque eso la había hecho sentir y sobretodo se sintió deseosa, deseosa de que las cosas fueran diferentes de que tuviera al menos alguien a su lado que la hiciera sentir una mejor persona.
Y lo peor era que sí la había... Seiya.
Se levantó de su cama y abrió uno de sus cajones, ahí estaba el osito que Seiya le había dado en su cita. Lo tomó entre sus manos y se lo llevó al corazón, sus recuerdos: exactamente eso era lo que le traía un poco de felicidad.
- Seiya... -- Y durmió con una sonrisa en sus labios.
❤
Fighter entró a su habitación, se miró en el espejo y vio lo mal que se veía, tenía una furia contra sí misma de haber hecho rabiar a su princesa en su intento de ser una buena persona.
Se preparó para dormir y se metió en la cama. No sabía que hacer para sentir algo de calidez en su ser así que decidió cantar. Pero esta vez le cantaría a la dueña de su corazón. Esa noche cantaría para su bombón y para sí.
Se recostó ahora con una sonrisa, aunque fuera imposible, dentro de sus sueños tal vez la canción llegaría a sus oídos y podrían estar juntos al menos en sus fantasías.
- Bombón...
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