Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Marrón

No puedo dejar de pensar en los ojos marrones que brillan entre el caos del local.

Golpeo una vez más con fuerza, el saco se tambaleó de un atrás hacia adelante. Desde hace días, cada que entreno esos ojos me desconcentran, aparecen de pronto en mi mente. Suspiro mientras retiro los guantes y las vendas de mis manos. Limpio el sudor de mi frente y camino a las duchas, quería deshacerme del estrés.

Comencé a verlo con frecuencia entre la multitud, joven, de unos 17 o 18 años, refinado, cejas pobladas, rostro anguloso, su mirada detrás de finas gafas.

Me siento afuera del gimnasio después de refrescarme, enciendo un cigarrillo mientras observo la gente pasar; marcan las 12:30 a.m. en mi reloj.

Parezco tonto actuando como enamorado de una persona de la que no conozco nada, más cuando el sentimiento parece ser unilateral. Dejé caer el cigarrillo distraídamente, lo miré con lástima... ni siquiera lo había disfrutado. Me levanté para caminar de regreso a casa.

Al pasar frente a mi cafetería favorita, la encuentro con las luces encendidas; no sabía que trabajaran a tan altas horas de la noche.

–Ahora tenemos servicio 24 horas –me informó la chica mientras tomaba mi orden. 

Le sonreí, algo nuevo que hacer luego de entrenar.

Me quedé reflexionando cómo había actuado hasta el momento. ¿Quizá alguna de mis acciones le impidiera acercarse? ¿Le daría miedo?... Entonces, ¿porque igual seguía yendo?, no tenía sentido.

*****

¿Cómo después de tanto tiempo de acudir a tan peligroso hoyo, sólo para verlo, ni siquiera se habían encontrado fuera del establecimiento?

Porque ambos corrían para salir, porque corren en la misma dirección, porque estaban tan lejos y aunque el chico boxeador se animara a avanzar más rápido que el chico en las bancas, jamás lo alcanzaba. Fue así por 6 meses, sin decaer, sin dudar, en cuanto daba la espalda después de una última mirada a las gradas, lo veía salir... e intentaba seguirlo.

Pero nunca lo conseguía, por eso decidió dejar de perseguirlo, no si parecía que él huía; dolía demasiado, ¿qué podía hacer para siquiera poder confirmar el color de sus ojos?

Pasó un año, ¡todo un maldito año! Aún así él chico de preparatoria no se había permitido acercarse al chico del ring. No sabía qué tipo de relación podría querer desarrollar con él, o si todo era parte de su imaginación, pero desconocía de la persecución que este hizo hasta que se cansó. 

Ahora, ambos tenían que conformarse con las miradas.

Durante cierto día en que comenzaba la nueva temporada de luchas, varios peleadores con gran reputación fueron invitados a participar en la primera ronda de las competencias, venían desde diferentes puntos de la ciudad.

Es conocida la falta de división por peso o estatura en las luchas del Foso, que tanto si un día peleabas con alguien menor que tú, al siguiente podría ser alguien mucho mayor.

Para aumentar el humor de los invitados de la noche, se decidió enfrentar al mejor del Foso con el campeón del torneo del año pasado, "El On". Su falta de moral, jugadas sucias y las trampas, eran conocidas como marca de su personalidad.

Y justo ahora, tal personaje tan pedante y orgulloso, con un peso de 150 kilos, se enfrentaría al Ángel, que tenía un peso de 95 kilos.

El desarrollo de la lucha fue casi predecible. Ángel no pasó ni 3 minutos frente a On antes de caer al suelo, con algo más que sólo moretones en el cuerpo.

*****

El dramatismo y la adrenalina del lugar me consumieron. ¡Ángel estaba tirado y sin intención de levantarse!, aquel sujeto gigante volvió a acercarse amenazante y lo pateó entre las costillas.

Grité suplicando, mientras quedaba afónico.

– ¡Levántate, Ángel! ¡Levántate y acaba con él!

*****

En el duro suelo, y tras el zumbido de mis oídos, pude escucharlo, no sé cómo supe que era él, sólo lo sabía. Me arrodillé en la tabla, y miré a un lado, me sorprendí; sus ojos marrones me animaban... jamás lo había tenido tan cerca.

Su voz, me cautivó más que su mirada, me llamaba a levantarme.

Y obedecí. Recibiendo la advertencia de On, otra patada para permitirme quedarme abajo.

Pero me levanté, a pesar del dolor punzante a mi costado; contuve el aire dentro de mis pulmones, me ardía respirar y mis ojos no podían seguir los movimientos de On.

– ¡Pelea!–. Volví a escucharle–. ¡Vamos!, ¡Ángel, por amor al Creador! ¡Tienes que ganar!

No recuerdo mucho del resto de esa noche, sólo que gané; ya hacía 2 años de eso.

Y el chico de ojos marrones desapareció un día, tenía algunas hipótesis de porqué; posiblemente había terminado de estudiar la preparatoria, y cómo, en esta ciudad no hay universidades cerca se habría mudado para continuar estudiando, quizá. Tenía pinta de ser un chico estudioso, quizá le gustara la química y la ciencia. Quizá.

Sentía la insatisfacción de que algo que no había iniciado terminara.

Debía aceptar que la calma en mi mente y durante las luchas había vuelto, pero ¿no podía haber conocido al menos su nombre?, ¿saber a quién debía olvidar y "superar"?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro