Solo mio
Esa misma madrugada, después de haberme acostado con Tae, la hoja del contrato de sangre apareció en medio de la habitación prendida en fuego azul, para después hacerse cenizas.. Eso significaba que Tae se había entregado a mí en cuerpo y alma, su corazón me pertenecía.
La felicidad que sentía en mi interior era inmensa.
Caí rendido en un profundo sueño después que la hoja desapareció de mi vista. Los problemas que me trajeron a la tierra poco a poco se empezaban a acomodar, la tensión que sentía, era menos tensa. Por fin podía dormir una noche tranquila junto a mi chico gruñon.
A las nueve de la mañana después de dormir tranquilamente, Tae y yo nos habíamos despertado con una ligera sonrisa en nuestros labios. El sonrojo en sus mejillas lo hacían lucir más precioso que antes.
Ni uno de los dos podía creer lo que había pasado en la noche, aún tenía los recuerdos de los gemidos de mi chico grabados en mis oidos, esos pensamientos sucios hacían que mi amigo de abajo empezará a ponerse firme.
No quería que Tae se diera cuenta que ya estaba excitado de nuevo, por esa razón usé el pretexto para distraerlo a él y olvidar lo ocurrido.
– Quieres desayunar?
Tae aún seguía escondido en mi pecho, la vergüenza no lo dejaba verme a los ojos. Lo único que hacía era sonreír y asentir con ternura.
–Qué se te antoja comer?
– Lo que sea está bien, pero ......
Hizo una pausa dejándome confundido, porque seguía tan apenado si el momento de la acción ya había pasado?. Su rostro ya no estaba oculto en mi pecho y su sonrojada piel estaba más carmesí, se veía espectacular con su cabello despeinado y torso desnudo, todo era como sacado de un cuento de hadas, pero yo sabía bien que tras esa bella timidez había algo que no podía decir.
– Está todo bien? Te duele el cuerpo?
– Un poco..... Pero está bien.
– Que pasa Tae? Dime lo que te está pasando, acaso te sientes mal?
Negaba con nervios pero su rostro decía lo contrario, me empezaba a preocupar. Que tal si su condicion había empeorado por no medir mi fuerza la noche anterior. Preocuparme era inevitable.
– Así déjalo, ya pasara.
– No, dime qué te pasa o no te volveré a besar el resto del año..
Nos miramos un par de segundos directamente a los ojos, mis pupilas violetas destellaban en preocupación, odiaba ser un humano tan sensible.
– Lo que pasa es que........ – Hizo una larga pausa mirando hacía otra dirección, la frustración estaba en mi límite.
– Habla de una vez..
– Me da vergüenza decírtelo, Ok?. No sé cómo explicarte.
– Te desgarre el tracero? Eso es lo que pasa?
Sus ojos nerviosos voltearon a verme con brusquedad, parecía estar molesto, lo más probable es que pensara que me estaba burlando de él, peor no era así. La verdad estaba asustado de haberlo lastimado, si eso fuera cierto, jamás me lo perdonaría.
– No siento nada en ese lugar Jungkook, pero anoche que toque mi área, había un líquido que escurría de adentro y ahorita en la mañana lo volví a revisar y volvió a salir...
Estaba rojo como tomate al decirme lo que le estaba ocurriendo, no pude evita sonreír al verlo tan avergonzado. Anoche gemia y pedía por más con una cara tan erótica y llena de placer, que era nada creíble verlo tan apenado. Después recordé que no había usado condón y que me había corrido dentro de el dos veces, ese líquido que salía de él eran mis fluidos, ahora el apenado era yo. Cómo había dejado pasar eso por alto.
– No te asustes, es solo mi esperma que se quedó dentro, anoche no use condón y olvide limpiarte apropiadamente.
Como si fuéramos dos adolescentes calientes y avergonzados nos miramos enrojecidos, era tan lindo sentirse enamorado, como carajos me había perdido de esto por siglos.
– Entonces me puedes ayudar a sacarlo?
Asenti sin contestar, ya tenía todo planeado en mi mente como lo iba a limpiar.
Primero ingresé al baño una silla de plástico que Bahía a un lado del refrigerador, ajuste el agua tibia para darnos una ducha juntos. Aún desnudos, levanté a Tae en modo nupcial para ingresarlo al baño. Una vez dentro, con cuidado de no resbalarme. Me senté en la silla de plástico que estaba bajo el agua, senté a Tae sobre mis piernas, una a cada lado de mis caderas quedando cara a cara. De esta forma podría lavar su cabello, besarlo y limpiar su zona anal, con cuidado.
Mientras el agua caliente caía sobre nuestros cuerpos, ambos nos mirábamos y sonreíamos de vez en cuando, parecía que ambos estabamos felices pasando nuestra luna de miel.
– Para poder sacar todo de tu tracero, debo meter dos dedos ahí abajo, cuando esté poco abierto el líquido saldra y se irá con el agua.
La intención solo era bañarlo y limpiar el desastre que había echo en tu tracero, pero al tener los dedos en su apretado ano, la poya se me empezaba a poner dura, era algo inevitable. Su fuerte mirada sobre la mía mientras le sacaba lo biscoso, era demasiado sensual para mí pobre pene.
Tragué duro al ver a Tae mirando mi entrepierna, estaba igual que yo, pensativo en la intensa situación.
– Si tú quieres...
Intento decir, digo intentó porque callé sus palabras con mis labios. No estaba siendo conciente de los echos, estaba de nuevo caliente y exitado. Solo quería volver a undirme en su interior sin pensar en nada más. Mis dedos entraban y salían de modo grotesco de su entrada, el agua era de mucha ayuda para que resbalaran fácilmente. Tae empezó a jadear en mis labios al empezar a sentir cosquillas en su vientre. Estabam igual de calientes bajo la tibia agua.
– Mételo –
Seguía hablando entre jadeos, y para mi poca cordura era la idea más linda que había escuchado.
De momento mi cerebro me empezó a dar señales de humo, empezó a mandar mensajes donde me decía que Tae aún seguía herido, pero mi lado demonio decía lo contrario. Quería poseerlo de nuevo, hacerlo mío y que gritara por más.
Entonces hice lo más estúpido que podría hacer un humano, deje que mi calentura me menejara. Levanté el tracero de mi novio con ayuda de mi brazo, lo agarre por la cintura para levantarlo mientras Tae me ayudaba sosteniendo de mis hombros, estaba ayudando para que pudiera penetrarlo. Con la mano que me quedaba de sobra, acomodé mi pene en su entrada, lo fui soltando hasta sentir como mi pene iba siendo absorbido por sus padres anales. En esta posición podría entrar más profundo, se sentía más apretado, todo el peso de mi chico caía en mi pene mientras se aferraba a mi cuello.
– Puedo sentir como mi columna se tensa, me siento apretado de la cintura.
Estaba jadeando en mi oído. Podía sentir como estaba dentro de él. A pesar de no tener sensibilidad y movilidad en sus piernas, él sentía como mi entrepierna encajaba a la perfección en su ano.
– Te ayudaré a moverte, en esta posición es un poco mas complicado pero lograre que te sientas satisfecho.
Con mis manos agarré sus caderas para empezar a moverlo. El agua no ayudaba a que mis movimientos fueran fuertes, se me resbalaban un poco las manos logrando que el movimiento fuera torpe.
Estaba más exhausto porque en esta posición debía yo mover a Tae. mis dedos se aferraron con más intensidad en sus glúteos, estaba seguro que iban a quedar moretones, lo levantaba para dejarlo caer con más fuerza sobre mi amiguito.
Así pasamos un par de segundos. Tae aferrándose a mi cuello mientras me besaba con desesperación, nuestros labios eran un desastre bajo el agua.
Mis manos picaban por querer azotar ese bello culo hasta que quedara rojo, di un fuerte golpe en su glúteo dejando en shock a mi chico, no lo había sentido pero el grotesco sonido había retumbando en el pequeño baño.
Tae empezó a llorar aferrado a mi cuerpo, detuve los movimientos cuando lo ví en ese estado tan vulnerable. Un poco preocupado, giré lentamente hacia atrás, cerré la llave del agua como pude. Tae seguía aferrado a mi cuello con mi amigo en su interior. Acaricie su espalda y cabellera para tranquilizarlo. No entendía que están pasando.
– Te estoy haciendo daño?
Pregunté en un susurró sobre el oído que quedaba cerca de mis labios, el nego en sollozos.
– Entonces que pasa amor? Porque lloras cuando la estamos pasando muy bien en la regadera. Acaso estás asustado?
Salió de su escondite para verme a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas debido a la excitación, pero sus lágrimas hacían ver una tristeza inmensa es sus bellos ojos.
Entonces hablo con calma para guardar sus sollozos.
– Me da coraje no poder sentir lo que me estás asiendo. Es muy frustrante para mí ver cómo tú tienes que hacer todo el trabajo pesado porque mis piernas no funcionan. Quiero poder mover mi cadera sobre ti, poder ayudar en mis movimientos para que te sientas bien.
Sonreí como un pendejo enamorado, sin decir más lo tomé de las mejillas para acercarlo a mi. Besé con dulzura cada uno de sus llorosos ojos, después su nariz para dejar mi último beso en sus labios.
– Eres un tonto. Este es el mejor sexo que he probado en mi larga vida. Solo tú puedes hacer que me existe solo con mirarte. Además estar dentro de ti es una locura. No sabes lo loco que me vuelves al ver cómo te aferras a mi y pídes más. Lo haces muy bien y si tú frustración es no poder sentir las nalgadas que te doy, entonces haré otra cosa.
Me miró un poco confundido mientras yo sonreía con malicia, el quería saber que se sentía ser tratado con rudeza y eso le iba a dar. Lo bese con intensidad, introduje mi lengua con violencia en su boca, después bajé mis besos hasta su cuello dejando mordidas las cuales quedaría un inmenso chupetón, así seguí hasta que mis dedos se volvieron a encajar con fuerza en sus glúteos. Empecé a moverlo con brusquedad hasta logara que su próstata retumbará en su interior, un gran sonido de placer salió de su boca, arqueando su espalda y pegando su pecho a mi cara, estaba en pleno orgasmo. Sin miedo seguí moviendolo con brusquedad, yo estaba igual de exitado. Mis pies se aferraban al piso para hacer mas precios y moverlo con intencidad sobre mi.. Tae balbuceaba cosas que no lograba entender, yo estaba por correrme cuando sus ojos se pusieron ligeramente en blanco, ambos estabamos en el climax. El pene de Tae se volvió a enderezar dejando correr su esperma entre los dos, yo le seguí a los segundos corriendome nuevamente en su interior.
Jadeantes y sudados sonreímos como bobos, lo habíos echo con más intensidad está vez.
– Que es eso que hay entre nosotros ?
Dijo Tae mirando su abdomen y el mío.
– Es tu espera, logré hacer que te corras.
Impresionado y muy sonrojado no dejaba de ver sus espermatozoides, era muy gracioso verlo así.
– Terminaremos de bañarnos ahora con agua fría para no volvernos a calentar.
– Y que tiene si vuelve a pasar?
Lo miré sorprendido, este chico de puro no tenía más que el alma, era más caliente que yo y eso me gustaba. Volví a sonreir como pendejo.
– Tu hermano va a venir por ti y no quiero que llegue cuando mi pene este dentro de ti, y que te oiga gemir como lo haces. Me querrá matar.
Hizo una mueca como si estuviera exagerando.
Volvimos al paso uno y abri el agua fría, saqué mi pene y aproveché para sacar lo que habia quedado dentro, está vez fue más rápido y fácil. Nos lavamos el cabello aún en la misma posición. Después nos secamos, acomode a Tae en la taza del baño para cambiarlo y salir al cuarto. Lo acosté el la cama en lo que preparraba el desayuno.
A medio día había llegado su hermano, pero en esta ocasión no venía solo. Jin lo venía acompañando.
La hora había llegado......
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro