Sinopsis

Cuando los conductores llegan al Bar La Cortina por la noche, el dueño del bar siempre les advierte que se queden, ya que no es bueno atravesar la ruta del Cerro de la muerte.

La razón de la advertencia, extraños accidentes han sucedido en los últimos meses, ocasionando la muerte de los ocupantes de los autos.

Sin embargo, como el dueño del bar es un viejo un poco loco, nadie lo toma en serio, pero esa incredulidad les costará la vida...

Era una noche de finales de mayo, era el inicio de la época lluviosa en Costa Rica, las altas montañas de la Cordillera de Talamanca con su bosque lluvioso se prestaban para que las oscuras noches de esa época y por las condiciones climáticas de la zona en algunos tramos de la carretera la formación de neblina era muy común, misma que a veces es tan espesa que no se puede ver a mas de diez metros de distancia.

Quienes viajan de Golfito hacia San José, la capital tiene que tomar la ruta de la carretera dos, Interamericana sur para llegar a su destino en ambos sentidos, la carretera serpentea por el cerro, habiendo en su otro extremo profundos cañones.

Los Rodríguez es una pareja que fueron unos días a conocer la frontera con Panamá, venían de regreso a la capital, Alajuelita específicamente, eran las ocho de la noche cuando pasaron por el Bar La Cortina a comer, a tomar algo y descansar el cuerpo.

-Buenas noches, señor- Dijo Mario Rodríguez cuando miro a Cornelio el dueño del bar tras la barra.

-Buenas noches, joven. ¿Qué le podemos servir? - Dijo Cornelio.

-Dos Hamburguesas y dos cervezas, por favor-

-Claro, con mucho gusto- Y paso la orden a Catalina su esposa quien le hacia de cocinera del bar.

-Qué lluvia, no- Dijo Mario.

-Es muy normal en la zona – Dijo Cornelio.

-Para usted debe ser bueno, le trae muchos clientes- Dijo Mario.

-Claro me trae clientes, pero ellos no se quedan por gusto- Asevero Cornelio.

- ¿Como es eso? – Preguntó Mario

¿Una pregunta joven? - Contestó con una pregunta Cornelio.

-Diga- Dijo Mario.

- ¿Esta es su primera vez en la zona? - Pregunto muy serio Cornelio.

-Si, es nuestra primera vez que venimos por nuestros medios- Dijo Teresa la esposa de Mario.

- ¿Se quedarán en algún hotel de la zona? -

-No, solamente pasamos a comer algo- Dijo Mario

-Si, queremos llegar a casa- Dijo Teresa.

-Deberían quedarse y descansar, tienen que cruzar un lugar muy peligroso- Dijo Cornelio.

-Ya hemos cruzado gran parte del camino, si es por las curvas y las laderas tan pronunciadas, no tenemos problemas con ellas- Aseveró Mario.

-Varios vehículos se han ido por el tramo de la ruta fantasma, la ladera es muy pronunciada y profunda. Ha costado sacarlos de ahí y ninguno con vida- Aseguro Cornelio.

-Seguro no han tenido cuidado en la ruta y han ido a alta velocidad- Dijo Teresa.

-Créame jovencita ahí aparece un auto de la nada y saca los vehículos de la carretera y los lanza por la ladera. Mire a esta gente todos ellos prefieren pasar la noche en la zona, antes de enfrentar a ese auto-

-Confiaremos en nuestra buena suerte. Hoy no habrá neblina- Dijo con determinación Mario.

-Bueno. No pueden decir que no les advertí- Dijo Cornelio dejándolos terminar su comida.

Dos días después la policía, el Organismo de Investigación Judicial y la Cruz Roja trataban se rescatar un auto que había caído por la ladera de la ruta fantasma, no se sabía si sus ocupantes estarían con vida. Solamente habían recibido la alerta de que había un auto en la ladera de esa ruta.

Lamentablemente horas después se confirmaba del fallecimiento de los ocupantes del auto, por lo que los entes policiales decidieron hacer investigaciones en los alrededores para saber si habían visto o escuchado del accidente y de los ocupantes del vehículo.

Pero a los medios de comunicación no llego la información del estado de los cuerpos encontrados, los forenses costarricenses no estaban acostumbrados a tratar con la escena que presentaban los cuerpos de quienes en vida fueron Mario y Teresa Bejarano; sus cuerpos habían sido mutilados. Les habían extraído los ojos, los dientes y las uñas de las cuatro extremidades; a Teresa le habían cercenado los senos y a Mario su pene. Por la cantidad de sangre en sus ropas, el proceso había sido cuando aún estaban con vida, sin embargo, eso no fue lo que los mato; la muerte les llego de apoco en sus cabezas incrustados tenían gran cantidad de clavos. Revisando el auto la tortura había ocurrido en otro lugar, posteriormente habían sido colocados en el auto para luego lanzarlos dentro del auto a la pronunciada ladera. Al licenciado Marco Salazar, jefe del OIJ (Organismo de Investigación Judicial) tenía a los fiscales respirándole en la nuca para que encontrará al culpable, pero era difícil encontrar pruebas en una zona tan complicada de acceder, no había cámaras, ni iluminación publica y mucho menos vecinos que pudieran dar información al respecto.

- ¡Randy! ¡Alexis! – Llamó Salazar a los oficiales de homicidios encargados del caso Bejarano.

-Diga jefe- Respondieron al mismo tiempo mientras entraban en su oficina.

- ¿Que han averiguado del caso Bejarano? -

-Hablamos con testigos, algunos locales los vieron entrar al Bar La Cortina- Dijo Gutiérrez.

-Hable con Cornelio Jiménez el dueño del bar en cuestión, ellos llegaron comieron, por las condiciones del clima se detuvieron a comer algo y porque la zona donde los encontramos es peligrosa. El señor Cornelio les recomendó que se quedaran. Pero ellos se negaron, ya que les urgía llegar a su casa- Informó Paniagua. Ya días atrás habían visitado el bar, ya que era un lugar de paso y muy concurrido en la zona.

- ¿Señor se ha sabido algo de la autopsia? - Pregunto el oficial Paniagua.

-Si la forense encargada de las víctimas Mirta Aldana, confirmó la muerte el día siguiente de haber desaparecido, fueron torturados hasta el último minuto- Dijo Salazar.

- ¿Han encontrado algo en el carro? - Preguntó Gutiérrez.

-Según dice Suárez, el carro fue golpeado por detrás, dentro solamente había el mínimo de sangre. Lo que confirma que los asesinaron en otro lugar- Suárez es el investigador especialista en mecánica.

Con la incertidumbre en sus mentes se levantaron para seguir con la investigación.

Dos semanas después era la víspera del día del padre en Costa Rica, algunas parejas viajaban para celebrar esa fecha y la pareja compuesta por Milton y Xinia Herrera no eran la excepción, habían viajado a la zona sur del país y pasar un fin de semana en un Glamping, ubicado en la península de Osa; iban de regreso a Cartago centro, donde vivían y estaba lloviendo a raudales, como estaba tan frio pasaron a comerse y a tomar algo en La Cortina para entrar en calor.

-Buenas noches- Saludo Milton a los presentes.

-Buenas noches- Contestaron.

Tomaron asiento en una mesa para dos. Cornelio les entregó un pequeño menú, para que eligieran lo que deseaban comer y beber.

- ¿Siempre es así de lluvioso y esa neblina siempre está presente? - Preguntó Xinia.

-Solamente en esta época- respondió Cornelio. Luego de comer y beber lo que habían ordenado, se dispusieron a irse, pero la voz de otro cliente les hizo detenerse.

- ¿No se quedan? – Preguntó el cliente.

-No, no que va. Tenemos que estar mañana en casa, tenemos que trabajar- Respondió Milton.

- ¿Por qué la pregunta? -Pregunto Xinia, curiosa.

-Hace unos días una pareja se fue por la ladera y era una noche como hoy. Le sugiero que se queden hay curvas muy traicioneras y el clima no ayuda. - Dijo el desconocido.

-Muchas gracias, por el consejo, pero tenemos que llegar a Cartago si o si- Rarifico Milton.

-Mira muchacho, has caso a los consejos y experiencia. Ya ha muerto gente en la ruta fantasma- Aconsejo Cornelio.

-Si lo escuchamos, pero eso es porque no tuvieron cuidado- Dijo Milton.

-Mira se dice que hay un auto que los saca del camino, no deberían tentar a la suerte- Le dijo Cornelio a la pareja tan bajo que solamente ellos escucharon.

Pero ellos creyeron que eran cosas del viejo del bar o que seguro era para sacarles dinero por la estadía, aun así, se marcharon.

Dos días después los familiares de Milton y Xinia, interponían la denuncia de la desaparición de la pareja. El helicóptero de la fuerza pública sobrevolaba la zona donde se había visto a la pareja por última vez; ellos conducían un Land Rover blanco año dos mil diecinueve.

Para pesar de sus familiares el vehículo fue encontrado en el fondo de la ladera de la ruta fantasma, las entidades judiciales con ayuda de la cruz roja nacional se dispusieron a sacar el vehículo, para los rescatistas fue un horror sacar las victimas del vehículo ya que estaban cruelmente torturadas.

-Esto no puede estar pasando- Dijo Marco Salazar.

-Jefe, ¿No será un asesino en serie? - Preguntó Gutiérrez.

-No se, según dice el informe de Mirta lo diferente es que a ella la violaron con un bate de beisbol- Comento el jefe.

-Se ensañaron con ella- Dijo Paniagua.

-Lo mas probable es que haya dado pelea- Supuso Gutiérrez.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades en no dar detalles de ambos casos, se había filtrado a la prensa y en las redes sociales la condición en que se encontraron los cuerpos de las dos parejas, lo que causo estupor e indignación entre los habitantes del país.

Los días pasaban, los investigadores estaban desconcertados, habían buscado por los alrededores, en las fincas cercanas testigos que hubiesen escuchado o visto algo inusual, sin embargo, las casas eran pocas en la zona, personas que no tenían vehículos o por la neblina decidían mejor quedarse en casa.

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Las semanas que siguieron al segundo caso fueron exasperantes, no habían encontrado en la zona nada que les bridara pistas del asesino, la información corría en redes, los familiares exigían respuestas, que la policía no podía brindar, ya que estaban estancados.

Eran principios de setiembre cuando la pareja de esposos constituida por Liliam y Mark Hamilton, oriundos del Paso, Texas; ellos habían decidido recorrer el territorio costarricense; había escuchado de las bellezas del país. Habían iniciado desde Liberia, Guanacaste hasta la frontera sur, en Rio Claro hicieron una parada de varios días para conocer la Península de Osa y conocer el lugar de las famosas esferas de piedra.

De regreso, tomarían su vuelo en el aeropuerto Juan Santamaría. Más su emoción por conocer el país les ganó, tomándose más tiempo del debido. Salieron con prisas de Rio Claro, tomaron la ruta que les indico el Maps, la ruta del Cerro de la Muerte, ya que algunas de las rutas rápidas estaban fuera de uso ya que algunos ríos de habían llevado puestes por las fuertes lluvias. Llegaron al Bar la cortina, practicando el español hablaron con el dueño.

-Buenas, tardes- Saludo Mark.

-Buenas tardes, señor – Saludó Catalina.

-Queremos comer algo rápido y regresar al camino aprovechando que no esta lloviendo- Liliam en un casi perfecto español ya que el acento se notaba que no eran del país.

- ¿Qué gustarían comer, emparedados, gallos de carne? – Preguntó la mujer.

-Dos emparedados de carne con queso y dos sodas – Pide Liliam.

- ¿En qué hotel se están quedando? – Pregunto Catalina sonriendo.

-No, sólo estamos de paso, salimos mañana temprano de regreso a nuestro país- Respondió Mark.

-Deberían reconsiderarlo y cambiar su vuelo. Han sucedido hechos muy lamentables en cierto tramo de esta carretera por lo que deberían considerar quedarse – Sugirió la mujer.

-Así, ¿Qué fue lo que sucedió? – Pregunto Mark preocupado.

-En un tramo a unos cinco kilómetros de aquí ha habido dos accidentes... es por ellos que les recomiendo quedarse- Contó hasta el último detalle que se sabía de los dos incidentes.

-Es lamentable escuchar de esas muertes. Esperamos que encuentren a los culpables, como es de día aún seguiremos nuestro camino. Debemos salir muy temprano para el aeropuerto. No podemos cambiar el vuelo- Aseveró Mark.

Habían salido no más terminando de comer rumbo a la capital para ir al hotel donde descansarían mientras era la hora de ir a tomar su vuelo. Escuchaban música de una emisora local mientras Liliam tomaba fotografías a lo largo del camino, estaban tan ensimismados que no se habían percatado del auto que les seguía muy de cerca.

A Liliam se le ocurrió la genial idea de sacar medio cuerpo por la ventada del lado del acompañante para tomar mejores fotografías. Estaba cómodamente sentada en la ventana cuando sintió el primer golpe, lo que provocó que soltara su móvil. Trató de acomodarse de nuevo en el auto cuando sintieron el segundo golpe; Mark miro por su retrovisor y vio el Mustang de los años setenta, el cual tomaba velocidad para impactarlos por tercera vez.

- ¡Ponte el cinturón! - Ordenó Mark a su esposa. Más se le hizo imposible por los violentos impactos del auto que les seguía.

- ¡No puedo! – Dijo Liliam ya que por las sacudidas el cinturón se había bloqueado.

El auto los seguía golpeando pese q que la camioneta es un poco más rápida. Sin saberlo Mark y su esposa están por llegar a la curva más cerrada del tramo de carretera por el que iban. Faltando unos pocos metros para llegar a la mencionada curva cuando sintieron un golpe más fuerte en su costado derecho. Por mas que aceleraban el auto lograba alcanzarles. Pese a todos los esfuerzos que Mark hacía, el Mustang les alcanzó al borde de la curva, les golpeo por el lado derecho tan fuerte que el auto se volcó dando varias vueltas hasta caer por la ladera. Para aumentar desespero de Mark, este vio como Liliam fue aplastada por su propio auto al salirle medio cuerpo por la ventana.

Mientras Mark viajaba entre la conciencia y la inconciencia, vio como una sombra se acercaba al auto, para su suerte o mala suerte perdió la inconciencia y no supo más de nada a su alrededor.

Dos días habían pasado desde en incidente de los Hamilton cuando la jefatura del OIJ recibió una llamada de la embajada americana, informando la desaparición de dos de sus ciudadanos los que debían haber llegado a hacía cuarenta y ocho horas a su casa y no lo habían hecho. Su familia había localizado su móvil en una carretera en el sur del país.

-Señor Salazar, soy Hubert Barton, de la oficina del FBI, recibimos la denuncia por la desaparición de dos ciudadanos nuestros. Sabemos que tienen dos casos estancados, cullas muertes fueron en la misma zona donde desparecieron los Hamilton- Salazar se estremeció al saber que el FBI intervendría, se notaba que ya había una comunicación entre los gobiernos.

-Sé que por falta de experiencia en este tipo de casos se les ha hecho imposible ubicara al asesino de sus dos casos. Estoy autorizado ha ofrecer nuestra ayuda a cambio de poder localizar a los Hamilton- Definitivamente la familia de los desaparecidos deben de tener alguna influencia para tener al FBI en este caso y se notaba que el gobierno estaba enterado, debería ser así puesto que le estaban llamando a él directamente.

-Bien acepto su ayuda. ¿Cuándo estarán en la zona? -Preguntó Salazar.

-Mañana a primera hora-

Y así fue, más lo que no sabían eran las intenciones que tenía el asesino.

Continuará...