―Tampoco me molestaría si era Vanitas no Carte ― haciendo colmillos con mis dedos― sería un vampiro chupasangre bien cool, además Vanitas y Noé son taaan hermosos~― El bicho solo me miro de reojo y seguía viendo su libreta. Le tiré una bolita de papel para ver si me hacía caso

―¡Estate quieta niña! ― exclamó molesto a lo que yo sonreí con maldad ―Nombre, edad, ya veo...¿Rayita Wakui? ¿Enserio? ― preguntó con una ceja levantada mientras yo comía galletas
―Disculpe usted por mi poca originalidad y no llamarme Rosalinda María Hernández de la Rosa Rodríguez señor Chibi-perro―dije sarcástica
―¿Siempre eres tan molesta? Hubiese preferido que me asignaran a otro
―Es un don que sale solo, como el comer sin engordar ― este me miró molesto para luego cerrar los ojos. Una nube de humo se formó a su alrededor y un hombre apareció en su lugar― ¡Ah! ¡Un viejo pervertido! ¡Sir perro-koi! ― grité lanzándole la botella de agua
―¡Que soy un zorro! ―gritó y vi como una vena se formaba en su cabeza. Volvió la nube de humo y ahora era una mujer tetona
―un trapito pervertido
―¿No podían asignarme alguien más normal? ― bufó molesta ― Nosotros no tenemos sexo definido, por lo que podemos ser cualquiera de los sin problema. Ahora seré tu tutora legal y tu estarás bajo mi cargo por lo que tuve que transformarme para pasar desapercibida.
―Si como digas. Me duele la barriga ¿Alguna manzanilla?
―Te dije que estaba caducado
―¡Me quieres matar! ¡Que pésimo servicio de guardián, te doy un tres! ―haciendo puchero y tirándome al sofá
― No te puedo matar, ojalá pudiese... ―dijo lo último más bajito pero aún así lo escuché
―¿Quieres decir que soy inmortal? ― salté emocionada
―Nunca dije eso,yo no puedo hacerlo pero cualquier otro personaje si. Así que debes tener cuidado porque si mueres aquí no podrás regresar nunca a tu mundo

Terminó por contarme un poco más acerca del hecho de estar aquí, resulta que tengo catorce años y como ya dije "mi nombre" no lo voy a poder cambiar. ¡Nadie me dijo eso!
Como dijo Chibi-perro mi sola presencia alteró el tiempo-espacio del lugar por lo que talvez pueda cambiar un poco la historia que conozco hasta ahora. No es algo seguro porque no sabemos exactamente cuál es el motivo del estar aquí, pero podría intentarlo. La esperanza es lo último que se pierde.
En mi mundo habían borrado todo rastro de mi presencia para que nadie me recordara y así hacer mi tiempo aquí más ameno; cuando volviese todos recobrarían mi memoria y sería como si nada hubiese pasado. Mañana haría mis papeleos para ir al instituto ¡Yo ya estaba en la uni, no quiero volver al cole!

―¡Me rehusó!
―¡Me rehusó a que te rehuses! Vas a ir y punto, es tu obligación. Aquí tienes catorce y debes asistir, fin de la discusión
―Vieja bruja y tetona ― me gané un sape

[...]

Hay estaba yo sin ganas de nada, media dormida y sin desayunar, tumbada en el asiento trasero del auto mientras Koi me llevaba al que sería mi cárcel de estudio. Solo espero estudiar con Baji y Chifuyu, sería lo máximo. Pero... Enveses las cosas no salen como uno espera.
―¡Quieres salir de una vez!― tirándome de los pies, pues yo estaba agarrada al asiento con los brazos como si mi vida dependiese de ello
―¡obligame perro! ― y si me obligó, prácticamente me arrastró al despacho del director ― ni creas que te daré una estrellita ― Estuvieron hablando un buen rato, ya que entraba un par de semanas después pero gracias a Koi y sus tetas grandes me aceptaron, digo esto porque me di cuenta de como la miraba, no solo el director un profesor que entró también andaba todo simpático con mi "supuesta madre/tutora". Viendola bien me recordaba mucho a Tsunade de Naruto; joven, rubia, boluptuosa. Y luego estoy yo toda planita y chiquita. Gracias Señor por tu amor hacía mi persona. Nótese mi ironía.

Después de que se fuera me dirigí a la qué sería mi clase, no sin antes dar un par de vueltas por el lugar porque obviamente me perdí. ¡Quiero mi cama!
―se supone que es aquí...― respiré ondo y toque tres veces. Si no abren me voy, conste que lo intente.
―Tu debes ser la alumna transferida, adelante ― para mi desgracia si abrieron ― Hagan silencio ―indicó a la clase ― Hoy tenemos con nosotros una nueva alumna, ella es nueva en Japón. Adelante presentate― ¿No me puede presentar usted? No me gusta hablar en público y odio ser el centro de atención. He vivido intentando pasar desapercibida por lo mismo. Mis piernas tiemblan y siento como mi pulso se acelera mientras tengo un montón de ojos sobre mi ¡No me miren! ―Vamos, no seas tímida ― me dijo amablemente el profesor con una cálida sonrisa. Cerré mis ojos, inhala y exhala. ¡Tu puedes!
―Bu-buenas tardes, días, digo buenos días, si. ― ya la cagué. Escuché las risas de los que serían mis compañeros y mis ganas de saltar por la ventana aumentaron así como el rojo de mi cara  muerta de vergüenza. Sin embargo me reí para liberar tensión. Hay que aprender a reírse de tus propias estupideces. ― Mi nombre es Raya Wakui pero me gusta más Rayita. Vengo de Corea y acabo de mudarme. Eso es todo, espero nos llevemos bien ― hice una pequeña reverencia. Tal cómo lo ensayamos Koi, soy un genio.
―Bien señorita puede sentarse allí, al lado de Atsushi Sendo ― mis ojos se abrieron al ver al chico nombrado levantar la mano ¡Es Akkun! Eso quiere decir...
Dirigí mi mirada detrás de él y sí allí estaba, Takemichi Hanagaki, Takuya, Yamagishi y buscando con la mirada encontré a Hinata.
―Ya se puede sentar ― habló el profe sacándome del trance
―¿Eh? Ah si, perdón ― camine tranquila por fuera pero por dentro iba dando saltos de emoción ¡Ahí te voy chiquito!

"Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse"
-Santo Tomás Moro-

Soy una intelectual.