Giros de la vida
Londres 1883
—Menos mal.. una boda menos
—Astrid ¿porque dices eso?
—Me incomodan los jovenzuelos, los vejetes y todo macho que se precia de serlo
—¿Hermana que pasó? ¿dónde está la dulce Astrid que eras?
—¿Dulce yo? Jamás seré todo pero nunca "dulce" Jajajaja
—desde que vas al astillero eres otra, hasta ya se perdió tu femeneidad, mírate al espejo, quizás el mar te transforme en otra persona.
—Yo no lucho por ser bella, yo lucho por ser algo más que una cara bonita y demostrar que las mujeres si podemos hacer mucho más que criar hijos y bordar manteles
—Hermana... tú eres naturalmente hermosa no quieras esconderte, Flor del amanecer
—Ese novio tuyo no debió posponer la boda, deberías escuchar las boberías que dices, sólo espero que ese día no se cruce con el día en el que me haga a la mar
—Está bien Astrid, créeme que ya me hice a la idea de eso hace rato, de todas formas las extrañaré mucho a ambas
—No seas cruel con Eveline, ella no tiene la culpa que hayas perdido el corazón en afán de buscar el conocimiento como si fueras un varón —dijo al llegar Felicity
—¿Quién las entiende? hace un tiempo, que esposo, marido quiero tener y ahora…
—El hecho que seas nuestra hermana mayor no te da derecho a ser tan ladina
—Y es que solo esto faltaba la opinión de la tan "hacendosa" Felicity la futura esposa perfecta
—Astrid no sea así, ya verá cuando le toque el amor, sólo espero no estar muy lejos para poder escucharla hermana mayor
Astrid se dió cuenta de la rudeza de sus palabras hacia sus hermanas menores
—Disculpad Eve, Felicity no fue mi intención
Todas las hermanas se abrazaron en un cariño sincero y fraterno ya que el lazo de sangre era muy fuerte que cualquier discusión de esas no era tan grave como para estar enojadas.
Londres Julio 1884
Al cabo de año y medio, coincidió la boda de Eveline justo con la partida de Astrid
Luego de la ceremonia y ya en el puerto...
—Finalmente hermana querida es un dia especial para ambas estoy tan feliz acabo de casarme con mi amado William y tú finalmente te irás a la mar
Los ojos de Astrid querían cristalizarse
—¿Qué pasa Astrid?
—No lo sé, me gana la nostalgia
— Prométeme que me escribirás
—No lo dudes Eveline
—Y no se olviden de mí también niñas ingratas — dijo Felicity uniéndose al abrazo
Asimismo llegaron el resto de la familia a unirse a la despedida de la valiente y osada Astrid
—Hija mía; prométeme por favor que te cuidarás mucho
— Si madre no te preocupes
—Astrid ¿pareciera que nunca vas a cambiar... No?
—¿Porqué dice eso madre?...Acaso no se da cuenta de que debo guardar la compostura y la serenidad
—Pero...
—Madre no lo haga más difícil, no quiero llorar eso es todo por favor respeteme, ¡se lo imploro!
En eso interrumpió el padre de Astrid
—Harriet esposa mía, venga creo que ya nos despedimos hace rato todos, no prolongue más la salida de Astrid, es hora que ya salga
Antes de salir Astrid tuvo un momento de debilidad y retrocedió en busca del patriarca mayor de los von Sckendorff
— Abuelito ¡Yo... Siento algo de temor!
—Pequeña mía ¿no era lo que siempre quisiste?
— ¡Si!
—¿entonces?
—No lo sé... De repente me dió un ataque de angustia, algo que oprimió mi corazón
—Son los nervios propios de tu primera vez, a todos nos pasó
—¿A usted también?
—Si ya que me hice a la mar mucho más joven que tu mi niña, vamos adelante ve por ese sueño, no hagas que sean en vano todos los estudios y dedicación que pusiste para realizarlo, haz que valga la pena todo eso, ¿deacuerdo?
—Si mi señor como Ud. Diga
—Asi está mucho mejor
—Gracias, muchas gracias amado abuelo
—Vaya con Dios amada nieta
En la cubierta del barco la esperaban en fila ya listos una tripulación de por lo menos de veinte hombres entre oficiales y marineros, todos a mando de ella
—Señorita von Sckendorff, permítame presentarme soy el oficial primero Edward Gibbons, estaré bajo su mando junto con el resto de la tripulación
— Todo bien Oficial Gibbons, solo hay una corrección que deseo hacer y es que aquí no soy la "Señorita" Astrid von Sckendorff... Olvidesé de eso soy "la Capitana" de todos Uds. Los que están en cubierta conmigo
—Disculpe no fue mi intención...
—Descuide solo quise aprovechar el momento para aclarar las cosas con todos Uds. Señores aquí presentes ¿alguna duda?
—Nada más capitana von Sckendorff
—Entonces oficial Gibbons, de la orden y ¡leven anclas!
Y así esa tarde la nueva embarcación S.S "Liberty" empezó la travesía, con Astrid von Sckendorff como Capitana del navío junto con sus "hombres" con la intención de llegar por otra ruta hacia Asia (China)
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