OO1 | PROPUESTA
ROSE CARELL
¿Podía denominarme masoquista? No entendía porqué me hacía esto. Era como si hubiese empezado a disfrutar obligarme a sumergirme en la profundidad de mi tristeza. Aquella que se había convertido en mi compañera constante, logrando que se esfumara todo lo bueno que alguna vez hubo en mí.
Mi visión se había tornado nublada a causa de las lágrimas mientras observaba la pantalla de mi celular aquel video que arruinó mi vida. No importaba que lo haya visto más de treinta veces, pues nuevamente estaba reproduciéndolo porque quizás me gustaba torturarme con aquel error que cometí.
Un sollozo terminó escapando de mi garganta, por lo que llevé la mano a mis labios en un intento de poder callarlos para no llegar a ser escuchada. Odiaba tanto el verme sobre aquella barra, quitándome la ropa mientras bailaba y quienes me rodeaban me animaban, luciendo tan alocada y segura como jamás fui.
Era tan humillante el verme, más el no poder haber sido capaz de darme cuenta de que eso era realmente lo que buscaban y lo disfrutaban. Pero, claro, ¿cómo iba a poder saberlo si no estaba en mis cinco sentidos y ni siquiera sabía lo que había aceptado beber? Todo era mi culpa por haber actuado tan impulsiva, por haber sido tan estúpida.
No tan solo había perdido mi dignidad, también a mi novio y a quienes consideraba amigos. Estaba completamente sola mientras que las semanas pasaban y aquel video seguía en el foro anónimo de la Universidad. Y como si no me bastara con verlo una y otra vez, leía todos los comentarios, hasta los nuevos que hacían cada día.
Anónimo
¿Quién diría que la mojigata detrás de esa ropa que usa escondía buenos atributos?
Anónimo
↪︎ Verdad jajaja por algo Jason estaba con ella.
Anónimo
Esto es demasiado.
Anónimo
Dicen que Jason terminó con ella y qué bien hizo. Resultó ser una zorra que no le bastaba con su atención.
Anónimo
↪︎ Cierto. Aunque si hubiera ido a esa fiesta, también habría sido uno de esos que la animaban a quitarse la ropa.
Anónimo
↪︎ Lo siento por Jason, pero yo igual.
Anónimo
↪︎ ¿Qué les pasa? Anímense a decírselo en la cara, seguro no se atreverían.
Anónimo
↪︎ Tienes razón, qué puto miedo jajaja
Anónimo
Qué desagradables los comentarios. No entiendo cómo pueden ser tan hormonales, además ni que estuviera tan linda.
Anónimo
↪︎ Seguramente hizo eso para poder recibir la atención que no le dan.
Anónimo
↪︎ Ella no conoce para nada la palabra dignidad jajajaja
Dejé caer el celular en la cama mientras me dejaba desvanecer en el mar de mi dolor, sintiendo cómo poco a poco me asfixiaba provocado por mis recuerdos y pensamientos. Hoy no podía intentar ser fuerte, fingir que nada estaba mal por si mi madre llegaba a sospechar, solamente quería llorar hasta que mis lágrimas se acabaran y quedarme dormida. Pero eso no pareció ser posible al sentir mi celular vibrar en la cama, lo que hizo que arrugara la frente y no muy convencida me inclinara hacia adelante para tomarlo.
Tenía miedo de quién pudiera tratarse, pero al leer el nombre Ryan, suspiré decidiendo entrar a los mensajes de texto.
Ryan
Oye, deja de ignorar mis mensajes.
Tienes que hablarme sobre la nueva novela que me habías mencionado hace unas semanas.
¿Cómo vas? ¿Has avanzado?
Solté un quejido mientras volvía a dejar caer el celular, para luego levantarme de la cama y tomar la computadora que había dejado sobre el escritorio. Al encenderla y volver a tomar asiento, entré al documento de la que se suponía que sería mi próxima novela, pero tan solo suspiré al ver lo que llevaba que era el haber escrito Sinopsis.
Y es que, ¿cómo se suponía que en las semanas que pasaron pudiera haber progresado cuando cometí mi peor error?
Mordiendo el interior de mi mejilla volví a tomar el celular, decidiendo responderle.
Lo siento.
No he escrito nada.
Por más que miraba y miraba aquel documento, no había inspiración alguna, ya ni siquiera recordaba el haber estado emocionada por la trama que se me había ocurrido, aunque todavía no tenía las ideas suficientes, pero supuse que como siempre se me irían ocurriendo a medida que fuera avanzando. Además, de todas maneras, ya tenía las fichas de los personajes y sabía en quién me inspiraría. Pero ahora todo eso no importaba para nada, porque estaba completamente bloqueada.
Al volver sentir mi celular vibrar, mordiendo ligeramente mi labio inferior, observé el celular, frustrándome al ver que ahora se trataba de una llamada de mi editor.
—¿Hola?
—Es una broma, ¿verdad?
«Ojalá pudiera serlo, Ryan» pensé masajeándome la frente.
—No.
—Pero ¿qué sucedió con lo que me contaste? ¡Me hiciste emocionar, Rosie, y más porque ni siquiera quisiste hablarme hasta que tuvieras algo escrito! ¡Dime qué sucedió!
—Pues, ya no sé si la escriba o siquiera si siga escribiendo novelas.
—¡¿Qué?! ¡¿De qué rayos hablas?!
—Lo que has escuchado...
—Rosie, tú necesitas el dinero para tus gastos, por algo públicas las novelas —recalcó rápidamente—. Si estás bloqueada, tan solo haz las mismas cosas de siempre para inspirarte, pero no tomes una decisión apresurada. Recuerda que necesitas el dinero.
—Lo sé —murmuré frustrada, cerrando los ojos por un momento mientras inclinaba la cabeza hacia adelante.
—Pero, ya, dime que lo pensarás. Oh, y al menos cuéntame también sobre la novela. Dijiste que sería algo diferente y que hasta podría ser tu favorita, así que no puedes emocionarme y luego decir que abandonarás todo —reprochó molesto—. Cuéntame, ¿será de fantasía? ¡No! Romance, ¿verdad?
—Bueno... Lo de diferente solo fue porque el protagonista estará en prisión y la protagonista lo ayudará a salir, pero... De todas maneras, sabes que él no será nada bueno —expliqué, y aunque no pudiera verlo, podía imaginármelo perfectamente con los ojos entrecerrados y sus labios ligeramente fruncidos, demostrándome su decepción y frustración.
—Dime que estás bromeando, por favor, Rose —pidió intentando sonar calmado.
—No.
—Mira, seré sincero contigo —suspiró—. Las dos novelas que has publicado son realmente buenas, pero... La verdad es que esperaba algo realmente distinto, ya sabes, porque en ambas ya has hecho a ese protagonista "vil", y no soy el único que espera una distinta —explicó frustrado—. ¿Por qué no mejor hacer un protagonista más... Tierno?
—Ryan, ¿cómo puedes preguntarme eso? Sabes que no me gustan para nada —negué frustrada—. Los personajes "lindos" no tienen nada de interesante.
—Intenta algo nuevo, con un mejor protagonista. Quizás estaría bien que intentaras algo de romance.
—¡¿Qué?! ¡No, olvídalo! ¡Eso es aburrido, y además solo sería una trama plana! ¡No habría nada de sorprendente!
—Verás que será bueno que experimentes otro género y tipo de tramas. Llámame cuando tengas tus ideas. ¡Tú puedes, Rosie!
Al darme cuenta de que había colgado, observé indignada la pantalla de mi celular, dejándolo a un lado para luego cubrir mi rostro con las manos. Tan solo podía sentir una gran frustración al saber que como mi vida hasta la novela ya estaba acabada y sin siquiera haberla empezado a escribir porque buscaban algo completamente distinto.
Las lágrimas habían comenzado a brotar nuevamente, no solamente al recordar que no podía volver a la Universidad, sino también por la frustración y el sentir que no estaba haciendo nada bien.
En estos momentos de fragilidad no podía evitar cuestionármelo todo, como el porqué si era feliz con la vida que llevaba tuve que ser tan estúpida para aceptar beber del vaso de desconocidos, a pesar de las advertencias que siempre me dieron, porqué si era tan buena como decían tenía que cambiar lo que me gustaba escribir, porqué nada estaba saliéndome si realmente me esforzaba.
Sollozaba por lo bajo con una mano en mi frente mientras sentía las lágrimas caer hasta por mi barbilla, deseando poder mandar todo al carajo, pero en eso mi celular volvió a vibrar, haciéndome dar ganas de gritar para liberar la rabia que estaba acumulándose.
Al tomarlo y ver que se trataba de Alex, me llené de curiosidad. Pasé mi mano libre y empuñada por la barbilla para limpiar las lágrimas que estaban por caer, sorbiendo la nariz, para luego atender la llamada.
—¿Alex?
—¡Hey, qué feliz me pone volver a escucharte, prima! —exclamó alegre, desconcertándome más.
—¿Por qué me llamas?
—Oye, no te escuchas nada bien. ¿Sucede algo? —indagó sonando preocupado, pero claro que no podía creerme eso.
—Ya, habla de una vez y dime porqué me has llamado.
—Necesito hablar contigo.
—¿Sobre qué? Tú y yo no hablamos nunca —recalqué seca—. Hasta creo que llevamos meses sin hacerlo.
—Oh... Bueno, es que es rara vez que nos vemos, ya que estamos en distintos departamentos en la Universidad —explicó soltando una risa nerviosa—. Pero ven al Café Art Deco, voy a estar esperándote.
—¿Qué? No, olvídalo. No saldré.
—Vamos, te queda a pocos minutos. Estaré esperándote aquí. Nos vemos, Rosie.
Al haber finalizado la llamada, tuve que morder mi labio inferior para no gritar por la frustración. Pasé las manos por mi cabello, empuñándolo intentando mantener la calma y no explotar en este mismo momento. No quería salir. Estaba completamente negada a algo así, aunque ya había pasado más de una semana en la que llevaba encerrada en esta casa, buscando alguna manera de excusarme para negarme a hacerlo hasta cuando mi madre me pedía que saliera a comprar.
El tan solo pensar en salir, en encontrarme con alguien, hacía que me entrara el pánico, pero realmente no podía mentir, tenía curiosidad por lo que Alex podría querer hablar conmigo.
(...)
Me arrepentía por completo.
Una vez que caminaba por la acera ya encontrándome cerca de la cafetería donde me había citado Alex, pudiendo observar a las personas pasar por mis lados, escucharlas, ver los pequeños grupos, sentía cómo el pánico volvía a mí. Me sentía tan pequeña y me arrepentía tanto de haber accedido tan solo por la curiosidad, cuando llevaba tantos días encerrada porque no soportaba la idea de ver a otra persona, ya que el miedo de encontrarme con alguien de la Universidad o el pensar que cualquier persona pudo haber visto ese video me hacía desesperar.
Y ahora, el pensar que Alex pudo haberlo visto, me hizo detenerme frente a la puerta de la cafetería. Mis latidos se aceleraban mientras la ansiedad iba presentándose al punto de hacerme morder las uñas, comenzando a lastimarme.
La puerta se abrió de repente haciéndome sobresaltar, y al encontrarme con aquellos ojos grandes y mieles, me paralicé por completo.
Si él había visto aquel video, ¿cómo podía ser capaz de mirarlo? ¿Se burlaría de mí? ¿Se lo había dicho a mi tía y ella se lo contaría a mi madre como forma de burla? ¿Qué podrían pensar de mí?
—Hey, ¿por qué te quedas aquí afuera? —preguntó desconcertado, haciéndose a un lado mientras abría más la puerta—. Vamos, entra. Ya pedí para ambos.
Bajé la cabeza al no poder mantenerle la mirada y entré sintiendo segundos después cómo pasaba por mi lado y se dirigía a una mesa, por lo que lo seguí, tomando asiento frente a él.
La tensión no tardó demasiado en hacer su aparición, logrando que continuara mordiendo mis uñas, hasta que sentí la presencia de alguien a mi lado. Rápidamente, asustada, levanté la mirada, aliviándome de gran manera al notar que se trataba de una camarera, la cual dejó un latte frente a Alex y de mí.
—Tardaste bastante en venir —mencionó antes de darle un sorbo al latte.
—Estoy quedándome en lo de mi madre —expliqué de mala gana, sorprendiéndolo.
—¿Y eso...? Bien —acabó diciendo, para luego presionar los labios por un momento, desviando la mirada.
Estaba tenso. Eso era demasiado fácil de notarlo, lo que hacía que sintiera algo de seguridad acerca de que pudo haber visto el video o enterarse por lo que podría hablarse de mí, que no tenía ni la más remota idea al no presentarme a clases desde aquel error. Pero de todas maneras suponía que como los comentarios en el video, no era nada bueno.
—Ryan...
—¿Recuerdas el guion que nos escribiste? —preguntó haciéndome sorprender por aquel cambio de conversación, logrando que la tensión que se había formado, desapareciera.
—¿Cómo olvidarlo? —rodé los ojos, recordando lo insistente que había sido al pedirme que fuera yo la que me encargara de escribirlo—. ¿Qué hay con eso?
—Bueno, los chicos aún siguen hablando sobre eso. Les fascinó, y ya lo sabes por todos los halagos que recibiste de parte de algunos de ellos...
—Ajá...
—Eres realmente una experta...
—Ajá...—al ver cómo parecía tan nervioso y con intenciones de seguir halagándome, lo interrumpí nuevamente—. Ve al grano de una maldita vez, Alex.
—Sucede que... Con el grupo queremos que seas otra vez tú quién se encargue de escribir el nuevo guion que necesitamos.
Mentiría si no dijera que ya esperaba que me haya citado porque necesitaba otro favor de mi parte, lo que ahora poder confirmarlo me hacía arrepentir muchísimo más de estar aquí. Claro que no valió para nada la pena el haber enfrentado el miedo de salir y encontrarme con alguien que pudiera llegar a reconocerme, ya que la Universidad no estaba muy lejos y era bastante común que algún que otro estudiante como grupos vinieran aquí.
Ahora estaba enojada conmigo misma por no haber seguido la voz de mi cabeza que me había dicho que no valía la pena.
Quería poder levantarme e irme, pero cuando apoyé ambas manos en la mesa, noté cómo sus ojos se abrían a la par, desesperándose.
—¡Hey! ¡Todos amamos tu trabajo! Hasta ellos quisieron venir conmigo, pero me negué porque no quería que pudieras sentirte presionada a aceptar —agregó con una media sonrisa nerviosa—. El fantástico trabajo que hiciste con ese guion hace meses y nosotros con la actuación, logramos sacarles algunas lágrimas al público y hasta tú dijiste que podía repetirse, ¿lo olvidas?
Suspiré recordando esa tarde, pues tenía toda la razón, había disfrutado de escribirles el guion y más de saber que ellos hicieron un trabajo fantástico, por lo que me había salido decírselos. Y quizás si la situación fuera otra, podría volver a aceptar trabajar juntos, pero si no podía ni siquiera escribir una novela que antes me inspiraba, ¿cómo iba a poder escribir un guion? Además, comenzaba a dolerme el darme cuenta de que podría ser que mi primo supiera por la situación que estaba pasando y solamente me buscara para hacerme esta propuesta y beneficiarse junto a su grupo.
—Piénsalo...
Mordía ligeramente mi labio inferior, buscando las palabras correctas para poder rechazar la propuesta, pero en eso lo vi levantar la cabeza y medio sonreír.
—Espérame un momento, Rosie.
Al verlo levantarse, fruncí el ceño mientras medio volteaba a ver cómo se dirigía a la barra donde había otro joven, comenzando a conversar con él. No sabía quién era y tan solo notaba que era unos centímetros más alto y con cabello de un tono miel.
¿Era uno de los de su grupo? Lo suponía, viéndolo bastante frustrado mientras le hablaba.
En cuanto sentí unas miradas, fijé la mía hacia las mesas que había a un lado de la vidriera, donde se encontraban dos jóvenes, las cuales reían y parecían secretearse. En el momento en que una de ellas me señalaba intentando ser disimulada, sentí cómo mis latidos se aceleraban mientras que rápidamente volvía a mirar hacia el frente.
Deseaba más que nada poder desaparecer, tener un maldito interruptor para poder apagar las voces de mi cabeza, pero no era posible y la ansiedad aumentaba mientras volvía a morder mis uñas sin importar que estuviera lastimándome.
¿Estaba mal si me iba sin terminar de hablar con mi primo? Quizás ni siquiera lo notaría, pero es que con cada segundo que pasaba sentía como si más miradas se posaran en mí y ni siquiera podía pensar con claridad. Hasta podía sentirlas de las personas que estaban en frente, por lo que levanté un poco la mirada, observando la mesa que se encontraba a unos dos metros a un costado, donde estaba un joven vestido de negro. Tal como lo suponía, estaba mirándome, pero solamente podía ver su piel blanquecina, sus delgados labios rosados, su ancha nariz y unos mechones rizados que sobresalían, ya que llevaba un sombrero pesquero que llegaba a cubrir parte de su rostro.
En ese momento, me di cuenta de que seguía mordiendo desesperadamente mis uñas, por lo que avergonzada bajé la mano y detuve los movimientos de una de mis piernas, observando cómo él como si nada volvía la atención a su libro.
—¡Hey, Rosie! —aquella voz hizo que me sobresaltara y quitara la mirada de aquel joven, llevándola a Alex—. Mira, te presento a uno de mis amigos...
—Oliver Tolson, un placer —habló estirando su mano.
Su cabello miel caía por su frente, resaltando sus grandes ojos verdes con largas pestañas, nariz fina y alargada. Él sonreía de lado enseñando su blanca dentadura, por lo que solamente podía mirarlo asombrada, pensando si acaso con aquella sonrisa intentaba seducir, porque sino no tendría sentido alguno que sintiera mi rostro arder y no fuera capaz de retenerle la mirada.
—Rose... Rose Carell —mi voz salió débil y estiré mi mano, tomando torpemente la suya al no verlo.
Pude escuchar una ligera risa de su parte por aquella acción tan torpe mía, lo que causó que me sintiera hasta sudar y cerrara los ojos con fuerza.
—Lo sé. Alex me lo dijo —comentó tomando asiento al frente mientras yo me acomodaba, empuñando las manos con fuerza, aún con la cabeza gacha—. Como también que tú fuiste la que creó el guion. Yo fui uno de los que actuó.
—Oh...—carraspeé la garganta—, ¿en verdad?
—Sí, es por esa razón que cuando me dijo que eras tú la que lo escribió, me atreví a acercarme —explicó logrando que levantara la cabeza, encontrándome con su gran sonrisa—. Me gustaría que tú volvieras a escribir uno para nosotros.
—N-no... No creo que pueda —murmuré masajeando mi nuca mientras mi intento de sonrisa fallaba por completo.
—Bueno, sería una pena que no pudieras —suspiró jugando con la servilleta mientras que Alex hacía una mueca de decepción y asentía dándole la razón—. La verdad es que es difícil encontrar a personas talentosas, así como tú. Conecté tan bien con el personaje que escribiste, como no me había pasado antes, así que estaba emocionado con la idea de poder conocer a otro escrito por ti. Pero bueno. Entiendo si no puedes esta vez —presionó los labios dejando notar su decepción mientras se levantaba—. Aunque... Tengo la esperanza de que ese creo, al final, termine cambiando por un sí. Ya debo irme. Fue un gusto, Rose.
No podía apartar la mirada de Oliver, el cual estrechó la mano con Alex. Sus palabras seguían resonando en mi cabeza, provocando que no pudiera escuchar lo que decían, hasta que bajé la cabeza mordiendo mi labio inferior.
¿Por qué ahora me sentía tan presionada a aceptar?
—¡Rosie! —la voz de mi primo me sacó de mis pensamientos, haciéndome levantar la cabeza otra vez—. ¿En verdad no lo reconociste?
Negué con la cabeza.
—Es que solo vi unos pocos minutos. Recuerda que tuve que irme y no me quedé a verlos ni a saludarlos —expliqué haciendo una mueca.
—Él fue el que hizo el papel de Morgan.
—¡¿El muerto?! —alcé la voz por el asombro, provocando que llamara la atención.
En eso pude notar que Oliver se encontraba con el joven que vestía de negro que levantaba la cabeza y le hablaba, mientras que él que estaba levantado como si lo estuviera esperando, observándome a con una media sonrisa, logrando que volviera a sentirme arder y bajara la cabeza.
—Exacto. ¡Él provocó la emoción de las personas que nos vieron! —exclamó emocionado—. Él nació para ser el protagonista, tener un buen papel, ya sabes, por eso mismo necesitamos de tu ayuda.
—Alex...
—Pero esta vez tiene que ser algo más... Real, ¿sabes?
—No he...
—Pensamos alguna problemática social, no sé si me entiendes...
—¿Cómo la depresión? —indagué frunciendo el ceño, olvidándome por completo de que quería aclarar que no acepté.
—¡Exacto! ¡Algo así! —asintió repetidamente—. No tiene que ser justamente la depresión, podría ser algo más, pero es una buena idea.
A pesar de que ni siquiera había aceptado, no pude evitar pensar en eso.
—¡Al fin acabas con eso! Nos vemos mañana, Alex. Espero volver a verte, Rose —al escuchar esa voz, miré asombrada a Oliver que se dirigía hacia la salida.
—¡Nos vemos! —movió su mano en forma de despedida, Alex—. ¡Hey, nos vemos, Jungkook!
Fruncí el ceño por el desconcierto, observando cómo el joven que vestía de negro tomaba la correa de la mochila mientras seguía rápidamente a Oliver, ignorando por completo a mi primo que lo había saludado.
—Siempre tan atento —murmuró bajando la mano mientras rodaba los ojos—. Bien. Si aceptas, podrías quizás inspirarte en una situación en particular o en alguien. No te niegues tan pronto y tómate unos días para pensarlo, Rosie.
¡Hola!
¿Qué les pareció este primer capítulo? ¿Les gustó? ¿Ya quieren conocer a este Jungkook? Por cierto, ¿qué les pareció que sea en primer persona? Me tomé bastante tiempo para pensar en cómo escribirla y hasta hice una votación acá y en instagram en la que acabó ganando en primera persona como por unos 60 votos más. La verdad es que no estoy para nada acostumbrada a esto, pero sentí que quedaría bien con la historia y además me parece buena idea volver a experimentar e ir acostumbrándome porque pronto se viene una historia larga que será en primera persona también, así que espero que lo sientan cómodo.
En esta historia ya empecé cumpliendo con que no serán más de 3500 palabras por capítulo, no como en Lesbian que digo eso y todos superan las 5k JAJAJAJA pero bueno, en esta intentaré que se mantenga para que realmente tenga alrededor de 10 capítulos
Espero que les haya gustado este primer capítulo, y si es así no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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