Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

41.

Torneo Kengan.


Una vez más el pobre viejo de Yamashita estaba siendo regañado por su jefe. Esto no era algo nuevo en el trabajo, a veces hasta es el pan de cada día, los compañeros de anciano sienten pena por el abuso laboral que ponen sobre él, pero es lo mínimo que pueden hacer ya que no quieren darse el lujo de por un imprudencia perder el trabajo.

—¡Maldita sea!—estampó unos papeles contra el escritorio.—¡Te dije que quería eso para hoy!, ¡inútil!, ¡¿acaso tus orejas llenas de pelo no te permitieron escucharme?!, ¡¿o eres estúpido?!

Gritaba y gritaba, haciendo cada vez más escándalo, queriendo llamar la atención y imponer autoridad sobre alguien débil. En el fondo a Yamashita esto le parecía patético, pero todavía más patético era él; tenía ganas de ser alguien más fuerte, alto y con valor para poder darle una lección a ese individuo. No obstante, no lo es.

—¡L-lo lamento mucho, señor!—exclamó nervioso.—¡Mi in-intención no era hacerlo e-enfadar!, ¡e-es solo que tenía muchas cosas que hacer y se me pasó!

—¡Entonces tatuatelo en la cara para que cuando te veas en un espejo te acuerdes!—vocifero y al terminar golpeó el escritorio.

En ese mismo instante, alguien interrumpió este brutal y exagerado regaño, una persona que hizo volver a sus cabales al jefe del señor Yamashita.

—¿V-vicepresidente?

—¿Eres Kazuo Yamashita?

El nombrado se sorprendió.

—S-si, soy yo.—respondió.—¿H-hice algo malo?—cuestión confundido.

—No, no.—negó con la cabeza.—El señor Nogi quiere verte. Necesita decirte algo.

—¿A m-mi?—pronunció sin poder creerlo.

—Si.—asintió.—Ven, es urgente.

Incapaz de poder comprender la situación, Yamashita lo siguió hasta el piso más alto donde se instalaba el dueño de todo esto, Nogi. Estaba nervioso, asustado, no entendía el porqué de la llamada pero no podía pensar en algo positivo sobre ello.

El ascensor llegó, los dos salieron, el vicepresidente se detuvo en la puerta y lo dejó entrar solo a él.

—¿Señor Nogi?

—Yamashita Kazuo.—giró su silla rodante.—Es un gusto conocerlo.—sonrió amablemente.

¡Que simpático!—pensó para sus adentros.—E-el gusto es mío.

—¿Sabés para qué te mande a buscar?—Yamashita negó con la cabeza.—Acércate, toma asiento.

—A-ah, ok.—se sentó.—¿Q-qué sucede?

—Como sabes somos una empresa muy famosa y una de las mejores en el país entero.

—Si.

—Resulta que, personas como yo, como nosotros, Yamashita, formamos parte de algo mucho más eufórico que sólo un par de números y papeleo.

—¿N-nosotros?

—Exacto.—lo miró.—Haya abajo, sin que nadie lo sepa, en la sombras se organizan peligrosos combates que pueden poner en juego la vida humana.

Sintió un escalofrío al oír eso.

—N-no entiendo a qué se refiere señor Nogi, con todo respeto.

Nogi sonrió. Se acercó a Yamashita, puso sus brazos sobre el escritorio y se inclino con su expresión tan profesional.

—Le habló de los torneos Kengan.

—¿T-torneos Kengan?—frunció el ceño.

—Si, señor Yamashita.

—Los torneos Kengan son una organización de peleas clandestinas donde grandes y pequeñas empresas o lugares de negocios se ven involucradas para ganar algo a cambio.—de la nada, apareció una mujer rubia bastante hermosa y con clase.—Me disculpo por mi repentina intrusión, mi nombre es Kaede Akiyama.—extendió su mano para saludarlo. Ambos la estrecharon.—Es un gusto, señor Yamashita.

—No, el gusto es mío. Y, no tienes porque llamarme “señor Yamashita”, solo dime Kazuo.—dijo amable.

—Está bien, como guste.

—Como mi secretaria, Kaede, te acaba de explicar—habló Nogi.—los torneo Kengan son una organización que reúne peleadores de alto calibre para pelear por nuestros intereses personales.

—Ah, bien.—rió nervioso.—P-pero, señor Nogi, ¿q-qué tengo yo que ver con eso?—pregunto.—Aunque suena muy loco.—pensó.

—Bueno, Yamashita, usted se encontró con alguien en el cual he tenido la mira desde unas cámaras de seguridad lo captaron peleando con una pandilla y un grupo Yakuza.—explicó.—Su nombre no sé muy bien cuál es, pero creo que se llamá Ohma. O algo así.

Yamashita se sobresalto sorprendido, ese fue el joven con quien chocó esa tarde.

—¡Y-yo...!

—¿Reconoce ese nombre?—lo miró fijamente.

—¡M-me encontré con él en la calle y n-nada más!—contestó sincero.—¡No tenía idea de que era un peleador!

Nogi sonrió.

—Lo sé.—dijo.—Ese joven, hace unos meses atrás, se enfrentó a mí representante para los combates Kengan. Un ex-Yakuza con un cuerpo extraordinario fue derrotado por él fácilmente.

—N-no tenía idea...

—Pero ahora sí, señor Yamashita.—expresó.—Dígame, ¿le gustaría formar parte de los combates Kengan?














Tokugawa fumaba de su pipa mientras observaba al joven guerrero comer unos aperitivos hechos por sus sirvientes. Ohma Tokita, con vendas alrededor de su cuerpo, se estaba alimentando de una sabrosa sopa, arroz, pescado, carne de cerdo y pollo, con salsa de soya y un buen jugo para acompañar todo esto.

—... Sorprendiste al mundo ayer.—mencionó el viejo.—Y ahora, estas comiendo como todo un tigre aferrándose a la vida.

Ohma trago todo lo que tenía en la boca y dijo:

—Tenía hambre.

Tokugawa rió un poco.

—Lo sé.—suspiro.—Come todo lo que quieras, te lo mereces después de todo. Eres un invitado especial.

—No me gustaría abusar de tal hospitalidad.—sonrió.—Muchas gracias por esto.

—Está bien, no hay porque ser tan cortés.—dijo.—Disfrutalo.

Ohma esbozo una sonrisa de mejilla a mejilla y continuó comiendo. El anciano espero a que terminará de devorar todo lo que le trajeron, al cabo de unos minutos dejó cuatro platos vacíos a un lado junto a un par de tazas donde tenían los demás condimentos alimenticios.

—¿Qué harás ahora?—preguntó.—Peleaste con Baki, la mejor pelea que he visto hasta ahora en mi vida entera. ¿Qué harás?, ¿no era tú deseo pelear con el más fuerte?

Ohma rió.

—Señor Tokugawa, yo sé que Baki no es el más fuerte sino su padre. Quise tomarlo como un escalón, quería probarme a mi mismo.—explicó.—Me dije a mi mismo que si venzo a Baki Hanma tal vez podría vencer a Yujiro Hanma. O bueno, eso pensé en su momento, pero me pareció estúpido.—suspiro.—Entonces... Quise enfrentarme a Baki, no como un escalón a Yujiro, sino porque él era el campeón y... Porque Baki Hanm es fuerte y yo voy tras los más fuertes.

Es igual que todos ellos. Pero sin duda, demostró ser bastante especial ayer.—pensó el viejo.—Así que ahora has perdido toda motivación, ¿eh?

—No.—la respuesta, por alguna razón, puso feliz a Tokugawa.—Hay todavía personas muy fuertes haya afuera, peleadores interesantes.

—¿Cuál es el siguiente paso entonces?

—Ahora mismo mi siguiente paso es...—sonrió como un niño.—... Los torneos Kengan.

—Oh, vaya sorpresa.—exclamó sorprendido.

—Escuché de ellos y me llamó la atención. Supongo que no estaría de más probar.—dijo.—Además, todavía no he perfeccionado por completo mi estilo Niko. O por lo menos no hasta donde yo quiero.—de repente, lanzó un jab al aire y miró su puño.—Pero... Siento que me he vuelto un poco más fuerte.

Tokigawa refunfuño un poco.

—Me imagino.—fumo de su pipa.—Son como niño cuando se trata de pelear, no hay duda de eso.—pensó.

—Bueno,—se levantó.—fue un gusto haber charlado con usted, muchas gracias por la comida.

Tokugawa asintió.

—De nada.—dijo.

—Ah, y mandele mis saludos a Orochi Doppo, no creo que lo vea de camino, me tengo que ir lo más pronto posible.

—Espera, ¿a dónde te hospedaras?

—No se preocupe por eso, encontré una mansión abandonada donde puedo quedarme un tiempo y terminar de recuperarme como quiero.

—¿Enserio?—Ohma asintió.—Vaya, esos gustos tuyos son... Sotisficados.

—No me complicó mucho.—dijo.—Cuídense, señor Tokugawa.

—Lo mismo para tí, Ohma Tokita.

El joven se fue. Tokugawa suspiró, un tanto nostálgico.

—Ese muchacho hizo leyenda...

Ohma caminaba por las calles de la ciudad, pasó por una tienda donde escuchaba uno de los tantos televisores hablar de el luchador profesional Sekibayashi Jun, luego pasó a un anuncio de un comercial sobre un puerto de pesca a la costa del país mostrando a un gran hombre con falta de pelo.

A la distancia, pudo ver a alguien dirigirse a la tienda, es Baki Hanma. Los dos se miraron, el menor se sorprendió al encontrarse con él por aquí.

—¿Ohma?, ¿qué haces aquí?—preguntó el menor.

—Lo mismo digo.

—Vivo aquí cerca.—apuntó la dirección por donde.—Ahí, en esa esquina.

—Genial.—dijo.—¿Y qué vas a hacer?

—Solo iré la tienda.

Al contestar, Ohma se fijo que sus heridas todavía no habían sanado, aún los hematomas estaban marcados en su rostro.

—Tus heridas no se han curado, ¿no?—dijo Baki.

—No.—respondió.—Las tuyas, creo que no son tantas así que...—se encogió de brazos con una mueca.

—Bah, viejo, todavía me duele el estómago.—dijo sonriendo.—Tus golpes fueron muy buenos, me duele el cuerpo de solo recordarlo. Tus técnicas son impresionantes y tu estilo es hermoso.

Ohma se sonrojó.

—G-gracias.—dijo nervioso.–Lo mismo puedo decir. Eres muy fuerte y increíble.

—Parecemos una pareja halagandose.—bromeó. Ohma solo se puso aún más rojo.—Como sea, ¿a dónde vas?, porque a la tienda no será.

—Me voy.

Baki alzó una ceja.

—¿Tan pronto?

—Si.—dijo.—Participaré en los torneos Kengan, veré como le hago para entrar.

—... Entiendo.—suspiró.—Es una pena, pero está bien.

Ohma, recordando la pequeña charla con Tokugawa, le preguntó a Baki:

—¿Cuál será tu siguiente paso?—el menor lo miró.—Me refiero a, ¿qué harás ahora?

—Bueno... Peleare contra mi padre.

—... Wow.

—Si, lo sé.—rió nervioso.

—Buena suerte. Tengo fe en que lo vencerás.

Baki agradeció por el optimismo pero él sabe bien que no es así de simple.

—Gracias pero... No creo que sea tan fácil. No lo lograré.

—Eres fuerte, lo harás.—motivo.

—Si tú dices.—se sonrojo.—Oye, tengo algo que decirte sobre la forma en que usas tu estilo... Estilo Niko, ¿no?

—Si.

—Verás, eres muy astuto, sabes analizar al oponente y usas de una forma muy inteligente el estilo Niko, sin embargo te falta improvisar un poco más, debes de ser más variado, en nuestra pelea parecía que te atascabas y quedabas sin ideas.

—Bueno, tampoco es que seas un hueso fácil de roer.

—Lo sé, pero...—lo pensó por un segundo.—... Tienes que hacerme caso, ser más creativo con las técnicas del estilo Niko te ayudarán mucho.

Ohma sonrió, conmovido por el consejo de Baki.

—Gracias por eso, lo tomaré en cuenta.

—Bueno...—le mostró la mano abierta.—Adiós. O nos vemos.

—Nos volveremos ver, Baki Hanma.—chocó los cinco con él.—Quiero la revancha cuando me vuelva más fuerte.

—Te estaré esperando, Ohma Tokita.

Después de este último intercambio de palabras, Ohma se fue.








Unos días después, un hombre llamado Yamashita Kazuo tocó la puerta de aquella mansión abandonada donde se establecía temporalmente el pelinegro. La puerta se abrió sola al tacto, no tenía seguro.

—¿H-hola?—su voz hizo eco. No hubo respuesta.—¿E-está aquí... O-Ohma?

Una vez más no hubo respuesta, entonces de repente y de la oscuridad salió el nombrado muchacho, solo con pantalones puestos y mostrando su físico impresionante, sorprendiendo hasta al mismísimo Kazuo.

—¿Si?

—¿Eh?—dejo de estar hipnotizado por su cuerpo.—H-he venido aquí por parte de empresas Nogi p-

—Espera.—interrumpió.—Kazuo Yamashita, ¿eres tú?

—A-ah, ¡si, soy yo!—exclamó. Sorprendiendose de que lo recordará.

—Lo lamento, no te estaba reconociendo.

—N-no pasa nada.—tartamudeo.

—¿Y qué deseas, Yamashita Kazuo?

—He venido de empresas Nogi para que pelees en los torneos Kengan.

Al oír esa noticia, sonrió regocijandose de emoción por dentro.

—Con que tan pronto.—susurro.

Ohma de repente chocó sus puños de la emoción.

—¿O-Ohma?

—Kazuo Yamashita. ¿Serás tú mi representante?

—S-supongo que sí.

—Dime...

—¿Uh?

Ohma lo miró.

—¿Quieres pelear conmigo?




















Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro