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Bienvenidas a Asylum... ¿Puedo tomar su orden?

Luan y Lynn, tal vez... no lo pensaron bien, tal vez... Se dejaron llevar o tal vez... Debieron conversarlo con Lisa, o tal vez... Lisa les dio esos atuendos para reírse de ellas. Pero de que se veían ridículas, se veían ridículas.

Parecía que se iban a infiltrar en la central de Umbrella en Tokio, pero claro, ellas no eran Alice, ni mucho menos unas de sus clones, aunque por la ropa bien se les podría confundir y tampoco estaban buscando a los responsables de un apocalipsis zombie. Si no, a su hermano menor, Lincoln. De quién no han sabido nada en más de un año y tienen ganas de volver a verlo, aunque él les apunte con un arma y les dispare apenas las vea.

Ambas habían tomado un auto bus hacia el centro, el asilo quedaba un poco lejos de casa y se necesitaba un medio de transporte para llegar allí.

Lynn maldecía a Luna por hacer huido, bueno no por haber huido, si no por haberse llevado la van familiar. Vanzilla hubiera sido de utilidad para este momento, ya que las miradas dirigidas a ellas dos la empezaban a incomodar.

Por su parte Luan, se empezaba a asfixiar en ese traje negro, no sólo por lo ajustado que estaba, si no por lo increíblemente ajustado que estaba en su pecho.

Las miradas de los chicos hacia sus pechos la estaba empezando a irritar. De un momento a otro empezó a cabecear, realmente no había podido dormir bien desde hace unas semanas, desde la Purga anterior para ser más exactos, no sólo por la muerte de Lana si no por el sueño que tuvo, en donde Lincoln llegaba a su habitación con una sonrisa más radiante de la que recordaba y se echaba la culpa, en donde ella no supo ni por que, pero le ofrecía su virginidad como regalo y él la aceptaba gustoso.

Hasta que todo se volvió oscuro y la hizo despertarse. Aun recordaba esa mirada de Lincoln en el sueño, era claramente de sufrimiento y dolor. Se veía maltratado.

—Si quieres, puedes dormir y yo te aviso cuando lleguemos —se escuchó decir a Lynn.

Luan la volteó a ver con extrañeza, al parecer Lynn se estaba esforzando por que todo volviera a la normalidad.

—Gracias —dijo Luan.

Se acomodo en el asiento para poder dormir, Lynn se encontraba despierta viendo hacia adelante. Su corto cabello la hacían ver como un chico pero sus pechos decían lo contrario.

Su traje era algo incómodo, incluso juraría que Lisa lo hizo así a propósito. Pero no tendría motivos para hacer eso.

Se cruzó de brazos y miró a los alrededores, además de las miradas de algunos curiosos y uno que otro auto que pasaba a través de la ventana, no había nada interesante.

Luan se empezó a mover en su asiento, hasta que apoyo la cabeza en el hombro de Lynn y la abrazo del brazo, mientras empezaba a roncar muy fuerte.

A Lynn le dio un tic en el ojo y empezó a irradiar un aura rojo oscuro. Todos los que soltaron una risita se dieron la vuelta o se bajaron al sentir el peligro cerca. Ella lo dejo pasar, ahora tenía una misión más importante.

–Ire por Lincoln, mi Lincoln digo nuestro Lincoln, pero más mio, quiero decir nuestro hermano —susurró Lynn auto corrigiendose.

Luan empezó a babear sobre las piernas de Lynn, lo que hizo que el tic en el ojo de la menor aumentará.

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Lisa regresaba a casa Loud después de haber salido huyendo. Ya era tarde, como las once de la noche.

—Si mis cálculos son correctos, mis unidades paternas y demás unidades fraternas, ya deben encontrarse en reposo —dijo Lisa, segura de si misma.

Pero algo fallo en sus cálculos.

—Rayos, olvide las llaves —se dijo a sí misma. Para luego voltear a ver la puerta del perro de Charles. —Esto es humillante.

Se quejó para luego proceder a entrar por la pequeña puerta, no fue difícil ya que ella era pequeña y cabía fácilmente.

Ya estando dentro, se dispuso a ir a su habitación, pero su estómago gruñó.

—Al parecer, tengo hambre —dijo Lisa.

Fue a la cocina en donde abrió la puerta del refrigerador y se preparo unos cuantos sándwiches con un poco de jugo.

—Odio la corteza —dijo antes de darle una gran mordida a uno de ellos.

Se sentó en el sofá de la sala y se dispuso a comer pero algo o alguien la veía de cerca.

—Ya es muy tarde, ¿Donde mierdas estabas? —pregunto una voz a su lado.

Lisa volteó a ver lentamente y trago sin masticar al ver que la falsa Lola estaba al lado suyo, sentada con los brazos cruzados, con rulos en la cabeza y con su vestido pijama, con un ceño fruncido que demostraba furia y locura al mismo tiempo.

—En-en-en... —Empezó a tartamudear.

Lola la vio con una ceja arqueada. Lisa se aclaro la garganta para hablar, trago otra vez para ver si así se iba el miedo y se llenaba con algo de valor.

Pero al verla directamente a los ojos, pareció que estos le absorbieron el alma, ya que quedó pasmada con la boca abierta.

—¿Estas bien? —pregunto Lola, sonaba preocupada.

Acercó su cara a la suya para mirarla fijamente. Así estuvo por un rato hasta que cerró sus ojos y puso sus labios en posición para besar a su hermana menor.

Lisa solo podía ver con horror como se acercaba, empezó a sudar a cántaros y cuando estaba a un par de milímetros.

"Yo se que no creo en milagros, pero si estas allá arriba... Dios sálvame" —pensó Lisa.

Y como si hubiera sido escuchada, la puerta de la habitación de sus padres se abrió y de allí salio su madre. Lola soltó un gruñido al ver que no podría continuar con su cometido. Rápidamente se bajo del sofá y se fue corriendo escaleras arriba, hacia su habitación.

"Gracias... ¿Dios? " —pensó Lisa al ver que se había salvado.

La señora Loud caminaba hacia la cocina, pero al ver a Lisa, se le acercó rápidamente.

—Lisa, cariño —la abrazo. —No sabes el gusto que me da verte. —Dijo la señora Loud entre lágrimas.

Lisa rodó los ojos y decidió seguirle el juego.

—L-lo siento mami... —Dijo entre falsos sollozos. —L-lamento haberlos preocupado.

La señora Loud aumento la fuerza del abrazo. Le acariciaba el cabello con cariño, era como si hubiera recuperado a una hija pérdida.

Pasaron los minutos y ellas no se separaban. Lisa hace ratos que se cansó de abrazarla, ahora se encontraba con una expresión seria, con los ojos entre cerrados.

Parecía que su madre no la iba a soltar jamás.

—"Veamos que probabilidades tengo..." —Pensó Lisa, mientras observaba a sus alrededores.

No encontró nada que la pudiera ayudar. Pero un escalofrío recorrió su espalda al ver que Lola las observaba desde las escaleras. Solo asomaba la cabeza, pero su mirada iba dirigida hacia ella. Claramente sentía como la desnudaba con la mirada. Así que volvió a abrazar a su madre con fuerza y desvío la vista, pero aún así sentía esa extraña mirada sobre ella.

La señora Loud deshizo el abrazo y le dio un beso en la frente, para luego levantarse del sofá y dirigirse a la cocina.

—Que descanses Lisa —dijo ella con una sonrisa triste.

Lisa se quedo paralizada al ver que ella se iba. Trago saliva y volteo a ver hacia las escaleras, soltó un inmenso suspiro al ver que la falsa Lola ya no estaba allí.

—B-buenas noche... Mami —le dijo a su madre, para luego seguir comiendo tan rápido como podía.

Se atragantó un par de veces pero su instinto de supervivencia le decía que se moviera o iba a ocurrirle algo malo. Bebió su jugo tan rápido que tuvo que darse en el pecho varias veces con su puño para que la comida pasara.

Dejó el plato y el vaso en el sofá y salió corriendo hacia su habitación. No le importo dejarlos allí para que alguien más los limpiará.

Corrió tan rápido como sus piernas le permitían. Llego hasta su habitación y se encerró en ella azotando la puerta, cerrandola con llave.

—Jaja... Jajaja... Jajaja, aaah —se río un poco al ver que logró escapar de esa loca.

—Al fin puedo descan... —Abrió la boca al ver su habitación completamente limpia. Sus aparatos estaban guardados y su cama estaba ordenada. El olor a podrido se había ido y ahora abundaba un intoxicante olor a fresas. —Seguramente fue obra de Leni... Oh bueno, después me encargo de agradebuaaaaaaa...

Soltó un gran bostezo, estaba cansada y lo único en que pensaba ahora era en dormir. Se acostó en su cama, se cubrió con las sábanas y sin darse cuenta, abrazó uno de los peluches que tal vez su hermana mayor dejo allí, cayó profundamente dormida al instante.

Unos minutos después la cerradura de su puerta se empezó a mover y luego cayó al suelo. Lola asomó la cabeza y la vio allí durmiendo plácidamente.

Sonrió de forma lasciva para luego recoger la cerradura e irse de allí dejando la puerta libre para que cualquiera entrará cuando se le diera la gana.

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—¡Ooooye! ¿¡me puedes decir que horaaaa eeess!? —le gritó Lynn al conductor desde el fondo del autobús.

—¡Faltan diez minutooos paraaa laass dooss! —le respondió el conductor.

—¡Graaaaaciaaaas! —le gritó Lynn.

—¡Dee nadaaaa! —dijo él.

Lynn se estaba empezando a cansar, le dolía el trasero. Llevaba como seis horas sentaba y como tres horas soportando los ronquidos y la babeada de Luan. Si no fuera por que quería llevarse bien con ella, ya la hubiera lanzado por la ventana del autobús.

Se cruzó de brazos y volvió a mirar al frente de nuevo. Faltaba muy poco para llegar al centro y de allí, tan solo tenían que caminar unas cuadras y llegarían al asilo donde estaba su hermano. Luego golpearía a los guardias, les robaría las llaves, iría hasta la habitación de Lincoln, lo miraría a los ojos, correría hasta él, lo abrazaría con todas sus fuerza y le transmitiría todo el amor y arrepentimiento que sentía, para luego ambos mirarse a los ojos, besarse con toda la pasión del mundo, desprenderse de sus ropas y juntos entregarse al pecado divino donde...

Se cubrió la cara con ambas manos de nuevo. Se reprendió a si misma por esos sucios pensamientos que llevaba teniendo desde hace tiempo. Estaba roja de la vergüenza.

Pero su vergüenza disminuyó al sentir como Luan empezaba a babear muchísimo más de lo que había estado babeando. Ese fue el detonante de todo. La alejo de ella con un empujón. Luan pegó la cabeza en la ventana y rebotó hacia ella, Lynn no vio venir el cabezazo hasta que lo sintió.

—Aaauuuch... —Se sujeto la cabeza por el dolor. Miró a Luan con enojo y la vio durmiendo apoyada contra la ventana.

Rodó los ojos y se volvió a cruzar de brazos. De pronto, el sueño la empezaba a invadir. Dio un pequeño bostezo y se acomodo para descansar un poco, si dormía un par de minutos estaría como nueva.

Lentamente cerro los ojos y cayó profundamente dormida, sin darse cuenta de que ya estaban cerca del centro.

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Amanecía y la luz llegaba a la casa Loud. Los pocos integrantes que quedaban despertaban lentamente de su sueño. Los señores Loud se levantaban y salían temprano hacia sus trabajos, parecían almas en pena. Desde que Lincoln decidió enfrentar sus miedos y pasar una noche afuera en la purga, donde perdió todo signo de humanidad, la familia se cayó a pedazos. Incluso se mantenían distantes entre ellos y no se dieron cuenta de que faltaban dos integrantes en la casa.

Lisa dormía plácidamente en su cama. Se sentía estupendamente cómoda y una fuerza gravitaciónal mantenía su cuerpo contra la cama.

—Ooh así es como debe sentirse la paz eterna... —hablo dormida, sin darse cuenta de la presencia a su lado.

La suavidad de la cama, el canto de los pájaros, el abandono de sus molestas hermanas, la quietud, el dulce olor a fresas, la cómoda sensación de paz interior, el sueño placentero, las agradables caricias en su rostro, la sombra que estaba frente a ella bloqueando la luz de la ventana para que esta no le diera en la cara, el delicioso sabor de algo entrando en su boca, las caricias en su cabello... Si, todo marchaba a la perfección, solo un poco más y ella y Lincoln, tal vez Lily y Leni, vivirían en una mansión con todos los lujos que se mere... El subconsciente de Lisa dejo de pensar y retrocedió hasta la parte después de sueño placentero...

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Sigue bajando, no hay nada que ver aquí :3.

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Lisa abrió los ojos completamente, los tenía en blanco y con muchas venas rojas en ellos. Lentamente se fijó en la figura que estaba al lado de su cama.

—Buenos días Lisa —la saludo Lola con una sonrisa radiante mientras le acariciaba el cabello.

Desde afuera de la casa Loud se veían muchos pájaros cantando, parecía que nada los molestaría, pero...

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!

Un estruendoso gritó de terror los hizo alzar vuelo y alejarse lo más rápido posible del lugar.

Mientras tanto en la habitación de Lisa, ella respiraba de forma agitada. El gritó dejo medio sorda a Lola, lo cuál hizo que la mirará con el ceño fruncido y saliera de allí con paso elegante, para dirigirse a la cocina.

Lisa se tocaba el pecho, había sufrido el susto de su vida gracias a su asesina hermana, la cuál estaba en progreso a ser una violadora y asesina profesional de niñas menores.

Miro hacia la puerta, casi pareció escuchar la estampida de hermanas y Lincoln acercándose a toda velocidad, entrando a su habitación para revisarla para hacerla sentir mejor, atendiendola y dándole muchos mimos y abrazos... Pero... Nada. Todo eso quedó en el pasado o ¿no?

La puerta se abrió de golpe y Leni entró a toda velocidad, se acercó a la cama para ver que sucedía.

—¿¡Qué pasa!? ¿¡Estas herida!? ¿¡tuviste una pesadilla!? —preguntaba de forma histérica la segunda hermana mayor.

Lisa agachó la cabeza con los ojos cerrados. Una parte de ella extrañaba esos días ruidosos y esos abrazos grupales que se daban siempre. Cuando se reunían en la habitación de Lori para las juntas de hermanos. Para salir en grupo a algún sitio, para contarse secretos y a veces todos se reunían para vengarse de alguien que les hizo... Algo.

Y así comenzó todo. Una reunión en la habitación de Lori para idear un plan de venganza contra alguien que les daba amor fraternal incluso mejor que sus padres... Su hermano mayor. Lo habían destruido por algo tan estúpido y sin sentido. Ahora podía escucharse así misma dictándole la sentencia a Lincoln, un error; vas para la purga. Dos errores; estas muerto y tres errores... No hace falta una sentencia, ya con el primer error ya estarás muerto...

—¿Lisa?

Lo extrañaba tanto.

—¿Lisa, estas bien?

Estaba tan arrepentida.

—¿Sucede algo, tuviste una pesadilla?

Era el mejor...

—Como que, debo abrazarte.

Nunca debió haber votado en contra.

—¿...Lisa?

Y ahora estaba sola...

Sintió como era abrazada con amor y cariño. Hace tiempo que nadie lo hacía, si quiera creía que merecía una muestra de afecto, pero en verdad la necesitaba.

Abrió los ojos lentamente, no noto que sus hombros habían estádo convulsionando mientras tenía los ojos cerrados y se auto reprochaba.

—Sabes, cuando Lincoln estaba en casa, él se encargaba de ustedes las menores siempre, nadie se lo pedía, pero el decía que era su trabajo de hermano mayor el proteger a sus hermanas menores —hablaba la mayor mientras le acariciaba el cabello a la castaña.

Lisa dejo escapar una lágrima por su ojo derecho, la cuál bajo por su mejilla y cayó hasta la cama.

Leni se separó de ella y le dio un beso en la frente. La menor se limpio los ojos para secar esas molestas lágrimas que amenazaban con salir.

—Iré a preparar el desayuno... Cuando estés lista para salir, baja a la cocina —dijo la mayor con una sonrisa algo cansada.

Lisa asintió débilmente. Había dormido bien, pero ese horrible encuentro con su falsa hermana la dejaron agotada nuevamente.

—¿Pero... Como tuvo acceso a mi habitación? —se preguntó.

Se levantó de la cama. Inspeccionó su puerta y notó que la cerradura había sido removida.

—Je, típico. Finges ser alguien mas, pero sigues actuando como la persona que en verdad eres... —Lisa sabia que ahora que no estaba segura ni en su habitación, debía ingeniar un plan para combatir a su hermana princesa, plomera, diva y amante de los animales...

Seguía pensando hasta que algo le llego de golpe.

—Un segundo... ¿¡Acaso Leni dijo que iba a hacer el desayuno!? —preguntó a la cuarta pared, esperaba respuesta y llegó. Un fuerte ruido proveniente de la cocina la hizo correr hasta allá.

Pasaron los minutos y después de ayudar a su hermana con el desayuno, se sintió exhausta y se sentó en la mesa de la cocina para comer, sin darse cuenta de su error, hasta que se dio cuenta y se maldijo a si misma.

La tensión abundaba en la mesa de los chicos, Lisa se encontraba comiendo su desayuno muy tranquilamente, o eso pretendía hacer creer, ya que la falsa Lola, como ella le llamaba, no dejaba de verla de reojo.

"¿En qué demonios estaba pensando al sentarme en esta mesa? —pensó.
—"oh cierto, para demostrar que soy una niña dulce y amable para cuando Lincoln vuelva... ¡Y por que soy una idiota distraída!" —volvió a pensar.

—Oye lisa, ¿no quieres estar más cerca de mi? —pregunto Lola sin mirarla.

Lisa trago saliva al escuchar su voz.

—N-no será necesario —intento sonar tranquila. —además no puedo despegar la vista de Lily, la pobre puede tener un accidente y yo me encargaré de limpiarla, ¿Que haría la pobre sin nosotras?

Lisa río levemente, Lily en cambio la miró con el ceño fruncido y le saco la lengua para luego seguir comiendo.

Lola la miró fijamente y lisa se asustó por eso.

—Y dime... ¿Que tal vas con tus poemas Lucy? —preguntó Lisa al voltear rápidamente la vista hacia la silla de su otro extremo.

Se sintió estúpida al ver que no había nadie y recordar que Lucy había sido llevada a quien sabe donde.

—Ho ho ho, tontita —dijo Lola. —recuerda que se la llevaron al centro de reacondicionamiento para niños que piensan que la purga es una noche normal para ellos —dijo con la voz educada de Lola.

—Osea al CDRPNQPQLPEUNNPE —esta vez se escuchó la voz masculina y ronca de Lana.

A lisa le recorrió un fuerte escalofrío en su espalda al escuchar su cambio de voz y sintió más miedo al ver lo que Lola estaba haciendo ahora.

—Eso es Lily, chupalo con cariño —Le decía Lola a la bebe mientras metía uno de sus dedos en la boca de la pequeña.

Lily parecía disfrutar de esto, Lisa se levantó de la mesa para salir corriendo.

—Oye Lisa, tengo la otra mano libre —le dijo Lola mientras la señalaba con su dedo índice.

Lisa la miró con una sonrisa y dijo:

—Tal vez después... "¿Como que tal vez
después?" —dijo y luego se reprendió
mentalmente por eso.

—De acuerdo, luego te busco —dijo Lola para luego seguir metiendo su dedo en la boca de la pequeña niña.

Lisa sintió ganas de vomitar y salió corriendo hacia su cuarto, jamás había sentido mucho miedo en toda su vida. Debía encontrar la forma de sobrevivir y mantenerse virgen o morir en el intento...
—Debo crear una especie de arma de fuego con efecto silencioso y que no deje huellas de que fui yo la que la use —o matar en el intento.

Continuará...

Oh cierto, Lynn y Luan... Que torpe soy jeje.

Unas horas antes...

Lynn y Luan se encontraban dormidas muy profundamente. Sus ronquidos eran tan fuertes que molestaban al conductor.

Pero el problema no era ese, si no que ya habían pasado desde hace mucho su bajada y ahora se estaban alejando de su destino. Lo peor de todo era que el autobús se dirigía hasta Nueva York y no regresaría hasta el próximo mes.

Los fuertes ronquidos lo hartaron, entonces detuvo el autobús de golpe. Ambas chicas por inercia salieron disparadas hacia adelante y chocaron de cara contra el piso.

—¡Última parada! —gritó el conductor, mintiendo claramente.

Ambas chicas se sobresaltaron por lo que escucharon.

—¡Oh no, ultima parada. Se suponía que iríamos al asilo juvenil de Royal Woods! —gritó Luan de forma histérica.

Lynn se sujeto la cabeza con ambas manos, luego volteo la vista y miró con furia al conductor. Quería desquitarse con alguien por un error que ella cometió y quien mejor que el único ser vivo a la vista.

Este por instinto supo que moriría, así que habló rápidamente al escuchar a la chica con peinado de chico, tronarse los dedos.

—E-espera, acaso dijiste ¿Que iban hacia el asilo juvenil? —dijo el conductor disimulando el miedo en su voz.

Luan le puso atención y camino hasta donde él. Paso de lado a Lynn la cuál suspiro de forma pesada y también se le acercó.

—¡Si, si hacía allí vamos! —dijo Luan con desesperación.

—Pues... Esta por allá —señaló hacia una dirección.

Ambas chicas voltearon y se sorprendieron al ver que el edificio de tres pisos se veía a lo lejos. A unas tres calles de distancia.

—Oh bueno... ¿gracias? —dijo Luan con una ceja arqueada mientras bajaba del autobús. Lynn tardó un par de segundos más en salir de su asombro. Cuando lo hizo, se bajo sin decir nada.

—Por nada y buenas noches —dijo el conductor luego cerrar las puertas del autobús y ponerlo en marcha. Soltó un suspiro cuando las perdió de vista y siguió su camino.

Ambas caminaban en silencio por las calles desiertas hasta el asilo. Al parecer iban a dar las cuatro de la mañana. Habían dormido un poco, claro sin contar el doloroso despertar.

Llegaron hasta el asilo y se ocultaron detrás de un arbusto para ver si se veía un guardia. Solo había uno pero al parecer estaba dormido. Lynn miró a Luan y le asintió. La excomediante no supo por que ese gesto, pero luego lo comprendió al ver que la atleta sacaba un arma con silenciador de la mochila y se acercaba hasta el guardia y le apuntaba con ella.

Luan se horrorizó al ver eso y corrió hasta su hermana. No sabía de donde había sacado Lisa esas armas y por que las metió en las mochilas, pero no iba a pensar en eso ahora. Tenía que detener a Lynn.

Lynn apuntaba directamente a la entrepierna del guardia, el cuál dormía sentado, apoyando la espalda contra la pared. Roncaba ligeramente y no sabia lo que le iba a pasar.

—Descuida, esto solo te dolerá un poquito —dijo Lynn pero antes de bajar el gatillo.

—¡NOOOO! —gritó Luan.

Empujó a Lynn y ambas cayeron al suelo lo que causó que soltara el arma. Esta cayó al suelo, al hacerlo el silenciador se desprendió de esta y...

«Bang»

Se escuchó el fuerte disparo lo que hizo que el guardia abriera los ojos completamente y...

—¡Aaaaaaaaah, sálvese quien pueda! —dijo aterrorizado para luego salir corriendo sin rumbo fijo.

Ambas chicas tenían una ceja levantada, estuvieron así un rato hasta que la puerta del asilo se abrió y de allí salio una pequeña niña, la miraron fijamente y notaron que su edad no podía ser diferente a la de Lincoln.

Usaba una falda azul que le llegaba hasta las rodillas, ambas se quedaron viendo la camisa de la pequeña por un tiempo, era una camisa manga larga y lo raro es que era de color naranja. Tenia el cabello rubio atado en una coleta justo como lo usaba Lynn. Sus ojos eran azul claro y tenia pequeñas pecas que recorrían un camino sobre su nariz hasta sus mejillas.

—¿Que fue eso? —pregunto ella mirando a todos lados, luego las vio a ellas y les habló. —¿Y el guardia?

Se levantaron rápidamente, Lynn miró con enojo a Luan. Esta solo sonrió de forma tímida. Luego voltearon a ver a la niña.

—H-hola pequeña, ¿como estas? ¿estas perdida? ¿te ayudamos a encontrar a tus padres? —Luan le hablaba como si tuviera cinco años. La niña la miró raro y se dirigió a Lynn.

—¿Que le sucede? —pregunto la pequeña.

—No, nada. Últimamente ah estado actuando muy raro... —Dijo Lynn cruzándose de brazos.

Luan se ofendió por eso y miró a Lynn con enojo. Iba a decirle sus cuantas verdades pero la voz de la pequeña le impidió hacerlo.

—Oh ya veo, entonces la has traído al lugar indicado —dijo ella con una sonrisa. —¿Como se llama?

Luan puso los ojos en blanco.

—Se llama Luan Loud y yo soy Lynn Loud... ¿Y tu? —pregunto Lynn. A ninguna le pareció extraño que una niña de once o doce las recibiera en un lugar como este y a muy tempranas horas de la madrugada.

—Yo soy Lidy Lo... Digo, solo Lidy, solo Lidy jeje —dijo ella de forma nerviosa. —Puedes pasar dejando a tu pariente loco o trastornado en la sala de espera. —término de decir Lidy con una sonrisa, para luego ingresar de nuevo al edificio.

Luan iba a reclamar algo pero Lynn le dio un codazo al ver que tenían una oportunidad de entrar sin llamar mucho la atención.

Lidy asomó la cabeza por la puerta y les habló.

—Y... Bienvenidas a Asylum... ¿Puedo tomar su orden? —preguntó la niña y sin esperar respuesta volvió a entrar.

—¿... Eh? —dijeron al unísono.

Luego se miraron entre sí, entraron al asilo y no pudieron ver a la pequeña por ningún lado. No le dieron importancia hasta que la puerta se cerró de golpe detrás de ellas, lo que las hizo sobre saltarse.

Miraron atrás de ellas y luego hacia el final del pasillo de enfrente. A paso lento empezaron a caminar por el largo pasillo de color blanco en donde las luces parpadeaban y que no habían más señales de vida por ningún lado, no notaron que una puerta se abría detrás de ellas y la misma niña que las recibió, las miraba con repudio por unos segundos para luego volver a desaparecer por esta misma.

Continuará...

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