27. La auténtica primera noche juntos
27. La auténtica primera noche juntos
Mientras, un silencioso Renji y un Byakuya en lo que parecía estado de shock, llegaban aun cogidos de la mano al hotel. Una vez allí, el furioso pelirrojo, que ni siquiera había saludado a la recepcionista al recoger la llave, entraba por la puerta de la habitación, y ya dentro...la cosa cambió.
Aun con la respiración bastante agitada por la explosión de nervios del momento, se giró hacia su capitán al que fue soltando la mano poco a poco, lo que provocó que el moreno saliera de su estado y le mirara directamente a los ojos con lo que parecía ¿furia?
-¡¿A qué juegas Renji?!¡¿a qué ha venido ese numerito?! creí que eramos amigos ¡¿por qué te burlas de mi?!-Abarai estaba afligido, su taichou pensaba que todo era una broma, debía aclarar las cosas cuanto antes.
-Nunca me burlaría de usted Kuchiki taichou...-no sabía qué hacer, su capitán obviamente no lo creía y había apartado la mirada de él y cruzado los brazos en señal de enfado...pero ¿qué podía hacer?el no era bueno en explicaciones, seguro metía la pata como siempre, aun así no podía permitir que su superior le odiase, cualquiera menos el, eso si que no, 'reacciona Renji''haz algo'....'haz algo'...
Abarai se acercó a su capitán y sosteniéndole la cara con ambas manos, obligándole a que le mirase, actuó. Lentamente, y mientras los ojos de Byakuya lo miraban con incredulidad, lo besó dulcemente en los labios.
El líder del sexto escuadrón, no se lo creía, Renji, su amado Renji lo estaba besando, como en un sueño, sus brazos rodearon el cuerpo del pelirrojo y cerró los ojos fundiéndose en ese beso tanto tiempo anhelado. Abarai también estaba mejor que nunca, la sensación que sentía no tenia nada que ver con el beso que le había dado Rangiku, este beso significaba mucho más, su interior gritaba porque no se separasen nunca, amaba a Byakuya Kuchiki y lo necesitaba con toda su alma.
Cuando se separaron y se miraron a los ojos, Abarai sintió la imperiosa necesidad de hacer lo que hasta ahora no se había atrevido nunca a hacer con su taichou...confesarle abiertamente lo que sentía por el.
-Byakuya yo...te amo más que a nada en este mundo...y he sido un estúpido por no habértelo dicho mucho antes-el pelirrojo unió su frente con la de su capitán, que le sonreía ampliamente y emocionado-tienes una sonrisa preciosa, no deberías de esconderla-al decir esto acarició su mejilla suavemente.
-La reservaba para ti-el moreno, profundamente conmovido se abrazó fuertemente a su teniente, por fin estaban juntos y nada ni nadie los podría separar.
Los minutos pasaban como segundos y sin darse apenas cuenta la noche calló sobre ellos, solo unas horas les separaban de su vuelta a la sociedad de almas y tenían que aprovecharlas. Renji había pedido la cena al servicio de habitaciones y Byakuya decidió salir a la terraza para disfrutar de la vista nocturna así como de la fresca brisa que le rodeaba. Al poco tiempo, el pelirrojo se le unió abrazándole por la espalda y apoyando su barbilla sobre el hombro del moreno, que ante el gesto inclinó su cabeza uniéndola a la de su teniente.
-Ojalá esto no terminara nunca- Renji tras lo dicho, apretó más fuertemente el cuerpo de su capitán contra el suyo.
-No tiene porqué...pienso hablar con Yamamoto-sama en cuanto llegue...el debe saber...que nos amamos...-Byakuya sentía que pasara lo que pasara, lucharía con uñas y dientes por permanecer junto a su teniente.
-¿Y si no está de acuerdo?-en la voz de Abarai había cierto tono de terror.
-Mejor no pensar en eso ahora, lo importante es que en este momento estamos juntos-al terminar de decir esto llamaron a la puerta y Byakuya salió a recibir la cena, mientras el pícaro pelirrojo aprovechaba para desvestirse y meterse en las cálidas termas.
Cuando el varón Kuchiki salió a la terraza a pedirle a Renji que entrara a cenar se topó con que éste descansaba plácidamente en las termas con los ojos cerrados y los brazos extendidos fuera del agua a los lados de esta. Esta imagen le hizo sonreír y silenciosamente se despojó de sus ropas y entró en el agua lentamente, pillando por sorpresa al pelirrojo que al abrir los ojos y ver a su taichou frente a el, esbozó la mayor de sus sonrisas.
-¿Has venido a hacerme compañía?-Abarai no pudo evitar acercarse a Byakuya, que permanecía con los ojos cerrados.
-La verdad es que sería una pena irnos sin haberla usado, el pobre Ichi se molestó en buscarnos una habitación así-el capitán del sexto escuadrón permanecía inmóvil mientras su teniente cada vez se arrimaba más a el. Renji sin poder controlarse, tal vez porque era su último día en ese lugar a solas con su amado, o quizás porque estaban muy cerca el uno del otro y faltos de ropa, empezó a besar suavemente los hombros desnudos de su taichou que sobresalían del agua.
Byakuya se sobresaltó al sentir los labios del pelirrojo sobre su piel, pero decidió seguir inmutable y sin abrir los ojos, estado que no le duró mucho cuando Abarai cambió de objetivo y dirigió sus labios hacia el cuello del moreno, que no pudo evitar ladear la cabeza para que este tuviera mayor comodidad de acceso, así como de soltar ligeros gemidos de placer. Al escuchar esos agradables sonidos, el teniente, animado por la situación, decidió inspeccionar el cuerpo de su capitán bajo la cálida agua, sin cesar en su baño de besos en el cuello de su taichou donde además dejaba ligeras marcas.
La mano izquierda de Renji en su aventura bajo el agua, se encontró con el erecto miembro de Byakuya, que al notar el contacto no pudo evitar abrir los ojos encontrándose con las rojas orbes de su apasionado amante. Abarai no apartaba la mano del sexo del Kuchiki, y este, sonrojado por la vergüenza sumado con el calor que desprendía el agua, decidió dejarse llevar, y se lanzó a la boca del pelirrojo, fundiéndose ambos en un ardiente beso.
El capitán del sexto escuadrón no quería quedarse atrás, su subordinado estaba haciéndole perder la razón con sus incesantes caricias, así que decidió que el también podía hacerle lo mismo, por lo que mientras seguían besándose como si fuera el fin del mundo, Byakuya se posicionó frente al pelirrojo y comenzó su propia inspección hasta alcanzar la animada entrepierna de su teniente, que al notar el agradable contacto emitía sonidos roncos que hicieron sonreír interiormente al moreno.
Debido a la excitación, Renji aceleró la masturbación de su novio, que al llegar a la eyaculación no pudo evitar detener el beso y apoyar su cabeza en el hombro desnudo de su teniente con la respiración entrecortada.
Abarai aprovechó el momento para coger al Kuchiki delicadamente de la cintura y posicionarlo sobre el. Byakuya al verse en esa postura rodeó las caderas del pelirrojo con sus piernas e hizo lo mismo con sus brazos tras la pelirroja cabeza, continuando con el baño de besos. Renji comenzó a buscar la entrada del moreno con su mano derecha, mientras que con la izquierda sujetaba a su ansiada presa. Una vez alcanzado el orificio, empezó a introducir poco a poco y delicadamente varios de sus dedos, hasta que su taichou se movió como ordenandole silenciosamente, que comenzara.
Y así lo hizo, con una ansiedad propia de su latente miembro que ya le reclamaba entrar en el moreno, pero con la suficiente delicadeza como para no hacerle mucho daño a este, entró.
Pero Byakuya sintió un dolor agudo que le hizo detener el beso y que sin darse cuenta unas diminutas lagrimas rodaran por sus mejillas. Ante esto, el pelirrojo se sobresaltó.
-¿Estas bien?-mientras decía esto estaba completamente inmóvil, como temiendo lastimar más a su capitán, si había algo que tenía muy claro, era que no quería que jamás Byakuya sufriera por su culpa, fuera por lo que fuera.
-Si...-el moreno tomó una gran bocanada de aire-...sigue...-cuando se dio cuenta de lo que acababa de decir, sintió una terrible vergüenza, nunca se creyó capaz de darle a Renji ese tipo de orden alguna vez en su vida, pero estaba entre sus brazos, y no podía dejar a medias ese momento que tanto tiempo esperó, ser suyo de una vez por todas y para siempre.
Renji, comenzó a moverse, y mientras lo hacía, inundaba de besos el torso de su capitán que sobresalía del agua mientras le decía que lo amaba sin cesar, éste, se dejaba hacer y pudo empezar a disfrutar de la excitante situación, que tras unos minutos, se volvió mucho más placentera para ambos.
El pelirrojo aumentó el ritmo de las embestidas, ninguno de los dos podía evitar los sonidos que se escapaban de sus bocas sin que ellos los pudieran ni quisieran detener. Ninguno de los dos había sentido algo así jamás.
Hasta que, al cabo de un rato, por fin llegó el final, donde ambos llegaron a la cumbre del placer y eyacularon, Renji dentro de Byakuya y éste en el agua.
Cuando finalmente pudieron bajar de la nube en la que se encontraban, salieron del agua, se pusieron algo de ropa y cenaron sin separarse ni un segundo, mientras se propinaban besos y caricias sin cesar. Esa sería su última noche en ese romántico lugar, y al día siguiente les tocaría volver a casa. La pregunta ahora era...¿qué les dirían en la sociedad de almas?
Continuará...
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