15. Estás en tu casa
15. Estás en tu casa
-Quédate Renji...por favor...-Abarai se giró para observar a la persona que le hablaba-no sé hasta cuando estaré así y si mañana no puedo moverme...necesitaré tu ayuda-había un ligero rubor en las mejillas del capitán,que por suerte su teniente parecía no captar.
El pelirrojo sin decir una palabra,caminó hasta el futón donde reposaba Byakuya y tras ponerse de rodillas lo recostó a un lado para dejar un hueco suficiente para que cupiese su cuerpo,una vez hecho esto,se acostó junto al moreno algo nervioso-espero no moverme mucho Kuchiki taichou...nunca había dormido con nadie-se sonrojó,era cierto,era la primera vez que dormía junto a otra persona y en cierta forma se alegró de que la primera fuese su capitán.
-Tranquilo Renji yo no me moveré- Abarai sonrió ligeramente ¿su capitán había hecho un chiste?,no pudo evitarlo y giró su cara para observarlo,el moreno tenia los ojos cerrados y parecía tener media sonrisa dibujada en su rostro,''que lindo''pensó,¿¿¿¿¿qué?????¿¿¿qué le estaba pasando a su cabeza???,bufó molesto por no entender las cosas que estaban pasándole y se arropó a el y a Byakuya,que ya parecía profundamente dormido.
La luz del sol de la mañana comenzó a darle en plena cara obligándole a despertar,estaba desorientado,su cuerpo se sentía muy relajado y no recordaba haber dormido tan a gusto jamás. Se incorporó mientras se frotaba los ojos y los sucesos acontecidos esa noche comenzaron a aparecer en su cabeza,buscó en la habitación la presencia de la persona que debía estar allí y se alivió al ver que no se encontraba ''se puede mover entonces'',eso era buena señal,le asustaba la idea de tener un capitán en estado vegetal para siempre,pero le disgustaba el que ya no necesitara más de sus cuidados ''¿¿qué te pasa Renji??'',empezó a golpearse en la frente,tal vez intentando erróneamente apartar esos pensamientos de ahí,pero sin suerte. De pronto escuchó la puerta.
-Buenos días Renji- su capitán apareció y se quedó parado junto a la puerta abierta-vine a ver si ya estabas despierto para que vinieras a almorzar-parecía muy contento a pesar de todo lo ocurrido.
-¿Qué?¿almorzar?¿tan tarde es?-Abarai se levantó nervioso,¿cómo es que su capitán no le regañaba? debía estar en el cuartel haciendo algo en vez de dormir todo el día.
-Tranquilo Renji hoy nos tomamos el día libre-daba la impresión de que se estaba divirtiendo-si quieres toma una ducha,te dejé uno de mis uniformes,lo tienes encima del lavabo,no tengas prisa aún queda comida por servir,cuando termines comeremos-y tras decir eso dejó a un boquiabierto pelirrojo en su cuarto.
Abarai no se lo podía creer,no solo tenia el día libre,sino que le iban a dar de comer nuevamente como los dioses ¿ese era el mejor día de su vida?. Entró en el cuarto de baño en el que había estado la noche anterior por diferentes motivos y contempló la estancia. Era grande y lujoso,pero no ostentoso,algo que le agradó. Tras la ducha que duró unos 15 minutos,comenzó a secarse el cuerpo,no sabia porque mientras se duchaba los pensamientos esos extraños volvían a aparecer en su desconcertada cabeza y le insistían en que se estaba duchando donde lo hacia su capitán diariamente,provocando en el teniente un sonrojo interminable. Aun sonrojado y una vez seco, divisó el uniforme que le había dicho su capitán,al fin y al cabo vestían igual,solo se distinguían por la capa blanca de taichou,el ginpaku kazahana no uzuginu (la bufanda blanca de seda) y los kenseikan de su pelo. Se vistió rápidamente y aun continuaba con el infinito rubor en las mejillas,¿acaso esa ropa no era como la suya?¿qué le estaba pasando?,se dio por vencido mientras andaba por los pasillos de la mansión,debía hablar con el que le aclaraba las cosas,Ikkaku era su única salvación ante el abanico de sensaciones incomprensibles que estaban fluyendo en él.
Por fin llegó al comedor de la casa,abrió la puerta y observó a su capitán sentado en el porche,fuera del comedor al otro lado contemplando el jardín- Kuchiki taichou ya estoy- Byakuya se giró dejando ver algo de tristeza en sus ojos que rápidamente difuminó para dar paso a una ligera sonrisa,se levantó y tras indicarle al pelirrojo que se sentara él hizo lo propio frente a el. Abarai no pudo evitar mirar la mesa y los ricos manjares que en ella se encontraban.
-Estas en tu casa...come todo lo que quieras-cuando su capitán terminó la frase,Renji vio los cielos abiertos y como si no hubiera comido en toda su vida empezó a servirse de todos y cada uno de los variados platos que allí se encontraban,Byakuya parecía bastante contento al ver el apetito de su salvador,así que antes de que este terminara de llenar su rebosante plato,añadió otro que sin duda alegraría más a su teniente-encargué que te preparasen esto,sé que te encantan-decía mientras ponía ante los ojos del pelirrojo una bandeja llena de taiyaki (el pastelito con forma de pez y relleno de pasta de judías dulces).Abarai ahora si lo podía decir,ese era el día más feliz de su vida.
Los dos compartieron un agradable almuerzo,el pelirrojo hablaba hasta por los codos,mientras su paciente capitán parecía escucharle con atención. Para Renji,esa situación era demasiado cómoda y agradable,llegando incluso a pensar que no le iba a importar que se repitiera,aunque fuese difícil dadas las circunstancias y el papel que jugaba cada uno en la sociedad de almas,pero fuera como fuese iba a disfrutar de ese momento tan entrañable. Cuando terminaron de comer y los sirvientes empezaron a retirar los casi vacíos platos,Abarai se percató de que el plato de su capitán apenas estaba sucio,y al pensar que tal vez no tuviese hambre cayó en la cuenta de que ni le había preguntado...
-Kuchiki taichou ¿está mejor?-¿cómo se le habían olvidado sus heridas?tantas emociones le habían hecho subir en una nube y olvidarse por completo de lo importante.
-Si Renji,me recupero rápido...agradezco tu preocupación,pero olvidemos lo sucedido,quiero pasar página y no volver a recordarlo jamás- Abarai sintió una punzada en su pecho,para su capitán debía ser muy doloroso y entendía sus motivos de querer borrarlo. Un sirviente entró con una bandeja donde había una tetera y un par de tazas que comenzó a colocar frente a los dos hombres,pero el pelirrojo se acordó de Ikkaku y sintió unos fuertes deseos de salir de la mansión para hablar con su amigo,además debía contarle lo que ocurrió con Zaraki Kenpachi.
-Kuchiki taichou- éste alzó la vista-debo irme,discúlpeme-tras esto se levantó,hizo una reverencia a su capitán y salió corriendo de allí.
La mañana de ese mismo día,un decidido Kira Izuru había salido de su habitación en busca de Hisagi Shuuhei,y ya pasado el mediodía aún no lo había encontrado. Y no porque no le hubiera puesto ganas,sino porque cada vez que iba a hacerlo alguien le pedía que hiciese algo,que dada su bondad,no podía rechazar. Se maldijo a sí mismo por su mala suerte,pero cuando iba rumbo al décimo escuadrón a entregarle un informe al capitán Hitsugaya,divisó un grupo de hombres entre los que como no,destacaba su querido moreno. Sin poder evitarlo,dio el informe a un shinigami que pasó por su lado indicándole a quien debía entregárselo y fue derecho al grupo.
-Perdonen-interrumpió el rubio,todos se giraron a observarlo y Hisagi mostró sorpresa mezclada con pena-¿me permiten hablar con el teniente Shuuhei por favor?-los hombres se miraron unos a otros y comenzaron a alejarse de la pareja.
El moreno se puso nervioso,después de la ultima vez que se habían visto las cosas habían acabado muy mal entre los dos y no precisamente por su culpa,así que decidió que no iba a hablar hasta que el otro no lo hiciera,al fin y al cabo el pidió permiso a los demás para hablarle.
-Hisagi-san...quería disculparme por lo que te dije el otro día,no iba en serio-el corazón de Shuuhei dio un vuelco,¿lo amaba?¿el beso no fue un error?-no puedo perderte como amigo y menos por un fallo tan tonto como un beso...olvidemos lo que pasó...yo solo estaba asustado y no sabia lo que hacia...no dejemos que algo así arruine nuestra amistad...-Kira se encontraba fatal diciéndole eso,pero era lo único que se le ocurría para justificar su comportamiento y volver a estar junto a el como si nada hubiera pasado,por qué lo que más deseaba en el mundo es que las cosas fueran como antes entre ellos. La respuesta del moreno no se hizo esperar.
-¿Así que todo fue porque estabas asustado?-que dolido estaba,pero era un alivio saber que Izuru no quería dejar de ser su amigo ni le odiaba...podría soportarlo-esta bien...olvidado-puso la mejor sonrisa que pudo y para evitar que sus traicioneras lágrimas hicieran acto de presencia,pasó el brazo por encima del rubio disimulando-¿vamos a comer algo?
Continuará...
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