Tócame, tócame — lo escuchaba decirme, luego de que pasáramos días sin hacerlo, no era culpa suya, era mía por ya no poder encontrar aquella chispa en su piel, pero suplicaba, intolerante a cada cortada que le daba y que era esa indiferencia que me mostrabas de días y muchas horas.

No me(te) rompas

Me susurraba a cada gota cada vez que una caricia se asomaba, tratando de impartir un punto menos doloroso con su indiferencia, su piel era fría igual que sus ojos y su ser.

—Volveré— dije cuándo luego de tantas peleas y malos tratos me iba en busca de aquella persona que si me trataba bien y no me hacia cuestionarme el qué hacia mal.

Morirás— corrigió apenas se despidió.

Yo sólo quería saber ¿qué sucedía, si era por tu enorme inseguridad que e orillaba a maltratarme en palabras hasta qué tuve que buscar consuelo en otras manos o que sucedía en realidad? no lo comprendo Tae, nos amamos, no deberíamos hacer esto.

Tonto insulso de la vida ¿creíste que la muerte consistía en pasar a otra vida?.

—No, morirás, mil veces antes de escapar de mí—susurro

E incruste la daga en mi corazón, entre los brazos de otra víctima, porqué te vi, mientras reías con aquel colega de pasarelas tuyo qué bien sabías no me agradaba porqué de leguas se notaba que gustaba de ti, pero lo obviaste por lo cegado que estabas por destruirme del peso que tenías de tus acciones, vaya amor...

Matar no consiste en sólo dañar el cuerpo sino en destrozar algo que jamás se podrá reparar.
El alma.