Desaparecido.

Doppo orochi, la leyenda del karate en carne y hueso, sus manos tan grandes y duras, su rostro cictarizado por un pequeño atentado del pasado, de hace unos meses atrás con un convicto, caminaba por las calles pasando desapercibido entre todos. No buscaba alguna pelea casual para quitarse el aburrimiento, tampoco estaba de paseo, sino más bien se dirigía a cierto lugar.

A las afueras de la ciudad, en una costa llena de almacenes, había cierto de estos donde se suele encontrar un problemático joven. Había pasado un mes desde la última que supo de Ohma Tokita, quien desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Si, ya ha pasado un tiempo desde aquella humillación. Nadie sabía lo sucedido entre Yujiro y Ohma.

Desde hace un mes, Doppo, ha estado visitando ese sitio con la tenue esperanza de volver a ver a ese muchacho. Tal vez Tokugawa tenga razón, se encariño con el joven peleador, tal vez porque se parecía un poco a su hijo, tal vez porque él era conocido de su maestro, o tal vez empatizo un poco solamente. Quien sabe, ni si quiera el propio karateka lo sabe.

—... ¿Qué estoy haciendo aquí?—se preguntó a si mismo observando a la nada.

Pero Doppo no era el único ahí. Un niño rubio de ojos azules estaba caminando alrededor del sitio, observando ventana por ventana para encontrar, seguro, a la misma persona que él buscaba.

El niño se percató del hombre mayor, quienes al hacer contacto visual, Doppo respondió con una sonrisa y el menor se sonrojo nervioso, sintiendose intimidado saludo con su mano y se acercó al más grande para preguntar:

—D-disculpe, señor.—tartamudeo.—¿H-ha visto usted a un chico que siempre viene aquí?

Doppo suspiro.

—No, lo lamento.—contestó.—Estamos igual, pequeño.

—¿E-es usted amigo suyo?—preguntó inocente.

—Soy un conocido.—contestó.—¿Y tú?

—Creo que yo también soy un conocido.—respondió.—¡S-soy su fan!, ¡me gusta mucho como pelea!—exclamó sonrojado de la vergüenza por revelar ello.—¡Siempre lo veo pelear contra pandilleros y yakuzas, otras veces con otros tipos que saben pelear!—imitaba golpes de manera torpe.—P-pero... Él no ha vuelto.—dijo apenado.—He venido michas veces pero no lo he vuelto a ver.

—Te entiendo.—sonrió, mostrando positividad.—No te preocupes, donde sea que él esté, estará bien.

El niño sonrió, feliz.

—¡Si, Ohma es muy fuerte!

Luego de eso, los dos se despidieron y volvieron por sus caminos de regreso. Doppo volvió a su rostro serio mientras volvía a casa.

—Ohma, ¿dónde estas?

En medio de la habitación estaba parado un hombre robusto, de piel morena, su cabello negro, largo, atado en una larga trenza que sobrepasaba su cintura, vestido sólo con pantalones negros, observaba el objeto enfrente suya, un costal. Detrás de él, estaba nada más ni nada menos que el hijo de Doppo, Katsumi, quien estaba esperando por ver las fantásticas maniobras de su amigo.

Retsu Kaioh estaba respirando con suavidad, con sus ojos cerrados, sereno y tranquilo, como siempre, educado y paciente; hasta que por fin hizo un movimiento. Se acercó al costal con calma, ha cierta distancia golpeó tres zonas, la baja, la media y la punta, haciendo estallar este, sacándole todo el relleno por detrás.

—¡Vaya!—exclamó Katsumi.—¡Bravo, bravo!—aplaudía.—Pensé que te habías oxidado, pero me equivoque.

Retsu volvió en sí mismo, respirando hondo y exhalando, miró con una sonrisa al contrario.

—Jamás he descuidado mi entrenamiento.—dijo con cierto orgullo.

—Tú siempre tan disciplinado.

—Ese es el camino de las artes marciales.—miró su puño por unos instantes, pensativo.—Dime, ¿es cierto lo de Hanayama?

—Sip.

—Ya veo.—pronuncio.—Según escuché él desapareció desde hace un mes.

—Desconozco las causas, pero si, lo hizo.—comentó.—Tampoco es que me importe un busca problemas como ese. Es solo un idiota.

—Para ti todos son así.—bromeó.

—¡Oh, vamos, debiste de haber visto lo arrogante que es!

—Hm... Si, claro.

—¿Eh?, ¿a qué vino eso?—hizo una mueca.—¿Qué intentaste insinuar?

—Nada, nada, solo estaba pensando.—dijo.

—¿En qué?

—Cuando escuche sobre la derrota de Hanayama, lo oí por parte de unos yakuza que estaban comiendo en un restaurante, las mesas estaban al lado. Hubo algo que me llamó la atención.—Katsumi alzó una ceja, confuso.—“Se puso rojo”, dijeron.

—... ¿“Se puso rojo”?—soltó una risilla.—¡Seguro fue por todos los golpes que le dieron!

—No, Katsumi.—replico.—Había algo raro en todo eso, dijeron algo como una “transformación” o “forma”...

Retsu lo recuerda como si fuera ayer, esos tipos estaban emocionados y vueltos locos hablando sobre ello, intentaban ser discretos pero en el mismo sitio que ese guerrero chino nada podrían ocultar, mucho menos si se trata de Hanayama.

—Había oído algo similar una vez.—mencionó Retsu.—Mi maestro me habló de una “técnica prohibida” que pone en riesgo la vida del portador, pero también es muy peligrosa. Es una espada de doble filo.

—¿Qué clase de técnica es esa?

Habiendo tensión en el ambiente, Retsu miró nuevamente a su amigo a los ojos con total seriedad.

—El advance.

—¿Vamos a ir para la pelea o qué?—cuestionó un joven.

—Espera dejame llamar a mis padres...

De repente el contrario, quien era más imperativo tomó del brazo a su amigo.

—¡Olvidate de eso, nos la vamos a perder!

—¡Wow!

Lo jaló consigo para el subterráneo de un club nocturno. Se dirigían a las “death combat” lugar donde Yakuzas organizaban peleas clandestinas para entretener al público sediento de sangre.

Entrando a ese sitio se podía sentir la tensión, el pesado ambiente por la euforia y adrenalina que desprendía la gente en ese sitio. Había un ring de boxeo en medio y todos lo rodeaban, ese ring estaba lleno de sangre por las peleas anteriores, unos ayudantes subieron para limpiarla y que los siguientes combatientes no tengan algún accidente en ella.

Una persona vestida de forma elegante subió al ring, con un micrófono, era el presentador, quien tomó una bocanada de aire para hablar.

—¡Damas y caballeros!, ¡han sido testigos de peleas increíbles y salvaje esta noche, pero creo que esta los emocionara aún más!—aviso.—¡Por este lado tenemos a un atleta que de seguro es conocido por algunos!, ¡su arte marcial es el muay thai, pero no es proveniente de thailandia, sino europeo!, ¡se dice que su estilo es brutal y totalmente violento, que es una bestia combatiendo!—el público se comenzó a emocionar.—¡Denle un gran aplauso a Ramon dekkers!

El mencionado entró, recibiendo una lluvia aplausos y apoyo por parte de todo el público. Un hombre rubio, de piel blanca, de media estatura, se notaban sus fuertes brazos y piernas, su mirada era intensa más que la de cualquiera.

—¡Por el otro lado, tenemos a un nuevo peleador, así que por favor tratenlo bien!—exclamó.—¡Nuevo en este lugar, un joven y valiente muchacho entra en las death battles!, ¡alto, cabello negro, con cara de pocos amigo, un estilo desconocido!, ¡y sin saber más nada sobre este misterioso joven, le damos la bienvenida a Ohma Tokita!

Pasando la puerta de entrada, Ohma impresionó a todos con su apariencia, dejando paso a la imaginación y dándoles grandes expectativas a todos.

—¡Que esta pelea, empiece aquí, en esta noche!

Ohma y Dekkers chocaron los puños, en un saludo.

—Buena suerte.—dijo Ohma.

—Igualmente.

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Listo, damos comienzo a la segunda parte de este fanfic.

En esta parte, luego de la humillación, Ohma para recomponer su orgullo y dignidad, decide volver a entrenar por sí mismo pero está vez con más esfuerzo y a combatir contra oponentes fuertes.

Esto lo llevará a encontrarse con personajes de la franquicia de Baki. Así que digamos que se acerca lo bueno ahora si.

Aquí pueden dar su opinión de la primera parte, lo que les gustó y lo que no.

En lo personal me gusto porque fue una nueva experiencia como escritor aunque eso ya lo he dejado claro antes.

Para los que estén interesados en saber, Ramon dekkers existió, aquí les dejo un video de este brutal guerrero:

Disfrutenlo.

Adiós.