Cap 5
Odiaba tener ojos a su alrededor juzgándolo, a menos que sea para alabarlo. Siempre supo que abrir la boca de más puede arruinar todo, y lo hizo justamente cuando tenía que verles la cara a todos mañana.
— Ñe Todos sabemos como reproducirnos bla bla bla. Nos robarán vacaciones por tu culpa pedazo de animal —le reclamó Jin Ling mientras trapeaba el piso.
— Lo siento, ¿Están contentos?. Este castigo fue culpa de la profesora de inglés, a mi ni me miren —espetó Boruto mientras frotaba con una esponja enjabonada las puertas de los cubículos. Ser de metal no las salvaba de tener rallones de plumón y corrector en sus puertas.
—Tú debiste ser el castigado, yo ni siquiera estaba en la clase — se unió Jin Guanyao mientras frotaba los espejos.
— ¡Silencio Guangyao! Tú y Song Yang se merecían ese castigo más que nadie. A ustedes les debemos esto, al menos el de Boruto no incluye quedarte hasta noche y perderte tu programa favorito —le contestó Lan Jingyi molesto mientras con un cepillo sacaba el sarro de los lavamanos.
— Además fue gracias a ustedes que tenemos este castigo. ¡Y tú Wen Ning! —exclamó Jin Ling agarrando con fuerza el trapeador hacia al otro omega quien sacaba la basura de los tachos de los cubículos, se congeló al escuchar su nombre.
— Como pudiste unirte a estos descerebrados. Ni siquiera te juntas con ellos ¡¿Qué te pasa?!
La voz de Jin Ling hizo que su culpa incrementara formando un nudo en su garganta. Siguió colocando los restos de basura en las bolsas más rápido moviendo exageradamente las bolsas para no escucharlo.
— Al menos eso te servirá para que dejes de estar vagando y limpies por ti mismo pequeña dama —se burló Jingyi soltando una carcajada.
— Créeme que soy mas limpio que tú en muchos aspectos hijo de mami. Tú y yo sabemos cosas que nos arruinarían si las contamos —le respondió amenazantemente mientras lo desafiaba con la mirada y una sonrisa burlona. Jingyi lo miró indignado.
— Basta, terminemos esto porque ya me quiero ir a casa —exhaló Jin Guangyao mientras enjuagaba el último espejo.
— ¡Todos nos queremos ir a casa¡. Discutiendo no vamos a terminar nunca así que apresúrense —exclamó Wen Ning.
— Pero... No pueden negarme que sintieron cositas de mujer ahí abajo con los videos, o no?
— ¡Estás enfermo Bruce Wayne! —exclamó Jin Ling con un gran sonrojo.
— Tiene un punto, el omega del video lo pasaba bien. ¿Y vieron el tamaño de sus berenjenas?
Los chicos hicieron caso de inmediato dándole internamente la razón a Boruto mientras reían a carcajadas. El silencio fue interrumpido por un parlante en volumen intermedio que empezó a reproducir música desde el perchero ocupado de mochilas.
— Boruto, ¿Qué carajos es eso? —le preguntó Lan Jingyi.
Preguntó Jingyi mientras Boruto se hacía el sordo tarareando la letra a la par del cantante.
— No lo sientas
Eso me hace más lamentable
Con tus bonitos labios rojos
Por favor, date prisa, mátame y vete
Estoy bien
Mírame por última vez
Sonríe como si nada fuese malo,
Así cuando te extrañe pueda recordarte
Así puedo dibujar tu rostro en mi mente
Un coro mal cantado que hizo soltar muchas más risas a los presentes e hizo poner los ojos en blanco de Jingyi mientras le tiraba agua sucia.
— Estás poniendo tu parlante justo ahora que estamos usando agua. No te quejes después Uzumaki —le advirtió Jin Guangyao.
— Parece que murió alguien. Si vas a poner música, al menos que sea algo mas ameno —le dijo Jin Ling acercándose a parlante.
— No lo entenderías Jin Ling, hoy murió el amor y yo lo enterré —respondió Boruto de manera burlesca, aunque por dentro si le dolía.
— El amor no merecía tan desentonado entierro —respondió Wen Ning soltando una risita.
Hizo un puchero ante las risas de todos, era mejor reír y tratar de olvidar todo ese mal rato hasta que una nueva canción sonó, Something de Girl's Day.
— Voy a botar la basura y aquí termina mi trabajo ¿me acompañas Boruto?
Ambos corrieron hasta los contenedores y mientras regresaban escucharon un grito proveniente de los baños para alfas.
— Que fue eso, parece que necesitan ayuda —dijo Wen Ning.
— Es un baño con alfas, me pregunto que NO esta pasando, volvamos rápido los demás ya deben haber terminado su parte.
Corrieron y justo cuando entraron toda la escuela se sumió en total oscuridad, solo iluminado por el alumbrado público de la calle. Todos los presentes se asustaron, Boruto agarra su teléfono encendiendo la linterna y apagando la música.
— Se escuchan pasos, parece que están corriendo.
— Vienen hacia acá, ¡Cierren la puerta carajo! —gritó Jin Ling mientras guardaba el trapeador en su lugar.
Estuvo a punto de cerrarla cuando vio a tres alfas corriendo hacia ellos.
— ¿Qué es todo ese alboroto? —pregunta asustado Boruto.
— Jugamos un juego y se salió de control, el auxiliar Iruka nos ignoró así que nos mandó de regreso al baño. Pero no encontramos a ese maldito muñeco.. ¡Alguien nos está persiguiendo y PORFAVOR SOLO AYÚDENNOS! —dijo Song Yang tratando de respirar mientras entraban con Kawaki y Ouyang Zichen.
— Llamarán a tu padre y a tu madre — le tarareó Boruto a modo de rap.
— Prepárate para perder tu libertad mocoso —le siguió Lan Jingyi. Song Yang los miró en la oscuridad muy enojado.
— Ustedes porque no se quedaron en su baño, no confío en ustedes. ¡¿Y de que juego están hablando?!—cuestionó Jin Ling.
— Tendrás que confiar mocoso, pero que yo recuerde las pisadas deben ser menos pesadas. Incluso he visto sombras por los pasillos. Esta vez la liamos toda —respondió Kawaki serio cansado bloqueando la puerta con su cuerpo.
Estar encerrado en un cuarto tan reducido, con la puerta cerrada y sin luz hizo a Boruto recordar las veces en las que era castigado por su madre, encerrándolo en su cuarto por horas o bañándolo con agua fría para luego abrazarlo y llenarlo de besos, se agarró ligeramente la cabeza. Estaba aterrado, empezó a marearse y sentía que el aire en sus pulmones escaseaba. Necesitaba hallar una salida pero el sonido de murmullos y sollozos de los demás no ayudaba para nada.
— ¿Qué tipo de juego hicieron para que suenen pisadas de tacones? —preguntó exaltado Boruto.
— El juego de las escondidas —respondió resignado Zizhen.
— Ese juego es una farsa, poner tus uñas en un peluche lleno de arroz en una tina de agua, como extra opcional con un cuchillo... —narraba Jin Ling incrédulo.
— Tienes que acuchillarlo y con ese mismo objeto, acabará contigo si te encuentra —lo interrumpió Song Yang.
— ¡Ves! suena a fantasía. Si tienen saldo de llamadas...
— Cállense, tengo que buscar una salida —les gritó abriendo las puertas de todos los cubículos buscando ventilación, tal vez podría escapar como en las películas de espías por los conductos secretos. Los demás lo miraron incrédulos, Wen Ning se preocupó al escuchar lo rápido que iba su respiración.
— ¿Estas bien Boruto?. Ven aquí, ahí no hay nada.
No encontraba nada, sentía cada vez más que le faltaba aire y abriendo el último cubículo, cae de rodillas a la taza viendo como se cierra la puerta detrás de él, viendo su figura otra vez. Otra vez su padre mirándolo con ese ojo que lo obligaba a ponerse de rodillas y haciendo que su cabeza terminara otra vez en la taza.
— ¡Q̶u̶e̶ t̶e̶ h̶e̶ d̶i̶c̶h̶o̶ d̶e̶ j̶u̶n̶t̶a̶r̶t̶e̶ c̶o̶n̶ e̶s̶a̶ g̶e̶n̶t̶e̶!
¿¡N̶o̶ t̶e̶ h̶e̶ d̶i̶c̶h̶o̶ q̶u̶e̶ d̶e̶b̶ía̶s̶ t̶e̶r̶m̶i̶n̶a̶r̶ t̶u̶s̶ t̶a̶r̶e̶a̶s̶!?
¡E̶r̶e̶s̶ u̶n̶ t̶r̶a̶i̶d̶o̶r̶! L̶l̶e̶g̶a̶s̶ s̶u̶c̶i̶o̶ d̶e̶ e̶s̶t̶a̶r̶ v̶a̶g̶a̶n̶d̶o̶ c̶o̶n̶ e̶s̶o̶s̶ b̶e̶t̶a̶, n̶o̶ c̶u̶m̶p̶l̶e̶s̶ t̶u̶s̶ d̶e̶b̶e̶r̶e̶s̶ e̶s̶c̶o̶l̶a̶r̶e̶s̶ y̶ y̶o̶ m̶e̶ t̶e̶n̶g̶o̶ q̶u̶e̶ p̶a̶r̶t̶i̶r̶ l̶a̶ e̶s̶p̶a̶l̶d̶a̶ p̶a̶r̶a̶ q̶u̶e̶ m̶e̶ h̶a̶g̶a̶s̶ e̶s̶t̶o̶.
V̶e̶r̶e̶m̶o̶s̶ q̶u̶e̶ s̶e̶r̶á d̶e̶ t̶i̶ c̶u̶a̶n̶d̶o̶ v̶e̶n̶g̶a̶n̶ p̶o̶r̶ t̶i̶ y̶ n̶o̶ e̶s̶t̶és̶ l̶i̶s̶t̶o̶. Y̶a̶ e̶s̶t̶ás̶ e̶n̶ e̶d̶a̶d̶ h̶i̶j̶o̶ m̶ío̶. T̶e̶n̶d̶r̶ás̶ 15 a̶ño̶s̶ p̶a̶r̶a̶ s̶i̶e̶m̶p̶r̶e̶.
E̶n̶t̶r̶a̶r̶ás̶ a̶ l̶a̶s̶ s̶o̶m̶b̶r̶a̶s̶ t̶r̶a̶y̶e̶n̶d̶o̶ a̶ l̶a̶ h̶u̶m̶a̶n̶i̶d̶a̶d̶ u̶n̶a̶ e̶r̶a̶ d̶e̶ v̶e̶r̶d̶a̶d̶e̶r̶a̶ p̶a̶z̶
Veía su reflejo en el espejo mostrándole sus mejillas mojadas y ojos hinchados y el ojo tenebroso de su madre en espiral al que tanto temía mientras acariciaba su largo cabello rubio que le llegaba a los hombros. Mientras sus ojos se volvían rojos, una voz lo llama desde el inconsciente
No temas más pequeño sol, estoy contigo
Para finalmente, dejarse llevar por el sueño
— ¡Boruto despierta por favor! —le gritó Wen Ning mientras le daba respiración boca a boca sin resultado.
Estaba tirado en el suelo alumbrado por el teléfono de Jin Ling rodeado de todos los demás. Estaba pálido y mojado por tener tanto tiempo su cara dentro de la taza, fue encontrado por Wen Ning luego de ver que no se paraba de ese "incidente".
— Alguien tiene alguna inyección de adrenalina? Una dosis directa al corazón y despiertas —sugirió Zizhen mientras chasqueaba los dedos.
— Voy fijarme en la bodega del baño —dijo girando su cuerpo a una esquina— es cierto ¡No hay ninguna! —le reclamó Jingyi furioso haciéndole aire con un libro, aunque en el fondo se sentía mal por responderle así.
— Háganse a un lado —dijo Jin Guangyao con un perfume en su mano, uno muy costoso. Con unas cuantas exprimidas en su mano, lo acerca a la nariz de Boruto, poniéndolo boca abajo apretando la zona de los pulmones con la mano pegada a la nariz y como un milagro, despierta sobresaltado escupiendo agua por boca y nariz, tosiendo bruscamente.
— ¡Boruto, que bueno que estás bien! —exclama Wen Ning dándole un fuerte abrazo.
— Si no me moría por ese peluche, me hubiera muerto por un paro cardiaco si no despertabas Uzumaki —suspiró de alivio Song Yang dándole unas palmadas suaves en el pecho con el puño.
— Como aprendiste eso tío —preguntó Jin Ling haciéndole masajes en la espalda a Boruto quien se recuperaba del shock.
— No tengo ni idea de que he hecho, pero estás ardiendo Uzumaki —dijo Jin Guangyao tocando su cara y cuello preocupado.
— ¿Qué día es hoy? Mi mamá, papá, donde está mi hermano —preguntaba Boruto mirando a la nada.
Todos lo miraron confundidos, Wen Ning no tubo de otra que darle un beso en la frente mientras lo seguía abrazando.
— Traje un refresco de hierbas en mi mochila, necesita hidratarse.
Todos entendieron de inmediato, Kawaki estaba por llegar a ellos hasta que escucharon a alguien forcejear con la puerta. Todos pegaron un grito asustados al oír una voz aguda riéndose.
— Aléjense de la puerta, eso no es ningún espíritu, es alguien vivo. Ellos me encontraron, vienen por mi y debo de ir.
— Estas alucinando, toma un poco de agua —le ofreció en un tono cariñoso Kawaki colocando el borde de la botella en su boca, acariciando sus cabellos como se de un cachorro se tratara. Jin Guangyao estaba en las sombras con algo de dolor en su mirar.
Se escuchó la voz del auxiliar Iruka gritándole a algo desde el patio de recreo, los pasos de gente corriendo se hicieron intensos. Los niños empezaron a temer por la vida de su único salvador. Estaban todos abrazados por el instinto de ser su última noche juntos, pero un manojo de llaves abriendo la puerta y la luz volviendo a todo el plantel, los despertó a todos de una pesadilla en carne viva.
— Chicos ¿Están todos bien? ¡Dios mío Boruto! —exclamó Iruka al verlo pálido.
— Hace unos momentos ardía en fiebre, se desmalló por los nervios de la situación —explicó Ouyang Zizhen firme pero con nerviosismo en su voz.
— Estoy bien, quiero irme a mi casa.
— Un taxi te llevará, no puedes exponerte al frío en ese estado —dijo el auxiliar Iruka arropándolo con su cuerpo.
— ¿Quiénes entraron a la escuela? —cuestionó Wen Ning abrazando a su amigo.
— Un delincuente de seguro, pero se fue por la puerta principal, ahora mismo vendrá la policía e investigará el perímetro. Mañana no habrá clases así que tranquilos jóvenes, fue un error de la maestra Kurenai haberlos castigado de esta manera, sus demás compañeros huyeron ni bien abrí las puertas, no se preocupen por ellos —dijo guiando a los alumnos a la salida.
— Como si nos preocupara realmente. Por cierto ¿Mi mamá está en el plantel o ya se fue? —preguntó Jingyi
— Salió a buscar a los policías junto a la directora, de seguro vienen de camino, me dijo que lo esperaras y que Zizhen cuidaras a tu primo y a Ouyang-San...
— ¡Como que un delincuente! Nosotros mismo escuchamos varias personas correr incluso una risa! —gritó Wen Ning ayudando a Boruto a sostenerse.
— Justamente vendrán para averiguar si hubo daños a la propiedad y cómplices. Todo está bajo control, ahora vayan a descansar. Recuerden, no ronden la escuela de noche, les pedimos perdón de antemano, la profesora Kurenai los calificará como se debe la próxima semana, se hará una reunión de padres si esta situación se agrava.
Finalizó y para ese entonces, venían las patrullas junto a el profesor Jiang, Song Lan, padre de Song Yang junto a la directora Senju. Song Yang tragó saliva al ver a su padre alfa con las autoridades, especialmente al encontrarse con su seria y enojada mirada hacia él. Kawaki se iría con Boruto al vivir en el mismo edificio. Sin embargo, en unas semanas Boruto sería el único en volver al edificio solo.
— ¿No quieres pasar? —preguntó el rubio hacia Kawaki quien lo dejó en su puerta.
— No. Tengo que empacar, ya sabes —respondió mientras se alejaba, sin siquiera decir buenas noches.
Boruto abre la puerta del apartamento, en la ciudad hace 15 grados de frío, pero es mucho más intenso cuando llega a la sala. Cae en el sillón rendido, dejando derramar las lágrimas que contuvo durante su encierro en el baño hasta que se queda profundamente dormido, esperando olvidar sus pesadillas al menos mañana.
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