El pesar de la culpa
Lo estaba mirando fijo con mi mente en blanco, en ocasiones ni siquiera lo hacía a propósito. Y no necesitaba saber que pensaba, lo había verbalizado.
—Sólo pidemelo —exclamé, no es que necesitara que lo hiciera para dejar de depender de Jimin, podía hacerlo. Había pensado mucho esas horas afuera luego de haberme alimentado de él.
Pero quería que TaeHyung-...
— ¿Y qué? —atacaba repentinamente, sentado más erguido y cerca de mi rostro—. ¿Qué quieres que diga? ¿Que saques a Jimin de tu vida y luego qué? No te gusta la sangre de animal ¿Saldrías a cazar o qué? ¿Qué estás pidiéndome? ¿Qué sea yo quien te alimente? —susurraba entre dientes—. Estás loco si crees que voy a hacer eso —poniéndose de pie se alejaba de mí y suspiraba.
Estaba tenso, todo su cuerpo, no podía verlo a los ojos y yo no podía leer su mente, pero así como sus palabras me habían herido, sabía que también lo herían a él.
—No quiero que hagas algo de lo que puedas llegar a arrepentirte, pero sería genial que dejarás de verme como la mierda aquí. Prefiero alimentarme de Jimin por diferentes motivos. Desde que lo hago he dejado de herir a inocentes y no puedo simplemente presentarme a algún lugar donde tenga donors a su disposición porque tu hermano me encontraría —susurré—. No es una excusa, es lo que soy y es la verdad. No te culpo por la bestia en que me convertí, pero es lo que soy y si vas a enojarte cada vez que necesite alimentarme, entonces te pido perdón por haberme propasado contigo anoche.
No era mentira mi disculpa, mi hambre por TaeHyung pudo haber sido simplemente un poco demasiado como para darme cuenta que sí, quizás TaeHyung es físicamente débil a mí, pero no pensé en como se sentiría luego. No estaba pensando sólo actuado como un jodido animal. El animal que detesto ser.
—Fui egoísta —exclamé acercandome un poco a él quien se erguía de espaldas a mí—. Sólo quería desesperadamente estar contigo y no pensé en como podrías sentirte luego. Lo siento, no lo volveré a hacer y no pretendo tampoco que hagas algo que no deseas.
Su silencio era demasiado ensordecedor, pero necesitaba pedir perdón por mis acciones.
—Me doy asco cada vez que satisfizo a la bestia en mi interior, pero no puedo evitarlo. Lamento no poder evitarlo, para ser honestos ni siquiera puedo mirar a ambos a los ojos. Jimin me detesta, supuse que lo haría y tiene todo el derecho, al igual que tú. Bueno, tú incluso más, puedes odiarme si así lo quisieras.
—Yo no te odio, imbécil —susurraba finalmente.
Mi alma inexistente volvía a mí cuando TaeHyung me hablaba,.su silencio y mirada fría era más hiriente que un puñetazo y palabras fuertes. Al menos significaba que todavía sentía algo.
¿Odiarlo? Ojalá fuera tan simple, pero sería injusto.
—La próxima que necesites alimentarte de él, no lo hagas bajo mi techo —ordené—. Es lo único que te pido.
Sus ojos azul cielo bajaban hacia el suelo y su mente en blanco me tenía en ascuas esperando su respuesta.
—Claro, lo siento —susurraba.
Cuando relamía sus labios llevaba su cabello, ahora negro, hacia atrás. Se veía tan jodidamente bien que era una maldita tortura.
— ¿Cuando verás a tus padres? —pregunté, intentando pensar en otra cosa que no sea querer saltar encima de él.
—Ahora —exclamaba—. Me esperan, así que iré con Lisa, pero estaba pensando en llevarte conmigo —susurraba.
Frunciendo mi ceño suspiraba extrañamente complacido—. ¿Por qué quieres que vaya contigo?
—Mi madre preguntó por ti —susurraba—. Lisa me contó los recuerdos que suprimió de ella, aún mantiene aquellos que los incluye a ustedes por si algo sucedía, para que pudieran pedirles ayuda. Aunque sé que mantienes su casa vigilada —mecionaba.
Suspirando asentí—. Te debía mantenerlos a salvo y lo seguiré haciendo, pero no sé si deba de ir contigo. Aún tenemos cuentas que aclarar tú y yo, como por ejemplo ¿Por qué realmente estás aquí ahora? ¿Por qué me dejaste encontrarte? No pusimos las cartas sobre la mesa como corresponde —dije entrecerrando mis ojos.
Sus hombros se volvían más anchos cuando aspiraba por aire, toda su anatomía tensa haciendo que se viera tan intimidante. Evitaba sentirme avergonzado porque no haber dejado las cosas claras era culpa de ambos. Por ser un par de animales en celo con una sola idea en mente. Y ni había sido hablar de negocios.
—Si estás finalmente más calmado para tener una conversación decente conmigo y no querer golpearme o insultarme en el proceso, entonces podemos hablar del por qué te necesito —exclamaba viéndome a los ojos.
Suspirando tronaba mi cuello—. ¿Querer golpearte? Probablemente siempre tenga ganas de querer hacer eso por haber huido —recalque, pero me quedaba atónito cuando se me aproximaba repentinamente con una expresión desesperada.
—No quería herirte, lo digo en serio —exclamaba—. No podía controlarme. ¿Por qué te cuesta tanto creer que tu sangre huele demasiado bien para mí? Sé que tienes la misma necesidad de querer corresponderme —susurraba cerca de mí—. No pretendo que lo hagas, pero ¿Podrías entenderme por una maldita vez y dejar de pretender que no estás tan desesperado por esto como yo?
Carajo, este era el problema de enfrentarme a él y de que finalmente se deje ver demasiado vulnerable. Inevitablemente levantaba mi mano y tocaba su rostro o al menos lo intentaba porque su teléfono sonaba repentinamente, pero no hacía nada por atender, sólo continuaba viéndome y me sorprendía otro poco cuando echaba su rostro sobre la mano que había dejado en el aire con la intención de tocarlo.
—Lo siento, dime qué hacer para dejes de estar así conmigo —susurraba con su voz grave. Me perdía cuando su brazo se enroscaba en mi cintura y sus ojos se abrían y nuevamente sus pupilas estaban dilatadas, completamente expandidas al punto de cubrir su color celeste claro.
Pasando el nudo en mi garganta, me daba cuenta que su teléfono no dejaba de sonar y sonar.
—Contesta la llamada —dije con voz grave y temblorosa.
Lo veía apretar sus dientes y rehusarse otro poco, pero el llamado no cesaba hasta que se alejaba de mí y respondía. No podría nunca explicar con palabras lo frío que me sentía ante su lejanía, era ridículo y estúpido. SeokJin no era cálido, me repetía una vez más.
—Hola —decía suspirando y luego sonreía con un deje de tristeza—. Sí, mamá. No te preocupes —exclamaba—. Te veré en unos momentos. Adiós.
Cuando se giraba a verme fregaba su rostro y nuevamente su cabello era jalado hacia atrás, era una tortura simples ademanes que hacía y yo babeaba como un adolescente hormonal del que estaba muy lejos de ser o parecerme. Sin embargo, si no se hubiera alejado, no sé que hubiera hecho ante su interrogativa.
"Dime qué hacer para dejes de estar así conmigo" mi respuesta era simple y llanamente egoísta.
—Tengo que irme.
—Voy contigo —dije sin pensarlo, su rostro se iluminaba por mi respuesta y mi corazón saltaba como imbécil—. No bajaré, pero esperaré por ti en el auto ¿De acuerdo?
Él asentía mientras salíamos de la habitación para encontrarnos con Lisa despidiéndose de Jungkook y Jimin seguía allí, de pie y con un puchero en su rostro que denotaba lo joven que era para estar tan metido en este mundo de mierda. En ocasiones me daba tanta lástima como me frustraba y provocaba rechazo tenerlo cerca.
— ¿Ya te vas? —preguntaba de inmediato abordandolo—. ¿No me dejaras ir contigo?
SeokJin suspiraba cuando tenía al pequeño lame bolas sobre él, con sus manos en su pecho, pero lo veía tomar sus muñecas y quitarlas con calma.
—No te conocen y ya tengo suficientes mentiras que decir, no quiero tener que añadir más —susurraba Jin.
Repentinamente Jimin se soltaba—. ¿Qué se supone que haré? No puedo estar sentado frente a la computadora para ver si su hermano aparece por sus radares o los nuestros —decía cruzándose de brazos.
SeokJin suspiraba—. Come algo, mira televisión. Entrena un poco, jamás has querido saber cómo defenderte, hay una habitación completamente equipada que podrías usar.
SeokJin me miraba como si pidiera permiso, pero me sorprendía cuando JK exclamaba—: Yo puedo entrenar a la pequeña princesa. Si algo sucediera tener que cuidarlo sería una carga.
Lisa y yo lo mirabanos al mismo tiempo y Jimin se horrorizaba.
—Él va a matarme, me odia —decía acercándose a Jinnie una vez más y aferrándose a él, carajo—. No quiero quedarme a solas con él —decía el niño.
—El sentimiento es mutuo —decía Jungkook con una sonrisa que dejaba ver sus colmillos—. Pero realmente serías una carga si algo sucede. Para todos, puedo entrenarte, de todas formas no duermo y no confío dejándolo solo y merodeando por aquí. ¿Tú vas con Jin y Lisa, no? —preguntaba en mi dirección.
Jimin me miraba con ceño fruncido—. Sí. Iré con SeokJin —y su nombre completo sonaba extraño para mí.
Él era mi Jinnie.
Jimin entrecerraba sus ojos y lo miraba—. ¿Irás con él?
SeokJin lo miraba con su mejor cara de poker, era tan frío y distante aunque Jimin estuviera aferrado a él.
— ¿Entonces él puede y yo no? —su voz se quebraba. Su cabeza era un caos, incluso JK no había dicho nada ante la vulnerabilidad de Jimin y la frialdad de SeokJin—. Increíble, este tipo básicamente detesta lo que eres, apenas puede verte, pero si está necesitado te permite entrar, luego de eso sólo eres una bestia más que suele cazar. Jin, él te rechaza constantemente y sin embargo ¿A él lo dejas ir contigo?
Sus palabras habían salido atolondradas, con rabia. Una tras otra con un nudo marcado en su garganta y su cabeza llena de todo tipo de palabras más crueles que había evitado vociferar. El tipo me detestaba, realmente lo hacía y me sorprendía cuando mis pies habían avanzando sin mi consentimiento, con la rabia cocinándose en mi interior, mis puños apretados y mis dientes igual al punto de dolor hasta que me encontraba frente a la pequeña y jodida cosa insoportable y demandante de cabello rubio.
—Te agradecería que mientras estés bajo mi techo, guardes tus opiniones sobre mí porque jodidamente no me interesa saber lo que piensas y no necesitas gritarlo para saberlo.
—Tú no mereces a Jin, él te da asco. Lo detestas y se te nota. Sólo lo quieres porque aún tienes debilidad por su polla, pero eres un jodido hijo de pu-... ¡Ah!
Mi mano había salido disparada a su largo cuello sin previo aviso, ni siquiera yo mismo lo había notado hasta que mis dedos apretaban a su alrededor con fuerzas.
—J-ji...Jin —su mano se aferraba a la chaqueta de Jin y lo miraba con sus ojos húmedos, mi mano seguía presionando y a la distancia podía oír la felicidad de JK por haber reaccionado a las palabras de Jimin.
Sin embargo, Jin no hacía nada por él, sólo mirando entre ambos con esa cara de poker de lo mejor.
—Dhampir... —la voz de Lisa sonaba preocupada, muy a la distancia mientras que yo necesitaba conectar mi cerebro a mi mano y que obedeciera a mis deseos.
Parte de mi no quería esto, yo no hacía daño a los humanos, pero la otra parte oculta y cansada, había odiado cada una de las palabras que Jimin había escupido sobre mí con respecto a Jinni-SeokJin.
"TaeHyung" podía notar en mi visión periférica que Lisa deseaba acercarse a mí, pero Jinnie alzaba su mano y ella se detenía. Quería dejar de presionar el cuello de Jimin, pero su cabeza seguía maquinando en contra mía.
"No lo mereces" "Se dará cuenta que no lo vales" "Se quedará conmigo al final de la historia" y lo que más me enfurecía era que, él no sabía que yo podía oír sus pensamientos, lo cual me hacía dar más rabia, porque eso significaba que deseaba demasiado a Jinnie, más que simplemente querer sacarme de quicio a mí y mi mano apretaba más fuerte. Sus ojos a punto de salirse, era chistoso, si lo veía desde una perspectiva divertida, pero se estaba desvaneciendo ya, su mano aflojaba sobre la mía y...
—Sueltalo, cariño —susurraba Jinnie en mi oído, sus labios rozaban mi oreja y luego sus colmillos rozaban mi lóbulo, allí sutilmente y me volvía tan débil y desquiciado que ni siquiera notaba cuando mis dedos se aflojaban sobre el cuello de gacela de Jimin y este caía sobre el suelo y tosia por recuperar el aire.
Mis ojos buscaban a Jin y ahí estaba, cerca de mí, mirándome como si fuera el único en la habitación, sin importar que Jimin estuviera intentando recobrar el aire en el suelo y luego su dedo tocaba mi mentón—. ¿Estás bien?
—De-desgraciado, es a mí a quien casi matan —sonaba la voz ronca de Jimin.
— ¿Estás bien? —repetía Jin tomando mi mano, estaba temblando y recién lo notaba cuando él me sostenía—. No pasó nada —luego me sonreía y me soltaba para levantar a Jimin.
Yo no podía articular palabra alguna, sólo estaba tonito de mis propios actos, pero la rabia quería volver cuando veía como Jinnie sostenía a un Jimin pálido que, me observaba furioso.
—Casi me mata y ¿Te preocupas por él? —decía enojado.
—No iba a matarte —le respondía Jin, observando su cuello y revisando que estuviera bien.
Dentro de mí había una llama de celos que ardía cada vez más intensa mientras veía a Jimin en sus brazos. La pequeña mierda se refugiaba aún más alevosamente en él.
—Pero lo intentó —susurraba mirándolo con unos ojos de cachorro desdichado, mi puño se apretaba una vez más y mi respiración se volvía irregular.
— ¿Y bien? —JK aparecía en escena y quitaba a Jimin de los brazos de Jin—. ¿Defensa personal, princesa? Eres una maldita carga. Ven, toma un poco de agua.
Las intenciones de Jungkook eran meramente molestarlo y quitarlo del camino, pero Lisa se aseguraba de que cuidara de Jimin.
— ¡Por favor sé amable con él! —exclamaba antes de que se perdieran en la cocina .
"¡Si, mi vida!" Escuchaba a Jk responder. Si no le sacaba la mierda en nuestra ausencia, Jimin la tendría barata.
— ¿Vamos? —preguntaba Lisa camino a la puerta.
Jin se acercaba una vez más a mí y alzaba mi rostro el cual acunaba con sus manos.
— ¿Vienes conmigo o te-...?
—Voy contigo —exclamé sin dudarlo.
Lo último que veía era esa sonrisa suave y ladina otra vez.
TaeHyung había conducido camino a casa de mis padres mientras yo sentía que mi presión sanguínea inexistente aumentaba con cada cuadra cada vez más cerca del que solía ser mi hogar.
—Todo estará bien —decía Lisa en el asiento de atrás—. Sé lo que estoy diciendo. Va a estar bien.
— ¿Qué vas a decirles? —me preguntaba TaeHyung repentinamente—. Volverás a verlos en un tiempo ¿Que les dirás? —preguntaba estacionando frente a la casa de mis padres.
Cuando veía el frente y las piedras de adoquín que formaban las paredes a la vista se me cerraba la garganta, pesaba demasiado pasar el nudo en ella y mis ojos ardían. Sin importar que dijera, iba a lastimarlos al alejarme, Rose ya no estaba y los recuerdos de ambos jugando en el patio delantero hacían doler mi pecho.
—Hey ¿Quieres que vaya contigo? —la voz de TaeHyung sonaba suave y cuando giraba mis rostro me miraba con sus hermosos ojos color miel y había tristeza en ellos.
No se veía tenso y lejano. Sonriendo negué con mi cabeza.
—No es necesario —exclamé—. Por el momento tener a Lisa es lo que necesito —dije mirando hacia atrás.
La hechicera asentía y salía del auto primero, el hechizo para que mis padres no notarán que no había un corazón latiendo, ni sangre bombeando que mantuviera mi cuerpo cálido, consistía en un aceite especial que había hecho pura y exclusivamente para ellos. Con sus dedos pasando sutilmente por la parte posterior de su cabeza la emulsión infectaría directo su corteza cerebral, haciéndoles creer en este caso que yo era algo que no era en realidad.
Un ser humano cálido, común y corriente, mientras que en realidad era una bestia que intentaría contener sus ganas de alimentarse deliberadamente de dos humanos débiles que no tenían idea a quien estaban dejando entrar en su morada.
— ¿Seguro no quieres mi compañía? —preguntaba TaeHyung una vez más. Luego suspiraba—. Quizás oler mi sangre haga que te controles mejor... Ya sabes, alrededor de ellos —decía sorprendentemente sonrojado.
Sonriendo tuve que relamer mis labios—. Salir al exterior no es para nada fácil. Puedo oler la sangre de todos. Es una tortura, algún que otro aroma llama más mi atención y aún así evito seguirlo. Estar solo con mis padres no será gran trabajo —exclamé sin verlo, aún continuaba viendo la casa—. Lo difícil será mirarlo a los ojos, recordar irremediablemente a Rose y saber que su muerte fue mi culpa.
—Hey, mírame —su mano cálida tomaba mi mentón y me obligaba a verlo—. Sabes muy bien que no estabas en tus cinco sentidos, y si quieres culpar a alguien culpame a mí porque no pude detenerte. Eras mi responsabilidad y lo arruiné todo porque no podi-...
No esperaba que sus labios estuvieran sobre los míos como dos pétalos suaves que me provocaban a querer sentirlo más fuerte.
Él estaba vulnerable, su beso pacífico no lo había visto venir, no estaba pensando en eso antes de besarme, no estaba pensando en nada y sin embargo aquí estaba presionando su boca a la mía y el aire retenido abandonaba mis pulmones a través de mis fosas nasales y sin pensarlo dos veces tomaba su rostro sacaba mi lengua para pasarla por sus labios y pedir permiso a qué los abriera para mí.
La quietud del interior del auto contrastaba con la electricidad que fluía entre nosotros. El mundo exterior desaparecía nuevamente mientras mis labios se restregaba y acariciaban con los suyos, y el tiempo se detenía. Era un instante de conexión, de deseo contenido y de emociones a flor de piel. Especialmente las mías.
Los latidos de mi corazón resonaban más fuerte. En ese pequeño espacio, en ese momento suspendido, mi alma lo encontraba. Lo encontraba y lo reconocía . El beso prometía un futuro incierto, pero en ese instante, todo era perfecto.
El mundo seguía girando, pero Jinnie me besaba como si nada más importara, en ese auto, en ese beso, podía sentir la necesidad desgarradora que tenía por pertenecerme, era la misma que la mía. Por pertenecer a él. Su lengua bailaba con la mía y mi estómago cantaba de placer, enviando todas las sensaciones correctas (e incorrectas para el momento en particular) a la zona sur de mi cuerpo. El calor se aglomeraba en mi bajo vientre y...
—Joder... —gemí, mientras me alejaba de su boca.
Él esbozaba una sonrisa—. Gracias por estar aquí —susurraba sobre mis labios—. Ahora voy a entrar antes de que pueda arrepentirme —luego de eso mordía mi labio y bajaba del auto.
Antes de arrancar camino aquí, ya tenía sus lentillas color miel que me recordaban a como solía verse, aún así no era el mismo. Estaba tan roto que había tenido una repentinamente iluminación de que yo no estaba uniendo sus partes. Sólo había estado haciendo las cosas más difícil para él y me sentía como la mierda.
Cuando lo veia caminar en dirección a su antigua casa, nuevamente su mente estaba en blanco, a veces me olvidaba toda la tortura por la que mi hermano lo había hecho pasar para que se volviera tan fácil para él simplemente apagar sus emociones. Nuevamente me sentía como la mierda, pero no quería perderlo de vista cuando finalmente avanzaba con Lisa a su lado.
— ¿Listo? —me preguntaba la hechicera.
— Jamás lo estaré, pero adelante. Mi madre está ansiosa de verme —dije con un deje de congoja y culpa.
Cuando Lisa golpeaba la puerta, mis padres no tardaban en abrirnos, nos estaban esperando y no se sorprendían cuando Lisa los abordaba primero para lo que ellos creían que eran un simple saludo. En ese tiempo ausente de mi parte Lisa había cuidado bien de ellos, incluso mintiendo por mí, a esta mujer le debía demasiado por haber mantenido cuerdos a mis padres. Y a TaeHyung le debía muchi por haberlos cuidado y mantenerlos a salvó.
Mientras los saludaba amablemente, notaba justo el momento en el que Lisa colocaba sus manos con la emulsión especial en la nuca de cada y suspiraba con el viento estas palabras:
Desde este instante, la perspectiva de la realidad se moldeará según mi voluntad, arraigada en su mente cual semilla de encantamiento.
Había notado la leve pausa en las acciones de mis padres, cómo habían quedado dormidos una fracción de segundos y ahora despertaban en lo que podría ser llamado "realidad alterna" o mejor dicho "alterada" y finalmente mi madre venía sobre mí con sus brazos envolviendome y una sonrisa angelical en su rostro. Mi padre sonreía y palmeaba mi mejilla con cariño y luego mi hombro, había entrado en un pequeño pánico ante el primer tacto, pero todo estaba bien, miraba a Lisa y me sonreía con calma. Ninguno había notado la auténtica temperatura que no poseía, pero mi estado anímico estaba alterado, sentía mis ojos húmedos cuando veía lo pequeña que mi madre se veía entre mis brazos. Era cálida y amorosa, como siempre, pero notaba la desesperación por sostenerme con fuerza.
—Mi niño —susurraba contra mi pecho y me sentía asfixiado de un cariño y amor descomunal que no merecía.
Quería salir corriendo, pero Lisa me miraba con una mirada de pura advertencia. Sabía que necesitaba este cierre, pero aquí parado en la puerta de mis padres con mi madre en mi pecho y mi padre acariciando mi rostro, no me sentía merecedor de este amor.
Mi padre sonreía mientras acariciaba ahora la espalda de mi madre y me miraba con esa sonrisa nostalgica que poco había visto en su rostro en mis años de vida. Era un hombre positivo, un hombre algo distraído, pero siempre con un gran humor. Rose y yo solía asustarnos las veces que lograbamos verlo enojado con uno o con otro, pero verlo sonreír con cierta tristeza era un golpe bajo—. Es bueno verte de nuevo en casa, hijo. Ven, entremos juntos.
Y había tomado todo de mí despegar mis pies de la acera para entrar dentro de esa casa que había sido mi hogar durante muchos años.
Sería una reunión difícil y una reunión incómoda y no tenía nada que ver con tolerar el olor a sangre fresca sino lidiar con mis mentiras y el peso de mi consciencia.
Suspirando dejaba caer mi cabeza en el asiento y tocaba mis labios, esperaba realmente que Jinnie pudiera con esto y no se sintiera tan afectado a la salida, pero las probabilidades eran pocas. Esto era demasiado para él, pero Lisa tenía razón, era mejor ahora enfrentarlos, despedirse y luego ver cómo lidiaría con el hecho de perderlos por culpa del tiempo, pero desaparecer no era una opción por el momento, sus padres lo necesitaban.
Él también necesitaba esto, aunque fuera un recordatorio de lo que ya no era, lo necesitaba. Yo aún podía recordar la forma en que a mis veintisiete había dejado de envejecer y el tiempo se volvía mi propio enemigo con mi madre y conmigo. Yo había disfrutado de ella hasta que el tiempo dijo basta. SeokJin merecía un poco de la normalidad que solía tener y le fue repentinamente arrebatada por culpa del destino cruel que había puesto a Jae Joong en su camino.
A mi hermano, un ser despreciable con el que había sido sentimental en el pasado por ser el único familiar que me quedaba. Un ser despreciable que había cometido atrocidades porque yo no había tenido el maldito coraje de eliminarlo. Jae Joong había rondado demasiado tiempo por este mundo, pero no lo dejaría pasar esta vez. Sin importar que en el fondo de mi humanidad parte de mí aún se negara a eso, sabía muy bien que la mejor opción era simplemente sacarlo del mapa.
El tiempo no cambia a las personas, bueno, a las bestias y menos a una con tanto años como tenía Jae Joong en los cuales tenía más que claro que quería estar en la parte más alta de esta cadena alimenticia, pero ya estaba cansado. Era mi cabo suelto y yo iba atarlo de una vez por todas.
Iba a matarlo sin importar qué.
Miren que bonitos salieron, nuevamente metí mano en las imagenes de la IA y esas boquitas quedaron pegadas porque xnsnzksksks y se vienen cosas .... Chan chan
Bonito martes, lxs leo UwU ❤️
Con amor niñita Nanykoo 💜
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