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Una Amarga Sorpresa de Navidad


Hola, aquí otro capitulo de este fic, lamento mucho el retraso la escuela me tiene demasiado atareado pero aquí otro capitulo espero les guste.

La recuperación de Iori fue rápida con ayuda de sus amigos y novia, este les enseño a pelear, disparar y herir de gravedad sin matar, él sabía que si mataban alguna vez no volverían a ser los mismos.

Ya eran vísperas de navidad, el invierno estaba en su apogeo y como siempre en los videojuegos existen eventos para conseguir ítems únicos por lo que Iori junto con todos sus amigos estaban en ALO.

Esta vez buscaban la legendaria espada Glamdring, una espada que perteneció a un legendario mago de libros de fantasía. En aquella tierra donde reino la oscuridad el señor oscuro volvió a surgir y solo ellos podían derrotarlo y su recompensa seria la espada legendaria por lo que Iori era el primero y último en atacar para obtener dicha espada.

-Perfecto ya superamos las montañas nubladas – Lizbeth hablo demasiado pronto por que comenzaron a llegar cada vez más y más orcos sobre wargos entre otro tipo de bestias

-¡Entremos a las minas! – Grito Asuna

Todos se dirigieron a las minas de Moria para ocultarse de los orcos y wargos

-Este evento me gusta mucho – comentaba Sinon a Saga

-Es de los libros que hemos leído – le contesto este tomando su mano enrojeciendo un poco a Sinon

Las minas de Moria hogar de los enanos trabajadores de los metales preciosos pero ahora un cementerio ocasionado por Gnomos y un Balrog el cual era un ser demoniaco el cual habría que derrotar para conseguir la legendaria espada.

Atravesaron un campo plagado de Gnomos para llegar al puente de Khazad-dum donde el Balrog los esperaba.

-Recuerden que tiene su látigo de fuego – advirtió la pequeña Yui

-Lo sabemos mi querida sobrina, lo que me preocupa es la espada y su magia oscura que aparece cuando le queda una barra de energía – respondió Saga

El Balrog tenía en total 5 barras de energía por lo que sería un poco complicado derrotarlo

-Sinon tu dispárale todo tipo de flechas nosotros lo atacaremos por el frente – Saga le dio un corto beso – Cubre mis espaldas

Dicho y hecho todos comenzaron a golpear al Balrog el cual contraatacaba con su látigo de fuego y usaba su gran tamaño como una ventaja a su favor, si bien fue fácil enfrentarlo las primeras 4 barras de energía cuando llegaron a la quinta las cosas se complicaron los ataques del Balrog se hicieron más rápidos y bajaban demasiada energía de golpe.

A pesar de ello uniendo sus fuerzas lograron derrotar al Balrog y Saga obtuvo la espada legendaria.

-Muchas gracias a todos – Saga guardo su nueva espada en su funda y la coloco en su espalda – Mañana ya es 23 y pues de una vez les deseo una feliz navidad a todos ustedes

Todos se dieron su abrazo y se desconectaron para poder descansar y preparar su cena de navidad, pero una persona se fue intranquila. Asuna llevaba mucho tiempo pensando y recordando las cosas que había hecho con Kazuto referentes a la intimidad, las cuales ella quería repetir en la vida real.

Al día siguiente en la escuela Asuna cito a Kazuto en el receso para hablar sobre ello

-H-hola Kazu – Asuna estaba enormemente nerviosa

-Hola oye ¿Estas bien? Te noto algo extraña – pregunto confundido el pelinegro

-Pues quiero hablarte de algo

-Bueno escucho

-¿Recuerdas aquella vez en mi casa de Salmburg? – Asuna enrojeció de golpe

-Sí, nunca lo olvidaría

-Pues... Y-yo quería preguntarte... - Asuna tartamudeaba no sabía cómo decir algo asi

-Te veo terminando la escuela, vamos a ir a mi casa – Kazuto le dio un beso en la frente y se fue

Pasaron las horas y asi como dijo Kazuto, se dirigieron a su casa, si bien Asuna se sentía nerviosa y como su corazón latia a mil por hora, tenía un extraño presentimiento.

Pasaron cerca de 15 minutos cuando llegaron a la morada del pelinegro.

- ¿Y tú familia? - preguntó Asuna entrando a su casa

- Mi madre está de viaje, mi hermana salió hace rato y este Iori no está desde la mañana por lo que estoy o estamos solo en casa – le respondió este tomando su mano y guiándola por las escaleras

Nadie respondió nada hasta que llegar al cuarto de Kazuto, ninguno dijo nada había un silencio incómodo entre los dos, sus miradas chocaron, Asuna sintió su cuerpo estremecer ante aquella mirada profunda.

- Si no deseas hacerlo lo entenderé - dijo acariciando mi rostro con su mano derecha

- Si quiero Kazuto, solo que... - dijo bajando la cabeza con mis mejillas sonrojadas - me da pena

Kazuto levantó su rostro obligándole de cierta manera a verlo, se fue acercando a esos labios que deseaba poseerlos desde que la vio, tomó a su compañera por la nuca uniéndonos es un beso de desesperación, ella fue recorriendo paso a paso hasta chocar con el escritorio de Kazuto ya que este le impedía avanzar, Asuna se sorprendió por este acto ya que ella no es la que mayormente toma la iniciativa, aquel beso iba cobrando más intensidad entonces la peli-naranja puso sus brazos al rededor del cuello de su novio mientras que las manos de él acariciaba su cintura apegándola más a sí.

Se separaron debido al gran calor y deseo que se estaba apoderado de los jóvenes, ambos se vieron nuevamente dando a entender que querían ir más allá de esas simples y deliciosas caricias atrevidas.

Ella agarro su rostro y lo beso nuevamente, Kazuto la levantó por los muslos para sentarla en el escritorio haciendo el beso más pasional y excitante, sus manos iban subiendo por debajo de la blusa llegando sus dedos a los pechos de su novia causando en ella un poco escalofrío, sus labios comenzaron a descender hasta su cuello donde el dejaba unas pequeñas marcas, sus dedos comenzaron a desabrochar los botones de la blusa hasta deshacerse de ella, Asuna le sacó la polera negra a su amado quedando así por unos minutos.

El pelinegro la agarró y levantó de los glúteos para llevarla hasta su cama, donde las caricias atrevidas continuaron sin ninguna moderación, Asuna gemía al sentir como los dedos de su novio iban masajeando sus senos por encima de su brasier, no aguanto mucho tiempo aquel juego del cual no disfrutaba completamente, levantó un poco su espalda desabrochándose aquella prenda que impedía los toques de Kazuto, debía admitir que se encontraba con pena, pero recordaba las noches en Aincrad con él y la pena se esfumaba, las manos de su novio comenzaron a descender hasta llegar a sus pantalones.

Kazuto desabrocho los pantalones para poder introducir sus dedos hasta sus bragas las cuales estaban húmedas, él comenzó a masajean aquella zona sensible de su intimidad la hacía sentir un millón de cosas en una sola caricia, para entonces la ropa sólo era estorbo logrando que los dos jóvenes se deshicieran de ella.

Kazuto busco los labios de Asuna de los cuales sólo salían gemidos, los beso con lujuria y deseo se posicionó sobre ella haciendo que sus intimidades rocen causando en ellos el deseo de hacerse uno otra vez. Kirito iba descendiendo nuevamente hasta llegar a la intimidad de su novia, la acariciaba y jugaba con ella porque sabía lo que eso causaba en Asuna entonces comenzó a lamerla haciéndola llegar al paraíso, metió un dedo en su interior causando que está se estremezca y ataque su espalda, metió un dedo más en su interior logrando hacer gemir aún más fuerte a su novia, lo metía y sacaba de tal forma que la torturaba de placer, pero él lo gozaba en su interior por causar eso en ella.

- Kazuto, por favor para - susurro entre gemidos.

- No

Con su lengua comenzó a acariciar su punto sensible haciendo que Asuna literalmente se retuerza de placer, apretaba las sábanas intentando no gemir fuerte, hacía un vano esfuerzo de controlarse y Kazuto se dio cuenta de aquello.

- No hay nadie en casa Asuna - le recordó Kazuto - no te contengas - pidió

Asuna tenía la respiración muy agitada y sus pechos se movían de abajo para arriba velozmente, Kiazuto disfrutaba ver lo que él causaba en su novia. Se dirigió nuevamente a los labios de su amada dándole un beso de desesperación y amor, Asuna enredó sus piernas alrededor de la cadera de su novio dándole a entender que deseaba más. Él sonrió al recordar su primera vez con Asuna en SAO, estas situaciones sin duda estarían en sus recuerdos toda su vida, comenzó a acariciar la entrada de su intimidad con su miembro logrando aumentar el deseo de hacerse uno en este mundo.

- ¿Estas segura Asuna? Aun podemos detenernos - preguntó

- Si Kazuto, quiero ser sólo tuya por favor no me hagas esperar más - susurro levantándose un poco para unir sus labios en un beso más cálido

Entonces sintió Asuna como el miembro de su amado iba entrando más en su interior, ella no sintió mucho dolor debido a que en sus pensamientos estaban que ya Kazuto y ella eran uno sólo. Las embestidas de él fueron lentas a los primeros minutos, sin embargo al pasar las caricias Asuna pedía más y él sin duda alguna también lo deseaba, Kazuto la penetraba con mayor velocidad y fuerza haciendo que Asuna arañe un poco su espalda, ambos estaban embriagados de placer, él con sus manos apretaba los senos de ella logrando que Asuna gritase su nombre debido a que había llegado a su primer orgasmo.

- Kazuto te amo - gemía

Pero eso no significaba que él se detendría más bien aumentó la velocidad y la fuerza de sus embestidas, ambos prácticamente gritaban de placer ya que se encontraban solos

En un rápido y ágil movimiento Kazuto puso a su amada encima suyo, ella al darse cuenta en la posición de la que estaba quiso bajar, pero él se lo impidió más bien puso sus manos sobre sus caderas logrando que se movieran dándoles un gran placer para ambos amantes, estuvieron en esa posición hasta que Asuna sentía sus piernas arder debido al gran esfuerzo físico que significaba, Kirito se dio cuenta de aquello y se posicionó sobre ella sin terminar la unión entre ambos.

Él continuo sus embestidas con mayor velocidad ya que estaba cerca de llegar al orgasmo, Asuna se dio cuenta y también aceleró los movimientos de sus caderas haciendo que Kazuto rápidamente salga de su intimidad para botar aquel liquido al suelo mientras que masajeaba su miembro hasta que se haya asegurado que todo el líquido este afuera.

Asuna observaba aquella acción de su novio recostada reponiendo las energías, él se volteó quedando frente a ella se recostó a su lado poniendo un brazo en su cintura apegándola más a su cuerpo.

- Te amo mucho Asuna - dijo besándola en la mejilla

- Yo también te amo Kirito

- Siempre te protegeré

Ella le dedicó una sonrisa sincera Kirito puso la sabana de su cama sobre sus cuerpos, para poder dormir un rato y descansar juntos ya que estaban unidos como pareja en todos los mundos conocidos y nuevos por conocer.

Mientras tanto el asesino negro terminaba su sesión de entrenamiento y guardaba todo su equipo en una bodega que el rentaba y fue rápido a ducharse a una ducha publica cercana para después ir a casa de su novia.

Mientras el caminaba por la ciudad veía muchas tiendas, quería comprarle algo perfecto a Shino pero desgraciadamente no tenía mucho dinero consigo mismo pero le alcanzo para una humilde rosa blanca.

Iori tocó la puerta de la casa de Shino, escucho como unos pasos se acercaban, vio a su novia en pijamas él se embobo completamente logrando sacar una risita en ella al percatarse de aquello Iori sacó una pequeña rosa blanca que traía tras suyo.

- Feliz Navidad - dijo extendiendo su mano con la rosa

Shino gustosa abrazo a su novio y lo invitó a pasar, comenzaron a conversar acerca de los últimos acontecimientos sucedidos a su alrededor, ella estaba un poco afectada por eso.

- No te preocupes Shino nadie te hará daño – Los ojos de Iori mostraban determinación y una decisión demasiado solida

- Lo se Iori - sonrió - prométeme que siempre estarás a mi lado

-Sabes que no puedo prometerte algo que puede que no cumpla – Iori bajo su vista

-Yo confió en ti anda prométemelo – tomo su rostro con sus manos

-Lo prometo

Iori se acercó a su novia para darle un beso demostrándole todo el amor que sentía por ella.

Shino agarró de la nuca a su novio profundizando aún más el beso, ambos se levantaron de sus asientos para dirigirse a la cama de Shino a pasos torpes.

Iori se acomodó encima de ella sin soltar el beso, deslizaba sus manos por los muslos de ella subiendo así la temperatura entre sus cuerpos, ambos sabían lo que sucedería si no se detuvieran en ese momento.

Ninguno frenó ni obstruyo caricia alguna entre sus cuerpos se tenían la confianza suficiente para hacerlo. Shino tomó la iniciativa y en un ágil movimiento se posicionó sobre él para verlo completamente ansioso por seguir, se agachó un poco y beso con necesidad esos labios gruesos de los cuales se había vuelto adicta, Iori con sus manos masajeaba y apretaba los glúteos de su amada con deseo sus manos fueron ascendiendo hasta llegar a su pequeña y bien formada cintura que lo volvía loco.

Sus manos levantaron el camisón que traía ella, sin embargo no pudo sacárselo ya que ella se lo impidió.

- No traigo nada debajo - susurro avergonzada

El sonrío nuevamente y la beso para darle la suficiente confianza de que nunca la dejaría ni criticaría. Shino de sacó el camisón que traía para dejar a la vista sus senos, Iori con sus manos los agarro y le dijo que eran perfectos para él se besaron de manera apasionada dejándose llevar por sus instintos carnales.

Las manos de Shino iban explorando el torso de Iori por encima de su ropa, ambos disfrutaban las caricias que se brindaban entonces ella se propuso a quitarle esa gabardina oscura para poder sentir el cuerpo de su novio.

Poco a poco fueron quitándose las prendas de sus cuerpos ya que obstruían el paso de sus caricias, habiéndose quedado sin nada que sacar Iori se colocó nuevamente encima de su amada se besaron con deseo él tomó en manos el rostro de su novia observándola completamente.

- ¿Estas lista? - le preguntó con seriedad teniendo la respiración un poco agitada

- Si - respondió para unir sus labios

Entonces el introdujo su miembro en la intimidad de ella, causando que salga de sus labios un pequeño quejido que fue rápidamente callado por los labios del peli-castaño, los movimientos al comienzo eran lento y cuidadosos porque sin duda alguna Iori quería hacerla disfrutar a su novia.

Unieron sus manos en señal de afecto y cuidado con el otro, gemidos muy bajos comenzaron a surgir por parte de la Shino los cuales eran como una dulce melodía para sus oídos, ella iba moviendo ligeramente sus caderas lo cual no pasó desapercibido para él que incrementó la velocidad de las penetraciones, de sus cuerpos seguía emanando calor y mucho deseo por seguir con este delicioso contacto.

No paro las estocadas de Iori ni los gemidos de Shino por un buen tiempo parecería una batalla donde ninguno sedería, ambos disfrutaban el placer que se brindaban, él no dejaba de explorar cada parte del cuerpo de su amada quería recorrer todo con sus manos, Shino con sus manos recorría la espalda de su novio sintiendo con su tacto muchas cicatrices de las cuales eran muy grandes, siguieron con aquella danza erótica donde Shino le susurraba al oído de su amado novio que ella curaría todas sus heridas una por una y no hablaba de las físicas.

Iori se sentía alegre al oír esas tiernas y dulces palabras de la mujer que amaba, está era una noche donde el amor y placer estaban a flor de piel, ambos se jugaron amor eterno y que jamás se separarían el uno del otro no otra vez y si alguien estaba en desacuerdo tendrían que matar a Iori primero.

Quién llegó primero al clímax fue Shino soltando un gran gemido que fue silenciado por un beso muy desesperado de su novio que aún la seguía penetrando con velocidad y fuerza hasta que el también cedió ante su cuerpo. Se encontraban los dos recordados en la cama acurrucados dándose muchos besos y demostrándose el amor que sentían a su manera.

Al día siguiente, día de noche buena todos planeaban sus respectivas cenas de navidad, en un acto increíble Asuna estaba autorizada a pasarla con la familia de su novio, esto se debía que sus padres tenían una reunión importante y no podían estar en casa por unos días.

Asuna se dirigía hacia la casa de Kazuto cuando se encontró con Shino

-Hola Shino – saludo amistosamente

-Hola Asuna, te diriges también a casa de Iori ¿Verdad? – pregunto Shino

-Sí, vámonos juntas mejor – ambas chicas tomaron camino

Pasaron cerca de 5 minutos cuando ya casi para llegar a su casa una camioneta blanca se paró frente a ellas y 4 sujetos con capucha salieron y las subieron en la camioneta

Los hermanos Kirigaya comenzaban a impacientarse, sus respectivas novias no contestaban el celular y ya había pasado cerca de media hora de su último mensaje.

-Esto no me gusta Kazuto – Kazuto fue interrumpido por el teléfono – Tranquilo contesto yo

Iori tomo el teléfono.

-Diga – Iori no sabía por qué pero estaba nervioso

-Asesino negro tenemos a tu novia y a la novia del espadachín...

Dh

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