24. Un nuevo ¿amigo?
24. Un nuevo ¿amigo?
Byakuya contemplaba el peluche ciertamente sorprendido. Ese desconocido se lo regalaba así como así, no le parecía lógico, pero de todas formas...seguía siendo un peluche del emperador alga ¿no?-yo soy Byakuya.
-Encantado- Keikun estrechó su mano con la del moreno quien había intentado poner una especie de sonrisa en su rostro, algo que le resultó muy simpático al peliazul, ya que sabia de antemano, que la persona a la que tenia enfrente, no le era muy familiar eso de sonreír. Ciertamente, al ver su fotografía le había parecido atractivo, pero tenerlo delante, era distinto, poseía una belleza natural, muy agradable a la vista y como estaba comprobando, su piel era muy suave y delicada, este trabajo le iba a gustar más de lo que había esperado en un principio.
-Yo soy Renji- Tsuchiya miró rápidamente a la persona que le acababa de dirigir la palabra, ahí estaba el que debía llorar y le extendía la mano. Parecía ligeramente molesto ¿o eran cosas suyas?
-Hola- Keikun no quería intimar con Abarai, no le estrechó la mano siquiera, tenia claro, que la mejor manera de que ese pelirrojo lo viera como su enemigo, era que lo sintiera como tal, y el mejor método de hacerlo, era ignorando su presencia y fingir que para él no era una amenaza. Renji debía captar de inmediato, que él también estaba interesado en Byakuya, y que si el era un cobarde que no abría la boca, tenia que reconocer que él si actuaba, que él si estaba interesado claramente en el varón Kuchiki y que él no se avergonzaba de nada.
Al otro lado, escondidos entre dos puestos, estaban los conspiradores observando atentamente por los prismáticos sin perder detalle alguno.
-Contacto establecido- Ichigo estaba bastante complacido, sentía que el y su novia habían hecho un buen trabajo contratando a Keikun, y la actitud de su cuñado le hacía reafirmar sus pensamientos, los demás solo contemplaban, nerviosos y excitados la escena, como esperaban, Abarai había reaccionado, lo que les indicaba que no iban mal encaminados y que tal vez el plan no fuera en vano.
-Keikun uno, Abarai cero- Ikkaku estaba muy contento, desde su punto de vista, Renji merecía un escarmiento, era demasiado lento, demasiado inconsciente y demasiado tonto. Ademas le había parecido muy cómico que ese grupo de chicas amantes del amor entre hombres se les hubiera unido. La cosa estaba a punto de caramelo.
Y las jovencitas tampoco hicieron esperar su reacción, cuando una de ellas alzó la vista de la cámara, propinó un codazo a la que estaba a su lado, así hasta que todas observaban como otro hermoso muñeco se había unido a su nueva pareja preferida.
-¿Quién...es... ese?-los ojos de todas resplandecían de la emoción.
-Alguien nuevo se ha unido chicas...va a por Byakuya parece ¿no?-todas asentían con la cabeza mientras se cogían fuertemente de las manos.
-Uy Renji debes luchar...es lo más...más....¡increíble que hemos vivido nunca!-el grito de Orikasa resonó por todo el mercado, los transeúntes se giraban a mirar, pero las chicas sin inmutarse, se agarraban unas a otras mientras intentaban abanicarse entre ellas con una mano y fingían que iban a desmayarse de un momento a otro.
Semejante muestra de entusiasmo hizo que la escena del saludo adquiriese un nuevo matiz.
-Debemos irnos...gracias por esto- Byakuya estaba bastante nervioso, no sabía porqué, notaba una especie de tensión en el aire, que no adivinaba de donde provenía ni el motivo por el que esa tensión existía.
-Espero volver a verte- Keikun, al contrario, estaba complacido, le agradaba mucho ese moreno y más aun cuando notó sobre él la mirada del pelirrojo como si quisiera atravesarle con miles de cuchillas oxidadas, era excitante y divertido, ademas de nuevo para él, puesto que nunca había sido partícipe de un triángulo amoroso.
-Ha sido un placer conocerte- con un ligero rubor en las mejillas, el capitán del sexto escuadrón se alejó del peliazul y se unió al extraño grupo de mujeres, que cada segundo que pasaba le parecía más irreal.
Abarai, por su parte le dirigió una mirada de odio infinito al nuevo integrante de su circulo de conocidos, y al que claramente había incluido en la lista de los más odiados en primer e indiscutible lugar. Pero para su desgracia, Keikun parecía no enterarse o por lo menos lo disimulaba muy bien bajo esa enorme sonrisa que no se iba de su cara ni por un segundo. En momentos como ese deseó que Zabimaru estuviera con el y descuartizar a ese tipo.
Cuando ya estaban todos juntos de nuevo, las chicas sacaron el tema que las carcomía por dentro, y Orikasa ejerció de portavoz de las demás-¿quién era ese chico?
Renji le clavó sus ojos rojos deseando que solo eso bastara para que una cremallera mágicamente cerrara la boca de esa mujer en el acto, por desgracia no fue así y una punzada sacudió su pecho cuando oyó la dulce voz de su capitán.
-No se...coincidimos en el puesto al que nos llevasteis...parece ser que el también siente admiración por el emperador alga- Byakuya solo contemplaba la colección de peluches que tenía dentro de una bolsa amarilla, unidos al nuevo integrante inesperado.
-Es bastante guapo-dijo Kaya, haciendo que el pelirrojo comenzara a hiperventilar y que Kumi le diera un codazo a su despreocupada amiga.
-¿Tu de qué lado estás?-le susurró Kumi.
-Yo del que se bese con nuestro Byaku-bello y nos permita tomarle una foto-hecha la aclaración comenzaron a reírse y a chocar las manos. Para las chicas estaba siendo el mejor día de sus vidas.
Tras una larga hora más consiguieron poner fin a su visita al mercado. Lo que indicaba que sus caminos se iban a separar del de las féminas. Pero estas, no queriendo dar por finalizado el inolvidable día que estaban viviendo, decidieron invitar a comer a los chicos, con la excusa de que estaban muy agradecidas por haberlas protegido durante el trayecto. Como Byakuya tenia hambre, aceptó, el pelirrojo por su parte, estaba tan molesto que prefería sentarse en algún lugar y maldecir para sus adentros, por lo que también se unió a las muchachas y juntos se fueron a un restaurante Kaitenzushi (La barra es como un cinturón que se mueve delante de los clientes llevando platitos de "sushi" de diversas clases. El cliente coge el plato que más le gusta y lo come).
Se acomodaron en una mesa grande y todas se sentaron al igual que Renji, pero Byakuya decidió ir al aseo a lavarse las manos antes de ponerse a comer cualquier cosa. Para su sorpresa, nuevamente y al salir del servicio, se encontró con Keikun.
-¡Vaya! Volvemos a vernos-el peliazul se consideraba buen actor así que no le preocupaba lo más mínimo que el moreno fuera a sospechar nada acerca de esa 'casualidad'.
-Eso parece...-Byakuya volvió a ponerse nervioso, ese chico parecía alegrarse demasiado al verle, eso era algo nuevo para el, acostumbrado a la indiferencia de Renji y a la lascivia de Kenpachi.
-¿Quieres compartir mesa conmigo?-definitivamente lo suyo era ir al grano.
-¿Me regalas un peluche y me invitas a tu mesa? Eso es algo raro ¿no? Y más cuando acabas de conocerme- Kuchiki ya se empezaba a sentir incomodo ante las atenciones de ese joven.
-Bueno te seré sincero...no conozco a nadie que comparta mi gusto por el emperador alga...solo por eso...me caes muy bien-esbozó nuevamente su amplia y radiante sonrisa-además...siguiendo con la sinceridad...eres el chico más guapo que he visto nunca...
Byakuya abrió ligeramente los ojos, pero tras unos segundos los devolvió a su estado habitual-yo...yo...-otra vez tartamudeando...definitivamente era culpa del maldito gigai, debía tener algún defecto-estoy comiendo con más personas...si quieres ser tu el que se una a nosotros no me impor...
-¡Vale!-Keikun interrumpió al capitán del sexto escuadrón eufórico, y comenzó a seguirlo hasta su mesa.
En la mesa, las chicas no paraban de hablar a voces de todas las cosas que habían visto, comprado e incluso planeaban comprar en un futuro. Habían intentado hacer partícipe de esta conversación al pelirrojo, pero este con tal de no hablar con nadie, había cogido unos siete platos y los engullía sin siquiera mirar lo que contenían. Pero las chicas de pronto se quedaron mudas, y cuando Abarai levantó la mirada de los platillos casi se atraganta con algo que parecía pulpo. Ante sus ojos se acercaba su taichou y el indeseable del mercado, tan sonriente como la última vez. Ardió en deseos de atravesarle los ojos con los palillos que estaba usando para comer, pero descartó la idea, sólo porque hubiera sido un trauma para las inocentes chicas.
Byakuya se sentó seguido de Keikun que saludó cortésmente a las muchachas gritonas y estas en el acto se pusieron en acción, le preguntaron su nombre, su edad, sus gustos, si tenia pareja, si trabajaba y lo que les parecía más importante, si le interesaban más los chicos o las chicas.
Cuando esta última pregunta fue formulada, Renji dejó de respirar, Byakuya comía como si nada y las mujeres sentían que el corazón se les iba a salir del pecho.
Keikun, con la elegancia que le caracterizaba y sin inmutarse respondió- ¿no es obvio? -dirigiendo la mirada a Byakuya- los hombres.
Las chicas chillaron como no las habían escuchado hacerlo en todo el día, todo el restaurante se las quedó mirando con curiosidad y algo de vergüenza ajena. El moreno había notado la mirada del peliazul sobre el, pero no quería darse por aludido por lo que continuó comiendo sin despegar la vista de su plato aparentando absoluta calma. Abarai, en cambio, estaba pálido, ese tipo había confesado abiertamente delante de las histéricas que le gustaban los hombres, y no solo eso, tampoco había disimulado indicar qué hombre era el que le gustaba concretamente. No podía creérselo, estaba inmóvil, pero tan furioso que los palillos que sostenía en la mano se partieron por la fuerza que ejercía sobre ellos. Quería matarlo, torturarlo, que sufriera una dolorosa, lenta y angustiosa muerte, pero entonces un efímero pensamiento surcó su mente, si el estaba en esa mesa, comiendo con ellos, era porque su taichou lo había invitado ¿por qué?. Ante la pregunta sintió un nudo en el estómago y excusando que se encontraba mal corrió hacia el lavabo.
El pelirrojo se mojó la cara, estaba bastante caliente por el enojo que sentía en su interior, solo pensar que su capitán podía tener el más mínimo interés en ese chico le angustiaba. La situación era distinta que con el capitán Zaraki, tenía más que claro que este no podía aspirar a la más ínfima posibilidad con su taichou, pero ese desgraciado de pelo azul...algo le decía que si Keikun seguía con sus claras muestras de interés para con Byakuya, éste podía acabar cediendo a su amor...-Eso me pasa por estúpido-se llevó las manos a la cabeza y fue descendiendo hasta el suelo, donde se quedó de rodillas-y me lo va a arrebatar delante de mis ojos...soy un completo estúpido...pero-se le encendió la bombilla-solo estaremos estos dos días-sonrió de oreja a oreja-no podrá hacer...-un momento, en dos días podían ocurrir muchas cosas...
Continuará...
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