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Capítulo 13-b

Esta vez hizo lo que le decían y de inmediato sintió una fuerte, pero breve sensación de halada por la gravedad que desapareció en el momento en que su príncipe demoníaco gruñó a su lado. Preocupada, abrió los ojos y se encontró dentro de una habitación desconocida.

Un escritorio de madera oscura se hallaba en el otro extremo frente a una enorme ventana de cristal que permitía que los rayos del sol ahuyentaran las sombras. Altos libreros se alineaban contra ambas paredes, mientras que en el centro descansaban un sofá y algunos sillones. La pared detrás de ellos tenía tres vitrinas con antiguas dagas y un cráneo con cuernos, mientras que una pintura de una batalla celestial colgaba sobre éstos.

Sus ojos volvieron a su marido cuando sintió que sus dedos se mojaron.

—¡Estás sangrando otra vez!

—¡Ishir! —La puerta se abrió con un golpe y Lilith entró como un torbellino de colores rojos—. ¿Ar eta chor, ishir?

—Estoy bien, madre.

—No, no lo estás —La mujer le quitó unos cuantos flequillos blancos de la cara y le besó la frente—. ¡Voy a matarlo por esto! Él no tenía ningún derecho de lastimarte —Sus ojos color miel se volvieron feroces antes de llamar a sus guardias—. ¡Nergal! ¡Nockrish! —Unos segundos más tarde aparecieron un par de gemelos pelirrojos junto a la puerta—. Envien todo el personal humano a casa y llamen a una de las súcubos para que se ocupe de las necesidades del príncipe. AHORA.

La mirada de Mina se disparó hacia su suegra. Las últimas palabras de Lilith se repetían una y otra vez dentro de su mente. ¿Las necesidades del príncipe? ¿Se refiere a necesidades carnales? No, nadie lo tocará excepto yo.

—¿Qué necesita Vergil para comenzar a regenerarse, señora Larsa? —Miró a la reina del infierno con determinación en sus ojos—. Le di algo de mi sangre, pero sólo detuvo su sangrado por un rato.

—Necesita sexo, cariño —respondió la diabla sin apartar los ojos de su hijo—. Pero en su forma de demonio podría lastimarte así que una sirvienta necesita hacerlo.

—¡M-madre!

—¿Qué? Sólo le dije la verdad. Ella es tan frágil...

—Por favor, cancele su pedido —
la interrumpió Mina con voz firme—. No dejaré que otra mujer, humana o de otro tipo, lo toque. El es mi esposo.

La pelirroja se echó a reír y se puso de pie.

—Dicho como una verdadera princesa —Cerró los ojos durante unos segundos y luego miró a su nuera con una media sonrisa en sus labios—. Está bien, él es todo tuyo ahora. Pero Mina... Por favor, cuida de mi hijo porque si él muere, estaré comiendo tu carne esta noche —advirtió la reina infernal antes de desaparecer de la habitación, cerrando la puerta y todas las cortinas.

—No necesitas hacer esto. Estaré bien. Yo solo…

Su paloma lo hizo callar con un dedo sobre sus labios y luego le dio un rápido beso.

—Deja de mentirme. Sé lo grave que es tu condición pues ya no puedo sentir tu aura oscura —Ella ató su melena oscura y se inclinó sobre él, evitando sus profundas heridas tanto como podía—. Ten en cuenta una cosa, my darling, nadie me está forzando. Yo quiero hacerte el amor.

—Pero madre tiene razón, podría lastimarte.

—Shhh —Ella lo besó lenta y profundamente, como si quisiera transmitir sus sentimientos a través del contacto—. Quiero ayudarte de la única manera que puedo, Vergil. Por favor, déjame ser tu esposa no tan solo en la cama sino fuera de ella también.

¿Cómo podía? Ella era tan frágil, tan... mortal. Cualquier error podría costarle la vida y entonces, ¿cómo seguiría viviendo sin ella? ¡Para! ¡Solo para! Ella no es más que una herramienta. Métete ese hecho dentro de tu cabezota.

De repente, sus dedos acariciaron su rostro y él suspiró, sabiendo muy bien que necesitaba su cuerpo para sobrevivir el día. Cuando ella le robó otro beso, él respondió entrelazando sus largos dedos alrededor del atrapado flequillo de su cola de caballo y abriendo la boca para que ella pudiera besarlo como ambos querían. Ella gimió y rompió el contacto antes de quitar, cuidadosamente, cada pieza de armadura que le quedaba en el cuerpo y tirarlas a un lado. Luego fue el turno de la ropa de ella golpear el suelo.

—¿Cómo...? —preguntó su paloma mordiéndose el labio de la manera más infantil pero sexy posible.

—Móntame con cuidado, cariño. Mi cuerpo comenzará a sanar una vez que esté dentro de ti.

Okay, I'll be careful with my demonic prince —Ella sonrió traviesa y luego se arrastró sobre él, lamiéndose los labios con anticipación. Un ligero temblor corrió por su espalda cuando se encontró con la roja mirada de Vergil, pero lo ignoró y comenzó a posar pequeños besos en todo el rostro de él. Sus manos lo acariciaron, trazando cada corte con suavidad hasta que alcanzó los negros cuernos en espiral. Un suave jadeo salió de la boca de él cuando sus dedos rozaron la superficie áspera de los duros apéndices. Mina abrió los ojos con sorpresa y sonrió antes de agarrar el cuerno izquierdo y frotarlo como si estuviera sosteniendo su virilidad—. ¿Te gusta esto? —le susurró con voz seductora en su oreja puntiaguda.

Él no respondió, así que ella continuó con sus juegos. Arriba y abajo. Arriba y abajo. Su mano seguía deslizándose sobre el cuerno negro mientras se inclinaba más hacia abajo y lamía la curva del cuello masculino. Un gemido sonó cerca de su oreja y ella sintió la erección rozando su resbaladizo centro.

—¡Minaaa!

—¿Sí, bebé? —Ella respondió sin aliento.

Sus ojos demoníacos se volvieron más oscuros y ella se quedó sin aliento cuando él la agarró del trasero de repente para frotarla contra él al ritmo que anhelaba.

—Te deseo ahora —dijo con voz ronca antes de hundir sus colmillos en el cuello de su paloma.

Ella gimió, tirando del cabello de él y arrastrando sus uñas a lo largo del musculoso brazo.

—Libérame para que pueda montarte bien, Vergil.

Él lo hizo y ella no perdió más tiempo. Ajustando su posición, ella empaló el miembro, duro e hinchado, dentro de su cuerpo caliente. Los gemidos brotaron de ambos mientras se enderezaba y comenzaba a mover sus caderas en un baile lento pero erótico. Cada uno de sus movimientos fue acompañado de jadeos y gemidos cuando su esposo trató de igualar su ritmo. Él movió las manos a sus caderas, las puntas de sus largas garras arrañando la suave piel de ella, y la guió al ritmo que le agradaba.

Vergil no podía creerlo todavía. ¡Su paloma estaba teniendo sexo con él en su forma demoníaca! Una parte de él estaba emocionada por su decisión, pero la otra temía el significado. La parte que no quería enamorarse de Mina era la que llenaba su mente de dudas. ¿Podría realmente enamorarse de una mortal? ¿Su paloma lo aceptaría por lo que era? ¿Cómo reaccionaría ella cuando saliera a la luz la verdad de su matrimonio? Tantas preguntas... preguntas sin respuestas que lo estaban volviendo loco.

Sí... loco por un pedazo de ella cada mañana, día y noche.

Mina lo trajo de vuelta a la realidad cuando se inclinó sobre él y lo besó, deslizando su lengua dentro de su boca para chuparlo con suavidad. Sabía mejor y mucho más dulce que la ambrosía... sus besos eran más apasionados que cualquiera de las diablas con las que había tenido la oportunidad de acostarse. Pero lo que lo hacía ponerse más duro era su cuerpo, sintiéndola envuelta alrededor de él se sentía tan bien que ya estaba al borde de su orgasmo.

Su paloma de repente se tensó contra él y gimió alto cuando ella alcanzó su climax, apretando deliciosamente su erección con cada uno de sus espasmos. La energía fluyó a través de él, revitalizando todos sus músculos doloridos y las extremidades doloridas; haciendo hervir su sangre con un fuego que consumía todo a su paso. Sintió que sus heridas se curaban, reparándose lentamente mientras su necesidad llegaba a la cima.

Esta vez Mina no escaparía de su alcance. Esta vez ella sabría de qué era capaz su lado demoníaco.

Él los hizo rodar con rapidez, sacámdole a ella un grito de sorpresa que silenció con un rudo beso. Ella puso sus brazos alrededor de su cuello, entrelazando sus dedos en su largo y blanco cabello, mientras él se mecía entre sus piernas. Cada estocada llegaba más profundo y aumentaba la velocidad, provocando fuertes gemidos de ambos. Dentro y fuera. Más gemidos y su paloma se vino por segunda vez, aferrándose a su cuerpo. Eso lo llevó al límite. Apretando las caderas de ella con fuerza, se empaló una vez más antes de gemir cuando su semilla se derramó dentro de ella.

Cuando los últimos estremecimientos abandonaron su cuerpo, apoyó su peso sobre un brazo mientras le acariciaba la cara y daba un dulce beso en los labios.

You're so beautiful, my dove —susurró, pasando su mano desde el cuello de su princesa hasta su ombligo—. Prométeme una cosa, querida... prométeme que serás mía hasta que exhales tu último aliento.

Ella sostuvo su mirada y le sonrió, llevando un mechón de su cabello a sus labios.

—Lo prometo, Vergil Larsa. Seré tuya por el resto de la eternidad.

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N/A: Esto termina el capítulo trece y la doble actualización de hoy. ¿Les gustó? ¿Qué creen que sucederá ahora?

Diavol'eshmir
1- Ishir= hijo
2- ¿Ar eta chor, ishir?= ¿Estás bien, hijo?

Inglés
1- my darling= mi querido, mi corazón
2- Okay, I'll be careful with my demonic prince= Muy bien, seré cuidadosa con mi príncipe demoníaco
3- You're so beautiful, my dove= Eres tan hermosa, mi paloma

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