El doctor de la muerte vs el convicto modificado.

Hajime Hanafusa vs Héctor Doyle.

Por el lado de Kengan tenemos al Doctor Hanafusa, un hombre con un tamaño y peso bastante humilde, además de una apariencia nada intimidante, cosa que le ayudo bastante en su primer y única pelea durante el torneo Kengan, dónde enfrentó a Yohei Bando, quien sufrió varios cortes y heridas mortales, pero no sé vio afectado debido a su resistencia al dolor sobrehumana.

Le rompió un brazo de un golpe a Hanafusa, el cuál solo sonrió, debido a que su resistencia al dolor es superior a la de Bando (Al dolor, más no al daño) y eventualmente acabo por romperle el cuello tras ser apuñalado por los sables que hizo con los huesos de su fémur.

Hanafusa revivió, y de ahí su rol se baso en atender a los peleadores heridos.

Por el lado de Baki, tenemos a Doyle, un convicto que en su primer combate fue totalmente derrotado por Oliva.

En su segunda pelea fue dominado en un mano a mano por Kosho Shinogi, quien solo fue vencido por una bomba oculta en la muñeca de Doyle, revelando que el convicto tenía armas en su cuerpo.

En su tercera pelea fue casi asesinado por Retsu, quien le destrozó un ojo, le prendió fuego, le clavo varios cuchillos y lo reventó a golpes, para su suerte Jack apareció para salvarlo, durmiendo a Retsu, quien fue cuidado por Doyle el resto de la noche, de forma que el chino se lo pago llevándolo al hospital del shin shin Kai. Al despertar este se vio rodeado de karatekas, y de Katsumi, a quien le agradeció por atenderlo dándole un baño en harina inflamable y explotando el dojo, alcanzando a escapar y cruzándose con Doppo.

Tras ser noqueado y devuelto al dojo por el dios de la guerra se encontró con Katsumi, quien le pidió que se rindiera, cosa que Doyle no aceptaba siendo noqueado en más de diez ocasiones por Katsumi, hasta que finalmente se rindió y se hizo amigo de Katsumi, quien lo dejo a solas en un acantilado con una caída al mar, dónde fue interceptado por Yanagi, perdiendo así la vista tras recibir un golpe de la palma de vacío en su ojo restante.

Su final se dió cuando Oliva lo encontró en una cueva donde estaba reposando, dándole un abrazo de oso y dejandolo fuera de combate. Y mientras pasaba su condena se destrozó los oídos, y quedó completamente sordo, volviendolo así un radar andante mediante la percepción del ambiente por el tacto y el olfato.

En cuestiones de fuerza ninguno de los dos se destaca, al igual que en resistencia al daño, que a nivel humano es bastante, pero en comparación con personajes de nivel medio como Akoya y Kureha se quedan cortos (Uno no pudo defenderse de Kosho a mano limpia, y el otro fue humillado en un mano a mano por Bando)

Sus mejores cartas sin duda son sus armas, que no son poco, especialmente las de Hanafusa.