5: SHAY CORMAC Y EL MORRIGAN
Nuestro joven manchado favorito se encontraba leyendo un libro de los que había en las estanterías de la guarida, bueno uno de los veinte que había pasado toda la noche leyendo, puesto que tras el regreso de su excursión al Witches Wood, Preston le había concedido unos días libres para descansar, los cuales Dylan aprovechó para ponerse al día con la lectura. Puede que no fuera tan emocionante como el entrenamiento físico, pero era un perro de ciencia después de todo, y cualquier perro de ciencia trataría de investigar antes de saltar a la acción y ahora que tenía tiempo se había leído muchos de los libros de su padre, y ahora mismo estaba leyendo un capítulo que realmente le interesaba: La historia completa de Shay Cormac.
Vale que Preston le había dicho quien era, pero Dylan quería saber más que eso, y finalmente había encontrado lo que tanto llevaba buscando.
Al parecer Shay Patrick Cormac había nacido en Estados Unidos, más concretamente en Nueva York de padres irlandeses en el año 1731, su padre era marinero y le enseñó a navegar y a usar armas, pero tras su muerte empezó a meterse en líos en las tabernas de su ciudad hasta que su amigo Liam O'Brien le sacó de ellas y le invitó a unirse a los asesinos de las colonias. Shay aceptó y pasó un tiempo entrenando con otros asesinos como Hope Jensen, Kessegowasse o el propio Liam, pero Shay nunca tuvo muy claro que los asesinos estuviesen haciendo lo correcto, pero en 1755 a Shay se le encomendó la misión de encontrare el fragmento del Edén ubicado en la ciudad de Lisboa, pero allí no halló un fruto, sino una especie de artefacto que provocó un gran terremoto que arrasó la ciudad y acabó con miles de vida. Shay estaba destrozado, por su culpa habían muerto todas esas personas y el mentor de la hermandad, Aquiles, no quería renunciar a seguir buscando esos templos, por lo que Shay debió robarle el manuscrito en el que se decía como encontrarlos, sin embargo no salió ileso y acabó malherido.
Shay fue llevado a Nueva York y cuidado por una pareja de ancianos, allí conoció a George Monro, un coronel británico y templario que le mostró que sus intenciones eran buenas, desde ese entonces Shay estuvo trabajando con los británicos y los templarios, hasta que en el año 1756, Kessegowasse atacó Fort William Henry, Shay pudo matarlo pero no evitó que Monro muriese, en ese momento Shay decidió convertirse en templario y a lo largo de los años guiado por el maestre Haytham Kenway Shay acabó con la hermandad en las colonias matando a asesinos como Hope, o Liam, al maestro asesino Adewalé aunque no estuvo de acuerdo y dejando herido y derrotado a Aquiles.
Una vez erradicada la hermandad, Haytham le ordenó a Shay que buscara la caja con la que los asesinos encontraban los templos junto al manuscrito, a Shay esta tarea le tomó varios años hasta que en 1776 mató al asesino Charles Dorian y le arrebató la caja.
Esa era toda la información que Dylan tenía de su antepasado, pero lejos de sentirse avergonzado porque había traicionado a la hermandad le admiraba por haber tenido precisamente el valor de traicionar a los asesinos por proteger las vidas de los inocentes que era lo que le importaba y lo que los asesinos defendían, un mundo libre donde la gente esté a salvo.
En la página siguiente había unas grandes fotos de un barco que sorprendieron a Dylan.
Este barco era el Morrigan, según el libro el Morrigan era el barco que usó Shay durante su vida de acción, lo obtuvo en 1752 cuando pertenecía a la hermandad, pero lo empezó a explotar de verdad durante su etapa templaria, haciendo que el Morrigan pasara de ser un bergantín inútil al terror de los mares del Atlántico norte añadiéndole el plus de que Shay era un marinero fantástico.
Durante su etapa templaria, el Morrigan tenía un casco reforzado que resistía muy bien los impactos generados por balas enemigas, poseía un espolón con el podía romper los icebergs del mar y embestir contra los barcos enemigos. También contaba con una reserva de aceite inflamable y un poderoso par de morteros con los que podía sorprender a sus enemigos desde una gran distancia además de contar una enorme cantidad de cañones de andanada y varios cañones de puckle que harían pedazos cualquier barco.
Dylan se estaba interesando en el Morrigan, nunca había sentido gran interés por la navegación y ni se le había pasado por la cabeza tener un barco, pero esto era diferente, si tuviera el Morrigan a su disposición podría ser de mucha utilidad a la hermandad, sin embargo en el libro decía que el Morrigan desapareció hace tiempo, y que lo más probable es que estuviese hundido en algún lugar del Atlántico norte.
El manchado decidió dejar de leer y preguntarle a su mentor si sabía algo del Morrigan, por lo pronto salió de la guarida y se llevó a sus hermanos al parque. Una vez allí decidió practicar su vista de águila, al activarla sucedió lo mismo que en el bosque y todos sus hermanos desprendían una aureola azul, incluso Dolly, y en las demás personas, su luz era blanca.
Dylan desactivó la vista y vio a cierto joven nórdico de ojos azules aproximándose hacia él y se fijó que su hermana estaba babeando desde la distancia, lo que hizo que Dylan girase los ojos.
Dolly saltó encima de su hermano y saludó enérgicamente al nórdico con una enorme sonrisa y corazones en los ojos.
Dolly: ¡HOLA HANSEL!
Dylan: (Molesto) Buenos días Hansel.
Hansel: Buenos días Dolly, y muy buenos días Dylan ¿Cómo estás?
Dylan: Bastante bien, ¿Y qué te trae por aquí?
Hansel: Quería comentarte que mañana por la noche habrá un recital de poesía en el canal del gato y me preguntaba si querrías participar.
Dylan: Bueno, quizá me pase, tendré que preparar algún poema.
Hansel: Fantástico, entonces espero que...
Un gritó cortó el aire y la conversación, los tres jóvenes miraron hacia donde venía el gritó y vieron a su vecina Clarisa siendo asaltada por un bandido que se alejaba corriendo. Sin pensarlo los tres jóvenes corrieron hacia él, pero Dylan se fue por el lado contrario.
Dolly: "Cobardica"
Dolly y Hansel siguieron al ladrón hasta la entrada del parque y lograron empujar al agresor, pero este estaba armado con una pistola y les amenazó apuntándoles, pero en ese momento Dolly y Hansel vieron a un chico saltando por los árboles y desde ahí se abalanzó contra el ladrón y le dejó contra el suelo y le quitó el bolso, los adolescentes se sorprendieron al ver que ese chico era Dylan.
Poco después llegó la oficial Perla acompañada de Clarisa a toda velocidad con gesto de pocos amigos.
Perla: ¡Quietos todos!
Los tres obedecieron.
Clarisa: ¡Devolvedme mi bolso plebeyos seguro que estabais relacionados con ese ladrón maldita chusma!
Dolly: (enfadada) ¡Oye nosotros no hemos hecho nada!
Hansel: Sí nosotros tratamos de recuperar el...
Dylan: (serio) ¿Y si no te doy el bolso que vas a hacer eh?
Clarisa: ¿¡C-cómo que qué voy a hacer!? tienes delante a una agente de la ley ¿recuerdas?
Dylan: Sí, una agente que si tiene un poco de vista debería haber visto como noqueaba al ladrón, ¿o no perla?
Perla: En efecto, Dylan lo noqueó, ¿pero por qué estás diciendo eso?
Dylan: Porque si hay algo que no soporto es que alguien se crea superior cuando no lo es (le da una mirada helada a Clarisa) nos acuse sin tener ninguna prueba y ¡CUIDADO!
Dylan corrió hacia el ladrón que les estaba apuntando con la pistola, pero afortunadamente Dylan logró agarrar el arma y desvió el disparo al cielo, luego le dio un fuerte puñetazo en la cara y dejar al ladrón definitivamente inconsciente.
Dylan se levantó y le arrojó el bolso a su vecina.
Dylan: Toma tu maldito bolso, Perla dejo que te ocupes del resto, Dolly nos vamos a casa y Hansel ya nos veremos mañana.
Dylan dejó a todos anonadados ¿ese qué había noqueado al ladrón y seguramente salvado una vida era el mismo chico que le tenía pánico a la suciedad y al desorden?, esto a Dylan no le interesaba y se limitó a seguir su camino.
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