~2~
El sonido del despertador me despertó, sonaba a lo lejos pero poco a poco se fue intensificando. ¿Ya es lunes? Que rápido pasó el fin de semana. Palpe la mesita de noche hasta encontrar el aparato y deslice el dedo para añadir diez minutos más. ¡Quiero quedarme en camita!
¡Estúpido lunes, estúpido trabajo, estúpida pobreza!
Me hice bolita y me acurruqué para tener mis diez minutos más de remoloneo, estaba por dormirme de nuevo pero volvió a sonar el teléfono. ¡Aaah, te odio!
Me levanté de la cama directa al baño, me cepille los dientes media adormilada, me duché y regrese a la habitación a vestirme. 8:45am, llego tarde. Salí de la habitación corriendo, no me da tiempo de peinarme ni nada, da igual, el gorrito tapa. Podría jurar que el golpe que me di justo unos minutos después se escuchó en todo el vecindario, había rodado escaleras abajo. ¿Alguien me puede explicar que hacen unas escaleras en medio del pasillo? ¿Quién fue el genio arquitecto que decidió poner esto en medio de la noche? ¡Porque estas escaleras no estaban! Llámenme loca pero hasta ayer no estaban.
―eso dolió, no tengo edad para estos golpes― me quejé sobandome la espalda. Giré la vista hacía la parte de arriba de la escalera y luego hacia el resto de espacio que había a mi alrededor. Este no es el departamento de la universidad.... ¿Donde estoy? Si acabo de salir de mi habitación, porque si era mi habitación. Es decir, era mi cama, mi escritorio, mi armario, mi estantería llena de mangas y figuras de anime. ¿Estoy en una cámara oculta? 8:50am ¡Mierda! Corrí hacia la puerta, me puse los zapatos y paré medio segundo como siempre para asegurarme que no olvido nada.
―Mochila, zapatos, llaves, móvil, auriculares, agua, billetera, yo. Si, todo correcto. ¡Nos vemos! ― y allí estaba de nuevo, esta definitivamente no es la residencia. Volví a mirar hacía el piso donde acababa de salir y miré hacía abajo donde daba el pasillo, quinto piso. ―Un ascensor
¿Izquierda o derecha? Izquierda.
Salí corriendo en la dirección que escogí mientras sacaba el móvil. En estos casos Google Maps es la solución...y no está.
Dejé de correr y me dediqué a andar mientras revisaba detenidamente las aplicaciones del móvil, Google Maps, CRUNCHYROLL, Mangadogs, Wattpad, Netflix,Rakuten Viki, weverse,vlive Spotify.... Nada, no había nada. Siento que comienzo a hiperventilar, alguien o algo a tocado mis aplicaciones y las borró. ¿El día podía ir peor? Si, podía.
Nunca se pregunten eso, porque siempre puede ir peor.
Estaba tan concentrada en el teléfono que no me di cuenta que había cruzado la calle sin mirar hasta que el sonido de un freno se hizo presente, giré la cabeza en dirección del sonido en cámara lenta y allí estaba, una motocicleta había parado a un minúsculo centímetro de mi. He visto pasar mi vida delante de mis ojos mediante diapositivas, si como un trabajo de clase en PowerPoint mal hecho, le doy un cinco.
―¿Estás bien? ― me dijo el chico acercándose a mi. ¿Cómo quieres que esté? ¡Estuviste a punto de atropellarme idiota! Eso quise decir, pero no lo hice
―Mejor que nunca ― musité como buena otaku enamorada que soy.
―¿Eh?
―¿Eh? Digo... Si, bien... creo―respondí de nuevo intentando sonar tranquila y normal. Créanme que nose como me veía por fuera en ese momento porque por dentro estaba gritando y saltando. ¡Takashi Mitsuya! Eso no podía ser real, mi mente me estaba jugando una mala pasada ― ¿Ya me morí? ― Señor si esto es el cielo...¿¡Por qué carajos nadie me dijo!? Me hubiese muerto antes. Escuché su risa, definitivamente estoy muerta y él es un ángel. ¡Mitsuya is real!
― Deberías ir con más cuidado
― Debería, si, cuidado ― ¡Mierda! Reiniciando sistema, reacciona maldito cerebro
―Eres graciosa ― se volvió a reír y yo podría quedarme asi todo el día ― Creo que tenías prisa, te veías algo perdida ¿Quieres que te lleve? Es lo menos que puedo hacer por casi atropellarte
―Em... Si, solo que no sé dónde...― intenté analizar un poco la situación. Esto es una locura.
Vale el kiosko queda frente a la biblioteca central de eso me acuerdo. Llevo un año trabajando allí así que más o menos me guío, soy horrible con las direcciones. Soy de las personas que para dar una ubicación te dice "al lado del árbol", si esa soy yo
― La Biblioteca, pero puedo ir sola no te preocupes ― di la vuelta y camine un poco pero él me siguió en la moto. Disculpa chiquito estoy intentando controlarme para no gritar.
―Por allí no se va, sube vamos ― me hizo movimiento con la cabeza y accedí, no tengo nada que perder y ¿Enserio creen que no iba a subir? Pf, moría por hacerlo, solo me hacía la difícil.
―Lo siento, estoy algo perdida ― ¿Algo?
―No hay problema. Takashi Mitsuya perdona mis modales no me presenté ― lo sé ―¿Y tu?
―yo....― espera ¿Enserio voy a decirle mi nombre? Si es un ángel ya debería saberlo ¿No? ¿Y si es un Alien? Ahora mismo me estaría llevando a su nave nodriza para experimentar con mi cerebro. Tampoco es que tengan mucho que sacar de ahí, sí, lo descartó. ¡Ya sé! Talvez es un robot humanoide enviado del gobierno ¿Para qué? No lo sé ¿Es una teoría loca? Sí ¿La descartó? No. Vi como me miraba por uno de los retrovisores esperando mi respuesta ―¿Rayita? ― Oh, vamos, tampoco dije un nombre extraño. En este tipo de historias la protagonista siempre se llama así, ya saben Wattpad. ¿Porque no puede ser un nombre? como "Raya y el ultimo dragón", terminé cogiéndole aprecio. ¡No me juzguen!
―¿Rayita? ―cierto, lo dije en forma de pregunta
―Raya... Raya Wakui ― ¿Que te parece? Ahora tengo el apellido de tu creador, soy tu diosa ámame. Ok no.
― Encantado Raya. Mira ya llegamos― freno delante de un enorme edificio ¡Es hermoso! Me quede ensimismada, me enamoré. Dios si me morí no me revivas y si esto es un sueño mataré a quién se le ocurra despertarme
―muchas gracias ― le dije haciendo una pequeña reverencia. Ante todo educación.
―No tienes porque, bueno te dejo. Que tengas lindo día ― se despidió para luego tomar camino― ¡Ten cuidado al cruzar la calle y no te pierdas! ― me gritó mientras se iba
¿Perderme yo? La duda ofende.
Suspiré al ver que mis sospechas eran ciertas, el kiosko no estaba. Perfecto, no se dónde estoy, ni como llegué, ni que hago aquí. Mis aplicaciones no están, mis contactos tampoco, mi trabajo tampoco. ¿Algo más? Sí, debería haberle pedido el número a Mitsuya. Ahora no sé si volveré a ver al androide humanoide Mitsuya, espero que sí.
Mientras tanto....
Sonreí al recordar lo que tenia detrás, giré en mis dos pies y volví a contemplar esa belleza de monumento. Una biblioteca tan hermosa y grande no se ve todos los días ¡Allá les voy libros!
Pobre del que me diga rata de biblioteca ¡Lo ahorcó!
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