La primera vez
Llevamos más de dos horas platicando y explicando lo malo que podría ser estar conmigo, de porque el debía seguir el camino que Dios le había planteado desde su nacimiento. Tenía claro que debía ser un Angel pero parecía que no estaba cómodo ni satisfecho con la elección, su entrecejo se fruncia como si lo estuviera regañando,y eso me causaba mucha ternura. No quería ser un Ángel, el solo quería estar a mi lado sin importar lo que fuera a pasar en el futuro, esa era su respuesta una y otra vez.
– Yo quiero lo mejor para ti Tae, no te quiero ver sufrir, si te quedas conmigo no será fácil.
Me estaba ahogando con mis palabras, me sentía el hipócrita más grande del mundo. Mi lengua se hacía nudo al decir tal atrocidad. Deseaba con desesperación que me eligiera a mi, que se quedara conmigo. Pero mi deber como novio humano y ser racional, era darle a escoger lo que fuera mejor para su bien. No lo iba a obligar a que me diera su alma nomás porque yo lo deseaba. Si lo obligaba el contrato no se venceria y yo quedaría como el demonio más idiota grande del infierno. Su decisión debia ser de corazón.
Lo ví pasar saliva por su garganta con dificultad, el estaba igual que yo de asustado, y era entendible. No todos los días te entrabas que Dios y un demonio se estuvieran peleando por tu alma, y que el chico al que amabas era ese demonio.
– Podemos ver una película porfavor.
Pidió cambiando el tema, como ya lo esperaba. Mi deseo era pasar mi último día junto a él mientras mirábamos una película, como ya era la costumbre.
Lo acomode en la cama para después prender la televisión y acomodarme a su lado, íbamos a ver la serie que habíamos visto la última vez, aunque yo no supiera de qué iba ya que nunca prestaba atención a su drama.
– Se que esto es muy importante para ti pero por favor dame tiempo hasta media noche para darte una respuesta.
– No lo pienses tanto bonito, la decisión ya está tomada solo hay que disfrutar del resto del día juntos..
Y así pasamos tres horas mirando la televisión, bueno al parecer eso parecía que hacíamos ya que mi mente estaba perdido en mis pensamientos. Sin darme cuenta ya pasaban las diez de la noche y Tae no había comido nada desde medio día. Entre charla y televisión se nos había pasado el tiempo.
– Iré a conseguir comida, regreso en un rato.
Era mi excusa perfecta para quitarme el sofocante silencio que había en mi cuarto. Necesitaba caminar y pensar un rato, la idea de perder a Tae para siempre me estaba sofocando más de lo debido. Al revisar mi celular me había dando cuenta que ya llevaba casi una hora fuera de casa de inmediato camine a una tienda para comprar un par de fideos instantáneos, de ahí tomé camino a casa para así poder despedirme de mi lindo novio.
Al regresar ingrese al cuarto, todo seguía igual como lo había dejado lo único diferente era que Tae no estaba en la cama y tampoco su silla de ruedas. El miedo brotó por mi sistema al ver que se había ido sin decirme nada, había tomado su decisión y debia respetarla.
Tragué duro al imaginar que mi mudo ya no sería lo mismo sin ese chico renegado, un nudo se empezaba a formar en mi garganta. Las lágrimas estaban por salir, iba a llorar por un humano, iba a derramar lágrimas de tristeza por ser rechazado.
De pronto mi pulso se detuvo al ver cómo la puerta del baño se abrió, Tae salía de él con el cabello húmedo, parecía que se había bañado.
– Perdón por usar tu baño sin avisar, pero en la casa de Jimin no había agua para darme una ducha y ya me sentía incomodo.
La poca energía que había en mi cuerpo cayó hasta mis pies haciendo que la debilidad me tumbara en la cama, mi chico no me había abandonado. Aún seguía en mi cuarto mirándome tímidamente.
– Cómo es que te pudiste bañar tu solo? El baño es muy pequeño.
– Antes así me bañaba, cuando mi recamara no estaba modificada para mí.
Así que no te preocupes tanto, se bañarme en cualquier lugar. No soy tan inútil.
Las últimas palabras las había dicho con un ligero tono de molestia y tristeza, yo no pensaba que era un inútil, nunca pensaría así de él, así que de inmediato negué y le contesté que no era por eso, más bien era preocupación. Podría tener un accidente en el baño y estaba solo. Después de discutir un tiempo y convencerlo de comer una deliciosa sopa huevona. Nos volvimos a quedar en silencio.
Había notado que solo una toalla cubría sus piernas y que se había puesto la misma ropa sucia.
– No trajiste ropa limpia verdad?
Negó un poco tímido. Moría por besarlo en cada centímetro de piel que se sonrojaba, se veía tan lindo todo tímido.
– No pensé en eso hasta que llegamos aquí.
– No tengo pijamas de ositos pero creo que un short y una camisa serán más cómodos que esa ropa sucia.
Primero lo ayude a acostarse en la cama despues el se cambió hasta el boxer por uno limpio. Como no estába acostumbrado a que lo vieran sin ropa me tuve que dar la vuelta hasta que estuviera listo.
– Ya puedes voltear.
– Pasa de media noche es hora de dormir.
Antes de acostarme a su lado me di un regaderazo rápido para que no oliera mi apestoso olor a sudor.
Esa noche no podría dormir, tener a Tae bajo mis sabanas, era lo más cálido que podía existir en esta vida. Su relajada respiración me hacía olvidar el mundo en el que estaba, todo era tranquilidad cuando estaba junto a él.
– Ya te dormiste Asmodeo?
Mis ojos se abrieron en grande, no los podía ver, pero escuchar mi verdadero nombre salir de sus lindos labios, había provocado muchas cosas bonitas en mi corazón, definitivamente Tae me traía loco por el.
– No, aún no puedo dormir.
Un silencio se volvió a llegar entre nosotros, yo no tenía idea de que decir, el debía darme su respuesta, y eso era lo que estaba esperando con ancias.
– Muéstrame tus ojos violetas por favor.
Volví a tragar duro, este chico sabía tocar con delicadeza fibras sensibles, me estaba torturando de una manera tan dulce que me empezaba a gustar más de lo debido.
– Para que los quieres ver?
– Solo muestramelos por favor.
Aún dudando y en medio de la noche, me quité el primer lente de contacto, era difícil de quitar si no tenía iluminación completa. Lo único que había de iluminación en mi cuarto era la luz de la luna que entraba por la ventana que estaba sobre mi recamara.
Con más dificultad quité el otro y los dejé sobre el colchón. Esos ya no me iba a servir, lo bueno que había seguido el consejo de Yoongi para tener más de repuestos.
Sin lentes de contacto me acomode de lado, recargando mi peso con el ante brazo. Así Tae podía ver mis ojos bajo la luna.
– Son igual de bonitos como los de mis sueños –
En la pocision que estábamos, me daba cuenta que yo estaba casi sobre de él. Tae acariciaba mis mejillas con sus frías manos mientras hablaba en susurros sobre mis labios. Quería besarlo, comermelo a besos y caricias, pero debía ser fuerte y contener mi lujuria, no quería asustarlo de nuevo.
– Creo que ya debemos dormir.
Regresé una vaga respuesta sobre sus labios, sin darme cuenta Tae ya tenía sus subes labios sobre los míos. Era un beso suave y tranquilo, tan cálido que lo podía disfrutar. No había movimiento de labios, solo el rose de nuestras bocas y la mezcla de nuestras respiraciónes era lo que me estaba alborotando el corazón.
Pasaron algunos segundos cuando Tae sonrió sobre mis labios y mordió mi labio inferior, sus dientes eran filosos pero no al grado de haceme daño.
– Eres un niño mimado.
No me contestó nada, solo seguía jugando con mi labio inferior. Pasando los minutos el beso ya no era suabe y tierno. Nuestras respiraciónes se sentían agitadas mientras los chasquidos de nuestros labios retumbaban en cada esquina de la habitación. Estábamos muy exitados, demasiado calientes para poder frenar lo que estaba pasado. Mis manos queriam recorrer toda su sabe piel, querían grabar en sus huellas cada centímetro de piel.
Me separé de golpe al ser conciente de lo que estaba pasando, no quería dañar a mi chico, no lo quería lastimar.
– Es suficiente Tae, no creo que estés listo para el siguiente paso.
Bufó sobre mis labios, parecía que se había enojado por interrumpir lo delicioso que estaba pasando bajo las sábanas.
– Yo investigue demonio bobo, yo sé cómo es tener sexo entre hombres, hasta ví videos de como se debía hacer. Y me preparé ahí abajo.
Me quedé serio, mi tierno e inocente Tae se había ido lejos y me había quedado el sexy y provocativo Tae, los dos me gustaban por igual. Pero esta versión de él me preocupaba un poco.
– Entiende que antes yo era el demonio que insitaba la lujuria, si empiezo no me podré contener y podría hacerte daño, ya que mi lado demonio saldría para tomar mi lugar.
– Yo sé que no eres capaz de lastimarme y me vas a cuidar, confío en ti Asmodeo.
La situación se estaba complicando, por una parte quería poseer su cuerpo y hacerlo mío, mi entrepierna estaba muy dura pero mi lado razonable me decía que no era momento, estaba entre la espada y la pared.
– Además si lo hacemos te daría mi respuesta.
Lo pensé por unos cuantos minutos, parecía que me estaba chantajeando o eso me daba a entender. Tenía dos opciones, acostarme con él como despedida en caso que me dijera que no me daba su alma, o acostarme con el y convencerlo para que me la diera. En ambas situaciones el sexo estaba de por medio, entonces lo mejor era hacelo mío.
Deje de pensar en tonterías y lo seguí besando por varios minutos.
El ambiente entre nosotros era demasiado erótico, Tae ma había quitado el playera y aventado lejos de la cama, besaba mis labios, después mis mejillas mientras sus frías manos pasaban por toda mi espalda, esos toques me estaban haciendo perder el control. Queria necesitabs desnudarlo de una vez..
Con el cuidado de mi razonamiento, fui quitando con mucho cuidado su ropa. Primero la playera mientras dejaba un camino de besos en su plano pecho, la camisa fue despojada dejado a la vista su delgada figura. Era hermoso de cualquier ángulo que lo vieras.
Seguí besando sus labios, después su cuello, dejando pequeñas marcas de mis dientes mientras seguía bajando a una zona muy sensible para él, sus pequeños pezones eran su debilidad, mientras los chupaba y mordía el perdía sus manos en mi cabellera, dándome a entender que lo estaba disfrutando. Sus jadeos y respiracion profunda me decían que se estaba guardando sus gemidos y eso me molestaba.
– Tae, no retengas tus gemidos, en estas cuatro paredes solo estamos tu y yo.. creeme que nadie te va a escuchar. A los lados no hay gente viviendo.
Y sin decir más soltó su primer fuerte gemido haciendome perder la cordura.
Saqué el molesto short y después el boxer dejándolo por completo desnudo. Era la imagen perfecta. Tae estaba sonrojado hasta la coronilla, lo podía ver atravez de la luz de la luna – No me veas así tarado, que no vez que muero de vergüenza, nadie me había visto desnudo antes. – ignore su comentario, sonreí al verlo tan cohibido.
Me paré de la cama quedando a un lado de él, quería que me viera en cuerpo completo, me iba a quitar lo que me quedaba de ropa, para que el viera que teníamos los mismo.
Estando frente a él sin rastro de ropa, su vista recorria todo mi cuerpo de pies a cabeza, parecía un poco sorprendido y avergonzado. Su vista se quedó clavada en mi dura y erecta entre pierna, no era que quisiera presumir ni nada, solo quería que supiera que todo este cuerpo humano le pertenecía.
– Te gusta lo que vez Tae?
Mis palabras lo sacaron de sus pensamientos para mirar mis ojos. Definitivamente estaba sorprendido, pero sus ojos decían algo más, lo cual su boca no lo iba decir.
– Es más grande que el mío..
Dijo volviendo a ver mi entre pierna – En un vídeo vi que lo podía meter a mi boca y eso sería muy placentero para ti.
Carajo, este chico si sabía cómo ponerme loco de emoción. Mis ojos empezaban a ponerse más violetas debido al grado de sangre que bombeaba mi cuerpo, estaba muy exitado y Tae era el culpable.
– Quieres que lo ponga en tu boca?
Sin dejar de ver mi duro pene asintió lamiéndose los labios, parecía que se lo estaba saboreando sin aún probarlo.
Lo ayude a sentarse en la orilla de la cama para que su cara quedara casi al nivel de mi pene. Me acerque hasta quedar frente a él. Sabía que Tae era inesperto en una relación, pero estaba disfrutando demaciado al verlo tan entregado.
– Chupalo..
Hablé casi dándole órdenes, estaba a punto de explotar y mi demonio estaba que quería tomar el control, quería que lo agarrara del cabello y empujara mi pene hasta su garganta, embestir su boca grotescamente hasta dejarlo mudo, necesitaba locamente deshacelo a embestidas. Pero mi lado humano no lo dejaba, queríamos que Tae disfrutara de su primera experiencia sexual.
Con cuidado agarró mi erección y la colocó en sus labios, no sabía que hacer con el pedazo de carne que sostenia en sus manos y yo me empezaba a desesper.
– Mételo a tu boca, pero no uses tus dientes, solo chupalo y succionalo.
Cómo si fuera un fiel y domado cachorrito hizo caso. Abrió su boca para ponerlo dentro, su cavidad bucal era caliente y húmeda, tan delicioso el tacto que podía correrme en segundos. Estaba perdido, Tae me tenía tan perdido en placer. Verlo chupar con tanta calma mi pene, era el mejor regalo que me había dado la vida. Hasta podría asegurar que antes ya lo había echo, parecía un profesional.
Era un buen aprendiz, el oral que me estaba haciendo era más que delicioso, tan delicado y rico que termine corriendome en su boca. De un empujoncito lo retire para echarlos en el piso, estaba avergonzado de mi acción. Siendo demonio podría durar horas fornicando sin venirme, pero en este cuerpo humano parecia ser un precoz, era más sensible echar mi espera.
– Mierda, eres tan bueno aciendolo que hiciste que me corriera en tu boca.
Estaba sonrojado y sudoroso, tener mi miembro en su boca lo había cansado demasiado, sus ojos se veían como si fuera a caer dormido en cualquier momento. – Será mejor que paremos ya está cansado y...–
No me dejó terminar la oración cuando sus brazos enrredaron mi cadera y me jaló hacia él, cayendo todo mi cuerpo sobre el suyo.
– Quiero seguír Asmodeo, porfavor hay que seguir.
Me volvió a besar con mucha demanda, era intenso y muy húmedo, la saliva desbordaba de nuestras bocas, su lengua entraba sin piedad en la mia, haciendome calentar de nuevo.
Estaba duro otra vez, este chico me prendía más que cualquier demonio del Inframundo.
Toqué, bese cada rincón de su cuerpo, quería memorizar con mis labios y dedos cada parte de el. Su aroma quería que se quedara impregnado en mis fosas nasales, todo de el quería que fuera solo mío.
Lo único que agradecía era que mi fuerza sobre humana, aún existia, así era más fácil cargarlo y moverlo a mi antojo.
– Es tu primera vez teniendo sexo y para mí es mi primera vez haciendolo con un humano. Al principio será doloroso pero debes resistir..
Abrí sus piernas dejándolas extendidas en la cama, después fui a mi cajon para sacar unos sobres de lubricante que me había encontrado cuando me mudé al departamento.
– Esto es lubricante Tae, tengo que meter mis dedos en tu zona anal para aflojarlo un poco, si no lo hago te podría desgarrar.
No dijo nada pero con su potente mirada me dió a entender que estába listo.
Abrí el sobre y únete en un par de mis dedos el biscoso gel. Todo mis movimientos eran bajo la cautelosa y atenta mirada de mi chico. Agarré una de sus piernas y la coloque en mi hombro siguiendo con la otra. Uno de mis dedos entro en su ano, no dijo nada, ni siquiera había un gesto de molestia.
– Creo que ser inválido también me hizo perder la sensibilidad ahi.
Metí un segundo dedo ahora haciendo un movimiento brusco, mis dedos sin cuidado alguno entraban y salían, introduje un tercero hasta que la cintura de Tae se encorbo un poco – Siento un cosquilleo dentro de mi – jadeo aventado la cabeza hacia atrás. Había tocado su próstata y su cuerpo la había sentido.
– Ya no soporto tener solo mis dedos dentro, discúlpame si te duele pero ya no aguanto mas.
Si dejarlo procesar mis palabras undi mi pene en su tracero, debido al exceso de lubricante entro sin batallar. En ese momento Tae soltó un gran gemido acompañado de un grito. La invasión en su zona anal, lo había sentido tan profundo que se quedó sin aire.
– Perdón amor, pero ya no resistia más, eres tan jodidamete sexy que me vuelves loco... Te dolió mucho?
Seguía respirando con dificultad, parecía tratar de procesar lo que estaba pasando.
– Sentí como mi cadera de abrió, me dolió, pero a la vez me gustó... No te puedo explicar con palabras la sensación.
Estaba listo para empezar a empujar en su interior, quería que Tae gozará y disfrutara lo bien que se sentía tener sexo.
Empecé a menear mi cadera en su dirección, mientras sostenía sus piernas con mis brazos. Estar dentro de este chico era una experiencia única.
Si hace millones de siglos me hubieran dicho que el sexo humano era así de bueno, no le hubiera creído. Ahora que lo estaba probando era como estar en el paraíso, ese mismo que los angeles tanto presumían. Era de lo más delirante y delicioso que podía existir.
Empecé a empujar dentro de el sin parar, no podía detenerme por más que Tae encajara sus uñas en mi espalda, y derramara lágrimas mientras gemia con fuerza, no podía, mi instinto animal y demoniaco no me dejaba parar.
– Te duele Tae?
Mi voz estaba demasiado agitada pero necesitaba saber si mi chico estaba aguantando las embestidas que le estaba dando.
Sus jadeos y gemidos no lo dejaban pronunciar palabra, quería hablar pero entre más empujaba en su interior más se estremecía y apretaba.
Lo estaba disfrutando, de eso estaba seguro.. y no iba a detenerme.
Volví a besar sus labios bajando el ritmo de mis caderas, Tae se agarraba de mi cuello con fuerza mientras trataba de seguir el beso, era un desastre de beso, húmedo, baboso y choque de dientes era lo que se formaba.
– Quieres cambiar de posición?
Sin decir palabra asintió a mi pregunta con un ligero movimiento. Ya sabía cómo iba a lograr que lo disfrutara más. – Agarrate con fuerza de mi cuello, te voy a levantar.
El chico estaba tan perdido en mis brazos que no escuchó mis indicaciones, cuando lo levanté se asustó y se aferro a mi cuello con mucha fuerza. – Tranquilo no te asustes, vamos hacerlo diferente.
Aún con mi cosa dentro de su tracero, me baje de la cama y me fui a la pared. Con cada paso que daba parecía que mi pensé se iba a salir, pero a la vez el tracero de Tae lo apretaba como queriendolo retener en su interior.
Lo recargue en la pared, estaba fría pero con el calor de nuestros cuerpos, parecía que a Tae no le incomodaba. Sostuve sus piernas sobre mi antebrazo, en esta posición lo iba a embestir de pie.
Era jodidamete bueno tenerlo asi, podía ver a la perfección su cara, sus gestos y besarlos con más intensidad mientras lo seguía penetrando.
Mientras más empujaba en su interior, más se aferraba a mi cuello, sollozaba y jadeaba. Estaba muy perdido en el climax del momento. Conforme me movía en su interior, el pene de Tae se frotaba en mi abdomen, creando una mini erección, el pene de mi chico estaba ligeramente duro.
No estabas seguro si Tae lo estaba sintiendo, pero minutos después, de ese lugar había escurrido semen. Mi chico lindo se había corrido sin el darse cuenta.
A los minutos más tarde yo también me estaba corriendo en su interior, llenando lo de mi esencia, definitivamente era el mejor sexo que había probado en toda mi existencia.
Caminé con él en brazos para acostarlo en la cama. Desnudos, cansados y satisfechos decansabamos en la suavidad de la cama. Tae acomodado sobre mi cuerpo, su cabeza recargada en mi pecho, estaba seguro que podía escuchar los latidos de mi desenfrenado corazón.
– Asmodeo.. Mi cuerpo y alma te pertenecen solamente a ti. Son solamente tuyos y de nadie más... Esa es mi respuesta.
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