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Una despedida

Estábamos caminando por los pasillos de la comisaría en la que el alfa Min Yoongi trabajaba. Por supuesto todo era pulcro y perfecto. Era parte del cuerpo especial, lo ví apenas en la pelea del bar, el tipo era poco más bajo que yo, casi similar a Jimin, pero su presencia y su aura, era definitivamente la de un alfa. Y tuve la mala suerte de cruzarme con algunos licántropos allí afuera que dejaron mucho que deseat, por lo que no me disculpo por dudar de este que se está acercando a mí con sus ojos rasgados y su cabello negro como la noche, semi largo y extremadamente oscuro junto a su pálida piel. En otra vida podría haber sido un vampiro con esa palidez.

— No estoy seguro si me agrada —dije mientras lo ví venir a mí.

— ¿Por qué no? —susurró Jimin a mi lado.

«Primera vez que lo veo hipnotizado y no es conmigo»

— Eres un idiota —dijo TaeHyung a mi lado. Eso llamó mi atención un poco confundido y pudo notarlo por la forma en que lo miré—. ¿Estás celoso de que el niño mire embelesado a alguien más?

Su sonrisa era juguetona.

Luego de mi confesión de aquello que me conectaba a su hermano, nuestro momento a solas en la habitación fue tenso al inicio. Me sentí demasiado vulnerable después de confesar frente a él y de rodillas que parte de mí deseaba a su hermano de la forma más enferma y asquerosa que podría existir. No quería que TaeHyung lo supiera, pero tenía que hacerlo. Tenía que decirle. Aunque me asqueara de mi mismo.

(Horas antes)

— Jinnie —la voz de TaeHyung fue suave mientras el vampiro caminaba en círculos en su habitación una vez que estuvieron solos—. SeokJin —decidió llamar con mas ímpetu.

El vampiro lo miró, sus ojos pálidos tenían la esclerotica roja del previo llanto. TaeHyung lo vió atemorizante, inalcanzable y a la vez vislumbró ese delicado ser humano que conoció una vez. Tan vulnerable y tan roto.

— Estoy bien —dijo SeokJin. TaeHyung lo miró con amor y con pena. Aquello hizo que SeokJin se rompiera de nuevo—. Lo siento, no quiero sentir esto. Me doy as-...

—Hey, hey —TaeHyung se aproximó sin pensarlo dos veces y lo estrechó entre sus brazos.

SeokJin era dueño de unos hombros demasiado anchos, TaeHyung sintió que le costó rodearlo con comodidad y por completo, pero no le importó cuando SeokJin, su Jinnie, escondió el rostro en su cuello y aspiró con fuerza.

Aquello puso la piel de TaeHyung de gallina, tan débil... Tan a flor de piel, lo apretó más fuerte y SeokJin hizo lo mismo, sus sollozos se calmaron. Sus brazos apretarón más, su nariz pegada a la carótida de TaeHyung. El dhampir sabía lo que SeokJin estaba haciendo. También sabía lo que necesitaba.

— Ah-...Ha-Hazlo... —dijo con un gemido.

El cazador, cazado y dominado una vez más. A TaeHyung no podría importarle menos. Si SeokJin era quien clavaba sus colmillos en él, aquello valía la pena. Aquello se sentía perfecto, correcto.

"Joder~a..." Su voz fue débil, su vista se nubló. Sus piernas temblaron y no supo en qué momento dejó de ser quien sostenía para ser sostenido mientras esos colmillos pasaban las siete capaz de piel, encontraban su carótida y luego sentía al vampiro succionar con un gemido ronco y bajo en la parte posterior de su garganta mientras la sangre entraba en su sistema.

Su sangre. TaeHyung sonreía como un ebrio feliz al pensar en eso. Estaba ido, flotando. No estaba seguro, pero para él, ellos flotaban en el aire mientras SeokJin hacía eso de... De alimentarse de él.

Por su parte, el vampiro estaba también más allá del bien y del mal. Toda sensación enferma se aplacaba cuando estaba con TaeHyung. Jaejoong pasaba a ser un mal recuerdo lejano, casi inexistente. Esta forma de conectarse a TaeHyung era tan perfecta. Tan precisa, los demonios en su cabeza realmente se callaban cuando poseía a este hombre todo para él. Era el consuelo perfecto que necesitaba. TaeHyung y nada más que TaeHyung, y su corazón latiendo como un constante tambor que daba vida a SeokJin.

Seguido a eso, soltó al dhampir, lamió la marca para que su saliva sellará el hueco sangriento de sus colmillos y lo sostuvo por un momento. TaeHyung tenía las pupilas dilatadas cuando sus miradas se encontraron, sus ojos también estaban húmedos, hasta que segundos más tarde, el azabache puso su mano en su mejilla. SeokJin resistió el impulso de mecerse como un gatito hambriento de afecto, pero inevitablemente cerró sus ojos.

— Voy a matarlo —susurró TaeHyung.

Y lo susurró de una forma tan convincente que SeokJin se estremeció, abrió sus ojos y asintió sin decir más.

(En la actualidad)

— No me importa. No me pone celoso, sólo es extraño... Míralo —dije señalando a un Jimin sonrojado que se arreglaba la ropa para recibir de cerca al alfa Min.

Una mueca inevitable se formó en mi rostro.

— Sí, bueno... Min tiene ese efecto —dijo TaeHyung.

Y a la mierda mi atención sobre Jimin, mis ojos lo buscaron y notaron los miel de TaeHyung mirando a Min Yoongi con una sonrisa particular que me retorció las entrañas.

— ¿Qué signif-...?

— Kim TaeHyung —dijo la voz rasposa del tipo frente a mí, bueno, frente a TaeHyung—. Siempre es un gusto reunirme contigo.

— El gusto es recíproco —respondió TaeHyung, extendiendo su mano.

Y que me jodan si no noto el maldito coqueteo, por lo que no pienso correctamente cuando aparto la mano de TaeHyung y la reemplazo con la mía.

—Kim SeokJin —exclamé con una voz más grave de la que suelo usar. E incluso dije mi nombre entre dientes.

Noto la sorpresa del alfa Min poco disimulada. Su ceja derecha se elevó, miró mi mano y no retrocedió. Él la estrechó y sonrió ladino, TaeHyung a mi lado suspiró sonoramente.

—Te ví, en el rescate a tu chico...

"No es mi chico" "No es su chico" "No soy su chico"

Apreto mis dientes ante esa fascinante coordinación que tuvimos entre TaeHyung, Jimin y yo, y me sorprendo sólo un poco cuando Hyungsik sale detrás de mí exclamando muy divertido:

—Es la primera vez que los veo de acuerdo en algo a lo tres juntos —su voz divertida, pero sigilosa.

TaeHyung a mi lado resoplaba, obviamente y Jimin estaba enrojecido. Eso fue nuevo, el chico se veía extrañamente tímido y a la vez algo embelesado por el alfa licántropo frente a nosotros. El mismo que ahora pintaba una sonrisa ladina.

— Me "triplemente" retracto en ese caso, entonces —añadió mirando a Jimin—. Es un gusto conocerte oficialmente —añadió su mano al chico quien la tomó con una sonrisa coqueta y algo tímida.

¿Qué carajos? Ese no es el Jimin que conozco, pero como sea.

— Te ví cuando fui llevado a ese antro de vampiros —mencionó el gatito.

Era verdad, ahora que lo recuerdo.

— Es cierto, estuviste con tus hombres allí antes que nosotros —exclamé.

Los ojos rasgados de Min Yoongi viajaron hacia a mí, asintiendo y observando a su alrededor.

—Vengan conmigo —nos dijo grupalmente y nos llevó a lo que parecía su oficina.

El lugar era minimalista, colores negros, marrones y blancos. Muy aburrido, pero extremadamente limpio con una oficina en el centro y una cajonera de archivos. Dos sillas frente a su escritorio y un pequeño juego de tres sofás en el resto de la pequeña sala.

Lo estaba haciendo bien en ese lugar para verse no más de cuarenta. Probablemente apenas tocando los 30.

— Públicamente usa la edad de 34 —respondía TaeHyung a mi lado, no susurró, pero tampoco lo dijo tan alto. Sus ojos miel se fijaron en mí cuando voltee a verlo—. Te preguntabas su edad. Ellos envejecen más lento que el resto de la población, pero son bastantes eternos. Conozco a Min desde hace años, largos años —la última parte fue dicha más alta.

El licántropo giraba y sentaba su trasero en su propio escritorio.

— Trato poco y nada con vampiros. TaeHyung es el único intermediario que me cae bien —añadió el tipo, mirando a TaeHyung de arriba a abajo.

— Muy bien, al parecer —dije sin poder controlar mi boca y mis instintos. Apenas me dí cuenta que me paré más cerca de TaeHyung y casi gruñí la estúpida frase.

— Tranquilo —dijo el perro alzando sus brazos—. si no olvido lo que sé respecto a ti, probablemente tenías solo cinco años cuando TaeHyung y yo tuvimos algo.

Y puedo jurar que mi edad fue dicha casi despectivamente. El tipo rió y mis dientes rechinaron de tan apretados que estaban, pero controlé mi temperamento nuevamente.

—Así que TaeHyung no se metía con vampiros pero si con perros mientras apenas había aprendido a dejar de cagar en mis pantalones —añadí.

Bueno, mi temperamento de forma física estaba controlado al apretar mis puños y dientes, pero no sirvió para controlar mi boca.

TaeHyung me miró sorprendido, Min no parecía ofendido en absoluto.

—Oye, relájate —dijo con ceño fruncido.

Sin embargo cuando mis ojos encontraron con los suyos, sus pupilas estaban dilatadas y una sonrisa casi asomaba en sus carnosos labios. Algo dentro de mí también se sintió muy satisfecho.

— Estás totalmente encantado con lo que acabo de decir —dije sorprendido.

No fui yo quien se sintió satisfecho, era él. TaeHyung estaba totalmente encantado con el hecho de que estaba muriendo de celos de él y el alfa Min.

TaeHyung se puso colorado por un momento y me recordó que así se ve cuando esta ido y bien follado. El recordatorio me golpeó con un calor intenso recorriendo mi ingle, hasta que la risa del alfa Min, cortó el momento. TaeHyung a mi lado sacudió la cabeza y aclaró su garganta, mientras pasaba su mano por su cuello, más precisamente dónde mis incisos se clavaron cada vez en estas últimas horas.

— En fin —dije, intentando evitar que mi polla se pusiera más dura dentro de mis malditos pantalones , muchas gracias TaeHyung—, no estamos aquí para hablar de eso —solté intentando quitar mi atención de mi compañero a mi lado—. Sólo quería saber que tan confiable eras para dejar a Jimin contigo y tu manada.

Jimin aclaró su garganta a nuestro lado, estaba silencioso y aún embelesado. El alfa Min también lo miró, y quizás esté alucinando la jodida y extraña tensión en la habitación, pero no. Podía oler la excitación suave debajo de la piel de Min mientras miraba a un Jimin que parecía ese gatito inofensivo e indefenso que, en realidad es un felino salvaje con garras.

Sus pupilas incluso se dilataron. ¿Qué carajos estoy presenciando?

— Mi manada cuidará bien del chico —dijo con voz rasposa—. No lo tendré bajo mi vista por unos días, pero espero volver para verificar que se haya puesto cómodo.

Jimin saltó del sofá en el que estaba con el ceño fruncido—. Hyungsik dijo que tú me cuidarías —exclamó—. Sé que puedes hacerlo sin sentirme como una carga. Cuidas de toda tu manada.

Mis ojos se dirigieron al alfa—. ¿Cómo carajos sé que en tu manada no van a pretender hacer con él lo que intentó el nido del maldito Matthew? El mismo que ya no existe gracias a mí —recalqué.

Los ojos del alfa finalmente se centraron en mí, fijos e incluso asesinos, no debería reír de forma ladina por haberlo provocado, pero se siente extrañamente bien y mi pregunta es jodidamente justa. No acabo de salvar a Jimin de un nido de enfermos chupa sangre abusadores para meterlo en otro.

Por un instante nos miramos en silencio, sus ojos dorados destellaron hacia mí e incluso siento a TaeHyung tensarse listo para salir como pacificador, pero los ojos llamativamente amarillos se calman, y se desvanencen al instante:

— No sucederá. No somos como los de tu raza, yo soy el alfa y por encima de mí, no pasará nadie más. Tengo gente de confianza que cuidara de él mientras yo no esté. Uno de esos es Hyungsik a quien ya conoces. Confía en él, no en mí —me dijo firmemente.

Y si bien quise responder altanero, eso era cierto, aunque no confirmaba que nadie quisiera propasarse con el indefenso humano.

— ¿Y donde carajos se supone que estarás? —cuestioné al final.

Min aspiró con fuerza y miró entre TaeHyung y yo unos segundos.

— Contigo —me respondió—, en Rusia.

Mis cejas se fruncieron un poco en confusión, mis ojos se dirigieron a TaeHyung y este respondió de inmediato a mi mirada y pregunta no formulada:

— Lucas recibió más información del V'okulltizme. Mi hermano tiene un gran ejército y parte de la sede se fue con él. Mis hombres no son suficientes —dijo de forma tensa—. Min traerá parte de sus hombres y enviamos un mensaje encriptado a varios enemigos de mi hermano que no dudarían ni un minuto en hacerlo comer polvo. Varios de ellos son algunos de los que me ofrecieron ayuda y apoyo muchas veces y me rehúse por tener sentimientos fraternales —dijo agachando la cabeza.

Apretando mis dientes asentí y miré a Hyungsik antes de salir de esa oficina—. Si algo le pasa, olvidaré que alguna vez pensé que eras atractivo ¿Me oíste?

Hyungsik abrió sus ojos enormemente luciendo como ese cachorro peculiar que conocí en un inicio, pero luego asintió. Mirando mi reloj, solo teníamos unas horas para prepararnos. El vuelo saldría al anochecer, Lucas no estaba creído que Jungkook podría caminar en la luz del día, porque intentó calcular el horario para su protección. Pero se manejaba con su propio jet brindado por la sede de vampiros asquerosamente billonarios.

Antes de salir me acerqué a Jimin una última vez, sus ojos sonriendo para mí con un deje de tristeza y sus brazos enroscandose a mi cintura. Mis brazos lo rodearon una última vez. Aspiré su cabello y olía a su shampoo de avellanas y crema de piel del mismo aroma. Era pequeño y se sintió más frágil que nunca.

— Lamento haberte hecho sentir como una mierda que no valía nada —dije besando su cabeza—. Sabes que estoy más que agradecido contigo.

Jimin rió y presionó sus brazos más fuerte alrededor de mí—. Tú me devolviste las ganas de vivir y en cierta forma ayudaste a que ya no quisiera ser parte de tu mundo —susurró, luego se apresuró a verme—, me refiero a los vampiros —añadió con un brillo nostálgico en sus bonitos ojos.

Sus labios esponjosos encajaban perfecto en su dulce y ovalado rostro. En cierta forma creo que quizás en otra vida, en otros tiempos y sin tanta oscuridad a nuestro alrededor, hubiéramos sido buenos amigos. Merecía una vida más tranquila, lamentablemente ya estaba metido en este mundo, pero con los licántropos estaba inevitablemente más en su hábitat que con vampiros chupasangres sin alma y bien muertos.

— Cuídate. Y si esto no es para ti...

— Lo es —se apresuró a decir, luego sonrió mirando detrás de mí a alfa Min—. Lo ví de soslayo la noche que me secuestraron. Estaba entre la multitud del club y sus ojos se clavaron en mí viéndome como nadie más lo ha hecho —susurró—, es extraño, pero deseo estar aquí.

Aspirando con fuerza, asentí y dejé escapar el aire por mi nariz, Jimin sonrió con un deje de tristeza y miró en dirección a TaeHyung y susurró aún más bajo.

— Si digo que te cuides ¿Será en vano, cierto? —exclamó, sus ojos se humedecieron.

Él lo sabe.

—Haré lo que tiene que hacerse —susurré—. Tú preocúpate por no contraer pulgas.

— Oí eso, Kim —dijo el alfa detrás de mí.

Jimin apenas dibujó una sonrisa y sólo me miró seriamente una vez más.

— Te estoy agradecido por haberme encontrado —susurró, mi mano fue sin dudarlo a su mejilla y Jimin cerró los ojos un momento mientras una lágrima se derramaba de sus ojos, anteriormente húmedos.

Apretando mis dientes, besé su cabeza rápidamente y exclamé una vez más—. Gracias por todo, mantente a salvo —alejándolo rápidamente, salí de allí de inmediato sin esperar ninguna palabra extra de él, ni de nadie.

Sentí a TaeHyung tenso detras de mí, pero no como al inicio. Él tiene la jodida certeza de que soy suyo, hasta donde se me permite. No necesitaba despedirme de nadie más, Jimin me ayudó a llegar a dónde estoy y sabía de antemano que no volvería a verlo. Él también lo sabía.

¡Jin!

Por poco y corrí detrás de él para alcanzar sus zancadas. Sé que despedirse de Jimin no debió ser tarea fácil, pero estaba extremadamente más distante y frío que en otras ocasiones. Y esa despedida fue jodidamente extraña.

Cuando llegó al auto, recién ahí se detuvo y suspiró.

— Podrías haberte despedido de Min —dije sólo para soltar algo.

Se veía extraño, estaba extraño, podía sutilmente sentirlo.

— ¿Para qué? Ira a Rusia con nosotros ¿O no? —soltó mirando alrededor, varios trausentes pasaban por las calles de la comisaría y se nos quedaban viendo.

Algunas mujeres fascinadas, hombres intrigados. Otros asqueados. Me quedé en silencio parado a su lado un momento.

— Min solo fue una aventura —exclamé.

Él finalmente puso sus ojos pálidos en mí y sonrió ladino—. Jodidamente no pregunté.

Me encogí de hombros—. Sólo quería aclararlo, no fue tan serio como sonó allí adentro —exclamé.

Quería reírme de mí. Estaba siendo patético intentando ponerlo celoso. Estoy demasiado viejo para eso, pero no quiero adentrarme en esa extraña despedida que tuvo con Jimin.

Sé que el chico le importa, pero había algo más allí.

— Lo conoces hace demasiado tiempo —dijo apoyado en la puerta del pasajero—. ¿Que tan largo fue eso "no tan serio"? Ciertamente sigues en contacto con él —exclamó sin gracia—. Será difícil creer que no quiso poner sus manos y más sobre ti sabiendo como te ves... —sus ojos vagaron por mi cuerpo—, cómo lo haces. Cómo te mueves...  —añadió relamiendo sus labios carnosos, un sutil colmillo presumiendo en la esquina de su boca—, y a que sabes —susurró inclinándose más cerca de mi rostro.

Mi polla no tendría que haber temblado dentro de los confines de mi maldito pantalón, pero me declaro culpable. Se veía extrañamente irritado y su voz rasposa fue un subidon de adrenalina y más.

—No fueron tantos encuentros —respondí como si estuviera en un trance. Mis ojos iban de los suyos a sus labios.

—Mmm... Pareciera tener cierta fascinación por ti, aún —añadió, carajo su voz ronca estaba debilitando mis rodillas en plena luz del día y una calle sumamente recorrida de San Francisco.

— ¡Vamonos! —dijo la voz de Lucas detrás de nosotros—. No tenían que esperarme, necesito atar algunos cabos antes de irnos, ofrecí a Min que venga con nosotros. Su manada irá por otro lado. Ciertamente no es tan viejo para hacerse de su propio jet, eh —dijo en forma de chiste, pero luego se detuvo para prestarnos atención.

Jin aún seguía inclinado hacia mí y yo seguía preso de su mirada. Congelado. Ansioso.

— No van a follar en la jodida via pública. Métanse al auto y vayan a casa. Tenemos una agenda que cumplir —dijo una última vez antes de ir a su auto.

Jinnie apretó sus dientes, cortó el contacto visual primero y se metió en el auto en el asiento del pasajero, esperando por mí. Condenenme por necesitar unos segundos para recuperar la función cerebral e intentar que mi polla no se hinchará por demás dentro de mi pantalón por estar, segundos mas tarde dentro del mismo espacio vehicular y reducido con un Jin tenso y pensativo.

Armándome de paciencia, ya dentro, me detuve en un semáforo, el horario pico era un asco y sólo tendríamos que seguir la corriente del tráfico. La música suave del auto era el único sonido entre nosotros.

— Jimin se vió extrañamente perturbado cuando te fuiste —añadí.

Creí que no estaba escuchándome e instantáneamente me pregunté si la conexión con mi hermano estaba perturbandolo justo ahora:

— Él estará bien —dijo sombriamente.

Miré el semáforo, estaba en verde, pero el tráfico estaba detenido y bullicioso.

— ¿Decidiste confiar en Min? —cuestioné.

Él negó con su cabeza, aún mirando hacia afuera.

—Confío en qué Jimin sabe defenderse si fuera necesario, pero él estará bien —añadió más suave—. Al parecer ustedes tienen gustos similares —añadió fijando sus ojos en mí, nuevamente.

Finalmente.

Exhale y rei secamente—. Quizás los tenemos —dije intentando sonar relajado.

Una risa seca salió de sus labios—. Y pensar que para llegar a ti tuve que lidiar con tu estúpido rechazo —mencionó recordando el pasado, nuestro inicio. No hace tanto y aún así, pareciera ser tan lejano.

—Mi rechazo fue con la intención de mantenerte a salvo porque estaba extrañamente atraído hacia a un humano insoportable y ruidoso.

Su risa me sorprendió por un momento. Fue ronca, divertida y sus ojos me miraron en todo momento. Brillantes y peculiarmente hermosos. O quizás lo hermoso era el sol acariciando su piel pálida, dándole un aura angelical a la criatura diabólica que era en realidad. Pero se veía hermoso riendo así.

Me sentí y me ví a mi mismo un poco embelesado al respecto. Su risa fue grave y melódica. También un poco impertinente y sensual.

— Gracias, hombre. Es genial saber que pensabas que era ruidoso e insoportable —susurró inclinándose más cerca.

«¿Cuánto tiempo pasó desde el último beso que le dí?»

Mi mano se disparó a su cuello, rodeando el mismo, largo fuerte y marcado. Jinnie siempre fue dueño de un cuello largo, jodidamente atractivo y cuando mis dedos lo rodearon, presionaron y lo atrajeron a mí, yo capturé sus labios al instante. Su risa se convirtió en un gemido ronco que me tragué cuando su lengua se adentró a mi boca y mi lengua fue invasiva y posesiva como la suya.

El beso fue desgarrador. Hambriento y necesario. Olvidé que estábamos en medio de la calle, en mi auto y esperando a que el tráfico de la hora avanzará. Me olvidé de todo y me rendí cuando su lengua tomó el control de la mía y sus manos acunaron mi rostro y sus dientes mordiendo mis labios logrando hacerme desear, temblar y gemir en su boca como un muerto de hambre.

Estaba temblando desesperado intentando librarme de mi cinturón cuando la bocina de un auto resonó y nos dimos cuenta que podíamos avanzar.

— Carajo —resoplé acomodando mi cabello y relamiendo mis labios hinchados.

La respiración de ambos era un desastre y yo me sentía a flor de piel. Sensible y deseoso. Arranqué el auto lo que el tráfico me permitió. Los bastardos detrás de mí a bocinazos estaban siendo dramáticos, no podíamos movernos mucho.

— Dios, ahora ese puchero —dijo su voz áspera a mi lado.

Mi ceño fruncido se dirigió en su dirección—. No hago pucheros —dije contradiciendolo por puro gusto.

Él rió secamente y de forma ladina. Me detuve de nuevo y lo miré.

— Sí lo haces. Y te ves hermoso —exclamó fijando sus ojos en mí mientras su mano salía disparada a mi cabeza.

Sus dedos pasaron a través de mi cabello y se asentaron en la zona de la nuca tirando allí. Presionando, sosteniéndose y jalándome hacia él. Mordiendo y sangrando mi labio inferior para besarme y saborear mi sangre. Mi polla estaba demasiado apretada en mis pantalones cuando su lengua serpenteó por mi labio llevándose la sangre.

Lo escuché y lo sentí gemir en mi boca, sostener mi rostro una vez más, y devorarme sin reparo. Su boca y la mía de par en par comiéndose, obligándome a seguirle el paso, aferrándome al cuello de su chaqueta con mis dedos temblorosos mientras su lengua follaba mi cavidad posesivamente.

«Voy a correrme por un maldito beso»

Ni siquiera me dí cuenta que estaba balanceándome hacia él como gato en celo hasta que una de sus manos presionó sorpresivamente mi polla atormentada y una maldita galaxia explotó detras de mis párpados junto con un gemido que él se tragó en ese beso voraz.

Fue nuevo. Intenso. Fuego desde mi interior, me sentí temblar y también exhausto, pero feliz, sin cargas. Sólo este momento existía. Él conmigo acariciando mi rostro y su pulgar mi labio manchado de sangre, cuando abrí los ojos lo suyos tenían sus pupilas dilatadas, un mancha roja en su labio inferior y sus colmillos allí, apenas escondidos.

Él es perfecto, sin importar qué.

Su sonrisa me sacó de mi ensoñación—. Eres tan hermoso —susurró—. Pero deja de poner esa cara, prometo que lo harás luego —dijo juguetón.

Mi ceño se frunció, el tráfico seguía atascado, pero los ruidos de afuera apenas llegaron a mí.

— ¿Hacer qué? ¿Qué cara pongo? —dije desorientado sin ver nada más que a él. Incluso estaba apoyado sobre su mano, mi cuerpo casi de lado en el asiento del pasajero.

Él relamió sus labios llevando la última gota de sangre y apretando sus ojos ante el sabor y el placer, luego me miró una vez más y exclamó—: Te ves como si quisieras saltar sobre mi polla. Prometo que lo harás luego al llegar —susurró.

El calor subiendo hasta mi cuello y empañando mis mejillas fue inevitable. Él rió y besó mi frente mientras se quitaba el cinturón de seguridad—. Muevete para el asiente del pasajero, yo conduzco —ordenó, besándome una vez más, pero suave y sin prisa.

Lo siguiente que hice fue moverme a su asiento y dejarlo tomar el control del auto. De al auto y de mi vida.

Estaba totalmente perdido por él, no quería volver alejarme de su lado nunca jamás de nuevo.

Finalmente llegué. Perdón la tardanza 😭l@s leo ❤️

Con amor niñita Nanykoo 💜

Perdón tanta tardanza, pero sigo acá 😭

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