Same old love.
Cuando me encontré dentro de la cocina, quedé un poco paralizada por su aspecto terrorífico y tétrico. Un escalofrío desagradable recorrió mi cuerpo y me abracé para mantener el calor corporal ya que en esa sala el ambiente estaba helado. Además, debía de tener cuidado por donde pisaba, ya que el suelo estaba hundido, ósea que si miraba por él, veía el piso de abajo.
Intenté recordarme donde me había dicho Kit que se encontraban las llaves, sin embargo como escuchaba los gritos y el ruido de afuera provocado por Luke, no me concentraba. De repente, el lugar empezó a temblar y la pared que tenía justamente a mi derecha, empezó a derrumbarse. Maldije en voz baja y al mismo tiempo me aparté de ella con rapidez, y del mismo miedo de caer en algún agujero, me tiré al suelo, quedando arrambada a unos armarios. El sitio dejó de temblar y con un poco de temblor en las piernas me levanté.
Por suerte, me acordé de donde se hallaban las malditas llaves y empecé a intentar localizar su paradero. Visualicé unos cajones un poco lejos de mi y caminé hacia ellos observando mi alrededor asustada y paranoica. Una vez llegué hasta ellos empecé a buscar el objeto y como milagro, las encontré en el segundo cajón, al lado de mucho polvo y un carnet de identidad antiguo.
Tomé las llaves al momento y cuando me giré para encaminarme hacia Luke, muy preocupada por su salud, sentí un empujón. Fruncí el ceño y apreté mi agarre temiendo que se cayeran y se perdieran. De repente, algo tomó mi pelo y me hizo girar de manera brusca, provocando que soltara un gemido de dolor. Enfrente mio vi uno de ellos, sus ojos transmitían un sentimiento que conseguía helar mi sangre y me sonrío con una sonrisa terrorífica. Paralizada, empecé a dar pasos hacia atrás temblando pensando en que mierda podía hacer. Esa cosa se acercó lentamente, disfrutando del miedo que invadía mi cuerpo y yo busqué con la mirada alguna escapatoria o cosa para defensarme. Pero no había nada, estaba desarmada y asustada, eso no iba acabar bien.
Esa cosa avanzó tanto que sus malas energías empezaban a transferir conmigo, sintiendo una sensación depresiva bagar por mi cuerpo. Sin esperarlo, vi una especie de linterna antigua en el suelo, llena de polvo y sucia. Se me ocurrió una idea estúpida, aunque rezaba para que funcionara mi teoría mental y de supervivencia. Así que la agarré temblando, busqué el botón de play desesperada, pero no lo encontraba, joder, e iba mirando como esa cosa iba avanzando. Cuando divisé el botón, lo pulsé pero no funcionó, me paralicé y ese miembro de ellos se acercó más a mi aprovechando que me había quedado parada. Justo cuando su energía empezaba a absorber todas mis fuerzas, volví a pulsar el maldito butón y por gracias a Dios, funcionó. Iluminó esa cosa, dejandole ciego juzgando por el grito de dolor que soltó y que se apartó tropezando con sus propia masa o patas o lo que fuera eso. Se retiró tanto hacia atrás que se topó con uno de esos agujeros, cayendo o más bien desapareciendo en ese polvo negro mugriento.
Parpadeante y con el corazón a cien, apagué la linterna y aún sin creerme la recién situación, me escondí el objeto en un bolsillo, agarré bien las llaves y caminé para irme de esa cocina. Sabía que Luke me había prohibido salir sin que él viniera, pero necesitaba saber que estaba bien, así que crucé la puerta abriendola con miedo, sin saber que me esperaba ver allí afuera.
El salón seguía igual de destrozado, aunque algunas sillas y mesas ahora se encontraban en sitios diferentes a cuando lo había visto antes. Eso no era buena señal. Con la mirada busqué a Luke y me preocupé mucho al no divisarlo. Caminé unos pasos con mis manos temblando observando cada rincón asustada y sintiéndome indefensa. Inesperadamente escuché un gemido terrorífico, giré mi cabeza hacia la derecha y vi a Luke en el suelo, con una mancha negra en su mejilla y sangre en su frente. Grité su nombre, él me miró y abrió sus ojos maldiciendo, dejándome confusa. Escuché una carcajada espeluznante causando que girara mi cuerpo hacia esa dirección y me encontré uno de ellos verdaderamente escalofriante. Un temblor invadió mi cuerpo, me quedé paralizada en el sitio sin ser capaz de moverme, y esa cosa caminó hacia a mi primeramente con lentitud sin embargo aumentó su velocidad, congelando la sangre de mis venas.
Antes de que gritara, sentí un aire frío pasar por mi lado y el cuerpo de Luke apareció justo enfrente mio con la linterna entre sus manos, la cual me había agarrado mientras había estado a mi lado, todo a una velocidad inhumana. En un gesto veloz, me obligó a tomar el objeto a mi y cuando pulsó el botón, una luz cegadora surgió de éste. La criatura gimió, se retiró y en un par de segundos, se desvaneció en polvo negro.
Luke volvió a tener la linterna y la apagó, dejando en silencio todo el lugar, donde tan solo se llegaba a escuchar nuestras respiraciones aceleradas. No dije nada, quedé callada mirando al chico de enfrente, quien suspiró, teniendo toda mi atención al instante.
- Te dije que te quedaras en la cocina.- masculló, con una voz seria.
- No sabía como estabas y sabía que habías tenido problemas. Tu hubieras hecho lo mismo.
No me contestó nada, se limitó en respirar con profundidad y se dio la vuelta con mucha lentitud, quedando de cara a mi para alargar sus brazos un poco con la linterna en mano.
- No te negaré, pero lo que has hecho ha sido peligroso, casi llegas a...
- Pero no ha pasado nada, Luke. Déjalo, por favor.- pedí, con una voz dulce, mirando al chico alzando ligeramente mis cejas en un tono cansado.
El rubio me miró en silencio, jugó con el piercing de su labio inferior, miró al suelo y cuando volvió a mirarme, suspiró. Caminó hacia a mi, un brazo rodeó mi cabeza para besarla con suavidad, suspiró después y mientras guardó la linterna en el bolsillo.
- ¿Por qué les afecta la luz de la linterna?- susurré, curiosa.
- No es la luz de la linterna que les afecta, es tu luz, la que contienes tu dentro de ti. Inconscientemente, conduces la luz al objeto y haces que se desata- murmuró, se alejó un poco de mi para poder mirarme a los ojos-, es impresionante, la verdad.
Sonreí sin poder evitarlo y formé una fina linea con mis labios, sin dejar de mirarlo. Él siguió con ese contacto visual pero al cabo de los segundos, sus ojos se desviaron hacia más abajo, justo en la pequeña barriga que destacaba en mi flaco cuerpo. Yo también miré hacia allí y observé en silencio como una de sus manos se dirigió con un leve temblor hacia esa zona. Acabó colocando la mano encima de mi barriga con delicadeza y justo en ese momento, sentí un ligero y breve dolor placentero en ella, causando que soltara un especie de gemido.
- ¿Te he hecho daño?- Luke retiró su mano enseguida, mirándome apenado y con miedo.
- No, no, ha sido...agradable.- susurré confundida, sin poder definir esa sensación con palabras.
- Entonces, ya se que hacer cuando volvamos a tener sexo.
Miré al chico al segundo y golpeé su hombro por el vocabulario y sus palabras, pero él sonrío divertido mientras reía mordiendo su lengua. Negué con la cabeza, Luke besó mi frente y decidió que hora para ir con los chicos, cosa que hizo que volviera a la realidad. Estuve de acuerdo con su decisión y sin esperar más, nos fuimos hacia ese jardín, donde nos esperaban nuestros amigos. No tardamos mucho en llegar, por suerte y cuando entramos a ese pequeño terreno, una brisa fría natural cruzó por mi rostro, haciéndome cerrar los ojos. Una nostalgia por la libertad invadió mi cuerpo al segundo.
- Dios, ¿algo salió mal?- preguntó Michael, quien se encontraba sentado en el banco de madera al lado de Ashton y cuando nos vio, se levantó frotando su brazo, mostrando sus nervios.
- Nos atacaron, pero no ha pasado nada grave. Tenemos las llaves.- contestó Luke y yo mostré el objeto que nombró, alzando mi mano provocando que el metal chocara entre si, haciendo ese característico ruido.
Michael asintió y se quedó en el sitio, sin hablar, yo guardé las llaves en el bolsillo libre y miré a Ashton quien mantenía su cabeza baja observando el suelo en silencio.
- ¿Y Kit y Ashton? ¿No han llegado todavía?- pregunté, desviando la mirada otra vez hacia Michael, quien estaba segura que era el que me iba a contestar.
- No lo sé- respondió él y miró a Luke- ¿Me acompañas a vigilar el pasillo de la puerta?
Ashton soltó una risa ronca, sorbió su nariz y pasó su mano por allí.
- En realidad quiere mear, pero le da vergüenza decir que se siente más protegido contigo.- murmuró el rizado con una sonrisa divertida, sabiendo que sus palabras molestarían a Michael, dejándome confundida por su actitud.
El chico protagonista lo fulminó con la mirada, rodó los ojos y se giró para mirar a Luke, suplicando para que lo acompañara. Éste, dirigió su cabeza al instante hacia a mi, a punto de hablar, sin embargó yo me adelanté a sus palabras.
- Ve con él, tranquilo, yo me sentaré que estoy cansada.
Se pensó su respuesta, pero acabó asintiendo lentamente, le hizo un gesto con la cabeza a Michael para que lo siguiera y volvió a mirarme para guiñarme un ojo. Se alejó junto nuestro amigo y desaparecieron por esa puerta de madera antigua y gastada. Suspiré y cuando miré enfrente, maldije en silencio, dándome cuenta que me había quedado sola con Ashton. Con un poco de corte, pasé un mechón de pelo hacia atrás de mi oreja y caminé hacia él un poco nerviosa, a la vez que tímida.
Me senté justo a su lado del banco, sin embargo solo compartimos una mirada de reojo ya que después no observé otra cosa que no fueran mis pies. Nos quedamos en un completo silencio que consistía en a ver quien duraba más en esa situación. Era absurdo, de verdad que lo era, pero ni yo entendía el porqué.
- ¿Es verdad que os han atacado?- preguntó de repente, y en un murmullo inocente, como si le doliera hablar.
Lo miré mordiendo mi labio inferior y volví a pasar un mechón hacia atrás de mi oreja, para poder tener una visión más clara de Ashton.
- Sí, pero no ha pasado nada grave, tranquilo.- hablé con la máxima amabilidad que podía, teniendo el corazón blando.
Ashton asintió lentamente con la cabeza y antes de volver a quedar en un silencio incomodo, bajó su mirada hacia mi estómago, para señalarlo con un cierto temblor en su mano.
- ¿Él...él está bien?
- ¿El bebé?- pregunté, automáticamente y el chico asintió-. Oh, bueno, no me he caído ni nada, supongo que estará perfecto o eso espero.
El chico volvió a asentir con la cabeza, como si tuviera que tener tiempo para procesar la información y volvió a preguntar alguna cosa, acabando entablando una conversación conmigo. Comenzó siendo fría e incomoda, pero por cada minuto que pasaba, el ambiente se volvió acogedor y hasta acabamos acercándonos. A veces me hacía reír y pasé de solo golpear su hombro a acariciar su mano con dulzura al cabo de cinco minutos.
- Fue bastante divertido la verdad, debiste ver la cara de Michael, él realmente estaba loco por esa chica.- acabó Ashton, terminando esa anécdota sobre cuando iban al instituto y uno de los amoríos adolescentes del teñido.
- El amor te hace hacer cosas locas.- murmuré sonriendo soltando una pequeña risa tonta, divertida con lo que me acababa de explicar, mientras seguía con un brazo sobre el banco y apoyaba mi cara contra esa mano, mirando fijamente al rizado.
Después de mi respuesta, nos quedamos callados ya que Ashton no dijo nada y yo no sabía como rellenar ese silencio. El chico mantuvo su rostro mirando hacia enfrente suyo hasta luego de unos segundos acabando devolviendome el contacto visual. Nadie comentó nada, mis últimas palabras volvieron a mi cabeza y obtuvo otro significado, el cual me desagrado y me puso nerviosa. Mi mano seguía encima la suya, en donde sentí como él apretó nuestro agarre, después empezó a bajar su cabeza causando que abriera los ojos sorprendida.
Antes de poder hacer nada al respecto, sus labios besaron los míos, dejándome completamente paralizada. Miles de pensamientos florecieron en mi mente y empezaron a pelear entre ellos, causando que no supiera cual era la elección correcta y acabara correspondiendo el beso. Nuestros labios se movían al compás y con pequeñas pausas, sin estar los dos seguros de eso. Hacia meses que no lo besaba, no desde en ese armario en nuestro reencuentro. Eran dulces como antes, aunque esa vez con una pizca de sabor salado, dándome por entender que había llorado haría poco.
La mano de Ashton se colocó detrás de mi nuca acercándome más a él, por si eso era posible. El beso mientras pasaban los segundos se volvía mucho más apasionado y el chico había empezado a morder ligeramente mi labio inferior, provocando pequeños escalofríos de placer por mi cuerpo. Sabiendo que debía parar eso, coloqué mi mano libre contra su pecho y lo empujé con lentitud, separando nuestros labios pero no mucho nuestros rostros.
- Ashton...esto...esto- empecé a tartamudear en un hilo de voz con los ojos cerrados y negando con la cabeza, pero fui interrumpida por él.
- Sigo enamorado de ti Addison- sentenció en un susurro él y provocó que abriera los ojos, sorprendida, él lo hizo también y me miró fijamente reflejando su timidez. No supe que decir, quedé completamente muda-. Entiendo que sea difícil escucharlo, pero no podía esconderlo más, quiero que lo sepas.
Lo escuchaba como si me fuera la vida en ello, analizando cada palabra que salía de sus labios e intentaba que no llegaran, pero iban directas a mi corazón.
- Es...es difícil Ashton.- susurré bajando la cabeza, volviendo a negar con la cabeza, reprimiendo las lágrimas que querían salir.
- ¿Qué es difícil? No Addison no- me respondió con dureza y ahora ya seguro de sus palabras, provocando que lo volviera a mirar-, difícil es que cada vez que te has encontrado en problemas o en peligro y has vuelto con nosotros sana y salva, la mayoría de las veces me he tenido que apartar y no he podido abrazarte ni decirte lo mucho que me alegraba que estuvieses bien y ni lo mucho que te quiero.
Por más que hablaba, más me dolía seguir allí con él, nunca me había parado a pensar en todo el daño que le hacía a él y ahora que me lo encontraba de frente, dolía como mil demonios. Escuché sus palabras como si escuchara a mi madre, atenta y con el corazón abierto. Cuando terminó, mi labio inferior tembló, apreté nuestro enlace y solo pude limitarme en abrazarlo, con fuerza. Él aceptó mi gesto al momento y sus dos manos acariciaron mi cabello y mi espalda.
- Di algo, por favor, aunque sea un vale.
- Lo siento, lo siento de verdad.- mascullé entre sollozos silenciosos que empezaron a surgir al igual que algunas lágrimas, manchando su camiseta.
Ashton suspiró,besó mi cabeza, me abrazó más fuerte, apoyó su cabeza encima la mía y dejó que el silencio nos rodeara, pero esta vez uno cómodo y cálido.
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bueno os dejo a mi queen number one selena gomez y un fact guay: esto fue publicado por primera vez cuando creo que salió el videoclip ahre.
gracias por leer!!!
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