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Capítulo 18-b

—¡Gracias a los poderosos Olímpicos; un mortal que sabe de nosotros! ¡Qué descubrimiento más interesante! —exclamó la Furia, su voz distorsionada por su largo hocico.

—Libérala ahora, perra.

Mina miró por encima del hombro y vio a Mary con una expresión de enojo que nunca había visto en la cara de su amiga. Sus profundos ojos azules parecían relucir con un brillo dorado, haciéndola lucir más que humana. ¿Ella podría ser...?

La Furia la soltó y se recostó sobre el asiento de cuero color crema, burlándose de Mary.

—¿Una Lilitu amenazándome? ¿Te has vuelto loca? Soy Alecto, imbécil —Sus humanos ojos azules se tornaron rojos, desapareciendo los irises, mientras miraba a la rubia por un breve momento antes de que  desvaneciera su gesto molesto y sonriera—. ¿Tu perra eroméni te envió como su guardaespaldas?

¿Lilitu? ¿Ama? ¿Mary es una súcubo? ¡No, no puede ser! Ella no me traicionaría así.

Los ojos de Mina se abrieron de par en par y miró a la mujer que se hizo llamar su amiga durante los últimos cinco años.

—¿Eso es cierto? ¿Estás bajo las órdenes de Lilith?

La rubia bajó la mirada y se quitó un estilizado anillo negro de su dedo índice.

—Sí a ambas preguntas —susurró sin levantar la mirada—. Lo siento mucho, chica.

La oscuridad salió de Mary en el momento en que se quitó el anillo no era tan opresiva y densa como el de Vergil, pero obviamente era demoníaca.

—Nos ocuparemos de nuestro problema personal más tarde, ahora hay un asunto más urgente ante nosotros —La pelicastaña se sorprendió a sí misma de lo tranquila que sonaba su voz. ¿Tal vez su nuevo y extraño poder tuvo algo que ver con su calma? Mentalmente sacudió la cabeza y miró al demonio griego—. ¿Qué quieres, Alecto?

—En lo personal, quiero arrancarle la cabeza a tu marido y alimentar con sus entrañas a Eurynomus o cualquier otro demonio que coma carne.

—¡Nunca vas a tocar un pelo de la cabeza de mi amo mientras tengo aliento en mi pecho!

La princesa demoníaca observó a la rubia demonio desde el rabillo del ojo. Su postura rígida y su intenso fulgor hablaban volúmenes de su lealtad al príncipe.

—Vergil nunca se rendiría a ti.

—Tienes razón, mortal; pero apuesto a que él haría cualquier cosa para recuperarte —Alecto sonrió con malicia y se lamió los labios—. Incluso sacrificarse por ti —teorizó ella antes de saltar sobre la mesa y trarar de alcanzar a la mortal que Hades quería.

Mina se asustó en el momento en que Alecto la agarró del brazo, pero logró reaccionar con rapidez, tocando la cara de Furia con la palma de su mano libre. Sintió que el calor ya familiar se extendía por su cuerpo, haciendo que sus ojos y manos ardieran con un fuego invisible.

Su enemiga gritó de dolor y saltó lejos de ella, maldiciendo en griego y transformándose ante los aturdidos ojos de la clientela del café. Los gritos y el caos de todos corriendo en estampida hacia la salida, sonaron alrededor de la princesa, distrayéndola de la criatura oscura; una que no perdió un segundo, cargando contra ella otra vez antes de detenerse a escasos centímetros de su cara.

La pelicastaña abrió los ojos, los que había cerrado sin darse cuenta, sólo para ver a una diabla color vino sosteniendo a la Furia en su lugar.
La súcubo frente a ella tenía el largo cabello blanco, cuernos cortos color borgoña, que emergían de sus sienes, y brillantes ojos dorados sin irises que miraban directo a su alma.

—¡Aléjate de aquí, princesa! —gritó la Lilitu mientras envolvía su delgada cola gris ceniza alrededor de la garganta de Alecto, amenazando a la diosa con la punta afilada.

—¡No! Sólo mantenla quieta y yo... —La Furia gruñó y se liberó usando su pelo de serpiente para morder la cara de Mary. Cuando el súcubo gimió de dolor, cubriendo sus heridas, la griega se dio la vuelta y le dio una patada en el estómago, haciéndola chocar contra la pared del fondo. Varios asientos y mesas salieron volando en todas direcciones junto con la demonio del sexo, pero se recuperó rápidamente y se preparó para tomar represalias cuando una bola de fuego la envió de vuelta al suelo.

—¡Oye, intento de gorgona! Contéstame una pregunta —gritó la princesa demoníaca, capturando con éxito la atención de la criatura—. ¿De verdad crees que Vergil te dará su vida a cambio de la mía? —Hablar era lo único en lo que podía pensar para ganar tiempo mientras Mary se recuperaba del ataque recibido.

—Eres tan ingenua —Alecto se burló mientras daba vueltas alrededor de su presa, enviando los muebles del café volando con su fuerza bruta—. Él nos daría más que su vida a cambio de la tuya. Tánatos vio la verdadera profundidad de sus emociones por ti el día en que lucharon. El príncipe demoníaco está verdaderamente enamorado de ti, tonta mortal.

—¡Estás mintiendo!

—¿Por qué habría de hacerlo?

Porque los demonios mienten sin importar de qué religión sean.

El rostro lleno de ira y desesperación de Vergil cuando él la agarró del brazo, más temprano ese día, vino a su mente. «¡Nunca serás solo una herramienta, Mina! Eres la única mujer que alguna vez he... »

¿Amado? ¿Era eso lo que estabas tratando de decirme?

Ella negó con la cabeza, deseando deshacerse de esos pensamientos, y miró al monstruo.

—Mi esposo odia a la humanidad y nos considera una raza inferior. ¡Él nunca daría su vida por un mortal porque eso sería rebajarse!

—Cree lo que quieras, sé que mi plan funcionará y luego mi venganza se cumplirá —dijo la Furia antes de saltar sobre la Elegida.

Mary apareció entre ellas de la nada y, usando el impulso de Alecto, la arrojó, pasando sobre Mina, a la pared detrás de ellas, haciendo un agujero en ésta. Cuando se aseguró de que la diabla griega estuviera inconsciente, le dijo telepáticamente a la princesa que usara su poder y luego se teletransportó al lado de la Furia para sujetarla mientras Mina tocaba la cara de su enemiga.

La pelicastaña cerró sus ojos grises, concentrándose para acelerar el proceso, pero tan pronto como la carne negra comenzó a arder, la diosa del Inframundo abrió sus ojos rojos y forcejeó contra el agarre de Mary.

—¡Manténla quieta! —ordenó Mina a la Lilitu.

—Lo estoy intentando, pero la perra es fuerte.

—¡Mantén tus sucias manos lejos de mí! —les gritó Alecto y, extendiendo sus gigantescas alas negras, envió un estallido de energía que golpeó a ambas mujeres al piso de baldosas. La mitad del pelaje de su cara se había derretido junto con parte del labio superior, mostrando dientes largos y amarillentos, agregando una visión más grotesca al ya monstruo de pesadilla—. Esto no se terminará aquí —advirtió, gimiendo de dolor y lanzándose al aire antes de abrir un agujero en el techo del café para volar.

—Esa estuvo cerca —murmuró Mary, volviendo a su forma humana para que más ningún mortal pudiera ver su verdadera apariencia—. Tuvimos suerte de que la Furia viniera sola —continuó, ofreciéndole una mano a su princesa.

Mina ignoró el gesto y se levantó, quitándose el polvo de la ropa.

—Sí, tuvimos suerte —Sus ojos se encontraron con los orbes azules de su amiga y la ira se disparó a través de su cuerpo—. ¿Todo fue una farsa desde el principio?

—Sí y no —susurró la rubia, bajando la mirada—. Al principio solo eran órdenes, pero luego te convertiste en alguien importante para mí. Dejé de fingir y comencé a actuar como tu verdadera amiga, incluso atreviéndome a enfrentar al Príncipe Vergil por tu bien.

Mina miró hacia otro lado, comprendiendo el verdadero peligro en que se había puesto la súcubo durante la mañana de la boda.

—Con Vergil es lo mismo, ¿verdad? Se casó conmigo bajo sus órdenes, ¿verdad?

—Lo siento, chica, pero no me atrevo a hablar por el príncipe. Estoy metida en suficientes problemas con él hasta el momento.

—Está bien —susurró la morena en voz baja—. Puedo sumar dos más dos.

—Mina...

—Todos me han lastimado, pero también han arriesgado sus vidas por mí —Las lágrimas acudieron a sus ojos—. Si quieres recuperar mi confianza y amistad, no debe haber más mentiras entre nosotros. ¿Quién eres realmente, Mary?

La diabla tragó saliva y habló en un tono uniforme.

—Mi verdadero nombre es Ariashka y soy la maestra de espías de Lilith.

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N/A: Sí, sí, sé que dije que subiría esto ayer, pero no lo hice. Sin embargo hoy sí lo hice 😁😊. ¿Qué les parecen los secretos revelados? ¿Habían adivinado que Mary era Ariashka o les tomó por sorpresa? Cuéntenme sus opiniones en los comentarios 😘😘.

Griego:
1- erómeni= ama, dueña

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