
capítulo once
❝Te encontre❞
La noche había sido una tortura.
¿Por qué lo dice?
Digamos que escuchar al lado de tu habitación, cantos, personas hablando solas y murmurando. NO ERA NADA LINDO.
Se sentía en esas películas de terror donde matan de una al protagonista secundario de inmediato.
¿Por qué secundario?
Porque el primario es bien pinche pendejo yendo donde están los ruidos.
Se despertó con unas ojeras mientras acomodaba su cama, de tal manera que quedaba perfecta.
Tocaron la puerta y se preparó, mentalmente, se echó en la cama y se arrullo a él mismo.
Las ojeras lo ayudarían sí que sí.
Unos segundos después la puerta fue abierta, no volteó a ver quien era, mientras movía sus manos y los dedos de sus pies, inquieto.
— Calma, soy yo, está bien lo que haces, puedes también respirar agitadamente, sudar y temblar, golpear tus piernas, las paredes, y con la depresión, después solo recuerda cuando murió tu perrito y te echas en el piso a llorar luego de tu ataque de ansi-— el pelirosa se interrumpió al escuchar los sollozos del menor, aún no superaba la muerte de su primer perrito — Oh, kook lo siento.
El mayor acarició su cabello con gentileza mientras se inclinaba para quedar a la altura de la camilla.
— Con eso no se juega Jimin — Dijo dolido Jungkook y limpió sus lágrimas — Bien, ¿Para que viniste? — Dijo el azabache de manera directa pero suave.
— Ah si, tu entrada fue un éxito, como yo me encargaré de ti, no te preocupes, tu horario coordina con el de Taehyung, cuando te llevemos a pasear, inspecciona a los demás pacientes y trata de comportarte como ellos pero ya sabes, con la ansiedad y eso.
— De acuerdo gracias — Sonrió el menor — mm, ¿Que me toca ahora?
Jimin sonrió de lado y salió de la habitación entrando con un carrito.
— Te toca lo de todos, el desayuno.
Jungkook miro la comida e hizo una mueca.
¿Eso era comestible?
La comida era una cosa viscosa verde, junto a un jugo de, gracias a sus ancestros, naranja.
— ¿Eso comeré siempre? — dijo Jungkook asustado por esa comida.
— ¿Que? — el mayor río — No, solo será una vez a la semana, días sorpresa, y este es de bienvenida, no te sientas importante, todos lo comen y no les gusta, pero se acostumbran... — Jimin callo un momento — o se lo tiras al enfermero en la cara como Taehyung.
Jungkook río levemente y asintió.
— De acuerdo, ¿Me dirás todo mi horario? — Jungkook comió un poco y de inmediato quiso vomitarlo.
— Oh si, el desayuno es a las 8 en punto, a las 9 te quedarás en tu cuarto, de las 10 hasta las 12 es hora de pasear y relajarte por el jardín, de 12 a 1 pm es tu almuerzo, de 1 a 3 son tus diagnósticos, de 3 a 4 es hora de tu medicina cofcoffalsacofcof — fingió toser Jimin — y de 5 a 9 puedes o permanecer en tu cuarto o ir a la sala de televisión que siempre contará con algunos enfermeros para supervisarlos. Los fines de semana son libres, ya que es visita.
Jungkook dejo de comer y lo miro tratando de procesar lo que le había dicho el mayor.
— ¿Me lo escribes en un papel? — Jimin río y asintió — A las 10 puedes ir a ver a Taehyung, ya que sus horarios son los mismos.
— Pero faltan dos horas — Jeon hizo puchero y dejo el plato vacío a un lado.
— A esa hora también sale Taehyung, tendrás que acostumbrarte Kook.
Jungkook asintió y suspire.
— Me aburrire...
— Eres un genio sin duda — Hablo con obvio sarcasmo Jimin — te di un celular, úsalo de distracción, ¡Y recuerda tu bendito horario!
Jimin le dio una última mirada y salió de su habitación, Jungkook suspiró y prendió el teléfono, tratando de distraerse.
Reviso las redes, revisó sus mensajes, vio algunos vídeos, pero siguió a distrayendose.
Miro el reloj en la pared y apuntaban a las 9 en punto.
— ¿Que? ¿Recién? — El azabache jadeo en desacuerdo — ¿Como aguantan tanto tiempo?
Jungkook suspiró y se paró, mirando por la ventana.
Vio a una chica de cabello morado jugar con unas plantas, de la nada aquella chica volteó hacia su ventana y sonrio levemente.
Jungkook se sobresalto y de aferró a la cortina melón que tenía.
La pelimorada señaló un lugar de las plantas y Jungkook fijo su vista ahí, no había nada más que unas hermosas margaritas.
Jeon frunció el ceño y negó, indicando que no sabía nada. La chica río y dijo "Hay un chico ahí".
No pregunten como Jungkook sabe leer labios, la historia es larga.
El azabache tembló ligeramente y cerró la cortina, asustado.
Esa chica sufría de esquizofrenia.
Estaba seguro.
Sintió un cosquilleo y trato de olvidarse de eso.
Tomo de nuevo el teléfono para distraerse.
¿Y si en realidad no sufría de esquizofrenia y veía fantasmas? Eso era peor.
La puerta de su habitación fue tocada y escondió rápidamente el celular.
Segundos después entró Jimin con una silla de ruedas.
— Volví, es hora del paseo, siéntate y trata de parecer un poco inquieto, aunque sé que ya lo estás. — La voz de su amigo lo tranquilizó y relajó sus músculos.
— Este lugar no es del todo lindo Hyung — Jeon se paró y se sentó en la silla de ruedas.
— Ya lo sé, te acostumbrarás, te lo aseguro — Jimin acarició las hebras azabaches del menor —, ¿Estás listo?
Jungkook asintió y sintió a Jimin empujar la silla, saliendo de la habitación.
Ayer lo habían cambiado con un pantalón holgado con estampillas pequeñas de aviones, y una polera blanca, el pantalón era un poco infantil si, pero muy cómodo.
Pasaron por tres esquinas hasta que en el último pasillo, vio a lo lejos una puerta grande, jimin paro la silla y la empujó un poco, haciendo que se abriera.
Jungkook pido aspirar el natural aire del exterior y no del edificio que lo agobiaba de cierta manera.
El pelirosa tomo de nuevo la silla y lo saco del hospital.
— De aquí tu eres amigo.
El mayor hizo al menor pararse y se alejó junto a la silla.
El azabache paso la mirada por todo el lugar, inspeccionandolo.
Habían 5 enfermeros por las paredes, vigilando a los pacientes, y otros enfermeros estaba con otros chicos o chicas, ayudandolos en lo que sea que estén haciendo.
Sigo mirando al rededor hasta que escucho la puerta ser abierta, volteó y vio al mismo doctor que estaba con Taehyung la primera vez que lo vio.
Taehyung estaba en la silla con la cabeza hacia atrás, aburrido, el enfermero dijo algo con una sonrisa al castaño, este asintió y se paró, ignoro al enfermero y se sentó en una banca de ahí.
Jungkook se acercó rápidamente a Taehyung y se sentó a su lado.
El castaño volteó a verlo y alzó las cejas, sorprendido, pero borró rápidamente esa mueca, haciendo un indiferente.
— Taehyung, te encontré.
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