Domingo 29 de septiembre, que rápido pasa el tiempo. Al final conseguimos casa para todos los pequeños gatitos y uno de ellos quedó conmigo, una Gatita blanca a la que nombre Kei. Después de todo él la encontró que mejor que ponerle su nombre y no puso objeción.

Me encuentro algo sentimental, ya tengo casi un mes aquí y lo mismo sin ver a mi familia, la relación con mis padres era buena sobretodo con mama. Siempre estaba ahí para mi aunque fuese muy protectora aunque no tanto como papa, pero ella era la que me apoyaba, me daba consejos, me escuchaba y aunque ahora tenía a Koi igualmente la hecho de menos. Talvez con Koi no iniciamos con buen pie, acepto que soy algo molesta pero no es solo con ella soy así con todos,  vine así de fábrica. Aunque sigo sin saber que clase de ser es me he dado cuenta que tiene sentimientos, se muestra fría pero los tiene, se preocupa por mí como una madre adoptiva y me regaña como una madre normal.

Estábamos comiendo un delicioso arroz con huevo frito cuando recibí una llamada. Nada como algo sencillo pero rico, placeres de la vida.

―¿Si? ― era Chifuyu, hoy salía el nuevo tomo del manga que estábamos leyendo y habíamos quedado para ir a comprarlo juntos ― ¡Genial! Dame treinta y pasó por ti, nos vemos ― colgué la llamada y miré hacía la señora tetona que tenía frente de mi con cara de cachorrito
―ah no señorita, ni hablar. Este mes ya gastaste mucho
―Vaaa estamos fin de mes, no voy a pedirte nada más ― me miró con una ceja levantada sabiendo que sí lo haría ―  bueno intentaré no pedirte nada más y este mes me mediré. Porfi porfi. Fregare los platos toda la semana, haré la comida, limpiaré la casa. Pinki promise ― haciendo puchero y ella rodo los ojos
―Esta bien, esto es para hoy y para la semana. No pienso darte más
―Love you♡

Terminamos de comer y lave los trastes, luego fui a cambiarme de ropa y salí hacía el segundo piso a buscar a Chifuyu.
Me puse lo primero que pille en el armario, unos vaqueros, una camiseta y un sombrero para combinar, la mochila y una chaqueta por si refresca.

―Buenas tardes señora ― saludé con una reverencia a la mamá de Chifuyu cuando me abrió la puerta
―Buenas tardes mi niña, ahora sale ― me respondió ella amablemente

Salimos en dirección a la tienda de mangas emocionados como niño con dulce. Nuestra relación era buena, la verdad con todos me llevaba genial y me seguía pareciendo un sueño, el mejor de los sueños.

―¿Entonces quién lo va leer primero? ― me preguntó mi acompañante a lo cuál miré con una las cejas levantandas con sorpresa
―¿Askiusmi? ―con una mano en el pecho fingiendo traición― los dos o nada cariño mío ― no me percaté de lo que dije hasta que vi como giro la vista hacía otro lado con sus orejas rojas como tómate ¡Ahhh se sonrojo mi niño! ¿Le habrá molestado? ― Etto... Lo siento, se me salió solo y bueno, no quise amm...
―No-no te preocupes...esta bien ― musitó aún sin mirarme a la cara ― respiré hondo para aguantarme las ganas de abrazarlo por lo tierno que se veía
―¡Mira! ― llegando a la tienda, justo en el escaparate estaban los dos tomos que veníamos a buscar ―¡Vamos corre! ― agarré su mano y entramos

Nos dirigimos a una plaza que quedaba cerca para tomar un granizado mientras eramos absorbidos por los dos libros que estaban en nuestro poder, intercambiando miradas y opiniones sobre estos hasta que un bullicio nos alerto. Música y aplausos hicieron levantarme de mi lugar haciéndole una señal con mi cabeza a Chifuyu para ir a ver. Había un montón de gente apelotonada alrededor de la música,tanta que apenas podía ver nada.

¿Porqué tenía que ser tan bajita?

Daba saltitos alrededor de las personas para poder ver bien pero todo era en vano ¡Mierda! La canción suena genial. Apreté mis labios con frustración mirando hacía todas direcciones buscando alguna manera de poder ver lo que pasaba allí cuando una idea cruzó por mi cabeza al ver un árbol.

Dicen que el ser humano viene del mono, trepar está en nuestros genes. Dicen.

Como pude trepé al dichoso árbol que resultó ser mucho más grande de lo que mi mente plasmó. Sólo un poco más...
Cuándo llegué a la primera rama repose mi cuerpo allí saludando al rubio que me miraba como bicho raro.

¿Acaso nunca vió a alguien trapado a un árbol?

Mi mirada pasó hacía el espectáculo de baile que ahora veía con ilusión, kpop, eso era kpop. Terminaron el baile y yo seguía embelesada, todos aplaudieron y yo hice lo mismo sin acordarme donde estaba y que tenía que agarrarme ¡Mierda! Al suelo fui a dar.

―carajo eso dolió ― me quejé levantándome. Había raspones en mis rodillas.

Cuándo dijeron salgan los pendejos yo salí con la bandera de primera

―¿Estás bien? ― me preguntó una chica tendiendo su mano la cuál tomé asintiendo. Al levantarme me di cuenta que todos me miraban, había caído justo en medio de los bailarines interrumpiendo el espectáculo
―Vaya, parece que tenemos una invitada especial ― exclamó uno de ellos terminando de recoger el dinero en una gorra con una gran sonrisa. Alto, delgado, cabello rojizo, bastante guapo a decir verdad ―¿Bailas? ― sonrió mostrando sus blancos dientes
―¿Eh? No. Yo no ― movía mis manos nerviosas frente a mi cara queriendo salir de allí a toda prisa pero la voz de Chifuyu me interrumpió
―¡Vamos Rayita demuestra lo que sabes! ― le lancé una mirada retadora con un "cállate" en mis labios a lo que él sólo sonrió moviendo sus manos hacía adelante como dándome empujón. Volví a mirar hacía mi lado derecho, ahora no solo el pelirrojo me miraba, los cuatro lo hacían, dos chicos y dos chicas. Tragué fuerte intentando recordar algún rezo.

Ay no

―Perfecto. Señoras y señores con esta última terminamos ― dirigiéndose al público presente ― no te preocupes, haz lo que puedas ― habló más bajo para mi y me guiñó para luego poner de nuevo otra canción.

¿Es que acaso no sé quedarme quieta por una puñetera vez? ¡Estúpido árbol!

Estado: tierra trágame

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¿Bailaremos o salimos corriendo?
¿Porque no podemos comportarnos como personas normales? :v