Dulce Recuperación
*Hechos ocurridos entre el Ask#19 y el Ask#22.
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No había visto a Dust en mucho tiempo, desde que había pasado su descompensación en frente de la cámara por las preguntas del blog se había sentido tan mal que había decidido dejar a Dust tranquilo, además como si el mundo quisiera darle más carga en su vida los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y eso había hecho que al menos por una semana se ausentará, a la segunda semana llamaba a Killer o iba para saber cómo estaba Dust, pero nunca pasaba aun cuando Killer estaba ahí.
Conocía a Dust desde hace mucho y había visto alguna pequeña crisis, pero nunca una que durara tanto, hasta Killer estaba preocupado por su amigo, el hecho de que la madre Dust estuviera toda esa semana ahí para cuidar de su pequeño hacia que se sintiera aún peor y que evitará aún más ir cuando lo vieran. Estaba desanimado en su cuarto...se supone que era un futuro enfermero, quería ayudar a la gente ayudar a Dust, por eso pensaron todos que sería buena idea si él acompañaba a su viejo amigo en el video y lo supervisaba.
Que mala decisión.
Que terrible error....él era solo un estudiante ni era especialista en el área.
Tapo su rostro con la almohada y tras unos minutos un fugaz recuerdo apareció en su mente...la primera vez que Dust le dio las gracias...se levantó como si la casa se quemara y se fue a la cocina, se aseguró de tener todo y comenzó a hacer aquello con la ilusión de que su cocina llegara al contrario y lo aliviara ante tal crisis. El aroma a dulce se extendía por todo el lugar cosa que no pasó desapercibido ante su gemelo al entrar a la casa.
— ¿Blue? — pronunció Rasp al entrar e ir a la cocina — ¿está todo bien?
— ¡Si!
— Dime que no cocinas por estrés o por las penas.
— ¡No hago eso!...solo en los exámenes y eso fue la semana pasada y bien que disfrutas cuando lo hago, Rasp.
— ¿Entonces...?
— Cocino para poder curar.
— ¿Es posible? — cuestiono el rubio dudando de la sanidad mental de su pobre hermano gemelo.
— Dicen que a veces el sabor o el olor de la comida hace que la gente recuerde cosas o se sienta mejor al recordar valiosos momentos...pensaba que podría funcionar...
— ¿Aún sigue mal?
— ...siendo sincero...no he entrado, me siento culpable y me da algo de nervios ir cuando está Horror, así que solo voy cuando está Killer y preguntó por él. Además su mamá está de visita, pensaba que sería bueno...darle algo para que se sienta mejor...a él...le gustaban estos dulces.
El mayor solo suspiro y se acercó a su hermano para abrazarlo.
Respiró hondo, había perdido la cuenta de cuantas bandejas llevaba a la casa, seguro más de 7, toco el timbre y esperó nervioso a que abrieran, pero no se esperó que quien abriera la puerta fuera Lust, se congeló con una sonrisa nerviosa mientras tragaba saliva, el chico de cabello rosado solo sonrió.
— ¡Blue, cuánto tiempo! Pasa, pasa.
— N-no gracias — intento resistirse, pero al tener la bandeja entre las manos no pudo evitar ser jalado hacia adentro del departamento, si huía botaría al suelo los rollos de canela que Dust amaba.
— Horrory, mira quien vino — Blue se tensó aún más, se quería morir ahí mismo, ojalá la tierra se lo tragara, solo recibió la mirada del mayor.
— Hola.
— H-hola, pensé que solo estaría Killer...
— Decidimos tomarnos el día libre — respondió veloz el de cabello fantasía — ¿y eso qué traes?
— Es para Dust...a él le encantaban mis rollos de canela...pensé que sería buena idea que le viniera y le diera algunos.
— Que lindo detalle...¿y si vas y se lo das?
— No quiero molestarlo....
— Ve — el de cicatriz en el rostro lo miro serio — aun si yo o Killer se lo damos nunca se los terminas, si vas quizás quiera comer, ya está estable así que puedes pasar.
— ¿Y la madre de Dust? — el rubio tampoco quería molestar a su buen amigo.
— Se tuvo que ir...— pronunció con tristeza Lust — y por eso tampoco come mucho ahora...venga ve, quizás tu compañía le hará bien.
Suspiro y asintió, Lust lo guió y le abrió la puerta para luego cerrarla, miró a su amigo sentado en posición fetal agarrando sus rodillas y mirando a la nada como si aquello fuera lo más entretenido que pudiera haber en la vida. Se acercó con cuidado, Dust no era especialmente ordenado, pero se notaba que mantenían cualquier cosa que pudiera considerar dañina para él fuera del cuarto, tampoco quería asustarlo así que era mejor ir lento.
Dejó la bandeja en el escritorio y se acercó a su amigo.
— Hola Dust — no recibió respuesta — vine a verte...sé que...que estás mejor y bueno...lamento no haber venido a verte — confesó con culpa — no quería que mi presencia fuera una molestia y no quería que te sintiera mal, ¡pero oí que estabas mejor!
No recibió respuesta solo pudo ver como el chico de cabellos grises se encogió un poco más en su propia posición.
— ¡Te traje algo! Siempre te traía cuando estabas enojado o estresado o cuando simplemente no estabas bien, ¿lo recuerdas? Decías que te encantaba y que nunca te cansarías de comerlo.
Se dio la vuelta y con cuidado destapó la bandeja sacando el film plástico que recubría y mantenía los rollos de canela en buen estado y algo cálidos, se acercó con el rollo apoyado en una servilleta a modo de plato y con cuidado se sentó asegurándose de que su movimiento fuera gentil y no algo que pudiera asustarlo.
— Los hice especialmente para ti, como a ti te encantan...con mucha canela y eso...— lo acercó al ajeno quien no parecía reaccionar, se quedó así unos segundos, quizás un minuto, no lo sabía, el tiempo parecía eterno como si un segundo fuera una hora cuando sintió que iba a rendirse las manos ajenas tomaron el dulce aun sin verlo.
Se le quedó mirando ilusionado por sí Dust decía hablar, por si lo miraba y le decía que no era necesario que hiciera tal gesto por él. Pero solo veía aquella mirada vacía, sin nada que reflejar, bajo la mirada con tristeza, el peligris solo olio el dulce y le dio una pequeña mordida, su mirada seguía fija en la muralla, no hacía nada.
El silencio fue eterno, Blue pensaba en que Horror lo odiaría de por vida por hacer que Dust tuviera un ataque tan severo, su promesa de siempre estar pendiente de Dust, mantenerlo bien y ser su cuidador como buen enfermero se había ido por el caño. Seguro Horror era amable por el hecho de que estaba Lust y en cuanto se fuera le diría que su amistad con Dust debía terminar, pero una voz lo hizo despertar de su sufrimiento interno.
— Rico...— soltó Dust con una voz robótica mientras ya iba por la mitad del dulce — otro...— volvió a soltar.
Blue sonrió y se levantó para traer otro y sentarse a su lado.
— Los que quieras, Dust...— se apoyó en el hombro ajeno — lo lamento...prometo que te cuidaré por siempre...
Cerró sus ojos mientras compartía aquel momento con su buen amigo después de todo es lo menos que podía hacer por el mal causado, ahora sabía bien que debía seguir esforzándose, para el día de mañana poder ayudar a Dust y a más personas en su condición.
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